El Hijo De El Forense – historia de terror 2022

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El Hijo De El Forense – historia de terror 2022

Historia de terror… El hijo de el Forense. Antes de dedicarme a trabajar de manera independiente, trabajé cómo auxiliar contable en una compañía de abarrotes, durante ese tiempo conocí a mi esposo, con el cual tengo un hijo, jamás me imaginé encontrar a mi pareja gracias a mi profesión.

Mi labor era de oficina y socializar no es una virtud mía, es muy extraño que una auxiliar contable termine casada con un médico forense, pero en mi país ser amigo de un contador o tener un familiar contador puede ser la salvación de muchos a la hora de estar en buenos términos con el fisco.

Así fue que un día una amiga de la universidad me comentó que tenía mucho pedido y no alcanzaba a hacerle la declaración de renta a un cliente, cuando me comentó la labor, la verdad me pareció una tarea muy fácil, puesto que no había mucho que hacer y así lo conocí.

La primera vez que lo vi no me agradó mucho, había un olor muy particular en él, no es por asuntos de aseo por supuesto que no, él es muy impecable pero su trabajo creo que no ayuda mucho, además ese día él acababa de salir de su oficina, aunque siempre me dijo que era porque mi olfato es muy agudo y puede que sí, pero con el paso del tiempo y su insistencia pude conocerlo mejor

. Debo admitir que su profesión al principio me pareció bastante particular, por no decir extraña, es un hombre con un gran sentido del humor aunque a veces debo admitir que hay bromas que no soporto, a pesar de eso intento no quedarme atrás y le he jugado una que otra broma pesada cómo a él le gustan.

El hijo de el forense – historia de terror

Pero no todos los momentos han sido risas y bromas, generalmente quienes trabajan en el área forense tienen muchas historias interesantes que contar, con todo el respeto que la muerte y el más allá merecen y yo viviendo tantos años con un forense en la casa conozco varias de ellas, pero ninguna como la que en carne propia viví hace algunos años.

Mi hijo tenía cinco añitos, en esa época yo trabajaba medio tiempo, en las tardes iba por el niño al jardín y pasábamos el resto del día en casa hasta que mi esposo llegaba. Un día después de ir por mi pequeño noté que no traía las llaves de la casa, intenté contactar a mi esposo pero no pude comunicarme con él, supuse que estaba en medio de un procedimiento y no tenía el celular a la mano, así que no tuve más remedio que ir a buscarlo al trabajo para pedirle sus llaves.

Cuando llegamos fuimos hasta la zona cercana al cuarto frío en donde él realiza las autopsias, golpee y uno de sus colegas salió, le comenté rápidamente que necesitaba a mi esposo, lo esperamos unos momentos en el corredor hasta que salió y pudimos solucionar el tema de las llaves, en todo eso no tardamos más de quince minutos y pude irme a casa con mi hijo, quién estuvo todo el tiempo con migo.

Esa misma noche, noté que mi pequeño tenía un olor particular, como a césped, pero pensé que podía ser causado por haber estado jugando con sus compañeros de clase en el patio así que no le di mucha importancia.

Los días siguientes transcurrieron con normalidad, de pronto mi hijo empezó a a contarme sobre un nuevo amigo, se llamaba Pepe, decía que le gustaba mucho contar chistes, en un principio pensé que estaba hablando de un niño del jardín así que no me pareció raro.

Pero una tarde empecé a darme cuenta que el niño se reía y hablaba con alguien que no estaba allí, como si se contaran bromas, le pregunté a qué estaba jugando, entonces me contestó que jugaba con Pepe, traté de preguntarle dónde estaba su amigo y el me señalaba un lugar vació en el suelo junto a él y sus juguetes, le pregunté si Pepe salía en alguno de los programas que a él le gustaba ver, pues pensé que era un personaje de alguna caricatura pero me dijo que no.

Me pareció un poco curioso que tuviera un amigo imaginario pues eso fue lo que pensé que era el nuevo amigo de mi hijo, pero a medida que pasaban los días este ser invisible parecía estar cada vez más presente en nuestro hogar, cuando encontraba juguetes regados por la casa, mi hijo se excusaba diciendo que había sido Pepe.

Una vez dejé el fuego de estufa en bajo mientras entraba un segundo al baño, cuando regresé el fuego estaba alto y la comida se había quemado, solo estábamos el niño y yo en la casa pero el negaba haber movido la estufa.

En otra ocasión mientras los tres estábamos cenando mi hijo nos preguntó que día había nacido porque su amigo quería saber el día de su cumpleaños, lo extraño fue que en ese momento nos contó que el cumpleaños de Pepe supuestamente era la otra semana y cumpliría 75 años.

En ese momento mi esposo y yo nos miramos bastante extrañados, no parecía muy usual que un niño pequeño tuviese un amigo imaginario 70 años mayor que él, entonces acordamos que era mejor hablar con un médico sobre esta nueva etapa de nuestro hijo, pues nunca antes había tenido comportamientos de este tipo y queríamos estar seguros de que su salud estuviera bien.

Una noche mientras arreglaba algunas cosas que habían quedado tiradas en la sala antes de dormir, lo cual es algo recurrente cuando tienes hijos pequeños, encontré un reloj bajo la mesa del comedor.

Era un reloj de hombre, se veía algo viejo pero se notaba que también era fino, le pregunté a mi esposo si el reloj era suyo, pero lo negó,.

Por un momento pensé que tal vez estaba intentando jugarme una broma, pero en realidad parecía no saber de donde había salido aquel objeto, en ese instante no le pregunté a mi hijo porque ya estaba durmiendo, así que por esa noche guardé el reloj dentro del armario.

el hijo de el forense
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En la mañana siguiente por alguna razón no sonó el despertador, automáticamente me desperté y vi que era muy tarde, todos corrimos para salir a nuestros deberes, arreglé lo más rápido que pude al niño pero esa mañana estaba especialmente inquieto.

Decía que no podíamos salir de casa ese día, le dije que teníamos que salir ya o llegaríamos muy tarde, pero insistía en que no podía, entonces empezó a gritar y a decir que tenía que ayudar a Pepe quien estaba muy molesto con él.

Yo apurada por salir, intenté como pude calmarlo y convencerlo de que se subiera al auto, al fin en el camino entró en razón y dejó el tema así.

Lo dejé en el jardín esperando que al ir por el en la tarde estuviera de mejor ánimo, pero no fue así, ese mismo día cuando pasé por él, una de las profesoras me pidió que habláramos un momento, al parecer el niño había estado de mal humor todo el día y le había contado a la profesora que tenía un amigo nuevo que se había enojado mucho con él.

La profesora estaba preocupada porque el supuesto amigo lo había tratado mal y había amenazado con hacerle daño, en ese momento me preocupé mucho, le conté que era un amigo imaginario del niño pero que hablaría con él al respecto,.

A esas alturas estaba muy preocupada por la salud mental de mi hijo, ya habíamos acordado con mi esposo que él buscaría una cita con un colega especialista en niños pequeños, así que ese día en camino a casa intenté hablar con mi hijo para llegar al fondo de la situación.

El niño empezó a decirme que no quería volver a la casa, porque su amigo estaba muy molesto con nosotros, intenté explicarle que su amigo no podía hacerle daño porque no era real, pero entonces él empezó a desesperarse, sus ojos se llenaron de lagrimas y me insistía en que si era real, que ni su papá ni yo podíamos verlo, pero que él estaba ahí, estaba muy bravo por su reloj.

En cuanto dijo esto sentí que la tensión del cuerpo se me bajaba, tuve que detener el auto y estacionarme en una bahía que estaba muy cerca de donde vivíamos, respiré e hice un esfuerzo por calmarme.

Le pregunté a mi niño sobre el reloj, fue entonces cuando me contó que Pepe le había prestado ese reloj el día en que se conocieron, la tarde en la que fuimos al trabajo de su papá, este ser se le había acercado, había empezado a hablarle y a decirle que podían ser amigos, pero que para poder serlo debía guardar su reloj.

Según me contaba mi hijo ese objeto era muy valioso para su supuesto amigo porque lo había ganado en una apuesta cuando era joven y a partir de ese momento se había vuelto su amuleto de la buena suerte.

Pues él creía que era un objeto mágico bendecido por un poderoso ángel, me quedé muda por un momento, sentía mucha impotencia por no haber descifrado antes lo que estaba sucediendo en mi propia casa, no sé de dónde saqué las palabras para tranquilizar a mi hijo, pero le aseguré que todo iba a estar bien, después de eso le envié un mensaje a mi esposo pues no me sentía capaz de ir sola con mi pequeño a casa mientras ese reloj estuviese allí, le dije que me llamara en cuanto saliera del trabajo y que nosotros íbamos a estar por fuera.

Como no tengo familia cercana en la ciudad decidí llevar a mi hijo al parque y a comer un helado mientras esperábamos a su padre, cuando por fin me llamó le conté todo lo que había pasado, acordamos que él iría primero y sacaría ese reloj de nuestro hogar.

Nunca supe que hizo con el, pero después de eso mi hijo no volvió a ver a ningún ser invisible, decidimos llevarlo con un psicólogo quien nos aseguró que no tenía ningún problema de salud mental, nunca supe en qué momento fue que mi pequeño se encontró con este ser pues por más que he repasado una y otra vez ese día en mi mente, no recuerdo haberlo dejado solo ni por un instante.

Autor: Luna

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