Muerte Aparente 2022

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Muerte Aparente 2022

Muerte aparente… Mi nombre es Esther, soy Enfermera retirada, hoy me decidí a contar algunas situaciones que me tocaron vivir cuando trabajé en diferentes áreas de varios Hospitales durante 41 años de labor, ahí aprendí que la muerte es sin duda el precio más alto por haber nacido.

Nunca me acostumbré a lidiar con el dolor, que aunque es parte de mi trabajo, hubiera sido mejor que no existiera, pero lamentablemente en el área que me tocaba trabajar, la mayoría de los pacientes llegan ahí heridos, algunos leves, pero otros de muerte, o con alguna enfermedad terminal, en estos casos la muerte se convierte en un aliado para salir del sufrimiento.

Lo que les voy a contar tiene que ver con la llamada muerte aparente, en algunos casos el paciente presenta catalepsia, situación en la que la persona está viva, pero sus funciones vitales, como las circulatorias, respiratorias o neurológicas, son tan débiles que parece estar muerta.

Pero otras veces al morir, las personas tienen una extraña experiencia, aseguran sufrir un desprendimiento de su cuerpo, cuentan haber visto algunos seres interactuar con ellos, luego regresar a la vida.

En una ocasión estando en Urgencias haciendo mi servicio social, me tocó auxiliar a una niña de 10 años, que había sido atropellada, desde que la bajaron de la ambulancia ya venía inconsciente.

Después de que la entregaron los paramédicos, la preparamos para que la atendiera el doctor, le tomé los signos vitales porque al tocarla la sentí muy fría, además me pareció que estaba rígida, aunque sí tenía pulso, este era muy débil.

En lo que llegaba el médico, que generalmente es alrededor de 1 minuto, según la gravedad del paciente o también lo ocupado que esté, una como enfermera, está capacitada para brindar los primeros auxilios, y así lo iba hacer.

Pero me sorprendió que la niña abrió los ojos, mientras me sonreía de una manera extraña, también yo me le quedé mirando un instante, luego la volví a tocar pero seguía muy fría, al llegar el doctor a atenderla, le dije que la paciente había despertado, pero cuando él la miró, la niña tenía los ojos cerrados, no solo eso, al revisarla, ya no contaba con signos vitales.

Después de certificar el deceso, el doctor se retiró, porque así son los protocolos, cuando le iba a poner una sábana para cubrirla, la niña abrió de nuevo los ojos, no puedo negar que me espanté, era la primera experiencia así que me tocaba vivir.

La niña me miraba sin parpadear, me preguntó dónde estaba, luego me sonrió, apenas se retiraba el doctor, cuando lo llamé otra vez, mientras la revisaba el médico, lo escuché comentar que no podía ser que hubiera despertado, porque ya estaba muerta.

Luego la pequeña empezó a decir que miraba a la muerte, que era fría y huesuda, era ella la que se la había querido llevar cargándola en sus brazos, apuntaba con su mano para un rincón mientras lloraba asustada.

Yo trataba de calmarla diciéndole que no tuviera miedo, que no había nada, pero ella insistía que la muerte estaba de tras de mí, cuando dijo esto, sentí un escalofrío que traté de ocultar para no asustarla más.

Luego empecé a sentir como corría un ligero aire que antes no había, pero también tuve la sensación que alguien me miraba.

La niña insistía que la muerte estaba de tras de mí, que le pedía que fuera, mientras extendía sus brazos, el doctor le aplicó algunos medicamentos, con los cuales se empezó a calmar.

En esa ocasión, aunque me ganaron los nervios, no me retiré hasta que la paciente estuvo estable, pero por unos minutos me sentí tensa, volteaba constantemente para donde la niña decía que estaba la muerte.

Nunca miré a nadie, pero en el ambiente se empezó a sentir una sensación extraña, y aquel miedo que tenía tardó unos minutos en desaparecer del todo, pero además bajó la temperatura del lugar, por suerte al quedarse dormida la niña todo volvió a la calma, cuando se retiró el doctor aseguró que la paciente había muerto y regresado a la vida, cada que cuento esto se me hace la piel de gallina.

En otra ocasión que trabajé el turno nocturno en encamados, recuerdo que había una señora ya mayor, que esa noche se sintió mal cuando fui a revisarla, me dijo con un tono de voz muy débil que casi no miraba, que no escuchaba bien pero también que no tenía fuerzas, rápido le tomé la temperatura, y la presión, me di cuenta que era como si se estuviera apagando.

Una compañera fue por el médico de prisa, yo me quedé con la paciente para estar al pendiente de ella, de pronto empezó a alucinar de forma inquietante, decía que veía a su mamá, también a otras personas, pero ahí solamente estábamos las 2 solas.

Empezó hablar y a discutir con alguien que yo no podía ver, de primero no se le escuchaba bien, pero luego agarro fuerza, se enderezó diciendo que una mujer de negro se había metido al cuarto y la llamaba por su nombre.

A veces abría mucho los ojos, me decía que ahí estaba esa señora de negro, que la espantara, porque se la quería llevar, luego se ponía a gritarle a su mamá, como si fuera una niña.

La miré que empezó a sudar, al tocarla me di cuenta que su temperatura había bajado muy rápido, trataba de calmarla, pero gritaba que esa señora era espantosa.

Encendí la luz del cuarto para demostrarle que no había nadie, pero también para convencerme de que estábamos solas.

Luego se arqueó toda para atrás, puso los ojos en blanco, mientras hacía ruido por la boca, en ese momento llegó el doctor, pero la señora dejó de respirar, en su cara se dibujó una paz de lo más relajante, luego exhaló a lo que conocemos como el último suspiro.

El doctor le aplicó los ejercicios de resucitación, pero no respondió, declarándola muerta a los 2 o 3 minutos, todo quedó en un completo silencio, al paso de unos 20 minutos retiraron el cuerpo.

Después de ese deceso, me retiré del área para hacer un papeleo, aparte de otras cosas que me pidió la jefa de enfermeras, así transcurrió muy rápido él tiempo, ya como a las 5:30 de la mañana regresé a mí área, hice el rondín de rutina antes de entregar el turno, pero al pasar por el lugar donde había muerto aquella señora, me llevé una gran impresión, al mirarla de nuevo en su cama.

Pensé que era una aparición, la miraba para comprobar que era ella, pero no había duda era esa mujer, estaba muy pálida, además tenía un aspecto de muerte, fue un impacto muy fuerte cuando la paciente abrió los ojos, fijó su mirada en los míos, sin parpadear.

Empecé a caminar para atrás, sin comprender a ciencia cierta qué es lo que pasaba, porque yo la ví morir, aunque se me hizo raro que antes de sacarla de encamados ya empezaba a ponerse azul.

Luego llegó mi compañera de turno, me dijo que la señora había despertado en la Morgue del hospital, ahí mismo la atendieron, cuando estuvo estable la regresaron a encamados.

Tardé para reaccionar, me retiré al centro de enfermeras, cuando estaba ahí, me dijeron que al despertar la señora, aseguró que su mamá la había ayudado a regresar, porque según dijo aún no era su tiempo, que en ese lugar donde estuvo miró a otros familiares ya fallecidos.

Ese día ni siquiera entregué mi turno, me retiré para mi casa muy nerviosa, por varias noches soñaba con esa paciente que me miraba fijamente, asiéndome despertar sobre saltada.

Otra situación que me tocó vivir, fue una noche que me sentía muy cansada, estaba débil, con tanto sueño que se me cerraban los ojos, necesitaba un descanso, entré a la jefatura de enfermeras, me senté frente a un escritorio, puse mis brazos de almohada para poder dormitar un poco.

Pasando unos minutos desperté asustada, porque nunca me había dormido en el trabajo, pero me sentía extraña, de pronto miré que entró una figura fantasmal, terrorífica, avanzaba lentamente por el pasillo, se dirigió a los pacientes, se paraba del lado de los pies de las personas, mientras las miraba detenidamente, como si eligiera alguna.

Yo estaba impresionada, tanto que no podía moverme, al mirarla bien, era la muerte la que estaba checando a los pacientes, aunque tuve la intención de levantarme no lo podía hacer porque no era dueña de mis movimientos.

En cuestión de segundos se detuvo frente a un señor, al tocarle la frente, con asombro miré que una esencia salió de su cuerpo, se fundió con aquella figura fantasmagórica luego fue desapareciendo ante mis ojos.

Muerte Aparente

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Sentí que alguien tocó mi hombro, me asusté tanto que me levanté rápidamente, era una compañera que estaba con el doctor, les dije lo que había mirado, aunque sentí que no me creyeron porque me dijeron que estaba dormida, aún así fuimos a checar a ese paciente, para mí sorpresa y la de mis compañeros, ya estaba muerto.

El médico le dio respiración de boca a boca, luego golpeo su pecho, cuando le estaba dando ejercicios de reanimación, alcance a distinguir que aquella esencia que le había salido, regresó al cuerpo del paciente asiéndolo volver.

No lo podía creer, cuando el paciente comenzó a decir que se quería regresar a ese lugar donde lo había llevado la muerte, porque todo era tranquilidad, además ahí estaban sus familiares que habían muerto.

Bastante molesto, no paraba de decir que se quería regresar porque aquí todo era sufrir, se puso muy inquieto, al grado de tenerle que administrar un sedante, cuando todo había pasado, mis compañeros me creyeron que lo que miré fue la muerte.

Después de unos minutos me tocaba darle unos medicamentos a una paciente, pero cuando lo iba hacer me detuve al mirar la muerte de nuevo mirando a las personas, en esta ocasión no era solo una esencia, se había materializado.

Vestía de negro, era alta y muy delgada, empezó a oler a una señora la cual convulsionó de forma repentina, en esta ocasión como pude salí corriendo para la jefatura de enfermeras, cuando llegué les grité lo que estaba pasando, mi jefa un tanto disgustada se levantó para ir a verificar.

Yo me quedé a esperarla, pero pasaba el tiempo y no volvía, a los 5 minutos, la miré regresar bastante nerviosa, estaba pálida, batalló para decir que la señora había muerto, también me dijo que antes de llegar miró salir a la muerte vestida de negro, dejando en el ambiente una sensación inquietante.

Lo último que quiero contar fue la vez que trajeron a un señor como de 40 años aproximadamente, según dijeron había sufrido un ataque al corazón, quedando tirado en la entrada de urgencias.

Los mismos familiares del paciente lo metieron de urgencia hasta donde estaban los enfermos, ahí se le atendió de inmediato, pero lamentablemente le dio un segundo ataque y ya no lo resistió.

Cuando murió, junto a esta persona estábamos 2 enfermeras, además del doctor, se le dio el RCP por 3 o 4 minutos, pero como no respondió, el médico dijo que ya no había nada que hacer.

Se dio aviso a la familia, para que algunos de ellos entraran a ver al difunto, el llanto no se hizo esperar, luego entró el guardia, les pidió salir a todos, para poder cubrir el cuerpo con una sábana, ahí quedó en espera del personal que lo llevaría a la morgue.

Quizá habían pasado algunos 10 minutos, cuando con horror miramos que el cuerpo se empezó a mover, primero solo eran los brazos, luego pareciera que estaba recibiendo descargas eléctricas, porque levantaba mucho el torso, después regresaba y pegaba en la cama con fuerza.

El personal médico, pacientes, además de algunos familiares que se encontraban en urgencias, estábamos espantados por las reacciones que estaba teniendo ese cuerpo, que la mayoría sabíamos que estaba muerto.

Cuando por fin se detuvo, no nos atrevíamos a acercarnos por la impresión que nos había causado, solo nos mirábamos unos a otros sin movernos.

Después de unos segundos, del cuerpo empezaron a salir extraños quejidos, el doctor nos pidió a todos que no nos asustáramos, que eran aires que al pasar por la garganta tocan las cuerdas bucales y se produce ese sonido.

Pero luego pasó lo más espantoso, el cuerpo se levantó de forma grotesca, haciendo gritar a las personas, algunas corrieron, otras hasta se pusieron a rezar.

Al moverse de esa manera se le cayó la sábana, tenía los labios morados, estaba pálido, se notaba que respiraba bastante rápido, pero lo que me daba miedo era la forma en que nos veía, parecía que había visto al diablo.

El doctor se acercó a revisarlo, cuando él señor contestó que estaba bien, supimos que estaba vivo, al menos yo respiré aliviada.

A los 30 minutos de haber vivido todo esto, el señor ya estaba en recuperación, poco a poco la tensión y el nerviosismo que tenían todas las personas fue desapareciendo.

Al día siguiente cuando hablé con uno de sus familiares, me contó que el señor decía que se había ido al infierno, pero que se le había escapado al diablo, cuando le preguntaron cómo era el averno, dijo que era un lugar ensordecedor, lleno de gritos y lamentos, que ni las almas ni los demonios son como nos lo han hecho creer.

Aseguró que el cielo no existe, que todos tenemos que pasar por el infierno para purificarnos, después reencarnaremos en otro ser, que si no le creíamos, cuando muriéramos lo íbamos a verificar.

Ya no quise escucharlo, no estaba para eso, con el miedo que nos causó verlo levantarse después de haber muerto, era suficiente.

Hoy les puedo decir que la muerte es la otra cara de la vida, solo ataca y mata al cuerpo pero nunca a él alma.

Autor: GATO NEGRO

Derechos Reservados.

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