Lo Desconcido Historia De Terror 2022

lo-desconocido-historia-de-terror

Lo Desconcido Historia De Terror 2022

Lo desconocido, historia de terror… Pertenezco al ejército de Paraguay, para ser exactos, soy miembro de la segunda división de infantería, del II cuerpo del ejército.

Mayormente, se nos asignan misiones de apoyo en desastres, soy altamente requerido, esto gracias a mi formación como medico.

Durante mi carrera, me he enfrentado a todo tipo de peligros, entre ellos, tanto naturales, como sobrenaturales.
Hay muchas personas que no creen en estos relatos, precisamente por que les aterra aceptar, que existen muchas cosas a las que nos les podemos encontrar explicación hoy en día.

Durante mucho tiempo, he callado acerca de el suceso que estoy por contarles, pues, casi siempre que lo contaba, las personas que escuchaban, si no se burlaban de mi, intentaban darle una explicación a lo que vi, pero, puedo asegurarles que ese ser, no era ni bruja, ni humano, era algo tan extraño que aun hoy en día, cuando lo recuerdo, no puedo conciliar el sueño.

Todo comenzó, cuando a mi división, se nos asignó la labor de contención, en una inundación en un poblado cercano al rio.

Los nombres, tanto del poblado, como de mi división, me los reservo para evitar problemas.

El lugar que se nos asignó, era un poblado muy cercano a una presa, por ahí corre el rio, y debido al temporal de lluvia, el rio se desbordó, la mayoría de pobladores fueron evacuados, sin embargo, varias personas quedaron atrapadas en sus tejados.

Cuando nosotros llegamos, la inundación ya estaba siendo contenida por otro escuadrón de infantería. Apenas llegar, se nos informó que un grupo de turistas, quedaron atrapados cerca, de una de las entradas a la presa, llevaban allí al menos tres días.

No fue una tarea fácil rescatarlos, sin embargo, lo logramos después de ocho horas de maniobra.

Una vez que tuvimos a los civiles a salvo, ellos nos informaron que al menos dos personas, si alcanzaron a correr antes de la inundación, pero que temían por ellos, pues se fueron en dirección contraria a los albergues del ejército, supuestamente regresarían con ayuda, pero hasta ese momento no sabían nada de ellos.

Nuestros superiores escucharon a los civiles, la información que dieron era cierta, de hecho el capitán estaba informado de otro grupo de personas desaparecidas en el bosque.

Se asignó un grupo de búsqueda, del cual yo fui parte.
Se nos dieron unas coordenadas y partimos apenas hubiéramos descansado seis horas. Cuando se busca a alguien, hay que ser estratégico, o terminaras perdido también, o revisando la misma zona varias veces, desgraciadamente, en aquella travesía lo olvidamos.

Tuvimos que cubrir la zona a pie, por fortuna, durante esa misión, la lluvia había cesado, aun así, íbamos bien equipados con casacas contra la lluvia.

Llegamos al punto exacto, que se nos indicó, sin ver rastro de las personas desaparecidas.

Cerca de donde terminaba el cuadrante que nos indicaron, notamos varias pisadas y como a seis metros, un zapato y una bota.

Nuestro superior, tomo la decisión de que continuáramos revisando un kilómetro mas fuera del cuadrante. Seguimos el rastro, las pisadas y cualquier marca que nos indicara hacia donde caminaron las personas.

Personalmente, no tenia fe de encontrar personas vivas, por lo regular, cuando las personas se pierden en esas zonas, terminamos encontrando los cuerpos sin vida.

Así pues, eso es lo que yo buscaba, algún cadáver.

Venía platicando eso con dos compañeros, cuando escuchamos unos gritos pidiendo auxilio en ingles.

Seguimos el sonido hasta llegar a una arboleda, con una pequeña cabaña en medio. Entramos de inmediato, esperando encontrar dentro a las personas que gritaban, pero lo único que encontramos, fue un montón de ropa, basura y animales muertos.

Salimos, entonces vimos algo tan extraño, que de no ser porque todo el escuadrón lo vimos, no lo creeríamos. Es un fenómeno difícil de explicar, era algo así como una llama, al principio pensamos que era un árbol que se estaba quemando, mas, cuando nos acercamos, pudimos notar que era una flama, no tenia origen, estaba suspendida en el aire.

En arrebato estúpido, me acerque a tocarlo, pues no sentía calor emanando de aquel fuego.

Para aumentar mi sorpresa, no sentí que me quemara, al contrario, me producía frio.
Otros soldados hicieron lo mismo que yo, comprobando el extraño fenómeno. Uno de ellos, dijo que eso era un fuego fatuo, y que era muy probable que se produjera por algún cuerpo en descomposición, otro dijo, que era la manifestación de un espíritu maligno en la zona.

De pronto el fuego cambio de forma, parecía un ser alado, enseguida se movió de lugar, alejándose de nosotros, como si tuviera voluntad propia.

El fuego terminó por desaparecer en la profundidad del bosque. Un compañero dijo que vio rostros humanos dentro del fuego, otro le dijo que era solo su imaginación y que el fenómeno era algo natural, enseguida se puso a remover la tierra debajo de donde estuvo ardiendo el fuego, según el, hacia esto para encontrar el verdadero origen del fuego.

Lo único que encontró, fueron muchas lombrices.

Escuchamos de nuevo un grito, esta vez sonaba aun mas lejano.

El compañero que dijo que el fuego era un espíritu maligno, nos dijo que no deberíamos seguir adentrándonos en el bosque, pues precisamente era lo que buscaba ese espíritu, adentrarnos, separarnos y perdernos, para después alimentarse de nosotros.

La mayoría de nosotros le juzgamos de supersticioso, si era raro haber visto ese fuego fatuo, pero eso no quería decir que fuera un espíritu que nos deseaba perder.

Seguimos caminando, en dirección a donde escuchábamos los gritos de auxilio.

Fuimos a dar a una ciénega, donde aparecieron siete fuego mas, todos formando un semicírculo, el lugar apestaba a podrido, y era difícil caminar entre el fango, mas de una vez mis botas se atoraron.

Lo Desconocido Historia De Terror

lo-desconocido-historia-de-terror
lo-desconocido-historia-de-terror

Mis compañeros bromeaban con el mal olor, hasta que nuestro superior nos exigió guardar silencio, pues alcanzaba a escuchar algo cerca de nosotros.

Aunque aun había algo de luz, la zona era oscura a causa de lo frondoso de los arboles, motivo por el cual encendimos dos lamparas.

Se le ordeno a dos hombres estar a cubierto, apuntando sus armas, mientras otro iluminaba en ambos lados del camino.

Un grito ensordecedor salió de entre una enramada, a un costado de la ciénega, dirigimos rápidamente la luz en esa dirección.

El soldado supersticioso comenzó a rezar en voz alta, nos dijo que estaba seguro que aquello era una trampa de una bruja, el sargento le dijo que guardara silencio.

Como no vimos nada salir, se le ordenó a dos hombres acercarse a la enramada.
Lo que ocurrió enseguida fue tan rápido, que fue difícil que entendiéramos la situación, aparte, la enramada estaba a mas de cinco metros de nosotros, no se podía ver exactamente que ocurría.

Escuchamos varios tiros, después a uno de los hombres gritar. Rapidamente nos acercamos a auxiliarlos. Lo único que recuerdo, fue ver una luz resplandeciente, no se parecía en nada a los fuegos fatuos del pantano.

Escuché varios tiros, enseguida se me ordenó aislar a uno de los soldados. Tenia una herida en la pierna derecha, tuvimos que cargarlo entre dos hombres, lo sacamos de la ciénega.

Una vez que pude revisarlo, supe que su herida era realmente una quemadura de tercer grado. Rápidamente saqué el equipo que llevaba en la mochila y le realicé una curación rápida.

El soldado nos dijo que vio al mismísimo demonio, que no sabía como describirlo, pero que era un ser negro y que ardía como el carbón, le agarró la pierna, entonces sintió el peor dolor de toda su vida, enseguida el otro soldado le disparó al ser, pero las balas desaparecieron en su cuerpo, para cuando nos acercamos, ese demonio desapareció en el fondo de la ciénega. No pude hacer mucho por el, solo brindarle los primeros auxilios.

El sargento ordeno a otros dos hombres llevar de regreso al campamento al hombre herido, mientras que al resto nos indicó seguir adelante.

Se nos hizo extraña la actitud del sargento. Un soldado, que era cercano a el, me dijo, que se le indicó encontrar a las personas extraviadas a toda costa, pues de entre las personas desaparecidas, iban dos extranjeros.

Casi a la orilla del pantano, encontramos una playera y otro par de zapatos. Varios de los soldados dijeron que era probable que los cuerpos estuvieran en alguna parte de la ciénega, debajo del agua, yo les dije que no era posible, pues los cuerpos flotarían, aun cuando no hubiera suficiente profundidad en el agua, el cuerpo se hincha con gases y terminan flotando en la superficie.

Cuando el sargento escuchó lo que dije, nos puso a dos de los hombres y a mi, a que revisáramos mas a fondo la ciénega, mientras que el resto del grupo avanzaría un kilómetro mas, después regresaríamos al campamento, para volver por la mañana.

No encontré ningún cadáver, sin embargo, puedo jurar que vi varias caras dibujarse en el agua, cada que ocurría esto, empujaba la culata de mi arma en dirección a estos rostros, que desaparecían apenas tocaba el agua.

Uno de los soldados que peinaba la zona junto conmigo, me dijo que todo lo que estaba ocurriendo, era debido a un espíritu maligno, que recordaba una antigua leyenda que escuchó de voz de su abuela, se trataba de la luz mala, teníamos que andar con sumo cuidado, y las armas de fuego no nos servirían contra ese ser.

Intenté no hacerle caso a mi compañero, era verdad que estaban ocurriendo cosas extrañas en aquel pantano, sin embargo, no deseaba sugestionarme, soy propenso a padecer ataques de pánico y ansiedad, por lo regular, mantengo estos males controlados con medicamentos, aun así, no deseaba sugestionarme, necesitaba mantenerme sereno, no es apropiado para un soldado, entrar en una crisis nerviosa.

Pronto dejamos de escuchar al grupo que se fue por delante de nosotros. Como ya estaba completamente oscuro, se nos dificultaba mas la búsqueda, nos servíamos sobre todo del tacto.

En una parte del pantano, yo logre sentir algo a través de la culata de mi arma. De manera inmediata, les hablé a mis compañeros para que me apoyaran.

Iluminamos entre todos. Era el cuerpo de una mujer. Rápidamente lo sacamos del agua y lo llevamos a la orilla.

Ver aquel cadáver a la luz de la luna, me parecía algo tenebroso.

El fuego fatuo se hizo presente justo a un lado del cuerpo, después avanzó hacia nosotros, había adquirido un color rojo mezclado con purpura.

Uno de los soldados dijo que no viéramos la luz directamente, yo cerré los ojos inconscientemente, escuché a uno de los soldados gritar.

Cuando volví a abrí los ojos, vi a uno de los hombres revolcándose en el suelo, el cadáver había desaparecido y la luz se alejaba, como si de un espectro se tratara.

No entendía lo que estaba ocurriendo, era todo tan extraño.

Auxilie al soldado en el piso, tenia las pestañas y cejas totalmente carbonizadas, decía que había visto al diablo. A pesar de que no tenia los parpados quemados, decía que no le era posible abrir los ojos.

Una vez que logramos tranquilizar al soldado, nos pusimos a buscar el cadáver, no era posible que un cuerpo desapareciera así como así.

Mi compañero volvió a repetir, que eso era la luz mala, que lo mejor era irnos, no podíamos enfrentarnos a ella, pues perderíamos.

Regresó el resto del grupo de soldados, traían dos cuerpos con ellos.

El sargento mando a cuatro hombres mas, en dirección al campamento, para hacer la entrega del hallazgo, a nosotros nos ordenó unirnos al grupo que encontró los cuerpos, supuestamente hicieron un hallazgo importante, tenían mucho que cargar.

Llegamos hasta una pequeña cascada, supuestamente se quedaron dos hombres vigilando, de los cuales, solo estaba uno, que alumbraba en dirección hacia abajo, por donde caía el agua hacia el rio.

Se le preguntó al soldado sobre la ubicación de su compañero, su respuesta fue de los mas misteriosa y alarmante, a tal punto que desató el miedo entre la compañía.

Según el soldado, una luz mortecina, apareció, su compañero se fue siguiéndolas, sin medir el terreno en el que se encontraba, el intentó detenerlo, mas el soldado parecía haber enloquecido y no se detuvo hasta caer.

Lo único que logró hacer su compañero, fue ver como caía por la cascada, no obstante, en ningún momento escuchó que cayera al agua, ni siquiera vio agua salpicando, ni los gritos del hombre, simplemente desapareció.

Se nos ordenó a todos alumbrar en distintas áreas, encendidos incluso un reflector con un faro de halógeno que cargábamos en la compañía.

Ese tipo de luz, abarca gran parte de terreno. No vimos ningún rastro del soldado desaperecido.
Se volvieron a dividir los hombres, unos tendrían que llevar unas cajas que encontraron, junto a los cuerpos; se decía que contenían material de contrabando, mientas que los demás, bajaríamos por un sendero que conducía

debajo de la cascada, para buscar al soldado.

Avanzamos con dificultad, ese sendero estaba resbaloso aun con botas militares, era difícil avanzar, cada dos segundos, sentía que me iba a caer, teniendo la misma suerte que el compañero que cayo hace un rato.

Con gran esfuerzo, llegamos debajo de la cascada, tenia el uniforme empapado y lleno de musgo, las manos raspadas, incluso perdí un compartimento con medicamentos.

Miré hacia arriba de la cascada, la altura no era exagerada, aun así, era lo suficientemente pronunciada, para acabar con la vida de una persona.

Empezamos a llamar por su nombre al soldado y como respuesta, vimos una luz blanca, que aseguramos, provenía de una lampara.

El sargento nos ordenó ir en esa dirección de inmediato.
Seguimos el brillo de la luz, pero fuimos victimas de una alucinación o espejismo, aunque no se si ese fenómeno se pueda dar en el bosque de noche.

Cuando llegamos al lugar de donde provenía el brillo, este se apago. No se veía nuestro compañero, no se veía nadie, era un silencio ensordecedor, ni siquiera un grillo o un ave nocturna sonaba.

Llamamos a nuestro compañero en voz alta, sin recibir respuesta.
De pronto nos llamaron por radio desde el campamento, la compañía tuvo que regresar, pues al parecer estaban bajo ataque.

No pudimos regresar por el mismo lugar, por el que bajamos, tuvimos que rodear una larga distancia.

Mi compañero, seguía insistiendo en contarme sucesos paranormales que explicaban lo que estaba ocurriendo. Decía una y otra vez, que no viera directamente a la luz mala, que si era roja, era el mismo demonio y ese, nunca andaba solo, siempre lo acompañaban al menos una docena de almas en pena que le sirven.

Fue mas sencillo llegar en dirección al pantano, allí encontramos a varios de los soldados, que habían regresado a llevar las cajas al campamento.

Dijeron que algo maligno los estuvo siguiendo todo el camino, percibían un olor a quemado y sus radios recibían unos sonidos extraños, pero, el punto de quiebre, fue cuando aquellas luces comenzaron a cegarlos, dispararon en dirección a donde procedían, pero estas se apagaban y reaparecían a unos cuantos metros.

Yo tenia el radio estropeado, pues cuando me metí a la ciénaga, se me cayó dentro del agua.

Los soldados nos mostraron los sonidos que captaban sus radios, era muy extraño, como recibir una voz no humana, no de ultratumba, sino con otro tono, no sabría como explicarlo, lo que si puedo decir, es que resultaba bastante aterrador.

Seguimos caminando, cargando las cajas entre todos, pesaban bastante, era cargarse al menos entre dos personas cada una.
No llegamos al campamento, caminamos en la misma dirección una y otra vez, solo dimos vueltas en círculo al pantano.

Intentamos usar los demás radios, pero solo captaban ese horrendo sonido. Cuando nos desesperamos, sacamos nuestras brújulas, para nuestra sorpresa la aguja se volvía loca, apuntaba en dirección a todos lados.

Me sentía exhausto, decidimos ya no avanzar mas, ya habían pasado demasiadas horas de maniobra, la única estrategia que nos quedaba, era esperar a que el escuadrón regresara a buscarnos.

Sentimos curiosidad por ver que contenían las cajas, yo no podía dejar de pensar, que esta era la verdadera razón, por la que el teniente se arriesgó tanto con esa operación.

Para haber perdido un hombre, el contenido debería ser muy valioso.
Tomamos la decisión de abrirla, con ayuda de un cuchillo, retiramos uno a uno cada clavo de la tapa en la caja de madera.

Comenzamos a vaciar su interior y sacamos muchas piezas de ropa, parecía el vestuario de algún circo, pues mayormente, había ropa de payaso, un traje de mago y ciertos artefactos que utilizan para sus trucos.

Una caja negra, una jaula con varias palomas muertas.

En otra caja, venían varias figuras extrañas, un rombo hecho de mármol, un cubo, un triangulo, estos últimos tallado en ópalo.

En la tercera caja, encontramos huesos humanos. No puedo asegurar que los huesos fueran reales, pues estaban pintados de negro y todos contaban con unos extraños jeroglíficos tallados, todo cubierto por un barniz que los hacía brillar a la luz de la luna.

Escuché que alguien dijo, que esos objetos eran usados en el satanismo, que no los tocáramos y guardáramos de inmediato.

Yo había tocado todo, no creía que me fuera causar algún mal a futuro.

Cerramos las cajas con los pocos clavos que alcanzamos a rescatar, fuimos descuidados y tiramos muchos.
Seguíamos atorados, los radios no funcionaban aun.

Los fuegos fatuos continuaban apareciendo de vez en cuando sobre el pantano y mas allá, una luz roja que formaba una esfera.
La luz mala nos acechaba.
Cuando menos lo esperamos, estuvo encima de nosotros, su brillo nos cegó, nos quemó los parpados, nos cubrió completamente dejándonos inmovilizados. Puedo asegurar, que mientras esto ocurría, escuchaba mil voces en mi cabeza.

No se por cuanto tiempo habrá ocurrido este fenómeno, pero una vez que estuvimos libres de el, las cajas estaban abiertas de nuevo.

Uno de los soldados tenia su cuchillo en mano y mordía la funda del mismo. Cuando le pregunté, sobre el porque hacia eso, respondió, que esa era la única manera en que se podía enfrentar a la luz mala.

Nos recomendó a todos, tener a mano nuestros cuchillos de supervivencia, pues es la única manera en que se puede enfrentar a criaturas del bajo astral.

Todos le hicimos caso, el parecía tener mas conocimiento sobre lo que ocurría.

Nos dijo que la luz mala, nos estaba siguiendo por el contenido en las cajas, probablemente había algo dentro de ellas, algo con un poder maligno muy grande.

Rapidamente devolvimos el contenido a las cajas, yo a oscuras tome un objeto pesado que me quemo la mano. Pedí que me iluminaran, solo así pudimos ver que una especie de figura con forma de ovalo, varios símbolos escritos dentro.

Cuando me atreví a verme la mano, esta estaba morada por la quemadura, no pude evitar gritar ante el dolor.

La quemadura se sentía por frio, no por calor, algo así como cuando sostienes por mucho tiempo un hielo.
Mientras me revolcaba del dolor, vimos las luces de varias linternas, era el sargento y el resto del grupo de hombres. Regresamos al campamento con ellos.

Fui atendido por el medico principal del regimiento, mi quemadura en efecto, era a causa del frio y por mas que les expliqué como me queme, no me creyeron, aunque tampoco le encontraron una explicación.

Al día siguiente, entendí un poco mejor lo vivido la noche anterior.
Se nos informó, que muy cerca de la ciénega, estaba un vehículo volcado.

Me tocó que nos llevaran hasta ese lugar. Para esto, la inundación ya había sido controlada y el agua desviada directo al rio, de hecho, por eso fue que lograron encontrar el vehículo.

Dentro del vehículo, hallamos también varias mochilas, dentro de ellas, se hallaron las identificaciones de varias personas, algunas fotos, concordaban con los cuerpos que encontramos cerca de la ciénega.

También sacaron varios cuadernos, libros mojados y también varios amuletos con simbología parecida a la que vi en los huesos dentro de las cajas.

No podía dejar de pensar que todo ese contenido no tenia como única finalidad el entretenimiento. Supe de niño una historia sobre un mago, que era parte de un circo, al hombre lo terminaron linchando, debido a que se robó a varios de niños del pueblo del que soy originario, según mi abuela y mi madre, los utilizaba para realizar pactos con el demonio.

El sargento, nos llamó la atención por haber abierto las cajas y en castigo, nos puso a volverlas a clavar, después nos hizo que las subiéramos a un vehículo y fuéramos a entregarlas a una intersección cercana. Nos recibieron las cajas dos hombres con vestimenta negra y con mala cara.

Años después, me vine a enterar, que los extranjeros le robaron esas cajas a un hombre, que era famoso por ser un practicante de la necromancia, una clase de hechicería adivinatoria, que utiliza cadáveres y muertos para su practica.

Los hombres intentaron escapar con las cajas, mismas que robaron de una mansión que mantenía el americano en ese poblado.

Quisieron aprovechar la distracción de la inundación, las personas intentaron llevar las cajas a pie y enterrarlas cerca de la ciénega, pero algo maligno los atacó, lo se muy bien, sus cuerpos no presentaban el aspecto de haber muerto por ahogamiento o por algún ataque de un animal salvaje, sus rostros quedaron marcados con los signos del miedo.

No se que cosa pueda dar tanto miedo como para provocar un infarto, prefiero ignorarlo, lo que vi durante esa misión, fue lo suficientemente aterrador, no me quiero imaginar lo que las personas vieron.

No puedo asegurar que el sargento recibió dinero por recuperar las cajas, pero se dice entre los soldados que si.

Hasta hoy en día, esa ha sido la misión mas extraña en la que he participado. Se que la luz mala existe, pero no aparece por casualidad, creo que es llamada por la maldad en el corazón de los hombres.

En la actualidad ya no pertenezco a esa división, aunque de vez en cuando me encuentro con algunos soldados que estuvieron junto a mi ese día, algunos de ellos, dicen que han visto el espectro del soldado que cayó por el acantilado.

Siento que no debimos entregar las cajas, quien sabe que practicas estará realizando ese hombre, siento que fallé en la lucha del bien contra el mal.

Autor: Mauricio Farfan

Derechos Reservados.

Share this post

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Historias de Terror