El Nahual, Historia De Terror 2023.

El-Nahual-Historia-De-Terror-2

El Nahual, Historia De Terror 2023.

El Nahual, Historia De Terror… A mí me colocaron en retenes, en una ocasión, que teníamos un retén por el Puerto Seco, ahí cerca de la Chalchihuecan, una persona, que nada tenía que hacer en el retén, porque él se acercó caminando, me dijo que podía ayudarme con mi asunto sensorial.

Me llamó mucho la atención lo específico que fue ese señor, que para mí era un completo desconocido, ni siquiera me dejó responderle cuando volvió a dirigirse a mí diciendo que me esperaba en su casa, y me dijo la dirección, luego se fue.

Al principió dudé en ir, pero, como no había tenido las sensaciones negativas, supuse que esa persona no representaba ningún peligro para mí.

Me tomé unos cuantos días para pensarlo y al final decidí ir a verlo.

En cuanto entré a su casa se alegró de verme, me dijo que ya tenía todo preparado, de inmediato me llevó a pararme dentro de un círculo de arroz para empezar a realizarme una limpia con un huevo de gallina negra.

Cuando terminó de hacerme la limpia, el huevo ya no era de color blanco, había tomado una coloración entre café y verde, aparte olía muy mal.

El señor, que supongo que era un curandero, me dijo que la cualidad que yo poseía podía extraerla de mí, que de nada servía que yo la tuviera si mi percepción de esa cualidad era negativa, por eso el huevo se había puesto de esa forma.

Claro que, al librarme de esa singularidad, yo estaría expuesto a peligros los cuales sería incapaz de detectar.

Le dije que no me importaban las consecuencias que lo único que yo quería era ser una persona normal, sin ninguna capacidad extrasensorial ni nada que se le pareciera.

Pero, antes de dejar que me extirpara esa aptitud, le pregunté cuál era su interés en ayudarme, yo no tenía mucho dinero para pagarle, y creo que se notaba por la naturaleza de mi trabajo, entonces, yo no entendía qué era lo que él ganaba.

El curandero me explicó que existían algunos trabajos muy complicados de realizar, y que una habilidad como la mía podía serle de mucha utilidad, él no iba a cobrarme nada, solo le interesaba quedarse con mi don.

Ahí ya desconfié, yo no quería que alguien tuviera acceso a mi capacidad para usarla de forma negativa, entonces el curandero me explicó que no había forma de darle un mal uso a mis habilidades, porque para lo único que servían era para advertir del peligro, por lo tanto, solamente se podían utilizar para el bien.

Me convenció.

El ritual que me practicó fue muy complejo y para mí es imposible explicárselos porque duró casi 4 horas, fue muy cansado.

Después de ese día yo ya no volví a experimentar esa sensación tan horrible de saber que algo de bajo astral se encontraba cerca.

Varios años después, en 1999, estuve asignado para el resguardo de otro inmueble, en ese lugar había un área de oficinas, cubículos, y cada que me tocaba revisar el área podía escuchar que alguien agonizaba, cada que eso se escuchaba las lámparas de todo el inmueble empezaban a parpadear, además de que la luz de la linterna se iba mermando poco a poco, por eso yo siempre llevaba 2 linternas.

Yo, creyendo que todo se trataba de una extraña coincidencia, conseguí una mejor lámpara y le puse las mejores pilas que pude comprar.

Pero nada de eso importó, porque, en cuanto llegué al área de los cubículos, volví a escuchar esa terrible agonía, sonaba como si alguien estuviera teniendo serios problemas para respirar.

Lo más curioso de toda esa situación era que en cuanto me alejaba de los cubículos el ambiente volvía a la normalidad, mi linterna volvía a encender, las lámparas dejaban de parpadear, y el horrible sonido se detenía.

Y ese no era el único lugar en el que se presentaban situaciones anormales, del otro lado del inmueble había una esquina en la que, cuando te acercabas, se podía escuchar el llanto de un bebé detrás de las paredes, solo se podía escuchar entre las 2 y las 3 de la mañana.

El verdadero problema era que detrás de los muros de esa esquina no había nada, solo una muerte segura porque ahí terminaba el edificio, si alguien atravesaba esas paredes caería hacia la banqueta, por eso, inclusive considerando que pudiera tratarse de un fantasma, no tenía sentido, si ahí hubiera estado una oficina o un baño en el que el bebé hubiera muerto lo entendería, pero no había nada ahí, solo el vacío.

Yo comenté con algunos trabajadores ambas situaciones, tanto lo de los sonidos agonizantes como lo del llanto del bebé.

De lo primero, todos con los que hablé me dijeron no saber nada, pero de lo segundo, me dijeron que nunca debía acercarme a esa esquina, porque, según me comentaron, era una trampa del Diablo, me afirmaron que ya se había llevado a más de una persona por que andaban de curiosos.

No iba a jugarle al valiente, mejor le hice caso a las advertencias de las personas que trabajaban ahí.

Algunos meses después tomé mis vacaciones, yo había salido de casa de mis padres durante la madrugada para ir a la casa de un amigo, de pronto, uno de los indigentes de ahí de la colonia, pasó corriendo al lado mío mientras gritaba que había visto un Nahual.

Yo lo miré correr y gritar hasta que dio vuelta en una esquina, era la primera vez que el indigente se comportaba de esa manera, nunca nadie había comentado que ese señor estuviera loco, fue por eso que se me hizo muy raro lo que acababa de pasar.

Sin embargo, seguí caminando, más adelante, a una cuadra de la curva, a la altura de donde hoy está el Oxxo, pero 2 cuadras hacia abajo, que es ya lo último de la colonia, donde ya casi es puro baldío.

Afortunadamente yo nunca salía sin mi arma, por eso pude defenderme cuando el Toro Nahual empezó a caminar hacia mí.

El Nahual, Historia De Terror

El-Nahual-Historia-De-Terror-2
El-Nahual-Historia-De-Terror-2

Saqué mis 9 milímetros y empecé a disparar, los primeros 7 disparos no surtieron efecto sobre el Nahual, pero luego de recibir otros 5 impactos de bala en cuestión en 2 segundos, se detuvo, yo seguí disparando, el Nahual emitió un sonido estruendoso para luego dar la vuelta y para alejarse corriendo rumbo al lago, yo todavía alcancé a acertarle 11 tiros más, dejé de disparar cuando se había alejado más de 60 metros, mi puntería siempre fue buena.

Guardé mi arma y ya no llegué a la casa de mi amigo, mejor volví a la casa de mis padres, pero lo hice por otra calle, por si la gente salía no me reconociera.

Cuando llegué mis padres estaban despiertos, me preguntaron si yo sabía lo que había pasado afuera, y les conté lo del Nahual.

Mi padre me dijo que lo bueno era que traía mi arma, pero mi madre me regañó, me dijo que eso me pasaba por andar en la calle a esas horas de la madrugada.

Al día siguiente encontraron a un anciano muerto, lo encontraron cerca de un camino de tierra que conectaba la calle palma del rey con la calle Xalapa.

Decían que de seguro le debía mucho dinero a alguien porque el cuerpo tenía más de 30 balazos, en piernas, brazos, pecho, cabeza y muchos en la espalda.

Honestamente dejé de andar en la calle después de la media noche, hasta la fecha.

Autor: Desconocido.

Derechos Reservados.

Share this post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Historias de Terror