No Abran Historia De Terror 2023

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No Abran Historia De Terror 2023

No Abran, Historia De Terror… Hace varios años nos toco visitar, a mi novio y a mi, unas cabañas cerca de la Patagonia. El lugar exacto me lo reservo por cuestiones de privacidad, ademas de que mis nombres los cambiaré, aun así, por las descripciones del lugar, es muy probable que algunas personas identifiquen la zona de inmediato.

El caso es, que mi novio y yo, teníamos pocos meses de relación, estábamos en esa etapa donde el amor es muy pasional, buscábamos mas que nada un lugar de intimidad, que fuera mágico, hermoso, diferente a todos los demás.

Así fue, que Sergio, (nombre que decido darle a mi novio) dio con el numero de este hotel de cabañas.

Las fotos del lugar se veían maravillosas en internet, yo la verdad no dudé ni un segundo en acudir, creo que me emocione de mas, pues apenas vi las imágenes, ni siquiera lo pensé, le dije a Sergio que yo pagaría mi parte, y hasta pondría lo del transporte.

Sinceramente, aun si me hubieran dicho lo que pasaríamos, no lo hubiera creído, como tal vez, no me creerán muchas personas que escuchen mi historia, otras personas en cambio, sabrán que este tipo de cosas pasan, y me creerán sin pensarlo dos veces.

El lugar era muy concurrido, eran vacaciones y no pudimos ir de inmediato, debido a que no había ni una cabaña libre.

Tuvimos que esperar una semana y cuando todo estuvo libre, nos embarcamos en nuestra travesía.

Tuvimos un inconveniente, una mala jugada de la agencia de viajes que contratamos, no había cabañas disponibles, al menos no, en el complejo principal.

Sergio estaba muy molesto, hablo con el gerente, quien para solucionar nuestro problema, nos ofreció darnos una cabaña, alejada del complejo, se nos proporcionaría una cuatrimoto, para poder llegar, sin costo alguno.

Nos enseñaron las fotos del lugar, lucia bastante hermoso, parecía digno de un cuento de hadas. En el sitio solo se encontraban tres cabañas, de las cuales solo funcionaba en la que nos hospedaríamos, esto nos parecía genial, sobre todo por la privacidad.

El único inconveniente era, que tendriamos que esperar a que la limpiaran, cosa que les llevaría cerca de una hora y media. No nos importó mucho esperar, ya llevábamos algo de tiempo esperando, aparte, esa hora y media nos permitiría ir por algunos víveres, y algunas cargas de leña, para no tener que salir de la cabaña.

Fuimos a un pueblo cercano, compramos todo en una tienda local.

Cuando regresamos, nos trasladaron en una camioneta con caja grande, en la parte trasera traían la cuatrimoto.

El chofer, era de ese tipo de personas que hablan hasta por los codos, nos contó su vida resumida, y al final termino platicando  sobre una leyenda local, que nos pareció de lo mas interesante.

La leyenda databa de cuando se comenzó a colonizar el área, supuestamente cerca de donde se ubicaba nuestra cabaña, se instalo un campamento de marineros italianos. Vinieron con mujeres y niños, que huían de problemas en Europa.

Según la leyenda, en los barcos venia una partera, era una mujer mayor, que en Italia había sido acusada de practicar hechicería, los marineros decidieron llevarla, por sus conocimientos de partera y de curandera, no obstante, terminarían arrepintiéndose.

A los pocos años de haberse instalado los marineros, algunas mujeres empezaron a tener hijos. Era muy difícil que los niños se lograran, la mayoría de mujeres perdían a los niños, y no fue a causas naturales.

Al poco tiempo culparon a la partera, a quien fueron a revisar su choza, misma que mantenía alejada del resto del grupo. Los colonos descubrieron con horror, que aquella mujer, no solo tenia algunos fetos en frascos, sino también partes del cuerpo de una mujer.

Supuestamente la partera descubrió que invadieron su casa y huyo al campo.

Los colonos ni se molestaron en seguirla, pues creían que la mujer moriría sin remedio, ya fuera porque la atacara un animal salvaje, o de hambre y sed. Aun así, los colonos estuvieron atentos por si veían a la mujer rondando el campamento.

Pasaron semanas, meses y ni una sola pista de la mujer. Durante ese tiempo, los niños siguieron desapareciendo.

Uno de los colonos dijo haber visto a la partera llevándose a su hija. Se organizo un grupo de búsqueda, siguiendo las indicaciones del hombre, fueron tras la mujer.

Pasaron tres días y los hombres no regresaban. Después de una semana, aparecieron solo dos de los hombres, se veían bastante mal.

Ellos contaron que la partera era en realidad una bruja poderosa, que poco a poco fue engañándolos a todos para que se perdieran, para lograr esto, ella les causaba alucinaciones, imitando las voces de ellos y aprovechando de que se dividieron para buscarla, los fue alejando y adentro cada vez mas, en el corazón del bosque.

Ellos se salvaron, porque encontraron refugio en una cabaña abandonada, y a pesar de que escuchaban como tocaban a la puerta, ademas de escuchar las voces de sus compañeros muertos, no abrieron, al contrario, gritaron con firmeza que no lograría entrar a ese lugar, ya que la sangre de cristo estaba con ellos.

Los colonos terminaron mudando el campamento mas al norte, ya que no sabían como hacer frente a esa bruja.

Cuando el chofer termino de contar la historia, habíamos llegado a nuestro destino. Nos ayudo a bajar todas nuestras cosas, nos mostró la cabaña, que por cierto se veía bastante lujosa, a diferencia de las otras en el complejo, que eran un poco austeras. La sala principal contaba con una enorme chimenea, unos sillones muy cómodos, y una alfombra bastante caliente.

El chofer antes de irse, nos dijo algo que de inmediato interpretamos como un intento por asustarnos, nos dijo que si nos tocaban a la puerta, a las tres de la madrugada, no abriéramos por ningún motivo.

Yo me quede pensando, en que tipo de persona en su sano juicio abriría a un llamado, en medio del bosque a las tres de la madrugada. Casi fui grosera con el señor, pero al final me mordí la lengua, y le dije que no tuviera cuidado, de cualquier manera no pensábamos salir para nada, durante toda la noche.

Le pedí amablemente a Sergio que le diera propina al tipo, pues esa era la manera mas educada de despedirlo. El hombre se fue, no sin antes repetirnos que no abriéramos la puerta en la noche y si teníamos algún problema, podríamos hablar a la recepción, allí atendían las 24 horas.

Por cortesía le dijimos que estaba bien, pero el tipo siguió diciéndonos que insistiéramos en recepción para que nos dieran una cabaña en el complejo principal, y nosotros le dijo que nos agradaba mas, a la que acabábamos de llegar.

El sujeto noto nuestro incomodidad, se subió a la camioneta sin mirarnos, y se alejo. A nosotros nos pareció extraño el comportamiento de aquel tipo, así que agradecimos que se fuera.

Habíamos rentado la cabaña por todo un fin de semana, así que pasaríamos al menos dos noches en ella. El lugar mas que transmitirnos miedo, nos daba calma, ademas de parecernos muy romántico.

No Abran Historia De Terror

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El lugar se encontraba rodeado por arboles, nos parecía bastante interesante, pues era la experiencia perfecta de estar en una cabaña en medio del bosque, a diferencia del complejo principal, que mas bien parecía un fraccionamiento, igual y también era lindo el lugar, pero no se podía compara al lugar en el que nos encontrábamos.

De la cabaña ni hablar, yo apenas llegué, me quede tirada en la alfombra que era realmente cómoda. Pensamos en salir un rato fuera de la cabaña, antes de que oscureciera, ya luego pudiéramos preparar algo para la cena, y descorchar una botella de vino espumoso.

Nos quedamos mirando desde una banca, en total calma, escuchando los pájaros, mirando como caían algunas hojas y de vez en cuando alguna ardilla, entre otros animales.

De repente Sergio me dijo haber visto a una mujer dentro de una las cabañas vecinas. Sinceramente yo no vi nada, mas el, insistió, incluso se puso algo asustado. Al verlo en ese estado, le dije que estaría bien si entráramos de nuevo a la cabaña.

Pasamos las primeras horas de las noche sin sobresaltos, no escuchábamos nada extraño, todo estaba en mucha calma, el sonido del viento sobre los arboles nos arrullaron.

Me quede dormida sobre la alfombra, en la sala. Me desperté pasada una hora y note algo, que no vi al principio, eran varios cuadros de corte religioso, una imagen de la virgen Maria, un crucifijo, y en una pared, que daba hacia una ventana, un cuadro de Jesus, que era un poco espeluznante, esto gracias a su realismo, sea quien sea, que haya hecho ese cuadro, poseía un talento mágico y único. 

Su mirada reflejaba una agonía y desesperación, que solo pueden reflejar aquellos que están condenados a muerte.

Le dije a Sergio que ese cuadro me daba miedo, le pedí que lo quitara de allí. Sergio, que es mas alto que yo, solo tuvo que estirar un poco los brazos para retirar el cuadro de la pared.

Lo metió dentro del armario, que se encontraba en nuestra habitación. Sergio, coincidía conmigo, en que ver el cuadro, producía cierta sensación aterradora y sofocante.

Creo que serian cerca de las once de la noche cuando ocurrió esto.

No nos metimos a la habitación de inmediato, deseábamos encender el fuego en la chimenea y pasar otro rato en la sala.

Pasarían entre veinte y treinta minutos, cuando empezamos a escuchar ruidos que provenían de la habitación, Sergio fue a asomarse, para ver si no se había metido algún animal salvaje. Para esto, se llevo el atizador como arma. Pasados cinco minutos, me hablo.

Me acerque a la habitación, me dijo que guardara silencio. Nos quedamos quietos y callados, entonces lo escuchamos. Era como si alguien o algo se arrastrara dentro del armarios, que por cierto, el mueble era los suficientemente grande, como para usarlo de habitación. Sergio abrió las puertas, para que viera como no había nada ni nadie dentro, y aun así, el sonido seguía, lo único que se encontraba dentro, era el cuadro en el fondo, que con la poca iluminación, solo se alcanzaban a ver los ojos y las manos de cristo.

Nos quedamos mirando el uno al otro, y después mire en dirección al cuadro.

Juro por dios, que vi como los ojos se movía, las pupilas se giraban, quedando a la vez hacia arriba, otras hacia abajo. Sergio cubrió el cuadro con una sabana que encontramos dentro del armario.

Sergio, que aunque yo se que es muy miedoso, intento hacerse el valiente, e intento darle una explicación a lo que estaba ocurriendo, dijo que todo era pura sugestión nuestra, la historia del chofer se nos quedo grabada en el inconsciente, y ahora escuchábamos y percibíamos cosas que no existían.

No somos cercanos a la religión, aun así, yo creo en dios, y se rezar, aparte, siempre cargo conmigo un amuleto en mi collar, es tetragramaton, me lo regalo mi abuela paterna, como protección, mi familia suele ser muy creyente en esos de temas de la brujería, y sobre la lucha del bien y el mal.

Le pedí a Sergio que me ayudara a rezar, tal vez así lograríamos tranquilizar nuestros inconscientes. El no se negó, aunque sinceramente, el suele ser ateo, y le desagrada todo aquello que tenga que ver con rezar o acudir a misa, creo que eso es mas por pereza, que por diferencia de ideas. En fin, el se puso a rezar conmigo, esto logro neutralizar la atmósfera, yo no se a ciencia cierta, si las oraciones alejaron realmente las malas energías, o si fue como si el tener fe en algo mas grande, le diera algo de calma y seguridad a nuestras consciencias, el chiste fue que los sonidos extraños pararon, y nosotros nos sentimos tranquilos.

Bebimos otra copa de vino y nos comimos algunos bocadillos. Me acerque a la ventana, afuera los faroles se habían encendido, iluminaban un camino de piedra que conectaba las tres cabañas. Para mi sorpresa, afuera estaba todo lleno de neblina, esto le daba un aspecto fantasmal al paisaje. Me hubiera gustado que en esa época existieran cámaras fotográficas digitales, hoy en día tendría muchísima evidencia de lo que vivimos.

Nos quedamos hipnotizados por el paisaje, que era en verdad romántico, como en esos viejos cuentos de fantasmas. En eso, otros sonido nos saco de nuestro estado de letargo.

El sonido era algo así, como si arañaran las tejas sobre nosotros.

Yo abrace a Sergio, pues si fuese un animal el que estuviera haciendo ese sonido, era un animal bastante grande y eso, si me daba mas miedo que un fantasma.

Sergio me dijo que no tenia porque preocuparme, pues el tejado era demasiado grueso como para que lo pudieran atravesar los animales, aparte, el único lugar por donde pudiera entrar, seria la chimenea, misma que manteníamos encendida.

Nos acercamos al fuego, mientras los arañazos cesaban, para esto ya eran cerca de las dos de la madrugada. Afuera se soltó un ventarrón que sacudió las ventanas.

Sergio me dijo que vio una silueta detrás del ventanal junto a la puerta.

Nos acercamos, corrimos las cortinas, y en efecto, a unos metros de la ventana, estaba la silueta de una persona de baja estatura, a simple vista parecería la sombra de un niño, aunque con esa niebla era difícil saber.

Sergio me preguntó, que si salíamos a ver que pasaba, que tal que fuera un niño que se hubiera perdido del complejo principal. Yo le reproche que eso no seria buena idea.

A los dos minutos, volvimos a asomarnos, ahora eran tres sombras las que se veían, era obvio que no pertenecían a seres humanos vivos, pues no hacían ningún ruido, ni siquiera se movían, solo estaban allí, mirado en dirección a nuestra cabaña.

Comencé a sentir intranquila de nuevo, cuando entras en ese estado de terror, cualquier sonido natural, te hace brincar, y la madera de la cabaña, comenzó a crujir, seria algo natural si fuera un sonido pasajero, pero aquella noche, no dejaba de sonar por todo el lugar, parecía como miles de pies, pisaran tanto el tejado, como el piso de madera.

Le dije a Sergio que no creería soportar mucho tiempo esos fenómenos, pero que tampoco deseaba salir en la noche, no mientras hubiera esa densa neblina, quien sabe que otros seres habría allí afuera esperando emboscarnos.

Nuevamente, los fenómenos pararon. Nos sentamos y encendimos la televisión, para mantenernos entretenidos, yo no tenia nada de sueño, me sentía con miedo e impotencia, no quería estar mas allí, y tampoco podíamos irnos así como así.

Al final me quede dormida, lo mismo que Sergio, le dije que apagara la televisión.

Cerca de las cuatro de la madrugada, alguien toco a la puerta con fuerza.

Sergio ya se encontraba de pie cuando yo abrí los ojos, le preguntaba apenas a Sergio sobre lo que ocurría, cuando volvieron a tocar. Le dije que no abriera la puerta, ni de broma. En eso escuchamos la voz de un niño, lloraba y pedía ayuda.

Sergio se asomo por una mirilla en la puerta, se quedo unos segundos mirando, después me volteo a ver, y movió la cabeza de un lado a otro, en seguida me invito a que echara un vistazo también. Fuese lo que fuese que estuviera allí afuera, no era humano, parecía mas un muñeco antiguo de porcelana, que un niño, aparte, desde allí, no se le veía la mitad del cuerpo.

Me aleje de la mirilla, y le dije a Sergio que ya no soportaba estar allí, el en cambio se asomo por la ventana, segundos después me llamo para que me asomara también, le dije que ya no quería ver nada, pero el insistió a pesar de mi negativa, me dijo que me sorprendería.

Me acerque a la ventana solo porque no quería estar alejada de Sergio, me asomé en dirección a la puerta, y no vi nada, aun así, se escuchaba la voz del niño pidiendo que lo dejáramos entrar.

Me eché a llorar, le pregunte mil veces a Sergio sobre que podíamos hacer, no podíamos salir, no me quería quedar. El me dijo, que la única solución, era esperar a que amaneciera, obviamente no nos regresarían el pago de las dos noches, pero no importaba, no creo que alguien en su sano juicio, desearía estar en una cabaña embrujada, y acechada por algo entre los arboles, con el poder de conjurar espectros de niños pequeños.

Lo pensé dos veces, sabia que Sergio tenia razón, no me quedaba mas remedio que intentar calmarme, tratar de ignorar los sonidos en la cabaña, ademas de las toquidos, ademas, tal como nos dijo el chofer, si no abríamos la puerta, no nos pasaría nada malo.

Recordé un viejo hechizo de protección que vi una vez, en una revista.

Era algo simple, solo se tenia que dibujar un circulo de protección con sal. Le pedí a Sergio que me acompañara a la cocina, para ver si de casualidad había algo de sal.

Para mi suerte, encontré un bote entero, justo encima de un pequeño refrigerador.

Vertí poco a poco la sal, formando un circulo lo suficientemente grande para que cupiéramos Sergio y yo, esto lo hice en la sala. Después, deje una linea en la entrada para evitar la entrada a las energías negativas.

La puerta volvió a sonar, esta vez iba acompañada de la voz de una mujer adulta, era una voz rasposa y chillona a la vez, cada palabra calaba en los oídos. Decía ser una anciana que se encontraba perdida, nos pedía que le dejáramos entrar. Como no le respondimos, su tono de voz se puso aun mas chillón, suplicaba que aunque sea le permitiéramos llamar a recepción. Nuevamente no le respondimos, su voz no era natural.

Se hizo el silencio durante un par de minutos, y justo cuando cantábamos victoria, comenzaron a azotar la puerta con violencia, enseguida la voz de la vieja sonó con fuerza, ahora en lugar de pedirnos que la dejáramos entrar, nos lo exigía, nos amenazaba con maldecirnos si no le permitíamos entrar.

De repente sentí que algo se apodero de mi, me puse de pie y le grite que de ninguna manera lograría entrar, y si lo intentaba, la quemaríamos viva.

Sergio se me quedo viendo anonadado, estaba tan sorprendido como yo, no supe de donde vinieron esas palabras, parecía que algo se había apoderado de mi.

De nuevo, tuve esa sensación y le grite:

¡Vuelva bruja al bosque, a la oscuridad donde perteneces! ¡Pagaras un día por las almas de esos niños!

Me agarre la boca, me sentía asustada, aunque esto logro hacer que la bruja que nos acechaba tras la puerta, se detuviera.

Le dije a Sergio que no aguantaba, que le juraba que esas palabras nunca cruzaron mi cabeza, y aun así salieron, el me dijo que tal vez, un espíritu antiguo intentaba ayudarnos.

Enseguida, un aire se colo a la cabaña, nosotros nos encontrábamos dentro del circulo de sal.

Después de eso no recuerdo mucho, ya que algo se apodero de mi, yo solo sentí que me desmaye, no obstante, Sergio afirma, que comencé a hablar en un extraño lenguaje, y que mis ojos se pusieron en blanco.

Cuando recupere la consciencia, estaba acostada en uno de los sillones, y Sergio me miraba preocupado, yo tenia un trapo húmedo en la frente. Me dijo que tenia fiebre.

Creí que todo lo que viví esa noche, había sido solo una pesadilla a causa de la fiebre que aun presentaba, sin embargo, después de contarle lo ocurrido a Sergio, el me dijo que todo fue real, que después de que empece a hablar en ese extraño lenguaje, convulsione un poco y me dio fiebre, pero que los fenómenos se detuvieron, y ahora solo estaba esperando a que me bajara la temperatura, para irnos al fin de allí.

Sergio intento llamar a la recepción, mas la linea no funcionaba.

Yo le dije que solo me sentía débil, que si aguantaría el viaje en cuatrimoto.

Salimos de inmediato, llevando solo nuestras maletas, dejamos todo lo que compramos de comida.

No pudimos hacer que nos devolvieran el pago de la segunda noche, pero no nos importo, regresamos de inmediato a nuestra casa.

Decidimos no hablar sobre lo ocurrido aquella noche, ni siquiera entre nosotros, desgraciadamente a mi me quedaron secuelas.

Al pasar de los días, Sergio me mencionaba que hablaba dormida, cosa que nunca hice, ni siquiera de niña. No seria algo raro si mis palabras fueran cosas sin sentido, sin embargo, me dijo Sergio, que podía mantener una platica conmigo, pero que yo, no era yo, sino otra persona que no le quiso decir su nombre, pero que le contó varias cosas acerca de la bruja que enfrentamos esa noche.

A Sergio le parecía algo espeluznante dormir conmigo, ya que en cualquier momento de la noche podía comenzar a hablar, después de platicarlo detenidamente, decidimos consultar a un parapsicologo.

Por medio de varias sesiones, supimos que me había poseído un espíritu que vivía en el cuadro, era un anima que había logrado escapar después de la muerte a la bruja, supuestamente vivía dentro del cuadro de Jesus, al que vimos mover los ojos.

Gracias a este parapsicologo logre dejar hablar dormida, no dudo ni un poco que esa anima regreso a su lugar de origen, y me dejara en paz.

En diversas ocasiones hemos rentado cabaña, pero en otros lugares y viajamos acompañados por la familia de Sergio, a veces con mi madre, pero no hemos vuelto a tener un enfrentamiento directo con algo tan extraño, si nos han pasado que las cosas se caen solas, o que rechinan los muebles de la nada, incluso hemos estado contando historias frente a la chimenea, pero no hemos vuelto a pasar por una experiencia tan intensa como aquella vez.

Autor: Mauricio Farfan.                             

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