devorador de pecados (1)

Devorador De Pecados 2022

Devorador de pecados… Aún recuerdo lo primero que vi, fue aterrador, estaba tan impactado que no podía ni hablar, temblaba por los nervios, sentía el sudor recorrer mi frente y mi nuca, ni siquiera parpadeaba, literalmente me congelé de la impresión al ver algo tan perturbador.

Todo comenzó cuando me gradué de la universidad de médico forense, yo quería claramente, trabajar en una morgue, uno de mis maestros trabajaba en una, sus funciones eran administrativas, ese maestro me dijo que en algunos meses alguien saldría y dejaría la vacante, él me recomendó y me puso al frente de la lista de espera.

Mientras tanto comencé a buscar trabajo por fuera, mediante un amigo me enteré que una familia de mucho dinero estaba buscando una persona con conocimientos básicos de medicina para que cuidara a una mujer mayor.

La paga era buenísima, así que me entrevisté con la familia, les caí bien y obtuve el empleo.

Mi primer día de trabajo fue muy impactante, a la mujer la tenían restringida, es decir, amordazada y atada de brazos y piernas a la cama.

La tenían así porque la mujer había tenido un brote psicótico, y, a pesar de ser una anciana, durante esos ataques se ponía muy violenta y sacaba fuerzas suficientes como para lastimar gravemente a quien se le pusiera enfrente.

Esa mujer tenía una mirada agresiva, la familia me explicó que la gran parte del tiempo ella era muy tranquila, agradable y educada, es por eso que no querían enviarla a un asilo, ya que solo de vez en cuando se ponía agresiva.

Yo, obviamente, pregunté sobre la causa de la situación de la señora, la familia no me contó mucho, de hecho fueron extremadamente cuidadosos con cada palabra que me dijeron.

Me explicaron que la señora había tenido una experiencia muy fuerte un par de años atrás, y por eso estaba así.

Ese primer día la familia estuvo conmigo y me explicaron todo lo que tenía que hacer, me asignaron mi cuarto, resultó ser un trabajo de 24 horas, 7 días a la semana.

A medio día la anciana se quedó dormida y despertó en la tarde noche, en cuanto despertó le quitaron las ataduras, estaba ya bien.

Esa era la mecánica, cada que se ponía agresiva había que atarla y esperar a que tomara una siesta antes de liberarla, la mujer era consciente de su estado y lo tomaba bien, era raro.

Estuve cuidando a la señora por 9 meses y en todo ese tiempo jamás tuvo un ataque, así que esos nueve meses en realidad fueron agradables y me sirvieron para juntar muchísimo dinero.

A la señora le encantaba platicar, la mayor parte del tiempo me contaba sobre su juventud, sobre sus hijos, su fallecido esposo, ciertamente tenía muy buenas historias.

Pero algunas veces me hablaba de cosas muy extrañas, hablaba de sectas, había una en específico que mencionaba con regularidad, también hablaba de demonios, de cosas muy oscuras, hasta el semblante la cambiaba a la señora cuando me hablaba de esas cosas.

La señora tenía un libro raro, era negro y viejo, se veía pesado, lo tenía sobre un estante, solo lo leía una vez a la semana. Lo más peculiar de ese libro era que cuando la señora lo abría salía un aroma curioso, como a sangre, como a podrido.

En una ocasión la anciana me habló sobre el infierno, me lo describió, fue horrible, me causó pesadillas. Me dijo que había ríos de cadáveres, que del suelo salían árboles de huesos, que todo olía a muerte, y muchas otras cosas que no quiero decir porque me da escalofríos solo de acordarme.

La mujer me dijo que ella se iba a ir al infierno, que había hecho algo que la tenía condenada y que los demonios se lo recordaban cada noche antes de que ella cerrara los ojos para dormir.

Hace muchos años que no hablo de esto, pero, ahora que lo recuerdo, esa casa tenía detalles extraños, pequeñas cosas que me hacían sentir como en otra dimensión o algo así.

La casa tenía varios cuadros que, según me dijo la familia, habían sido pintados por la mujer, había uno en específico que me llamaba mucho la atención, era un cuadro de un perro negro que se veía muy imponente, era un galgo, delgado pero musculoso, con una pose amenazante y con una mirada muerta.

Había otras cosas, un cuarto al que no se podía entrar, lo tenían hasta con candado, como dije, eran detalles, pero de detalles en detalles la cosa pintaba medio turbia.

A veces las puertas se abrían solas, se escuchaban voces, nada muy espectacular.

En más de una ocasión hasta mi cuarto llegó el olor de aquel libro, ocurría durante la madrugada, nunca supe qué hacía la mujer leyendo ese libro a esas horas.

También tenían un salón raro, era como una biblioteca pequeña, como de 3 por 3. Lo que me llamaba la atención de ese salón eran los libros, los temas que abordaban. Todos y cada uno de esos libros hablaban de cosas relacionadas con el misticismo, las artes oscuras y seres de otras dimensiones.

Un día la señora me contó el porqué de su condición, me dijo que el evento que desencadenó todo fue un exorcismo que le practicaron después que algo saliera mal en un ritual. La señora era de creencias peculiares.

Finalmente llegó mi último día de trabajo cuidando a la anciana, el motivo para mi renuncia era que al final me habían llamado de la morgue.

Esa noche la anciana sufrió un infarto fulminante. Curioso, la morgue encargada de registrar el cuerpo fue la misma que me había llamado para trabajar, así que literalmente comencé mi nuevo trabajo en el mismo instante que terminó el anterior.

Me dejaron trabajar el cuerpo, aún no firmaba, la persona de recursos humanos no estaba, pero el que sería mi jefe dijo que estaría bien para medir mis capacidades y comprobar mi experiencia.

En ese momento estábamos 3 personas, mi jefe, un compañero y yo. No voy a ahondar en detalles técnicos, simplemente hicimos lo que se hace con todos los cuerpos y al terminar lo colocamos en una de las cámaras frías.

Salimos a comer algo, aprovechamos para congeniar un poco, al regreso teníamos otro cuerpo, estábamos trabajando cuando hubo un apagón.

La oscuridad no me gusta, las cosas empeoraron cuando comenzaron a escucharse horribles gritos, eran desgarradores, había golpes, parecía que alguien quería salir de los refrigeradores.

Los 3, por miedo salimos de ahí y avanzamos con cuidado por el oscuro pasillo. Entonces la luz volvió, lo que vi no tenía ningún sentido para mí en aquel momento.

El cuerpo de la anciana estaba parado, al final del pasillo, observándonos. Fue aterrador, impactante y perturbador, tal como dije al principio, ahí comenzó mi viaje.

Lo siguiente que ocurrió fue que el cadáver de esa anciana corrió hacia nosotros gritando horriblemente, cerré los ojos con fuerza, deseando estar en cualquier otro sitio menos ahí.

Esperé y esperé a que pasara algo, pero no, al abrir los ojos el cuerpo de la mujer estaba en el suelo, inmóvil, tal como se supone que debía haber permanecido al morir.

Ahí me convencí que todas las extrañas cosas que me platicaba la señora eran ciertas, el exorcismo, los rituales, todo, era la única explicación que yo le encontraba al hecho de haber visto a un cadáver correr por un pasillo.

La mujer solía decirme que cada parte del cuerpo guarda una esencia de la vida y la muerte, decía que cuando una persona recibía un trasplante de órgano, o de sangre, su esencia cambiaba, que ahora era la mezcla de 2 personas, y que tanto las bendiciones como las maldiciones del donante pasaban a cobijar al huésped.

Estaba pensando en eso mientras tomaba un vaso de agua en mi casa, intentando olvidar la grotesca escena que había vivido en la morgue unas horas antes.

Entonces recordé que de todos los órganos de la anciana, solo uno estaba en condiciones aceptables para donación, y de hecho ya debería estar siendo transportado para implantarse en otra persona.

Eso no sonaba nada bien, la señora había sido poseída por energías oscuras, por eso le habían hecho el exorcismo que la dejó con problemas mentales.

Así que, si lo que la señora decía tenía algo de verdad, significaba que la persona que recibiría ese órgano, también recibiría las energías negativas que habían atormentado a la anciana.

De inmediato volví a la morgue, claramente no podía llegar preguntando por el destino del órgano ya que es información sensible y no me la proporcionarían, así que lo que hice fue revisar, a escondidas, los documentos.

Ya con la información pude llegar al hospital y pregunté sobre el paciente que recibiría tal órgano, inventando que yo era familiar del donante y que quería conocer a la persona.

Resulta que se trataba de un hombre de 50 años, aún estaba en quirófano, me presenté con la familia, ellos estaban agradecidos y también preocupados, se trataba de una operación de alto riesgo, varias horas iba a tardar.

Todo salió bien, conocí al sujeto, todo parecía estar en orden, no había pasado nada. Quizá simplemente yo estaba algo paranoico debido a la grotesca escena.

Pasaron 4 meses, yo seguí trabajando en la morgue, hasta que un día llegó el cadáver del sujeto que había recibido el trasplante. Murió atropellado.

Me puse en contacto con la familia para saber qué era lo que había pasado, resulta que durante 2 semanas el hombre estuvo diciendo que veía cosas, horribles cosas que lo atormentaban y que lo amenazaban con llevárselo al infierno.

Un día él simplemente no pudo más y salió corriendo, desesperado, se atravesó en una avenida y pasó lo que pasó.

La esposa me dijo que esas visiones, o alucinaciones, comenzaron cuando ella le comentó que estaba embarazada.

Me quedé pálido, esa criatura había sido concebida después del trasplante, es decir que parte de la esencia de la anciana ahora se encontraba dentro de la madre, en el bebé.

Yo tenía un amigo que era ginecólogo y le pedí de favor que se hiciera cargo de todos los pormenores del embarazo de la mujer, afortunadamente ella era joven así que, en teoría, el embarazo no debería tener demasiadas complicaciones.

Me estaba involucrando demasiado en el caso, más de lo que debería, y los seres oscuros que habían matado a la anciana y al señor que recibió el trasplante comenzaron a notarlo.

Una tarde cualquiera, mientras yo caminaba de la morgue a mi casa, un perro negro, galgo, bastante grande, igual que el que había visto en el cuadro de la casa de la anciana, comenzó a seguirme de lejos. Yo noté rápido su presencia, las miradas que me lanzaba eran bastante pesadas.

Devorador De Pecados

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Di varias vueltas innecesarias, alargando el camino a casa, con la intención de que aquel perro dejara de seguirme, pero no ocurrió. Cada que volteaba podía ver al canino.

Al llegar a casa me encerré, trabé la puerta con una silla, aseguré las ventanas y encendí todas las luces de la casa, yo en verdad me sentía en peligro.

Hasta el hambre se me quitó, y eso que llevaba más de 9 horas sin probar bocado. Agarré una

silla, la puse cerca de la puerta y ahí me senté, esperando que nada ocurriera.

Ni siquiera recuerdo haberme quedado dormido, pero unos golpes en la puerta me despertaron, yo grité, preguntando quién era, pero nadie respondió, en su lugar, los golpes comenzaron a ser más fuertes y más rápidos.

Luego de unos instantes el ruido cesó, no ocurrió nada más.

Al día siguiente, al salir de mi casa para ir al trabajo, descubrí que había garrapatas afuera de la puerta, eran muchísimas, obvio no las conté, pero fácilmente eran más de 100. Volví dentro, sin tocar la puerta, y me acabé todo el veneno que tenía para matar a esos bichos.

Al volver todas las garrapatas estaban tiradas en el suelo, muertas, limpié todo y me dispuse a cenar, ya más tranquilo, convencido de que ningún perro me había seguido.

Estaba en eso cuando la puerta se abrió bruscamente y una corriente de aire frío envolvió la casa. Yo me asusté, ya que no era posible que la puerta se abriera por ningún motivo, siempre al entrar en casa dejaba la llave puesta y girada, ya sabes, para que un pedazo de metal atore la puerta con la pared.

Eso debería ser suficiente para que la puerta no se abriera, pero por alguna razón sí se abrió, cuando me levanté para cerrar la puerta me percaté que, en efecto, la llave estaba puesta y girada.

Entonces sentí la mirada del perro, también escuché un ladrido, sin pensarlo dos veces cerré todo y nuevamente trabé la puerta con una silla.

Ya en la madrugada, cuando me levanté para ir al baño, pude ver un bulto parado en una esquina de la sala, me quedé helado, pero me convencí a mí mismo de que debía tratarse de una ilusión debido al sueño y a que en la oscuridad siempre te puedes imaginar que ves algo aunque no haya nada.

Esa noche y varias más tuve pesadillas variopintas, pero había una que se estuvo repitiendo por más de una semana, era el recuerdo de aquel pasillo, mientras veía el cadáver de la anciana correr hacia mí, gritando.

Era muy escalofriante, yo despertaba por la desesperación, sudando y con los latidos a tope, como si fuera a darme un infarto, igual que el que había matado a la señora.

Durante los siguientes 8 meses, mas o menos, tuve varios encuentros con el perro galgo, además de las pesadillas.

Todo esto tomó una pausa cuando nació el hijo del hombre que murió atropellado, era como si los oscuros seres no pudieran atormentar a dos personas al mismo tiempo.

Yo, que seguía haciéndome pasar como familiar de la anciana, me acerqué a la esposa, para preguntar por su bebé, ella, creyendo mi historia, me pidió que fuera el padrino de bautizo del bebé, acepté.

Durante años todo transcurrió con normalidad, pero en cuanto el niño aprendió a hablar, con 3 años cumplidos, las cosas raras volvieron a comenzar.

El niño decía que tenía un amigo imaginario, Daniel se llamaba el amigo, lo extraño era la historia de origen del amigo.

Se supone que Daniel era un ángel, andaba volando y se le quebraron las alas, luego cayó envuelto en una bola de fuego, esa fue la historia que contó el niño sobre su amigo.

Estamos de acuerdo que no se trata de una historia que un niño de 3 años pueda inventar.

Al principio la madre lo tomó como el juego de un niño, eso cambió cuando ella pudo ver al niño jugando con su hijo, eso lo cambiaba todo, no se trataba de un invento, era un ser que habitaba en su casa y que jugaba con su hijo. Un ser que había caído del cielo envuelto en llamas tras perder sus alas.

Yo sabía que todo estaba relacionado con las prácticas extrañas de la anciana que yo había cuidado, así que me puse a investigar, recordando cada cosa extraña que pudiera relacionarse con un ser cayendo del cielo.

Pensaba y pensaba, entonces recordé una cosa, en alguna ocasión la anciana me mencionó algo sobre una secta, que no voy a mencionar para no meterme en problemas, el punto es que esa secta creía en un ser al que llamaban: “El devorador de pecados”.

Eso era todo, la anciana no me había dicho nada más, y, como era de esperarse, en internet no encontré nada útil.

Lo único que se me ocurría era infiltrarme en la secta, pero me daba miedo, así que me saqué esa idea de la mente. Opté mejor por acudir a una iglesia y consultar a un sacerdote.

Le planteé la situación y poco pudo decirme, no tenía idea de la existencia de esa secta, ni tampoco de un ser llamado El Devorador de Pecados, pero lo que sí me dijo es que el amigo del niño, Daniel, no era algo bueno, posiblemente, según lo que contó el niño, podría tratarse de un demonio.

Había llegado a un callejón sin salida, no había más pistas, ya no había nada, solo quedaba esperar a ver qué era lo siguiente que ocurriría.

Una tarde, la mujer me llamó, el niño se había puesto enfermo, ella no tenía en qué moverse y me pidió de favor que pasara por ellos para ir al doctor.

Fuimos a Similares, el niño tenía mucho dolor en el estómago, de hecho, parecía que lo habían arañado.

El doctor lo atendió y tal, le recetó algo y luego los llevé de regreso a casa.

El niño decía que Daniel se había vuelto malo, que había sido él quien lo había arañado, incluso dijo que Daniel se lo iba a llevar lejos.

La mañana siguiente, cuando la señora fue a buscar a su hijo, el niño ya no estaba. En su cama había una carta, totalmente ilegible, tal cual la haría un niño pequeño, solo había una palabra que sí se entendía: Daniel.

Por supuesto que lo primero que hizo la señora fue ir a la policía, fue estando ahí que me llamó.

Afortunadamente la persona que la atendió inmediatamente ascendió el caso a la fiscalía, supongo que por tratarse de un menor. También se desplegó una Alerta Amber.

Esa carta toda mal escrita y llena de garabatos era la única pista del paradero del niño.

Los días pasaban y no había resultados, yo sentía que había al menos una ligera posibilidad que la secta pudiera estar detrás de la desaparición del niño.

Pero es que todo era tan rebuscado, intentaré resumirles lo que yo estaba pensando: Primero, la anciana termina relacionada de alguna forma con esa secta, algo ocurre, quizá un ritual que salió mal, y ella es sometida de emergencia a un exorcismo, logran salvarla pero las energías oscuras no la abandonan del todo y se adhieren a su esencia, ella muere y el padre del niño, al recibir el trasplante, se lleva consigo una parte de la esencia de la anciana, y por tanto también se lleva a los seres oscuros.

Esas cosas, por alguna razón se esperan a que conciba un hijo para matarlo. Mientras el niño está en gestación las energías oscuras tratan de amedrentarme para que no intervenga.

Nace el niño y está marcado por haber nacido con una esencia oscura dentro de su ser, y esa marca es percibida por el devorador de pecados, es por eso que lo encuentra y de alguna forma la secta también da con el niño y lo sustraen para hacer, posiblemente, el ritual que salió mal con la anciana, cerrando así el círculo.

Es muy rebuscado, estoy consciente de eso, pero es que en aquel momento todo eso me hacía sentido, estaba convencido de que yo tenía la razón.

Claro que no podía llegar con la madre y soltarle un argumento como ese, no ayudaría en nada.

Y así me quedé, creyendo saber la verdad sin poder contarle a nadie para no ser juzgado loco, pasó una semana, finalmente encontraron al niño, por desgracia, ya estaba sin vida, y mostraba señales de haber sido brutalmente atacado por varios animales, le habían arrancado grandes pedazos de carne en la parte superior del cuerpo.

Yo me enteré porque llegó a la morgue donde yo estaba trabajando, dije que yo conocía a la madre y que me dejaran ser yo quien le diera la noticia.

Fue terrible, la mujer sufrió un colapso cuando le pedí, por protocolo, que identificara el cuerpo, casi le da un ictus a la pobre.

Trabajamos el cuerpo, como cualquier otro, por más que busqué de forma minuciosa, no encontré un solo indicio de que el menor hubiera sido utilizado en un ritual, pero no encontré nada.

Y entonces volvió a suceder, las luces se apagaron, golpes y gritos se escucharon, salimos de ahí y avanzamos por el pasillo, la luz volvió y, como la vez anterior, estaba el cuerpo al final del pasillo, pero ahora se trataba del niño.

Aquello se sentía como un deja vu, como un terrible deja vu.

El cuerpo del niño se abalanzó sobre nosotros y en un parpadeo su cuerpo estaba tendido en el suelo.

Ya habían pasado muchos años, pero el revivir esa situación me hizo recordar todo.

Tenía miedo de caminar a casa por pensar que volvería a ver al gran galgo negro, pero me calmé un poco al caer en cuenta que ya tenía vehículo así que no tendría que caminar a casa como la vez anterior, así que, en teoría, no habría problemas, o al menos no debería haberlos.

Levantamos el cuerpo, lo colocamos en el lugar donde debería haber permanecido y continuamos con el turno fingiendo que nada había pasado.

Al llegar mi hora de salida fui lo más rápido que pude a mi vehículo, no quería estar ni un segundo más en la morgue. Ya había recorrido más de medio camino, cuando, al ver por el retrovisor, me quedé helado al notar que el perro negro estaba tranquilamente sentado en el asiento de atrás.

No hacía ruidos, se limitaba a mirarme de una forma muy amenazante. Estaba tan asustado que no me percaté que me pasé un semáforo en rojo, choqué, lo bueno es que el auto que impacté iba a baja velocidad, así que nadie salió herido. Es más, solo mi auto resultó dañado, al otro solo le quité algo de pintura.

Durante 28 días estuve viendo al galgo negro en diferentes horarios y lugares, nunca más dentro del vehículo, lo llegué a ver hasta dentro de un ascensor.

Por alguna razón que desconozco los espectros seguían atormentándome, no tenía sentido, se supone que el niño era el último que había heredado esa esencia maldita, por tanto, si el niño ya estaba muerto los demonios debieron haberse ido con él.

Algo estaba pasando, y ahora era mi integridad la que corría peligro, así que no podía quedarme sentado cruzado de brazos esperando lo peor.

Volví a esa casa donde había conocido a la anciana, no había nadie, de hecho, parecía que la casa había quedado abandonada desde que la anciana murió años atrás.

Intenté llamar a la familia pero los números ya no existían, entonces le pedí a mi amigo, al que me había contactado con ellos, que de favor les dijera que necesitaba hablar con ellos de forma urgente.

Mi amigo quiso hacer preguntas pero le dije que no podía darle más información.

A los 3 días recibí una llamada, era de uno de los hijos de la fallecida anciana, él aceptó reunirse conmigo, me dio una fecha, el nombre del restaurante y la hora a la que debía presentarme.

El día de la reunión obtuve muchas respuestas.

La anciana y toda su familia formaba parte de una orden, cuyo nombre jamás lo había escuchado, bueno, esa orden compartía algunas creencias con la secta de la que me hablaba la mujer.

Tanto la orden como la secta eran de carácter oscuro, místico y siniestro, adoraban a deidades oscuras, diferentes, pero su deidad superior era la misma: El Devorador de Pecados.

Se supone que este ser es como el mesías pero de los adoradores de lo oscuro, entonces, tanto la secta como la orden estaban buscando la forma de traer al mundo a su deidad, y con eso podían anexar a sus filas a muchas otras sectas allegadas al satanismo, querían formar una religión, todo lo que me contó sonaba tan estructurado que daba miedo.

Bueno, resulta que de entre todos los miembros de ambos grupos solo había una persona que podía recibir en su carne al Devorador de Pecados, esa persona era la anciana.

Se le practicó un ritual, la idea era que la oscura deidad entrara en la mujer, una vez que aquello se realizara con éxito la iban a sacrificar para que después el patriarca de la secta y la matriarca de la orden se comieran la carne de la anciana, así la esencia oscura estaría dentro de ambos para que pudieran procrear a un hijo que sería como el anticristo o una cosa así.

Se que suena muy complicado y puede parecer confuso, pero yo solo estoy tratando de explicar lo que a mí me ofrecieron como la única explicación para todos los extraños acontecimientos que llevaban ocurriendo durante años.

Continuo, claramente las cosas no salieron como se supone que deberían, el ritual salió mal, El Devorador de Pecados no pudo ingresar a la anciana ya que no tenía la suficiente fuerza vital, entonces, según el hijo de la mujer, ese ser envió algunos espectros o demonios a ingresar al cuerpo de la anciana.

Esos seres casi la matan, fue por eso que tuvieron que practicarle un exorcismo, que, sí, le salvo la vida, pero no alejó a los espectros.

Esos espectros tenían la función de marcar al huésped del Devorador de Pecados, la mujer muere, y esa marca pasa al sujeto que recibió el trasplante, pero él tampoco tenía la fuerza vital así que también lo matan, no sin antes dejar que pase esa marca a otra persona, a su hijo.

Ese niño se fue formando desde el día 0 con la marca dentro de su alma, eso lo haría crecer con la suficiente fuerza para poder servir de recinto para la oscura deidad.

El niño nace, El Devorador de Pecados baja para estar cerca del niño, se hace pasar por su amigo, Daniel, pero lo único que está haciendo es esperar el momento en que pueda poseer al niño sin matarlo.

Llegado el momento, ese niño deja de ser él y es poseído por la Deidad, entonces huye de casa para ir a que lo sacrifiquen, para que se lo coman y pueda nacer el anticristo.

Yo ya estaba completamente alucinado con las semejantes cosas que estaba escuchando. Insisto, yo no puedo dar fe y legalidad que todo esa explicación sea totalmente real, eso es lo que a mí me dijeron.

Entonces yo pregunté cuál era el motivo de que energías malvibrosas me estuvieran acechando.

La respuesta fue aún más confusa, me dijo: “tiene que haber un observador, alguien debe saber lo que ocurre, solo así se cumple con el propósito”.

Luego de eso, el tipo se levantó de la mesa y se fue, dejándome más confundido de lo que ya estaba.

Durante 40 días no pude dormir bien, sentía un inmenso terror solo de pensar que todo pudiera ser verdad.

Ya no quería trabajar en la morgue, pues todo el tiempo estaba pensando que en cualquier momento un cuerpo se iba a levantar e iba correr por el pasillo, tal como había sucedido con la anciana y con el niño.

Una tarde llegó un cadáver con una característica peculiar, tenía una profunda herida en el brazo izquierdo, que comenzaba desde la palma de la mano, esa herida, ya que limpiamos el cuerpo, notamos que era un símbolo que jamás había visto antes, era como una cruz, pero en lugar de tener una línea atravesada, tenía 3, y una de esas líneas era curva.

Ese símbolo era la causa de la muerte, se lo habían marcado con un objeto punzo cortante, ese objeto entró demasiado en el cuerpo causando un rápido desangramiento.

Cuatro días después llegó otro cuerpo con ese mismo símbolo, una semana después llegó otro, luego otro y después otro, en total, en un lapso de 2 meses llegaron 7 cuerpos, cuya causa de muerte era desangramiento, todos con ese extraño símbolo.

Muchos rumores se comenzaron a correr en el trabajo, claro que no teníamos permitido fugar

información, yo lo cuento porque esto pasó hace ya bastante tiempo, bueno, en una ocasión escuché que un compañero, de los que van a recoger los cuerpos, mencionó al Devorador de Pecados.

Sin pensármelo dos veces fui a hablar con él, lo primero que pensé fue que él formaba parte o de la secta o de la orden, pero obvio no era el caso.

Resulta que ese sujeto era un adorador de la Santa Muerte, y él ubicaba el símbolo y a la oscura deidad, porque su abuela, que era cubana y bruja, le platicaba sobre eso.

Pasó el tiempo, no llegaron más cadáveres, la oscuridad dejó de atormentarme y la tranquilidad volvió a mi vida, pero no a mi cabeza.

Yo era incapaz de pensar en otra cosa que no fuera en saber más y más sobre ese Devorador de Pecados, pero nunca más supe ningún detalle más, ni uno solo.

A día de hoy desconozco si todo aquello que me contó el hijo de la anciana fue real, pero hay hechos que son innegables, hubo 2 muertes relacionadas directamente con la anciana, llegaron cuerpos con un extraño símbolo, y en dos ocasiones salió a flote el nombre del Devorador de Pecados.

Aquí pueden ocurrir dos cosas, la primera es que todo haya sido una increíble coincidencia, y la segunda es que el anticristo ande suelto en algún lugar, a quien escuche mi historia le dejo la última palabra.

Autor: RAMIRO CONTRERAS

Derechos Reservados.

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