Brujas En El Cementerio 2023

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Brujas En El Cementerio 2023

Brujas En El Cementerio… Estudié arte dramático y cuando íbamos en segundo año de la carrera tuvimos que interpretar la obra  Juana de Arco escrita por Frederich Schiller, yo interpretaba a Juana de arco y mi trabajo en general estaba bien, pero había una escena que me costaba especialmente interpretar.

En la obra mi personaje actúa en nombre de dios, pensando en cumplir su voluntad, por eso hay un antagonista que simboliza a un demonio, si mal no recuerdo se llamaba el caballero negro o la sombra, o algo así, el caso es que en la escena Juana de Arco ve por primera vez a esta representación del mal y por más de que yo me esforzaba por actuar miedo, la maestra siempre me cortaba en esa parte.

Decía que no parecía real que estuviera viendo un espectro, me preguntó si alguna vez en la vida me había asustado por algo sobrenatural y yo tuve que admitir que no, nunca había visto algo más allá de este mundo, tampoco creía en fantasmas ni en demonios, las brujas no eran más que mitos para mi.

Debo admitir que en esa época tenía dudas sobre la existencia de Dios, aunque fui criada en un entorno cristiano, siempre he sido una persona muy racional y en ese momento pensaba que había que ver para creer.

El tiempo pasaba y yo no conseguía mejorar en mi presentación y estaba a punto de perder esa materia, lo que en dónde yo estudiaba significaba perder todo el año, entonces se me ocurrió la idea de buscar presenciar alguna experiencia paranormal.

Primero pensé en contratar a una médium, pero no estaba muy segura, entonces pensé en ir de noche al cementerio, yo creía que si no llegaba a ver algo extraño, al menos sentiría terror de encontrarme en mitad de la noche rodeada de tumbas.

no planeaba ir sola, no estaba tan desesperada como para exponerme de esa manera, aunque no me encontrara con un espíritu podía encontrarme con algún vivo que quisiera hacerme daño, así que decidí pedirle a mis amigos mas cercanos que me acompañaran y para mi buena suerte a ellos les pareció que era una excelente idea.

Éramos dos hombres y dos mujeres, decidimos ir la noche del sábado, pues no teníamos clase al día siguiente, entonces entramos antes de que oscureciera y esperamos a que fuera de noche.

El lugar era muy grande, caminamos primero entre las lápidas, las tumbas de las personas que habían sido enterradas, algunas se veían descuidadas, se notaba que hacía mucho tiempo que nadie iba a verlas, otras tenían varios arreglos florales y fotos o cartas, no puedo negar que se sentía una energía algo densa, entonces a uno de mis amigos se le ocurrió la idea de empezar a contar historias de terror.

Él tenía la teoría de que los espíritus y fantasmas son más que nada energía y si uno empieza a pensar en ellos, a sentir que en algún momento van a aparecer, entonces alimenta esa energía espectral.

Así que empezó a hablarnos sobre historias de muertes aterradoras que había leído en una página de internet, eran bastante perturbadoras en realidad, estábamos en eso cuando de pronto mi amiga nos dijo que veía algo extraño, a lo lejos parecía como si alguien hubiera encendido una fogata en una zona alejada entre las tumbas, nos acercamos más intentando no hacer ruido, tampoco alumbramos en esa dirección pues no queríamos poner en aviso a quien estuviera allí a esas horas de la noche.

Empecé a ver que había personas ahí, estaban completamente vestidas de negro, pero no podíamos verles el rostro, se habían ubicado haciendo un circulo al rededor de una pequeña fogata y junto a dos mausoleos que eran notablemente más grandes y viejos que los que los rodeaban,  hablaban en un idioma que no pude reconocer, parecía que estaban haciendo un rito.

Nos acercamos para poder ver mejor pero no lo suficiente para que notaran nuestra presencia y nos escondimos detrás de unos mausoleos no muy grandes que habían, entonces vimos como una de las personas se acerco al centro del círculo con un libro en la mano.

El libro lo dejó en el suelo junto al fuego mientas levantaba un animal, era un gato, parecía estar como dormido porque escasamente movía sus dos patas delanteras, entonces la persona que lo estaba sosteniendo sacó una daga de entre su ropa, con ella atravesó al pobre animal que emitió un chillido de dolor que hasta el día de hoy sigue resonando en mi mente.

Podría jurar que en ese momento las llamas se volvieron más grandes, vi salir un chorro de sangre, no pude contenerme y grité, no se si fui la única porque estaba demasiado impactada por la escena como para notar si mis amigos estaban tan aterrados como yo.

Esas personas que vestidas de negro voltearon a vernos, salieron en todas direcciones y me parecía que algunas no caminaban, flotaban, nosotros empezamos a correr buscando la salida, sentíamos que venían persiguiéndonos, susurraban y reían, eran voces agudas  y guturales, no estoy segura de que fueran mujeres porque algunas parecían masculinas.

Brujas En El cementerio

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En un momento sentí que el pecho me ardía, ya no podía continuar corriendo, observe si venían detrás de mi, no podía ver nada pero continuaba escuchando los susurros, empecé a quedarme atrás hasta que mi amiga me agarró de la mano, aún no veíamos la salida por ningún lugar, pero estábamos pasando junto a una pequeña capilla.

Uno de mis amigos nos hizo una seña para que entráramos, intentamos abrir la puerta pero estaba cerrada, las voces se sentían cada vez más cerca, entonces de alguna manera uno de mis compañeros forzó la puerta y pudimos entrar, en cuanto cerramos las voces desaparecieron.

Nos quedamos unos instantes en silencio mientras recuperábamos el aliento, ninguno de nosotros podía creer lo que acababa de pasar, empezamos a discutir sobre qué debíamos hacer, mi amiga quería que nos quedáramos en la capilla hasta que amaneciera, pero no era una idea que al resto nos pareciera muy coherente.

Se me ocurrió que lo más racional era llamar a la policía, marqué el número de emergencia en mi celular, hice el reporte pero la verdad es que la persona que me contestó no sonaba muy convencida con la historia, sin embargo decidimos esperar y confiar en que alguien iría a ayudarnos.

Estuvimos una hora ahí hasta que aceptamos que nadie iría. Solo uno de nosotros era de la ciudad en la que estudiábamos, pero sus padres no vivían cerca de ahí y no tenía muchos sentido llamarlos. Pasó otra hora hasta que uno de mis amigos se decidió a asomarse a la puerta para ver si seguían allí, al parecer ya no había nadie, lo pensamos por un segundo y salimos, esta vez no corrimos para no llamar la atención, caminamos rápidamente, el camino me pareció más largo que cuando habíamos entrado, logramos salir sin más inconvenientes, para ese momento todos estábamos seguros de haber visto una secta de brujería o de satanismo.

Esa noche me quede en casa de mi amiga, después de despedirnos de nuestros dos compañeros fuimos directamente a su casa, pero no logré dormir, cada vez que cerraba los ojos escuchaba el chillido del gato en mi mente, entonces en un momento de la noche vi que ella se movía, parecía que estaba soñando, movía sus brazos como intentando soltarse de algo, intenté despertarla sutilmente hablándole, pero no funcionó, así que puse mi mano sobre su brazo y sentí como si hubiera tocado una estufa caliente, en ese momento por fin ella abrió los ojos, mire mi mano y me di cuenta que me había quemado, cuando vimos su brazo también tenía marcas como de una quemadura.

Durante las noches siguientes tampoco pude dormir mucho, lograba conciliar el sueño por un par de horas pero siempre soñaba con el rito y las brujas del cementerio, a todos los que habíamos ido ese día nos estaba afectando de esa forma, pero hubo uno de mis amigos que se llevo la peor parte.

Casi quince días después de el incidente nos reunimos y todos coincidimos con las pesadillas y algunas marcas en la piel, pero él empezó a contarnos que no solo le estaba pasando mientras dormía, al parecer a veces cuando estaba solo en su habitación escuchaba la voz de una mujer que le hablaba al oído, después de eso perdía el conocimiento por varios minutos y cuando volvía en si, había hecho cosas que no recordaba.

Una vez lanzó una parte de su ropa por la ventana,  en otra ocasión fue hasta la cocina y partió varios platos contra el suelo, siempre después de estos episodios notaba que tenía una especie de moretones en el cuerpo, además como vivía en una pensión para estudiantes, ya los otros inquilinos se habían quejado de él y quien administraba el lugar le había dado el aviso de que tenía que irse el próximo mes, así que le ayude a buscar una habitación en dónde yo vivía y luego decidimos que entre todos debíamos buscar algún tipo de ayuda.

La mamá de mi amiga era una persona muy creyente, aunque no vivía en la ciudad resultó conocer a un cura que había realizado algunos exorcismos, así que lo contactamos loq ue estaba pasando para que nos ayudara, él cura nos dio una cita, era bastante lejos de dónde nosotros estudiábamos pero aún así fuimos hasta la parroquia en la que él trabajaba, allí le contamos todo lo que habíamos visto y las cosas que estaban ocurriéndonos.

El párroco nos dijo que por lo que describíamos, habíamos presenciado una rito de reafirmación de poder, pues lo que se cree es que las brujas y los brujos cuando hacen esto es porque han hecho un pacto con el Diablo, es él quien les otorga poder y a cambio la secta debe realizar algunos sacrificios de sangre cada cierto tiempo, alunas veces con animales y aunque en la actualidad es menos común también lo hacen con humanos.

Dijo que lo que nos estaba ocurriendo era una especie de maldición por haber perturbado la ceremonia, sin embargo las maldiciones no nos afectan a todos por igual, hay almas que son a veces más abiertas tanto al ámbito espiritual como a las malas energías. Se ofreció a ayudarnos, nos pidió ir una vez por semana, realizar oraciones y rociar el lugar donde vivíamos con agua bendita y a mi amigo, el que estaba peor de nosotros le dijo que debía hacer una sesión particular, no era exactamente un exorcismo pero si debía realizar más oraciones con él.

Todos estuvimos de acuerdo, seguimos las indicaciones tal como nos las dieron y al cabo de unos meses todo quedó como una anécdota, incluso mi amigo volvió a la normalidad, aunque tardó un poco más que nosotros.

Autor: Luna

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