Bajo El Panteón Historia De Terror 2023

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Bajo El Panteón Historia De Terror 2023

Bajo El Panteón, Historia De Terror… Hace unos años, mientras caminaba por el centro de la ciudad, me topé con un pequeño local de piñatas. Desde el exterior, parecía un lugar normal y corriente, pero algo en mi interior me decía que había algo más allí. Decidí entrar y descubrir que este local de piñatas era algo fuera de lo común.

Tenía mucho tiempo que había ahorrado, pues deseaba emprender un negocio, así que, al ver aquel local tan peculiar, algo llamó mi atención.

Cuando entré, me recibió un anciano con barba blanca y ojos penetrantes que me invitaron a pasar. Mientras caminaba por los estrechos pasillos, pude ver piñatas de todo tipo: de animales, de superhéroes, de princesas, etc.

Al ver mi interés en el local, el anciano me propuso la idea de comprar el negocio. Me explicó que él ya no tenía la energía ni los recursos para mantener el lugar en óptimas condiciones, y que prefería traspasar la responsabilidad a alguien más joven y capaz.

Aunque al principio me encantó la propuesta, la idea de ser dueño de un lugar tan peculiar como ese despertó mi curiosidad y mi imaginación. Después de un breve intercambio, el anciano me ofreció un precio bastante razonable por el local y me aseguró que, con mi talento y dedicación, el negocio prosperaría y atraería a muchos clientes.

La propuesta del anciano me tomó por sorpresa, pero después de darle algunas vueltas y pensar en las posibilidades, decidí aceptarla. Con mucho entusiasmo, acordamos los detalles del traspaso y firmamos el contrato de compraventa.

Desde entonces, estuvo trabajando duro en el local de piñatas, manteniendo su esencia original, pero añadiendo un toque personal y moderno. Me enorgullece decir que el negocio ha sido un éxito, y que muchas personas vienen a visitarnos para comprar nuestras piñatas únicas y originales.

Todo marchaba bien pues las ventas cada vez aumentaban más y me daba a conocer entre las personas del lugar, no obstante, una noche mientras terminaba un pedido urgente decidí quedarme horas extras, pues no podía quedar mal con las piñatas que me habían solicitado, sin embargo, en medio de la noche y la soledad, comenzaron a parpadear todas las luces del lugar a tal punto de que se fuera la luz por completo, así que decidí continuar con mi trabajo y prendí unas velas, aunque debo admitir que en ese momento me entró un pánico indescriptible, pero debía terminar mi trabajo.

Mientras seguía trabajando en medio de la oscuridad, comencé a sentir que algo o alguien me observaba. Miré hacia todos los lados, pero no había nadie a mi alrededor. Me dije a mí mismo que era mi imaginación jugándome una mala pasada y seguí con mi trabajo.

De repente, escuché un ruido extraño y el sonido de algo arrastrándose por el suelo. Me giré hacia el sonido y vi algo que me heló la sangre. Una de las piñatas que había estado trabajando comenzó a moverse sola. No sabía cómo explicarlo, pero parecía estar vivo, moviéndose de un lado a otro, como si tuviera vida propia.

Intenté acercarme para ver qué estaba pasando, pero la piñata se movió hacia mí de manera amenazante, como si quisiera atacarme. En ese momento, me di cuenta de que algo estaba muy mal con esa piñata. Podía sentir una energía oscura y malévola emanando de ella.

Traté de huir, pero la piñata me persiguió por todo el local, rompiendo todo a su paso. Corrí hacia la salida, pero la piñata me bloqueó el camino. Estaba atrapado, sin saber qué hacer.

De repente, las luces volvieron a encenderse, y la piñata volvió a su estado inerte. Me di cuenta de que había sido una mala idea quedarse a trabajar hasta tarde en el local, y prometí no volver a hacerlo.

Después de ese incidente, decidí investigar más sobre las piñatas embrujadas y descubrí que lo que había experimentado era real. Había piñatas poseídas por espíritus malignos, y no era algo para tomar a la ligera.

Las cosas se estaban saliendo de control, al igual que mi mente y sueños, algo que parecía tan absurdo se estaba volviendo en una realidad de la cual no podía salir, sin embargo, lo único que me detenía era que a medida que pasaron los días, los clientes comenzaban a llegar. Los niños, con sus ojos brillantes, entraban corriendo al local y no podían contener su emoción al ver todas las piñatas colgadas en el techo. Las risas y los susurros llenaban el aire mientras los padres examinaban detenidamente cada piñata, buscando la más adecuada para la próxima fiesta de cumpleaños o reunión familiar.

Aunque el ambiente alegre y bullicioso del local contrastaba con la solemnidad del panteón, me di cuenta de que ambos lugares compartían una conexión especial. La vida y la muerte.

A medida que mi negocio de piñatas crecía, también aumentaba mi curiosidad sobre el panteón que se encontró justo encima de mi tienda. Había escuchado rumores de que era un cementerio especialmente dedicado a niños, pero no había prestado mucha atención a esos comentarios hasta ahora.

Decidí investigar más a fondo, queriendo saber la historia detrás de aquel lugar tan especial. Comencé a leer libros, buscar en internet y hablar con los residentes mayores del pueblo para descubrir la verdad. Poco a poco, los detalles salieron a la luz.

Resultó que hace muchos años, en ese mismo sitio, se encontró un orfanato. Los niños huérfanos que vivían allí fueron enterrados en ese panteón, creando un cementerio exclusivo para ellos. La historia era conmovedora y triste al mismo tiempo.

La revelación de que el panteón era de niños me conmovió profundamente. Sentí una mezcla de tristeza y compasión por esos pequeños seres que habían pasado por dificultades en sus cortas vidas. Pero también sentí un deber de asegurarme de que mi negocio no fuera ofensivo ni insensible hacia ellos.

Fue en ese momento cuando comprendí el porqué de los distintos movimientos de las piñatas por las noches, pues se trataba de aquellas almas perdidas de los niños que deseaban jugar con ellas, pues en distintas ocasiones las encontraba en el suelo o en lugares totalmente diferentes donde las había dejado el día anterior.

A medida que pasó el tiempo, la presencia de los niños del panteón se hizo más fuerte y tangible. Los ruidos y susurros infantiles llenaban el aire, incluso cuando no había clientes en la tienda. 

Con el tiempo, comencé a sentir cierta inquietud. ¿Qué significaba esta creciente presencia de los niños del panteón? ¿Estaban tratando de comunicarse conmigo o con los visitantes de la tienda?

Decidí buscar ayuda para entender lo que estaba sucediendo. Contacté a expertos en fenómenos paranormales y me puse en contacto con espiritistas y médiums. Quería entender mejor la naturaleza de esta conexión con los niños del panteón y asegurarme de que estaban en paz.

Decidí llevar a cabo ceremonias regulares en la tienda para recordar a los niños del panteón y su corta pero significativa existencia. Sin embargo, estas celebraciones terminaron en rituales malditos, pues me di cuenta de que aquellos espiritistas querían aprovecharse del lugar y de las almas de esos niños, pues eran más débiles y fáciles de atrapar a diferencia de las de adultos.

Al darme cuenta de la situación y todo lo que estaba sucediendo no sabía cómo reaccionar,  no quería renunciar a mi negocio, me encontraba en una situación delicada y conflictiva. Por un lado, estaba emocionado por la conexión especial que se había formado entre mi negocio y los niños del panteón. Me preocupaba cómo esta intensificación de su presencia podría afectar a los clientes y a mí mismo.

A medida que los rumores sobre la presencia de los niños del panteón se extendían por la comunidad, los clientes comenzaron a tener dudas y temores. Algunos creían que el lugar estaba embrujado y preferían evitarlo por completo. Poco a poco, el número de visitantes a mi negocio de piñatas empezó a disminuir.

Decidí tomar medidas drásticas para enfrentar la situación. Organicé una reunión comunitaria para aclarar cualquier malentendido y abordar los miedos que rodean a la tienda, sin embargo, mis clientes no entendían lo sucedido, fue en ese momento donde ya no sabía que hacer al respecto.

Una de las noches donde más desesperado me encontraba, decidí hacer mi propio ritual para conectarme con aquellos niños, tomé mis materiales como velas, hierbas y comencé con el objetivo.

Comencé a escuchar quejidos por todos lados, aquel ambiente tan inofensivo había pasado a ser un completo escenario embrujado, los niños comenzaron a hacerse presente, sus rostros estaban completamente desfigurados, cada vez se acercaban a mí y me miraban de una forma diabólica.

En ese momento yo no comprendía lo que estaba sucediendo, claramente aquellos niños querían algo de mí, pero no entendía con exactitud lo que realmente deseaban.

De un momento a otro pude visualizar como el suelo comenzaba a abrirse, era como si algo deseaba salir a la tempestad, el piso comenzó a quebrarse cada vez más y cuando me di cuenta se había formado un gran círculo donde a lo lejos se visualizaba el panteón enterrado.

De un momento a otro no recuerdo como perdí la noción de mi mente y sin esperarlo ya había bajado al panteón y comenzaba a caminar en medio de las tumbas y del lugar; era como si estuviera viviendo un cuento de terror.

 A medida que cruzó la entrada del panteón, una sensación escalofriante se apoderó de mí. Las lápidas y monumentos de los pequeños estaban cubiertos de musgo y desgastados por el paso del tiempo. La niebla comenzó a envolver el lugar, creando una atmósfera inquietante.

Cada vez que me adentraba más en el panteón, escuché susurros y risas infantiles que parecían surgir de la oscuridad. Las tumbas parecían contar historias olvidadas y sucesos incomprensibles llenaban el aire. Los juguetes rotos y abandonados yacían dispersos entre las tumbas, me di cuenta de que había experimentado algo sobrenatural y aterrador.

Siguiendo aquel camino supe que había algo extraño en ese lugar, pues una energía sobrenatural me hacía dirigirme a una lápida en específico, la cual al parecer era la más grande y misteriosa del lugar.

Al estar junto enfrente de la tumba pude observar una pequeña carta la cual sin duda tomé y comencé a observar.

Al poder ver ese papel, me percate que era la reseña de una persona que había escrito sobre la vida del infante que estaba ahí, pues mencionaba que hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo rodeado de bosques espesos, existía una leyenda sobre la tumba de un niño llamado Oliver. Según la historia transmitida de generación en generación, Oliver era un niño excepcionalmente talentoso y amado por todos en el pueblo. Poseía una creatividad desbordante y un espíritu alegre que llenaba de alegría a quienes lo rodeaban.

Bajo El Panteón Historia De Terror

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Trágicamente, Oliver enfermó de una enfermedad desconocida y, a pesar de todos los esfuerzos de los médicos y las oraciones de los aldeanos, falleció a la temprana edad de siete años. El pueblo entero se sumió en la tristeza, y sus padres, devastados por la pérdida, decidieron honrar la memoria de su querido hijo construyendo una tumba especial en el cementerio local.

La tumba de Oliver era diferente a cualquier otra en el cementerio. Estaba tallada con piedra blanca y adornada con intrincados detalles de flores y mariposas, que simbolizaban la belleza y la transformación. En el centro, había una pequeña estatua de Oliver sonriendo y sosteniendo un pincel y un cuaderno, que representaban sus pasiones creativas.

A medida que pasaba el tiempo, las personas comenzaron a contar historias extraordinarias sobre la tumba de Oliver. Algunos afirmaban haber visto destellos de luz y haber oído risas infantiles cerca de ella durante la noche. Otros decían que, en momentos de dificultad o tristeza, habían visitado la tumba y encontrado consuelo, como si Oliver les enviara un mensaje de esperanza desde más allá de la vida.

La tumba de Oliver se convirtió en un lugar de peregrinación para aquellos que buscaban inspiración, consuelo o una chispa de creatividad. Artistas, escritores y músicos visitaban la tumba en busca de inspiración para sus obras, dejando pequeños regalos como lápices, pinceles y poemas en agradecimiento por el supuesto influjo creativo que emanaba de ese lugar.

Mientras más me adentraba a la historia, me imaginaba en cada uno de esos escenarios, pues se trataba de algo totalmente impredecible, sin embargo, de un momento a otro comencé a sentir pasos extraños tras de mí, fue ahí cuando pude escuchar a un hombre de aspecto extraño y ojos profundos, el cual seguía con la historia de aquel niño.

“Lamentablemente, la historia de la tumba de Oliver dio un giro oscuro cuando, una noche de luna llena, un acto de vandalismo amenazó con destruir el lugar que tantas personas consideraban sagrado. Un individuo desconocido intentó incendiar la tumba de Oliver, en un acto de crueldad y falta de respeto hacia la memoria del niño. La noticia se extendió rápidamente por el pueblo, causando indignación y tristeza entre sus habitantes. La comunidad se unió en su determinación de proteger el legado de Oliver y asegurarse de que su tumba fuera restaurada y preservada en todo su esplendor”, dijo el hombre.

Este misterioso hombre, con su mirada penetrante y voz sombría, aseguraba haber conocido a Oliver en vida y reveló un lado oscuro que nadie había sospechado. Según él, Oliver era un niño malicioso y perverso que ocultaba su verdadera naturaleza detrás de su apariencia angelical.

El hombre extraño afirmaba que Oliver solía acosar y atormentar a sus compañeros de clase, causando dolor y sufrimiento a su alrededor. Alegaba que el niño disfrutaba haciendo travesuras crueles y manipulaba a otros para su propio beneficio.

Totalmente confundido por todo lo que había pasado en ese lugar, supe que era momento de partir, pues no sabía si estaba viviendo una realidad o una fantasía, así que trate de caminar lo más que pude, no obstante al mirar hacia atrás, claramente sentí la presencia de varios niños que corrían y gritaban atrás de mí, así que traté de correr para que estos no me alcanzaran, pero pareciera que el tiempo se detenía y mi pulso cada vez aumentaba.

No podía entender lo sucedido, realmente me encontraba en shock y sin saber que hacer, yo no tenía la culpa de encontrarme en un lugar como ese, lleno de almas inocentes las cuales solo buscaban el descanso.

Fue en un instante cuando me encontraba en el suelo y aquel hombre misterioso del sombrero tomó mi mano y siguió hablando del tema y sus historias.

El hombre confesó que, en su acto de destrucción, no tuvo en cuenta las consecuencias y no se detuvo en la tumba de Oliver. Continuó su camino en una espiral de maldad, y en su travesía causó la muerte de varios niños inocentes del pueblo. Reconoció la gravedad de sus acciones y expresó un profundo remordimiento por el dolor y la tragedia que había provocado, fue en ese momento cuando alzó la cabeza y me di cuenta de que se trataba de aquel hombre que me rentaba el local, fue ahí cuando todo tomó sentido, pues él buscaba a una víctima para que cargara con aquel peso de las almas de todos esos niños.

Aún no comprendía porque me había elegido a mí, un simple pueblerino en busca de sus sueños y ambiciones, las cuales ya estaban involucradas con almas y cuestiones malditas.

Quizá aquel hombre había visto algo en mi para maldecirme de esa manera, sin embargo, las cosas estaban fuera de control, pues estaba enloqueciendo y creyendo en la idea de que algo terrible sucedería conmigo, pues mi fin estaba cerca al saber que me encontraba encerrado en un panteón.

Comencé a sentir un fuerte frío, pero decidí afrontar mi realidad y decirle al hombre que me hablara con la verdad, pues más que una respuesta necesitaba una solución ante lo que estaba pasando.

El hombre simplemente comenzó a soltar una carcajada, la cual mantenía un misterio aún más grande, pues en el fondo de todo sabía que estaba perdida y no podía hacer algo más al respecto.

En ese momento la presencia de los niños comenzó a salir y fue ahí cuando seguí escuchando lamentos y ayuda, no obstante, no comprendía qué era lo que debía hacer, así que en medio de todo salí corriendo del panteón, realmente deseaba encontrar una salida, pero a medida que avanzaba volvía al mismo lugar, era como si me encontrara en un laberinto sin salida.

Así que le suplique al hombre me dejara libre, ya no soportaba ni un minuto más estando allí, sentía una presión en el pecho la cual se elevaba cada vez más, al igual que una fuerza en mi espíritu la cual sentía que se adueñaban de mí.

Mis pensamientos comenzaron a cambiar, sudaba de forma muy extraña y sentía la necesidad de lastimar a alguien, así que tomé la cruz más grande que vi y fue en ese momento donde comencé a golpear al sujeto que me había metido en todo esto.

Aquella satisfacción de verlo quejarse y retorcerse en el suelo me hacía querer golpearlo cada vez más, sin embargo, algo en el fondo de mi ser sabía que no estaba haciendo lo correcto, pero ya no podía parar, era un momento que definitivamente iba a parar hasta no ver al hombre morir.

Fue en ese momento cuando aquel susodicho dejó de quejarse y respirar, claramente me aseguré de que ya no contará con sus signos vitales y fue ahí cuando comprendí que aquellas almas de los niños se habían apoderado de mi ser por unos momentos para cumplir su objetivo; asesinar al hombre que les quitó sus sueños.

En ese momento no comprendía nada de lo que había sucedido, podía observar cómo aquellos niños armaban un círculo y se acercaban a mí, por lo que Oliver siendo el número uno, me afirmó que gracias a mi aquellas almas ya podían descansar, al igual que mi alma y paz, pues yo podía seguir con aquel negocio de piñatas sin preocuparme, pues ellos no deseaban hacerme daño, su único objetivo era deshacerse de aquel hombre que los torturó tanto tiempo como en vida y muerte.

En ese momento abrí los ojos y me encontraba sentado en mi negocio, era como si aquel suceso fuera un sueño, realmente nunca lo supe, lo único que puedo afirmar, es que aquellos ruidos y lamentos dejaron de escucharse por el lugar…

Autor: Andrea Lezama.

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