El Beso del Diablo 2022

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El Beso del Diablo 2022

El beso del diablo… No se cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que visité esa habitación en la casa de mis padres, y es que tan solo cumplí la edad suficiente para irme de la casa lo hice.

Me llamo Martina, hoy en día tengo 24 años, vivo con mi rumie en un departamento de Zapopan Jalisco.
Y quisiera relatarles la experiencia que viví cuando era mucho más joven, quizás unos catorce o quince años tenía entonces, yo era demasiado joven para lidiar con un Demonio en casa.

Mi papá llego un día bastante contento a nuestra antigua casa, mencionando que había encontrado una ganga en el centro de la ciudad, para los que no saben, el centro de Guadalajara es muy concurrido por mucha gente y si pones un negocio es muy seguro que logra vender lo que sea.

Le vendían una casa a mi papá justo en una zona comercial llamada Obregón, la gente allí es muy concurrida, y desde hace tiempo mis papás querían vender artículos para el hogar.

Y es que a mi papá le habían ofrecido una casa que se encontraba muy bien ubicada, el precio lo vi y realmente si fue muy barato.
Mi papá vendió todo lo que pudo para poder comprar la casa del centro. Siendo honesta si aquella casa hubiera tenido un letrero que dijera, “Se vende casa por estar Poseída” creo que nadie la hubiera comprado.

Pero a Mi papá le vieron la cara y la terminó comprando.

Un viernes por la tarde entre mis papás y yo, nos pusimos a limpiar la nueva casa, era muy grande, pero muy mal estructurada por dentro.

Tenía dos habitaciones al frente, de las cuales una de ellas tenía una cortina de metal, ideal para poner allí el negocio, a lo largo del pasillo te llevaba a la que era una cocina y su sala comedor y a un lado de ella habia un patio el cual conectaba con otras dos habitaciones y las escaleras para subir al techo y para terminar, un largo pasillo que conducía a la última habitación.

Tratándose de la más apartada les dije a mis papás que yo elegía ese cuarto, no se negaron en lo absoluto, yo ya me sentía que tenía la absoluta libertad y privacidad para estar en mi propio cuarto.

Y al abrir la puerta, me tope con una sorpresa que nunca me habia imaginado.

La habitación era grande, ideal para mí, un closet con un buen espacio cabía mi cama y mis cosas sin ningún problema, además tenía una ventana la cual estaba cerrada por dos puertas metálicas de color negro y un alambre amarrándolas, y en cada una de las puertas tenía escrito con gis… “No Abrir, por ningún motivo”.

Me pareció absurdo que a pesar de que era nuestra casa, alguien nos estuviera limitando a tener acceso a nuestra propiedad, y sobre todo no hallaba alguna explicación del por qué habían sellado una ventana.

Tomé unas pinzas y rompí el alambre y al quitarlo tuve una extraña sensación de ansiedad que me provocó cierto malestar, algo me decía que habia hecho algo malo.

Ignoré por fin ese sentimiento y abrí las ventanas de metal, para descubrir que detrás de ellas se encontraba sellado con ladrillos.

Le comenté a mi papá al respecto quien me dijo que mañana mismo quitaría los ladrillos. Por ese día lo dejamos así, yo me dediqué a acomodar mi cuarto de la mejor manera posible.

Esa noche mientras mis papás estaban en su habitación yo me quede un rato mirando la televisión en la sala, ya era casi media noche cuando escuche un ruido que provenía de mi cuarto.

Al principio pensé que venía de la televisión pues se escuchó muy claro, era muy similar al maullido de un gato, pero hecho por una persona, luego aquel maullido se intensificó y lo escuché mas similar al quejido de un hombre.

Me levanté pensando que provenía de otro lugar y de repente el fuerte golpe de las ventanas de metal de mi habitación se escuchó como golpeaba la pared.

Me apresuré para ver que habia sucedido, encendí la luz y efectivamente, se trataba de ambas ventanas de metal abiertas de par en par, las cuales habían hecho un ruido muy fuerte al pegar con la pared.

No habia corriente de aire alguna, o razón por la cual haya pasado aquello, me pareció muy extraño, me acerqué a la ventana para cerrarlas y con el alambre que había cortado anteriormente las amarré para que no se volvieran a abrir.

Allí fue cuando comencé a sentirme mal, tuve una extraña sensación de escalofríos que recorría mi nuca hasta mi espalda, decidí mejor acostarme pues lo único que se me pudo ocurrir es que quizás me estaba resfriando y me estaba enfermando.

Quede dormida de forma inmediata.
Al día siguiente, al despertarme no daba crédito a lo que estaba observando, las puertas de la ventana estaban otra vez abiertas, y el alambre habia sido trozado, pareciera que alguien en la noche se habia tomado el tiempo para partirlo a la mitad y abrir las ventanas sin hacer ningún ruido mientras yo estaba todavía dormida.

Fui con mi papá y le pregunté si el habia abierto la ventana y me comentó que no habia sido el, inclusive estaba a punto de preguntarme si estaba lista para quitar los ladrillos.

Estuve tentada a decirle que mejor lo olvidara pues aun presentía que algo habia allí que no tenia que salir, pero la incredulidad la dejé a un lado así que le comenté que podía quitar los ladrillos cuando quisiera.

Mi papá se acercó con la herramienta en mano, y con un maso estuvo golpeando los ladrillos para ver cual estaba mas flojo, justo fue el de en medio el que cedió y con un fuerte golpe logró sacarlo para dejar un agujero pequeño de forma cuadrada, mas no se veía que la luz del sol entrara, fue todo lo contrario, solo era pura oscuridad.

Mi papá se rió y me comentó que era muy probable que no habia ventana y que quizás los vecinos detrás de la casa de nosotros habían construido y taparon la única ventana y por ello habían sellado con ladrillos, me dijo que era mejor dejarlo así pues no era conveniente quitar los ladrillos para dejar un enorme hueco en la pared, tomó el ladrillo que quitó y lo volvió a poner en su lugar dejándolo tal cual como estaba.

Me sentí algo decepcionada por no tener una ventana que dejara entrar el aire fresco y la luz, pero en cierto modo me sentí aliviada al saber que no habia algo allí, o bien, eso es lo que me imaginé en ese momento pues no sabía lo que decía.

Al día siguiente tendría clases, por lo que decidí bañarme tarde antes de irme a dormir, llegué a mi habitación y observé que la ventana estaba abierta, es más, no estaba el ladrillo que mi papá habia aflojado, quedaba un hueco cuadrado en la pared, me imaginé que quizás habia sido mi Papá quien lo habia quitado para ponerle mezcla después y colocarlo en su lugar.

Me empecé a desvestir para meterme a bañar y nuevamente tuve esa sensación de escalofríos en mi espalda, pero ahora era distinto, de algún modo presentía la mirada de alguien sobre mí, me di la vuelta y no veía nada

anormal o extraño, me puse la toalla y preferí desvestirme en el baño aunque estuviera pequeño e incómodo y justo al salir de la habitación tuve la idea de mirar nuevamente a la ventana, y fue cuando los vi, dos ojos redondos y rojos se asomaban por el hueco que estaba en la ventana.

No pude evitarlo, grité fuertemente y Sali de mi habitación tan deprisa como pude, mis papás llegaron rápidamente y me preguntaron si me encontraba bien, les hice saber lo que habia visto y mi papá corrió por su linterna para revisar por el agujero.

Mi mamá y yo lo veíamos en silencio mientras que mi papá inspeccionaba la ventana.

Estuvo allí un buen rato, movía por distintas direcciones la linterna para después decirme que no habia nada de que preocuparme, se trataba de la pared del vecino y estaba muy cerca de nuestra casa lo cual hacía imposible que alguien estuviera allí, me comentó que quizás habia sido mi imaginación y que yo me encontraba nerviosa y que ya me estaba imaginando cosas.

Ciertamente ya no sabía que pensar, estaba casi segura de lo que habia visto que me era difícil aceptar que era cuestión de mi imaginación.

Al regresar de bañarme sentía tanta desconfianza de aquel hueco en la pared que mejor metí a la fuerza una blusa en él, de algún modo aquello me hacía sentir mas tranquila.

Me acosté a los pocos minutos. Como estaba muy oscuro encendí una lámpara de noche que tenia a un lado de mi cama, no aluzaba mucho, pero era suficiente para conciliar el sueño y así fue, quedé dormida rápidamente.

Una sensación extraña me despertó, pareciera ser que algo me estaba incomodando pues sentí un peso enorme en el pecho, todo lo percibía muy diferente, no sabía si me encontraba aun dormida o despierta pues mi cuerpo no se movía, pero si tenía los ojos abiertos, trataba de hablar, pero no podía hacerlo, fue cuando mis ojos ocuparon su entera atención en la ventana.

Algo estaba jalando mi camisa hacia dentro del hueco, hasta que la quitó por completo, pude ver nuevamente un par de ojos verdes asomarse por el hueco, me estaban buscando hasta que me vio acostada en mi cama, no me quitaba la mirada y yo no podía quitarla de aquello, no podía ni parpadear, y en eso aquello se esfumó y se perdió entre la oscuridad del hueco.

Pensé que ya se habia ido mas no fue así, la lámpara empezó a parpadear, pareciera que se estaba queriendo apagar la luz, no comprendí que estaba ocurriendo cuando en ese momento por aquel hueco una mano se asomó y empezó a hacer fuerza para quitar los ladrillos.

Traté de gritar, de moverme, de hacer algo y todo lo que hacía era inútil, no podía hacer nada.

Y tal cual fuera un rompecabezas aquella cosa quitó un ladrillo mas para arrojarlo a mi cuarto, ahora su mano cabía más fácil por el hueco, pudo quitar un tercer ladrillo y sus dos manos se asomaron.

Fue entonces que el miedo me cobijó por completo, las manos de aquella cosa eran grandes y rojas con uñas negras y en punta, ya estaba llorando pero no podía hacer nada, fue cuando pude sentir que mis dedos de la mano los podía mover, traté de concentrarme en aquel movimiento para moverme por completo pero me era complicado concentrarme pues no podía quitar la mirada del hueco que se hacía cada vez más grande y el lamento que habia escuchado antes, lo volví a oír, pero ahora fue mucho mas intenso.

Por fin pude cerrar los ojos y podía ya mover mis pies y mis manos, la fuerte opresión que estaba en mi pecho se fue desvaneciendo y la sensación de poder hablar regreso a mí, comencé a hacer ruidos con la boca con la intención de gritar fue cuando la luz de mi lámpara de noche dejo de parpadear para apagarse totalmente y no pude mirar si aquella cosa habia logrado entrar.

Me quede en silencio por un instante, yo aun así trataba de moverme, pero de repente algo levantaba mi cabello de mi rostro, me sacudí como pude, pero fue en vano y en una fracción de segundo me desmayé o quiero pensar que así fue, pues sentía mucho miedo en ese instante.

El Beso Del Diablo

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Desperté ya cuando habia nuevamente luz, mi lámpara de noche se habia vuelto a encender.

Ya podía moverme, mi cuerpo me dolía mucho, estaba muy adolorida parecía que habia corrido un maratón. Estaba confundida y desubicada que me senté al lado de mi cama.

Y allí lo vi, el hueco era mas grande, pareciera que se habían caído varios ladrillos por si solos, pero una secuencia de imágenes llegó a mi mente, pude recordar que algo habia salido del hueco y quitaba ladrillo por ladrillo, recordé la sensación de que algo recorría mi rostro, no quise quedarme mas allí, tomé mi cobija y me salí de la habitación de forma inmediata. Pero algo note en mi cuello pues me dolía mucho podía sentir una especie de punzada que me dolía bastante, me revisé el cuello y no parecía tener nada en especial, solo aquella punzada que me habia dado.

No quise darle más importancia.
Esa misma mañana le mostré a mi papá lo que habia ocurrido, el miró por el hueco y ahora que era mas grande me comento que era justo como lo pensaba, se trataba de la pared del vecino y no habia espacio para que alguien cupiera, y por más que me invitó a que viera por la ventana no me convenció.

Mi papá me prometió que arreglaría ese hueco esa misma tarde, pero por lo pronto yo le dije que no dormiría en esa habitación otra vez.

Cuando regrese de la escuela mi mamá me pidió que la acompañara al mercado de San Juan de Dios, en dicho mercado se puede conseguir desde comida, artículos y sobre todas esas cosas… Magia Negra.

No fuimos precisamente a esa sección, pero si pasamos cerca de ella, fue cuando una anciana aterrorizada al verme nos detuvo a mi mamá y a mí, me pidió ver mi cuello y sin decirle que no, ella tomo mi cabeza y la giro a un lado, se quedó en silencio unos segundos mientras evaluaba la situación.

Nos dijo que en mi cuello tenía el beso del Diablo, mi mamá que es muy inocente y crédula miro

mi cuello, y me preguntó que me habia pasado, la verdad yo no les habia comentado nada pues no quería preocuparlos por algo que hasta ese momento yo me estaba convenciendo que se trataba de una pesadilla.

Pero me mostró con un espejo que traía un moretón muy fuerte justo donde la punzada me dolía.

Mi Mamá le dijo a la anciana que quizás se debía a un chupete que me habia hecho mi novio, pero la anciana se rió y le comentó a mi mamá que tenía muchos años haciendo trabajos como para no saber identificar un Beso del Diablo.

La anciana me dio una serie de consejos, entre ellos fue que me alejara lo mas posible de ese lugar donde habia sido atacada, así como poner un vaso de agua cristalina debajo de mi cama o de donde durmiera.

Siendo honesta tomé nota de cada cosa que me dijo y la lleve practicar esa noche.

Y cuando llegamos a casa alegremente vi que mi papá habia arreglado la pared con cemento fresco, e inclusive habia sellado la ventana con un nuevo alambre. Aun así, no sentía yo la confianza como para dormir allí.

Conforme ha pasado el tiempo no volví a vivir un suceso similar al de aquella noche, no hay día que no me acueste con un vaso de agua debajo de mi cama, un círculo de sal rodea mi cama, pongo un crucifijo en el buro o en mi brazo pero aun así hay ocasiones que me aparecen una serie de rasguños en mi espalda, he tenido miedo de que este cargando con aquello que me observaba en las noches.

En el presente año, ya no vivo con mis padres, mi Papá usa mi habitación para guardar cosas, y una pila de cajas de cartón cubren la ventana.

Cuando voy de visita trato de evitar aquella habitación y tengo años que no entro en ella. Y cuando voy de visita a casa de mis padres, puedo escuchar un lamento proveniente de aquel cuarto, muy similar al maullido de un gato.

Autor: Mario Franco Corrales Lengua de Brujo

Derechos Reservados.

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