Las brujas Come Niños, Historia De Terror 2023

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Las brujas Come Niños, Historia De Terror 2023

Las brujas Come Niños, Historia De Terror… Esta historia me la contó mi abuela y estoy seguro de que es cierta porque mi abuela siempre vio la vida con mucha sobriedad, jamás fue supersticiosa ni demasiado devota.

Sí tenía fe pero no era de las personas que intentan convencerte de que su Dios es el correcto, así que detrás de su historia no creo que hubiera una intención de convencernos de creerle, ella lo creía, y eso es suficiente para mí.

Prosigo a contar la historia.

En el rancho donde vivía, las casas estaban muy separadas una de otra y todo el mundo se conocía entre sí. Ella era joven y vivía con sus papás y hermanos.

El sustento de la familia era la siembra de maíz y frijol, sí tenían algunos pocos animales, pero solo para consumo de la casa, nada de venta.

Un lugar como cualquier otro, con sus cosas buenas y malas, pero todo normal. Las cosas cambiaron cuando desapareció un niño en una casa cercana.

Los padres del niño contaron que lo acostaron para dormir, atrancaron la puerta como acostumbraban y al amanecer simplemente ya no estaba.

El papá corrió a la puerta y estaba cerrada, como él la había dejado, algo extraño, ya que su casa no contaba con ventanas así que era la única salida posible.

La familia se puso histérica y pidió ayuda a todos los vecinos. Todos en los ranchos vecinos se dedicaron a buscarlo durante días, pero no hubo éxito.

Hubo un segundo niño desaparecido, fue en ese momento que empezó a correr el rumor de que una bruja estaba asechando los ranchos.

No había sospechas de nadie, se creía que la bruja venía del monte y se iría si bendecían las casas. Eso hicieron todos, claro que para eso solicitaron la ayuda del párroco.

El cura del pueblo fue y bendijo cada una de las casas, y les sugirió poner tijeras debajo de las camas de los niños. Luego de eso hubo calma por unos cuantos días.

Una tarde una muchachita, de unos 14 años, llegó al poblado con una canasta de quesos, los estuvo ofreciendo, vendió algunos cuantos y luego se fue.

La muchachita volvió la siguiente semana y también la siguiente.

En una de las ocasiones que fue a vender quesos la vieron meterse a la casa de uno de los vecinos. Estuvo ahí toda la tarde.

En la casa solo estaban el señor y el bebé, la esposa estaba en la iglesia.

La muchachita se fue antes del anochecer. Gran sorpresa se llevó la mujer al llegar y darse cuenta que su bebé ya no estaba, y su esposo no sabía darle ningún tipo de explicación.

A los días, mi abuela y la gente del poblado se enteró que una ranchería había pasado lo mismo, la muchachita de los quesos se había metido con un señor que tenía un bebé en casa, y al irse ella el bebé no aparecía por ninguna parte.

Estaba bastante claro que se trataba de una bruja, pero esos dos casos fueron diferentes a los primeros dos, ya que en los primeros dos los bebés desaparecieron en la madrugada sin que nadie viera entrar a nadie.

Uno de los hermanos de mi abuela dio una atinada sugerencia, quizá eran dos brujas, que operaban de forma diferente, así la gente solo se centraría en capturar a una mientras la otra seguía robando bebés quien sabe con qué macabra finalidad.

Para sorpresa e incredulidad de todos, la muchachita volvió al pueblo donde vivía mi abuela, la madre del bebé al que esa muchacha se había llevado le hizo frente y la abofeteó.

La muchachita le restregó en la cara lo que había hecho con su esposo y luego se fue carcajeándose.

Con el paso de los días la mujer que había golpeado a la joven bruja empezó a enfermar, empezó a palidecer, no podía comer ya que vomitaba todo lo que ingería, tampoco podía dormir.

Lo peor fue cuando la mano con la que había atacado a la muchacha se le empezó a poner de color negro, su marido tuvo que llevársela para que la viera un doctor, el señor regresó a los 2 días, venía solo, su esposa había muerto.

Él no duró mucho, la noche de ese fin de semana lo vieron salir de su casa, iba como hipnotizado, dicen que una lechuza blanca estaba posada en el techo de su casa.

Una semana después desapareció otro infante en el rancho, no se trató de un bebé, era una niña de unos 10 años, ella era amiga de mi abuela, solían jugar juntas.

Fue ahí que mi abuela empezó a sentir miedo de verdad, ya que si se habían llevado a su amiga ella podría ser la siguiente, eso la mantenía despierta por las noches.

Sí, la buscaron, por supuesto, aunque todos sabían que no la iban a encontrar porque se la había llevado la bruja.

Pasaron 4 días y ocurrió otro rapto, se trataba de un recién nacido, un primogénito, fue por eso que el padre se armó con pistola y machete y salió a buscar a su hijo.

Lo encontró, bueno, su cadáver, estaba en medio del monte, junto a los restos de un oscuro ritual, había cabezas de gallina, huesos de animales y símbolos extraños en la tierra.

Las brujas Come Niños, Historia De Terror

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Al día siguiente la muchachita de los quesos regresó, daba de brincos y se reía, como burlándose, disfrutando de todo el dolor que sus actos estaban causando, todos se escondieron en sus casas, incluyendo a mi abuela.

Nadie se atrevía a hacerle frente, con la muerte de la que la había abofeteado quedó claro que era mala idea meterse con ella, pero eso poco le importó al dolido padre que acababa de perder a su primogénito.

Ese señor salió con la escopeta cargada y sin dar tiempo a miramientos descargó todas las balas que tenía, tumbó a la bruja, la mató.

Todos estaban realmente impactados, algunos salieron de sus casas para ver el cadáver de la bruja, se llevaron una gran sorpresa al descubrir que la bruja no era una jovencita, sino una anciana, su deslumbrante apariencia solo era el fruto de un hechizo.

Hubo calma por una semana, y al señor no le pasó absolutamente nada, eso les dio valor a los demás, así que cuando vieron a la otra bruja intentar colarse a una casa, entre todos los que tenían arma fueron a llenarla de pólvora.

La bruja intentó escapar, pero no lo consiguió, también murió.

Las dos brujas habían muerto, parecía ser que los días de terror habían terminado, pero un mes después desapareció uno de los hermanos de mi abuela, eso solo podía significar dos cosas, la primera opción es que hubiera llegado una tercer bruja, y la segunda opción es que una de las vecinas, de las rancherías cercanas y los alrededores, fuera una bruja.

Todas las personas que estaban reunidas en la casa donde vivía mi abuela se voltearon a mirar entre sí, esperando que la culpable se delatara.

No pasó, pero si se dieron cuenta de una cosa, todos los que vivían cerca estaban ahí, todos menos una persona: Rita, la Vieja Loca.

Esa señora había tenido mala fama desde que llegó, era una arpía, siempre estaba al pendiente de lo que hacían los demás para estar hablando, para escupir su veneno e inventar chismes. Mi abuela dice que es entendible que lo hiciera, ya que era una mujer sola, que no tenía a nadie en el mundo porque nadie la aguantaba.

Todos, incluyendo a mi abuela y al padre de mi abuela fueron hasta la casa de esa señora, en cuanto estuvieron lo suficientemente cerca se percataron que desde el interior de la casa salía un olor en verdad asqueroso.

Entraron varios hombres, entre ellos el padre de mi abuela, tapándose nariz y boca, la mujer estaba rezando, rodeada por veladoras.

La mujer cuando se percató de la presencia de los hombres hizo un movimiento completamente antinatural, dio un brinco y quedó colgada de cabeza en el techo, viendo con odio a los hombres.

Intentó intimidarlos, pero no pudo hacer nada para evitar que las balas perforaran y atravesaran su cuerpo.

Fue así que los niños dejaron de desaparecer, nunca más volvieron a ocurrir incidentes de esa naturaleza.

Pero, y esto lo contaba mi abuela con miedo, durante las noches de luna llena misteriosas bolas de fuego rondaban la zona, no atacaban a nadie, pero sí que causaban mucho miedo, no tanto por el horrible rostro que tenían en el centro, sino por las carcajadas que emitían al pasar volando cerca de alguna persona.

Autor: Ramiro Contreras.

Derechos Reservados.

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