La Bruja y El Espejo, Historia de Terror 2023.

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La Bruja y El Espejo, Historia de Terror 2023.

La Bruja y El Espejo, Historia de Terror… Soy originaria de un pueblo muy hermoso, San Sebastián del Oeste, Jalisco, pueblo antiguamente dedicado a la minería, si investigan un poco verán lo hermoso que es aquel paraje, sin embargo, la historia que hoy les traigo de hermosa tiene poco, por el contrario, es la historia más aterradora que he vivido.

Actualmente ya no vivo en México, mi esposo trabaja en Canadá, cuando nos casamos nos fuimos a vivir para Columbia Británica.

Fui criada por mi abuela paterna, pues mi madre murió cuando yo nací y a mi padre lo veía rara vez, pues él trabajaba en Vallarta, así que prácticamente la mayor parte del tiempo lo pasé con mi abuela.

Vivíamos en una casona antigua, no recuerdos con cuantas habitaciones contaban, creo que jamás las conté, el caso es que cuando era niña me encantaba correr por los pasillos, sin embargo, mi abuela siempre me advertía que no abriera las habitaciones cerradas, pues me podría picar algún insecto, como una araña capulina o un alacrán.

Ya saben cómo somos de niños, cuando nos dicen que no hagamos algo, hacemos todo lo contrario, así que ya sabrán, corría y abría las puertas que llevaban puesta la llave.

La mayoría de las habitaciones estaban completamente vacías, de entre todas solo una estaba cerrada con candado.

Siempre le preguntaba a mi abuela sobre el porqué esa habitación se mantenía cerrada, a lo que ella siempre me respondía que allí guardaba sus recuerdos.

Esa habitación fue objeto de mi obsesión, pues al no poder entrar, solía mirar por debajo de la puerta o a través del agujero por donde entra la llave para abrir la puerta, no lograba ver la gran cosa, un vestido blanco, una cama, un diván y un enorme espejo muy ornamentado.

Varias veces me tocó recibir un regaño por parte de mi abuela, por alguna extraña razón no quería que me acercara a esa habitación.

Una tarde que me quede sola, me acerque al cuarto y comencé a ver a través de la cerradura de la puerta, adentro algo se movía detrás del espejo, no pasaron ni dos segundos cuando noté, que efectivamente en el espejo se reflejaba la figura de una persona, no me detuve a ver qué forma presentaba, así que, de inmediato, quité mi ojo de la cerradura y escuché ruidos dentro de la habitación, entre en pánico y salí corriendo a la calle.

Me quedé sentada en la banqueta de la entrada, en cuánto llegó mi abuela le conté todo lo que vi en la habitación mientras lloraba, después de escucharme solo me dijo: “¡Te dije que no te arrimaras ahí!”.

Paso el tiempo y no volví a acercarme a esa habitación, hasta que al crecer me olvidé de ese incidente. Murió mi abuela y mi papá y yo nos encargamos de la casa.

Mi abuela guardaba en un cajón un llavero con una llave de cada rincón de la casa, por lo que decidimos probarlas.

Para mi mala suerte nos tocó abrir aquella habitación que mi abuela me prohibiera tanto.

Como les digo, suele pasar que cuando crecemos nos olvidamos de ciertas situaciones que nos suelen llegar a pasar, así me ocurrió a mí con esa habitación.

Aquella ocasión, en cuanto abrí la puerta algunos recuerdos se fueron desbloqueando, el primero de ellos fue que realmente jamás entre en esa habitación.

La habitación mantenía un olor desagradable, olor a humedad de años, yo pienso que mi abuela jamás habría esa puerta para que entrara el aire.

Recordé el vestido, recordé el sillón y la cama, todo era tan anticuado, quizás de la época de mi abuela o más antiguo.

Mi papá y yo nos pusimos a revisar un poco los cajones de un viejo ropero dentro de la habitación, no encontrábamos nada de valor.

Yo me encontré un viejo cuaderno firmado por un nombre que era desconocido para mi padre, él me dijo que esa casa la compro mi abuelo, pero él no fue el constructor, antes vivió una señora, según él, mi bisabuelo y el dueño de la casa eran compadres o algo así, no recuerdo bien, el caso es que cuando murió el compadre de mi bisabuelo, después de algunos años, la viuda decidió venderle la casa a mi bisabuelo, así fue como la obtuvieron, mi papá creía que ese cuaderno le perteneció a esa señora.

Como se podrán imaginar, la curiosidad me invadió y me detuve a leer lo que estaba escrito en el cuaderno.

Creí que se trataría de un diario, más resultó ser algo muy aterrador, era un manual de brujería, contenía frases que parecían invocaciones acompañadas de símbolos extraños, aunque algunas páginas eran ilegibles, pues la humedad había acabado por tragarse el papel.

Mi papá me sugirió dejar ese cuaderno, yo le obedecí, lo arrojé dentro de una bolsa negra donde estábamos colocando todo lo que fuera basura y proseguí revisando el cajón donde encontré el cuaderno, mi papá salió de la habitación rumbo al baño.

Pareciera mentira, más justamente en cuanto mi padre se alejó de la habitación, comencé a tener esta sensación de miedo, es como un sexto sentido de que algo malo ocurrirá.

Contaba ya con más de veinte años, por lo que me daba vergüenza salir corriendo buscando a mi padre, así que me obligué a proseguir con la limpieza. Para no sentir miedo comencé a cantar una canción en voz alta y seguí revisando el cajón.

Metí mi mano a ciegas y sentí algo raro, lo tomé con la mano y vi que era una especie de mechón de cabello enredado en una especie de tira de piel, que más bien parecía una tripa con la que envuelven los embutidos.

Me invadió una sensación de asco que no logré controlar, deje caer esa cosa asquerosa, me dirigí a la puerta y vomite.

Cuando logré controlarme, escuché un sonido como de campanillas a mis espaldas, primero sonó muy tenue, después las campanillas formaron una melodía, parecida a esas que suenan en las cajas musicales antiguas.

Esto me obligó a voltear rápidamente en dirección dentro de la habitación, vi que, frente al espejo, se encontraba la imagen de una mujer con una cajita musical en las manos

Grité, después salí corriendo hasta encontrarme con mi papá a medio camino, le dije que vi a alguien en el espejo.

Mi padre, aunque comprensivo suele ser muy incrédulo, así que me indicó que lo siguiera al cuarto y me daría cuenta de que dentro del espejo no estaba nadie.

Mi padre siempre me ha brindado seguridad, así que aun con miedo decidí seguirlo.

Tal como mi padre prometió, dentro del espejo solo se veía el reflejo de ambos, aunque en el piso vimos algo que no estaba, una cajita musical hecha de hojalata.

Mi papá se agachó a recoger la cajita, fue en ese momento cuando escuchamos pasos en el pasillo, yo volví a sentirme asustada y no pude evitar gritar, mi padre me pidió que me calmara, se acercó a la puerta para ver quien caminaba, cuando vimos como la mujer que miré en el espejo, asomar la cara en una esquina de la puerta.

La Bruja y El Espejo, Historia de Terror


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Yo sentí que me desvanecía, de inmediato mi padre me abrazó y comenzó a rezar el credo, la espantosa cara se desvaneció.

Mi padre me dijo que era mejor salir de allí, ya después veríamos que hacer, si llevábamos un sacerdote o contratábamos a otras personas para hacer el trabajo, yo escuchaba muy lejos a mi padre y seguía sintiendo que me desvanecía.

Recuerdo que me llevó por el pasillo hasta la sala principal de la casa, la cual tiene un espejo enorme en uno de los muros junto a la escalera.

Seria obra del diablo que allí estaba de nuevo la imagen de esa maldita bruja aterradora.

En ese momento mi padre me cubrió los ojos, y siguió rezando sin parar. No sé yo de dónde sacó mi padre tanto valor aquel día, yo en su lugar, dejaría a mi hija y saldría corriendo, sin embargo, él no es así, él se quedó cubriéndome los ojos y rezando sin para, hasta que aquella aterradora visión desapareció.

No recuerdo mucho mas de esa noche. Mi padre y yo nos fuimos a vivir a Puerto Vallarta, donde conocí a Rui, mi esposo a quien muchas veces le he contado esta historia.

La última vez que vi a mi padre, salió a colación aquel aterrador acontecimiento, para mi sorpresa mi padre me tenía noticias de lo ocurrido.

Resulta que en cierta ocasión se encontró con uno de los nuevos dueños de la casa de mi abuela, quien le platico, que siguieron sufriendo con las apariciones del espejo, por lo que decidieron llevar a un sacerdote a bendecir la casa, más esto no sirvió de mucho, pues a los pocos días los fenómenos volvieron a suceder.

Así que como solución final decidieron acudir a una vidente, quien encontró que el espectro se encontraba dentro de una habitación, por medio de sus rituales encerró al espectro en ese lugar.

Esto solucionó su problema, las apariciones se detuvieron entonces, según les dijo la vidente, todo estaría bien, siempre y cuando mantuvieran la puerta bajo llave.

A mí siempre me quedó la duda de quien se trataría ese horrendo espectro, siempre supuse que sería la primera dueña, quien se dedicaba a la brujería, eso era algo evidente, estaba el cuadernillo y esa porquería en el cajón, quien sabe que más habría allí dentro.

Por suerte no afectó en mi vida aquel encuentro con esa bruja, nada más allá de un susto.

Autor: Mauricio Farfan.

Derechos Reservados.      

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