La Casa Nueva Historia De Terror 2023

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La Casa Nueva Historia De Terror 2023

La Casa Nueva Historia De Terror… Estoy nervioso al escribir esta historia; en mi familia se habla poco del asunto, como si quisieran olvidar todo lo sucedido, pero yo creo que es importante contarla.

Después de todo, si un recuerdo solo se queda en la memoria, se perderá con el tiempo, o al menos eso es lo que solía decir mi abuelo.

Todo comenzó cuando yo tenía 11 años y a mi padre le ofrecieron un mejor empleo al otro lado de la ciudad. Sin pensarlo demasiado, nos mudamos unas semanas antes de Navidad.

Cuando llegamos, quedé inmediatamente emocionado por el lugar: era una enorme y vieja casa que, según mi padre, había sido una ganga. Muy pronto, todos nos daríamos cuenta del verdadero motivo por el cual aquella casa había sido tan barata.

Lo que más me emocionaba de la situación era que, por primera vez en mi vida, cada uno tendría su propia habitación. Estaba harto de compartir cuarto con mi hermano menor, así que apenas entré, corrí escaleras arriba para tomar la habitación que creía que era mejor.

Finalmente, me decidí por la que se encontraba más al fondo y apartada de todo; pensaba que, entre más lejos estuviera, más privacidad tendría.

Las primeras noches parecían ser de lo más tranquilas; sin embargo, había una determinada hora en la que mi habitación se ponía particularmente fría, al mismo tiempo que, si prestaba suficiente atención, podía escuchar leves rasguños desde dentro de mi armario. Recuerdo haber comentado algo al respecto sobre el frío durante el desayuno un par de veces, pero la única respuesta que recibía era que debía cerrar mi ventana por la noche y el problema se solucionaría.

El primer suceso paranormal fuerte no sucedería hasta casi un mes después de instalarnos en aquella vieja casa. Hasta ese momento, parecía que el único que había experimentado sucesos paranormales como el de aquel frío inexplicable era solamente yo, por lo que eventualmente había dejado de comentarlo y simplemente aguantar, pero aquella noche algo me dio la razón.

Era una noche como cualquier otra. Ya era tarde, y mi hermano Steve y yo estábamos solos mirando la televisión. Nuestros padres habían salido, por lo que nos encontrábamos bajo el cuidado de mi hermano mayor. De repente, escuchamos unos golpes y risas que parecían provenir de la habitación de nuestro hermano más pequeño, al cual mi hermano había mandado a dormir hacía varios minutos. Inmediatamente supimos que algo no estaba bien. Steve y yo nos miramos y decidimos subir a investigar. Queríamos asegurarnos de que mi hermano estuviera bien para entonces volverlo a acostar.

Cuando llegamos a la habitación, que era la primera, nos sorprendimos al encontrarlo profundamente dormido y ajeno a todo el ruido y escándalo que habíamos escuchado anteriormente. Sin embargo, lo más extraño de todo es que todos sus juguetes estaban esparcidos por la habitación. Aquello no era propio de él, ya que, a pesar de ser el menor de nosotros, también era el hermano más ordenado. Nos preguntamos si él había estado jugando con ellos, pero eso parecía imposible, ya que estaba durmiendo.

A pesar de nuestra curiosidad, decidimos que era lo mejor no despertarlo y recoger sus juguetes por si acaso se levantaba en la noche y no se hiciera daño con ellos. Intentamos ser lo más silenciosos posibles, pero finalmente mi hermanito se despertó y nos preguntó qué estábamos haciendo, lo que nos dio la oportunidad de preguntarle si había estado levantado y jugando con sus juguetes. Él nos miró confundido y dijo que no, que había estado durmiendo todo el tiempo. Sin embargo, lo siguiente que nos dijo fue algo que nos heló la sangre a los dos, y esto fue que seguro había sido su amiga Rita.

Rita era nuestra hermana que había muerto ahogada en una pileta que mi padre había olvidado cubrir. Todo aquello había ocurrido unos años antes de que incluso yo naciera, por lo que no tengo ningún tipo de recuerdo con ella y nunca la conocí de verdad, pero sabíamos que había existido. No podíamos creer lo que estábamos escuchando. ¿Cómo podía mi hermanito mencionar el nombre de nuestra hermana muerta? Nuestros padres ni siquiera pronunciaban su nombre, ya que era muy doloroso para ellos hacerlo.

Después de eso, los dos nos sentimos extraños, como si alguien nos estuviera observando. Sentimos como si alguien nos tocara la piel, como si algo frío y húmedo se deslizara por nuestras piernas. La sensación era inquietante, y los dos estábamos asustados. Le comenté a mi hermano sobre los arañazos en mi armario, pero este se limitó a decirme que debo dejar de ver películas de miedo.

A partir de ese día, comenzaron a suceder cada vez más cosas extrañas en la casa. Escuchábamos ruidos extraños en la noche, los cuales ya no se limitaban únicamente a mi habitación. Las puertas y ventanas se abrían y cerraban solas. A veces, sentíamos una presencia extraña en la habitación, como si alguien estuviera allí con nosotros. Era aterrador.

Un día, cuando estaba volviendo de la escuela, pude visualizar a lo lejos cómo mi hermano pequeño tenía la cabeza sumergida casi en su totalidad en la fuente. En un principio, creí que estaba jugando, pero mientras más me acercaba, pude notar que intentaba sacar la cabeza con desesperación, como si una fuerza invisible no le permitiera hacerlo.

Corrí de inmediato para ayudarlo, pero un poco antes de que pudiera llegar a él, mi hermano finalmente pudo sacar la cabeza. Se veía aterrado, intentando desesperadamente tomar aire. Apenas logró tranquilizarse, me dijo que estaba jugando con su amiga Rita, quien le pidió que se asomara a la fuente para que pudiera ver una tortuga, y en cuanto él agachó la cabeza, ella lo sumergió y no lo soltó hasta que escuchó mi voz.

No estaba seguro de cómo procesar esa historia, pero estaba seguro de que aquel espectro no podía tratarse de mi difunta hermana, ya que no tendría ningún motivo para hacerle daño a mi hermano menor. Pensé en contarle todo lo sucedido a mis padres, pero mi hermano me suplicó que no lo hiciera, no solo porque temía que no le creyeran, sino porque mi padre le había prohibido estrictamente acercarse siquiera a la fuente. Por lo tanto, le prometí no decirle a nadie.

Los acontecimientos paranormales continuaron hasta afectar incluso a mis padres, quienes, a pesar de experimentarlos, continuaban diciéndonos que todo no era más que extrañas coincidencias y que en las casas viejas siempre hay ruidos extraños. La gota que colmó el vaso fue cuando una noche, mientras mi hermano pequeño veía televisión y todos nosotros estábamos en nuestras respectivas habitaciones, un grito nos alertó. Todos corrimos de inmediato hacia mi hermano menor, quien dijo que alguien lo había mordido, mostrándonos su hombro donde, con asombro, vimos una marca muy clara de una mordida humana.

Después de aquel acontecimiento, mi padre decidió investigar el pasado de la casa y descubrió que algo terrible había sucedido allí muchos años atrás. Un matrimonio joven había vivido en la casa y habían perdido a su hija en circunstancias misteriosas. Sin embargo, mucho antes, ya se había tenido registro de sucesos extraños relacionados con esa casa, entre ellos, y el que más me impactó de todos, fue el de un hombre anciano que había realizado múltiples llamadas y reportes a la policía diciendo que alguien vivía en su casa y lo mordía por las noches.

A pesar de estar hartos de experimentar esas terroríficas situaciones, no teníamos otra opción más que quedarnos en la casa. Económicamente, no podíamos permitirnos mudarnos a otro lugar, así que continuamos viviendo allí con el constante miedo y la sensación de ser observados y atacados por algo que no podíamos ver ni comprender.

Cada noche nos preparábamos para enfrentar lo desconocido. El ambiente se volvió tan insostenible que todos, incluyendo mis padres, decidieron que lo mejor era dormir juntos en el piso de abajo. Muchas veces escuchábamos ruidos inexplicables, pasos que resonaban en el pasillo del piso de arriba y risas tenebrosas que parecían llenar el aire hasta el punto de volverlo casi asfixiante. A veces, incluso sentíamos que alguien o algo se acercaba a nosotros en medio de la oscuridad de la noche.

Mis padres intentaron todo lo posible para protegernos de esas presencias perturbadoras. Contrataron a expertos en lo paranormal, quienes realizaron rituales de limpieza y protección en la casa. Pero nada parecía detener la actividad sobrenatural que nos acosaba.

Nuestras vidas se vieron afectadas en muchos aspectos. Teníamos dificultades para conciliar el sueño, nuestras mentes llenas de temor constante. Nuestros cuerpos comenzaron a presentar heridas y hematomas, pero los doctores solo decían que se trataba de una insuficiencia de hierro, por lo que las vitaminas que nos recetaban no servían de nada. Las tensiones crecían entre nosotros, ya que el miedo y la incertidumbre afectaban nuestra relación familiar. A pesar de todo, nos aferramos unos a otros, encontrando consuelo en nuestra unión.

La Casa Nueva Historia De Terror

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Pasaron los años y finalmente llegó el momento en que nuestra situación económica mejoró lo suficiente como para considerar mudarnos. La casa nos había consumido tanto física como emocionalmente, y aunque nunca nos acostumbramos a la actividad paranormal, el pensamiento de dejarla atrás nos llenaba de esperanza y alivio.

Comenzamos a buscar un nuevo hogar, uno alejado de la oscuridad que había dominado nuestras vidas durante tanto tiempo. Cada visita a una nueva propiedad nos llenaba de ilusión, imaginando cómo sería vivir en un lugar sin las presencias aterradoras y las experiencias inexplicables.

Finalmente, encontramos una casa que parecía ser todo lo que habíamos esperado. Estaba ubicada en un vecindario tranquilo, lejos de la historia sombría que nos perseguía. Después de asegurarnos de que era económicamente viable, tomamos la decisión de vender la antigua casa y mudarnos lo más rápido posible.

El día en que nos mudamos fue una mezcla de emociones. Estábamos emocionados por comenzar una nueva etapa en nuestras vidas, pero también temerosos de que la presencia nos siguiera. No obstante, estábamos decididos a dejar atrás el pasado y construir un futuro libre de terror.

A medida que salimos de la antigua casa por última vez, sentimos un alivio abrumador. Atrás quedaban los susurros en la noche, los pasos que nos seguían y las inexplicables interacciones con lo paranormal. Cerramos la puerta de esa casa maldita y nos alejamos con la esperanza de que finalmente encontraríamos paz.

Escrito por: Aurora Escalante

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