Extraño Encuentro-Historia De Terror 2022

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Extraño Encuentro-Historia De Terror 2022

Extraño encuentro, historia de terror… Hace tiempo, cerca del año dos mil, yo tenia apenas diecinueve años, me ocurrió un suceso de lo mas extraño.

Por aquel entonces era temporada de invierno, era un viernes por la tarde, no recuerdo exactamente que mes era, pero trabajaba en el turno vespertino. Así que como costumbre me encontraba trabajando. Por causa de que se escaseo el material con el que trabajaba en esa fábrica, pude regresar temprano a casa, en ese entonces vivía en casa de mis padres junto a mis hermanos.

Al llegar a casa me encontré con mi madre. Suelo ser muy cariñosa con ella y como es costumbre la abracé y le di un beso. Mi madre se sorprendió de que llegara tan temprano a la casa, así que le expliqué que estaba allí por falta de material.

Mas tarde mi madre me comentó que esa noche esperábamos visitas y prepararía una cena familiar.

Nos visitarían unas tías y pasarían la noche con nosotros. Esto me puso muy emocionada, me encantaba que nos visitaran, pues siempre la pasábamos muy bien, jugábamos a la lotería, contábamos chistes. No recordaba el día en que no la pasáramos bien.

Entonces mi madre me pidió que le ayudara a preparar la cena. Nos pusimos a revisar en las alacenas todos los ingredientes que necesitábamos, juntamos todo en la mesa, mi madre notó que nos harían faltas varias cosas. Como la comida llevaba mucho tiempo de preparación, no le daba tiempo a mi madre de ir al super a buscar lo que faltaba.

Ir y venir le quitaría mucho tiempo, no alcanzaría a terminar la cena para cuando llegaran mis tías.
Por aquel entonces yo tenia vehículo, por lo que me ofrecí a ir yo a buscar los ingredientes al super, mientras que mi madre adelantaba todo lo que pudiera.

Busqué una libreta para hacer una lista con todo lo que tendría que comprar.

En cuanto mi madre me terminó de dictar los productos necesarios, me dirigí a mi habitación, tomé un abrigo, una boina y las llaves del auto.

Subí a mi auto y conduje aproximadamente por veinte minutos. No tuve ningún inconveniente en el camino, el trafico estaba tranquilo.

Llegué al minisuper, el estacionamiento estaba medio vació, así que no batallé en estacionarme. Me bajé del auto, tomé un carrito, entre en la tienda y comencé mi expedición.

Al igual que el estacionamiento, el lugar estaba casi vació, había muy pocas personas entre los pasillos, esto me dio gusto, pues no habría una fila interminable a la hora de pagar y aparte de que no me gusta esperar, era conveniente para regresar pronto a casa con los ingredientes faltantes.

Se me hizo raro ver que todas las luces del ultimo pasillo, al fondo, estaban apagadas. No le tome mucha importancia, pues pensé que quizás el que estuvieran las luces apagadas, era a causa de que las bombillas estaban siendo reemplazadas.

Regresé a hacer mis compras. Saqué la hoja donde hice la lista de ingredientes que me dictó mi madre y me puse a buscar las cosas en los anaqueles.

Me encontraba muy entretenida, cuando comencé a escuchar unos quejidos provenientes del pasillo continuo. Las voces parecían las de unos niños.

Este sonido me alarmó, así que decidí asomarme al otro pasillo. Allí estaban dos niños de entre diez y doce años. Pensando en que sus padres los habían regañado o algo así, me dirigí hacia ese pasillo y los miré mas de cerca, para disimular, me puse a ver algunos productos del estante mas cercano a ellos.

Estaban los niños solos, no dejaban de llorar. Cuando estuve a punto de dirigirme hacia ellos para preguntarles que era lo que les ocurrió, se acercó una mujer casi tan joven como yo. Me di cuenta de que era su madre, pues de inmediato les preguntó acerca de lo que les ocurrió que los hizo llorar, a la par que les reclamaba por no haberle traído unas cebollas. En eso recordé que el pasillo de las verduras se encontraba al fondo, donde estaba el pasillo oscuro.

Los niños cuando escucharon que su madre les habló de las cebollas volvieron a llorar y enseguida le dijeron que no habían podido traer las cebollas. Esto hizo enojar a la mamá, que de inmediato les pregunto casi gritando, el porque no habían traído las cebollas, en eso el mayor de los niños, le dijo entre sollozos que estaba alguien en el pasillo, se les quedaba mirando de manera extraña y les daba mucho miedo.

La mujer ahora furiosa, tomó de las muñecas a sus hijos y los llevo de regreso al pasillo oscuro. Recuerdo que quité la mirada de esa mujer y los niños solo un momento, creo que no paso más de un minuto, cuando los tres después de haberse adentrado al pasillo, instantáneamente así como entraron, inmediatamente salieron abandonando el minisuper, esto me dejo extrañada, ni siquiera compraron nada.

Después de ver salir a la señora con los niños, intenté ignorar lo que acababa de ocurrir y continué con mis compras, pero no dejaba de pensar o imaginarme, que fue lo que ocurrió allí, que les hizo salir corriendo del supermercado, si la señora se veía enojada, era porque necesitaba comprar su mandado y salir así sin el, era algo tonto.

Comencé a especular que era lo que estaría allí. Pensé en algún rufián, algún acosador o ratero que estuviera acechando por el pasillo, aprovechándose de la oscuridad.

Este pensamiento se me hizo estúpido y ridículo, no era posible que alguien así estuviera allí, pues los trabajadores del establecimiento ya hubieran llamado a la policía. No tardaría en resolver esa incógnita, pues los próximos productos de mi lista se encontraban en ese pasillo.

Me sentí algo nerviosa por dirigirme hacia allá, pues para este punto, al haber pensando tanto en lo que habría allá, me sugestionó a tal punto, que esperaba encontrarme con un fantasma o cualquier cosa paranormal.

Deje mi carrito, me dirigí hasta aquel pasillo de el fondo, asomé un poco la cabeza para comprobar si había alguien.

efectivamente, aquellos niños tenían razón, si había alguien, pero no fue lo que yo me esperaba en el momento, yo pensaba que se trataría de algún malhechor o alguien intentando robar y a lo mejor por eso sería la razón por la cual la mujer y los niños dejaron el super, pero no era así, ya que lo que se encontraba era un hombre anciano, volteado de espaldas, era lo que se encontraba, no le tome importancia, me adentré al dichoso pasillo para conseguir las últimas cosas e irme a casa, solamente era un hombre de la tercera edad. No sentí que fuera un riesgo.


Busque rápidamente por los anaqueles hasta que al fin encontré lo que necesitaba, estaba a punto de darme media vuelta, pero antes de que pudiera hacerlo, se hizo presente una voz, muy rara, de hecho era tan extraña que en mi vida había escuchado un tono de voz semejante, parecía está ser cavernosa y cancerígena.

Historia De Terror-Extraño Encuentro

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La voz me pregunto que qué hacia allí, las palabras parecían provenir de aquel hombre anciano, y para mí asombro, no me había dado cuenta que el anciano ahora se encontraba a mi lado, pero no tuve miedo, pasaron 10 segundos cuando nuevamente el hombre volvió a preguntarme lo mismo.

Al no obtener respuesta de mi parte, el hombre se dirigió hacia a mi con un nombre que yo invente y era así como solían decirme en un antiguo trabajo que tuve.

Esto me sorprendió, pero lejos de darme miedo, decidí contestarle con un ¿Si? en son de que lo estaba escuchando, el tipo finalmente se dio la vuelta para verme a la cara, no tenía nada de extraño, el anciano de hecho me sacó una conversación y entonces comenzamos a platicar, el hombre me preguntó cosas sobre mí, como por ejemplo, ¿cuántos años tenía? en ¿dónde vivía? y en ¿donde trabajaba?, etc.

Tuve una plática bastante amena con el anciano, en eso mi pequeño celular de teclas de la época, comenzó a sonar y entonces conteste, era mi madre, preguntando si ya iba de regreso a casa y en eso le contesté, que sí, que estaba apunto de salir del minisuper e irme, colgué, después le dije al anciano que había sido un gusto conocerle, pero antes de retirarme el extraño, me mención algo que al principio, no tenía sentido.

Me dijo que tuviera cuidado, pues por esas fechas rondaba el charro negro y se estaba llevando a las muchachas.

En ese instante, nuevamente, no le tome mucha importancia, me despedí, agarre mi carrito y me fui a la caja a pagar los víveres, al pagar, cogí la bolsa de la compra y antes de salir de la tienda, nuevamente me encontré al extraño anciano.

Se aproximó hacía mi con una sonrisa y como sería la última vez que le vería, le di la mano en son de despedida, en eso el anciano, en lugar de darme igualmente la mano él decidió tomar mi mano y darle un beso, me quedé sorprendida ya que no me imaginé que me besaría la mano.

Le abrí la puerta para que el anciano saliera y se fue, en eso salí de la tienda, me dirigí al parqueadero, subí a mi vehículo y me puse en marcha de regreso a casa.

Durante mi camino todo estuvo tranquilo, salvo minutos más adelante, en la orilla de la carretera en la grava a lo lejos pude identificar y ver a una espeluznante figura, un enorme caballo negro y sobre este iba su jinete con vestimenta de charro negro, este portaba un enorme sombrero que le cubría todo el rostro y lo más escalofriante de todo, es que este me hacía señal de que me detuviera.

A lo que ni de loca me iba a detener y no era por ser descortés ya que en eso, me vino un recuerdo de aquel anciano que me había mencionado de tener cuidado mientras estuviera sola, yo sabía sobre la naturaleza de este enigmático personaje, a lo que pisé al acelerador de mi vehículo rebasando y dejando atrás al jinete y su caballo.

Intenté llegar a mi hogar lo más pronto posible, llegué y abracé fuerte a mi madre me preguntó si me había pasado algo durante el camino y para no preocuparle, decidí no contárselo.
Esa fue sin duda la experiencia mas extraña que viví en mi juventud.

Autor: Mauricio Farfan

Derechos Reservados.

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