El Ser Del Panteón Historia De Terror 2023

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El Ser Del Panteón Historia De Terror 2023

El Ser Del Panteón, Historia De Terror… Hola, mi nombre es Karla. Tengo 20 años y actualmente estoy estudiando la universidad. La historia que les voy a compartir sucedió hace 7 años, cuando yo tenía 13 y estaba en primero de secundaria, es una historia que me sucedió, incluso sin ser totalmente mi culpa, para ser honesta, aún me cuesta bastante hablar de ello.

Yo he vivido toda mi vida en una casa que se encuentra en un cerro, estoy bastante acostumbrada a la tranquilidad que hay ahí. Desde que tengo uso de razón, mi papá ha trabajado en una tienda de abarrotes que está cerca de la casa, e incluso en algunas temporadas le he estado ayudando a atenderla, en cambio, desde que nací, mi mamá se ha dedicado a las labores del hogar.

Desde pequeña mis padres han sido bastante estrictos conmigo y uno de los motivos es porque soy hija única, cuando tenía 13 años no me dejaban salir y me impedían juntarme incluso con algunos vecinos con los que compartía la misma edad.

Por esta misma situación en la escuela solía ser una persona callada, realmente no tenía muchos amigos, si acaso hablaba con una o dos amigas, entre ellas estaba mi amiga Sonia, ella era muy diferente a mí, sus padres eran más abiertos que los míos y entendían que debíamos divertirnos, Sonia me pedía con mucha frecuencia que fuéramos a fiestas, que tomáramos un poco, e incluso me incentivaba a que hiciéramos bromas a nuestros compañeros, yo siempre le decía que no, y fue por todo esto que mis padres me prohibieron juntarme con ella por un tiempo, ya que ellos pensaban que era mala influencia para mí.

Como dije anteriormente, no salía mucho, al principio cuando conocí a mi amiga Sonia, me dejaban salir con ella 2 o 3 veces al mes, como mucho, fuera de la escuela, esto hacía que ella y su grupo de amigos se burlaran de mí.

Todos estos factores son lo que más tarde repercutirían en la historia, como dije, yo era una persona muy reservada, y no solía meterme en problemas. Pero ella era todo lo contrario.

Desde primer grado de secundaria, yo iba a clases en el turno de la tarde, salía a las 7:00 de la noche, mi mama siempre iba por mí, pero en una ocasión se enfermó y no pudo ir a recogerme, días antes habíamos ido a comer fuera, con mi papá, Y a ella le cayó mal la comida.

Le causaba mucha preocupación el hecho de que fuera sola a casa, mi escuela estaba como a 15 minutos de camino. Pero ella me había dado dinero para irme en taxi. Yo le conté todo esto a Sonia. Y ella, como siempre, me había recomendado hacer otra cosa. Me había dicho que al salir nos fuéramos un rato a pasear por ahí.

Y que con el dinero del taxi podemos comprar unas cosas, me había aconsejado que le dijera a mi mamá que había mucho tráfico y por eso había llegado tarde a la casa, claro que yo no estaba de acuerdo en hacer eso. Respetaba a mis papás. Y les tenía mucha confianza como para hacer algo así. Sin embargo, fue tanta su insistencia que me desesperó y terminé cediendo. Al final pensé que Solamente sería un rato. Y que no iba a pasar nada malo. Sin embargo, me equivoqué.

Salimos de la escuela y rápidamente nos dirigimos a una tienda, ella había empezado esa etapa en la que le gustaba tomar a escondidas de sus papás. Y utilizó todo el dinero que me habían dado para comprar unas cervezas.

Para este punto, yo ya no podía hacer nada, ella ya se había gastado el dinero del taxi y tenía que regresar caminando a casa. Por un momento pensé en dejarla ahí e irme a casa, pero también me preocupaba que fuera a tomar demasiado y se peleara con sus papás. Entonces me convenció de irnos a tomar las cervezas a un parque que se encontraba cerca de la escuela; me dijo que ya había ido ahí en otras ocasiones y que no pasaría nada, después de casi 1 hora de estar ahí, yo sabía que tenía que irme ya a la casa.

Ya era demasiado tarde y no podía ponerles más excusas a mis papás, ella ya estaba un poco tomada y me estaba Insistiendo a que yo lo hiciera también, sinceramente ya me tenía harta y fue tanto lo que me había estado diciendo que al final terminé cediendo, yo únicamente lo hice para poder irme y no seguirme metiendo en problemas.

Después de un rato, yo también empecé a emborracharme un poco. No estaba nada acostumbrada a tomar y claro que con una cerveza o 2 ya me estaba mareando, así que las dos ya estábamos un poco desorientadas y no sabíamos muy bien cómo regresar a casa, lo que me propuso fue que nos fuéramos a su casa y nos quedáramos a dormir ahí, que inventara cualquier cosa y que no pasaría nada.

Y yo a esa altura ya tenía miedo de lo que me fueran a decir mis papás. Terminé aceptando más por miedo que por otra cosa y nos dirigimos a su casa. Ella también vive algo cerca de la escuela, así que decidimos irnos caminando, después de todo, ya no teníamos dinero ni para el taxi. Ella, a diferencia de mí, no vivía en un cerro.

De hecho, vivía en una zona bastante peligrosa, en la que a mí no me gustaba mucho estar, las pocas ocasiones en las que iba a visitarla me daba miedo. Ya eran casi las 9:00 de la noche y yo ni siquiera les había llamado a mis papás para decirle que me quedaría en casa de Sonia.

Estaba muy preocupada, pero también me sentía algo tomada, como ya lo dije, ella era una persona muy diferente a mí, le encantaba el peligro y hacer cosas arriesgadas, sinceramente, no sé cómo es que nos volvimos tan amigas si éramos muy diferentes, bueno, cerca de su casa se encuentra un panteón, cuando iba a visitarla y pasaba cerca de ahí, me daba un poco de miedo e incomodidad, yo desde pequeña siempre he sido una persona muy miedosa.

No me gustaba dormir con la luz apagada, no me gustaban las ventanas, y tampoco me gustaba quedarme sola. A ella, sin embargo, no le da miedo nada, parecía que le importaba poco las consecuencias de la vida. Antes de llegar a su casa, ella me sugirió que pasáramos al panteón, me dijo que era hora de que yo enfrentara mis miedos, ya que como dije era una persona muy miedosa y callada.

Yo evidentemente le dije que no, que no iba a ser eso y que mejor nos fuéramos porque ya era algo tarde y era una zona muy peligrosa. A pesar de mi estado, yo estaba algo consciente de que era una mala idea, ya que no sabíamos con qué nos podemos encontrar ahí, incluso el peligro de que nadie sabía dónde andábamos.

Se enojó un poco conmigo y me dijo que si quería seguir siendo su amiga. Tenía que hacer eso. Que era necesario porque era una especie de prueba de amistad, entre el miedo, el alcohol y todo lo que rodea a mi cabeza, ya que más podía perder, y, de hecho, en ese momento se me vinieron a la cabeza todas las cosas que me prohibían siempre mis padres, y que no tenía nada de malo, que por una vez en la vida hiciera algo peligroso y arriesgado. Así que decidí hacerle caso y entramos al panteón.

El panteón estaba rodeado con una barda de ladrillos bastante alta que impedía ver las tumbas. Solamente las podías ver en la entrada principal, estaba muy poco alumbrado, si acaso había unas 6 lámparas. Y era bastante grande, normalmente los panteones suele haber seguridad, un velador o algo por el estilo, pero en este caso no era así, este panteón parecía un poco descuidado. Es más, como si muchas de las personas que ahí descansaban hubieran sido olvidadas, esto le da un aspecto más triste y tétrico, y permitía que todo tipo de personas entrarán ahí.

Ella, además de ser una persona más valiente que yo, también era bastante grosera e irrespetuosa. Y básicamente entró a jugar y a correr entre las tumbas, a hacer todo tipo de caos.

Yo sabía que eso no era lo más indicado, y que estaba faltando el respeto, pero tampoco hice nada por evitarlo. Después de unos minutos de estar ahí, empecé a sentir un frío. Algo helado que recorría mi cuerpo. No sabía si eran nervios o miedo, quizás sí, pero ya me sentía bastante incómoda ahí. Traté de decirle que me sentía mal y que algo no me daba muy buena espina, Ella continuó con sus actitudes.

Y me dijo que no pasaría nada, que estábamos ahí para divertirnos. De repente me entraron muchas ganas de llorar, era como si me encontrara llena de tristeza. Empecé a desesperarme y a gritar de la nada. No sabía si era un ataque de pánico o algo más estaba ahí. Yo creo que Sonia me vio bastante mal que se acercó. Y me dijo que todo estaría bien, que me tranquilizara.

Pero yo no podía calmarme. Realmente había entrado en una crisis y no sabía qué hacer. Finalmente logré convencerla de irnos a su casa. Ella se veía bastante tranquila. Como si nada hubiera pasado. Yo le comenté como me sentía y le pregunté si ella no había sentido la misma sensación, pero ella me dijo que no, me explicó que para ella solamente era un sitio en donde había muertos. Que no había nada que temer.

Al llegar a su casa, yo le llamé a mis padres, que ya estaban bastante preocupados por mí, les puse cualquier pretexto absurdo que se me vino a la cabeza, para explicar el por qué me había ido a la casa de Sonia.

Claro que ellos no me creyeron e inmediatamente fue mi papá por mí, Ellos ya la tenían en un mal concepto y ahora más que nunca, No dejarían que ya volviera a salir con ella, Mi papá llegó por mí y se dio cuenta que habíamos tomado, nos regañó las 2 por habernos gastado el dinero que era para el taxi. Y preocupar a nuestros padres, incluso Le advirtió que no se me volviera a acercar ni en la escuela.

Fue una noche bastante difícil, recuerdo que no pude conciliar el sueño, No podía dejar de pensar que eso que habíamos hecho nos traería consecuencias. Mis padres siempre han sido muy conservadores. En muchos sentidos. Recuerdo que desde niña me obligaban a ir a la iglesia con ellos todos los domingos, siempre me hablaban de la importancia de rezar. Y de ser buenas personas con el prójimo. Ellos solían tener muchas imágenes religiosas en la casa.

De cierta forma, todos esos consejos y todo ese adoctrinamiento, se había quedado muy presente en mí y evidentemente yo tenía ciertos miedos, es por eso por lo que, lo que sucedió aquella noche me hizo empezar a creer que algo malo vendría sobre nosotras.  Al día siguiente ni siquiera crucé palabra con Sonia, no quería hablar con ella, yo me encontraba muy molesta y nerviosa por todo lo que había pasado, y creo que ella también se dio cuenta porque ni siquiera me saludaba.

Fueron días muy difíciles, ya que yo me encontraba muy preocupada, Pero no sólo por lo que había sucedido. Si no por haberle fallado también a mis padres y quebrar esa confianza que tenían sobre mí.

Aproximadamente a la semana de lo que aconteció, fue que empezaron a pasar algunas cosas que yo ya me temía, y recuerdo haberme sentido muy culpable porque quizá yo pude haber evitado todo eso, pude haberlo detenido o simplemente irme a casa y no hacerle caso, pero decidí hacerlo y ahora tendría que pagar las consecuencias.

Una de las primeras cosas que ocurrió fue que empecé a sufrir de parálisis del sueño. Yo solía ser una persona que dormía bastante, pero a partir de ese punto me despertaba. A las 3:00 de la mañana y empezaba a sufrir una parálisis, las pocas horas de sueño también se basaban en pesadillas y despertaba bastante agitada, era como si en mis sueños algo tratara de burlarse de mí o atormentarme.

El Ser Del Panteón Historia De Terror

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Los objetos también empezaron a cambiar de sitio. Recuerdo que muchas veces tuve diferencias con mis padres acerca de algunas cosas, como por ejemplo el por qué yo había cambiado de sitio algún zapato de mi papá, porque había movido de lugar algunas fotografías que teníamos sobre un mueble, o por qué simplemente había desaparecido algo.

Para este punto ya empezaba a tener mucho miedo, pero no me atreví a platicar con alguien acerca de todo esto. Pensé que quizá me tomarían como una loca o que simplemente no tenía coherencia, eso que decía, para ser honesta, tampoco tenía a alguien a quien contarle, Sonia, no me creería, mis papás me regañarían, me castigarían y probablemente me llevaría a la Iglesia, entonces me encontraba atrapada ante esta situación.

Desde antes de que ocurriera todo esto y yo siempre había tenido miedo de quedarme sola, esto difícilmente pasaba, ya que mi madre siempre se encontraba en la casa, pero en una ocasión mis padres tuvieron que salir a visitar a un familiar y me dejaron sola en casa, me dijeron que solamente se irían un rato, yo aún seguía castigada de todo lo que había pasado.

Recuerdo que salieron por ahí del mediodía, yo les había insistido en que me llevaran, ya que me da miedo quedarme en casa, Al final tuve que quedarme, incluso pensé en salir un rato, pero, si ellos se enteraban de eso, podría irme peor, así que decidí quedarme; no sucedió nada en las siguientes horas, comí y me distraje un rato en la tele, pasó el tiempo y empezó a oscurecer Y no sé por qué, pero empecé a tener una sensación. De angustia, Por aquellas fechas, solía llover demasiado y ese día no fue la excepción, fue como si mientras más cayera la noche, más se acercará la lluvia.

Ya me encontraba desesperada porque no llegaban mis papás, estaba en la ventana esperando a que por fin llegaran, cuando de pronto se fue la luz; sentí como un escalofrío recorría mi cuerpo; tenía un miedo inexplicable, pero a la vez trataba de tranquilizarme, pensando que había sido la lluvia, me senté lentamente en el sillón, ya que tenía una sensación, como si algo se encontrara justo detrás de mí, por un momento pensé en irme corriendo a mi cuarto, pero algo paralizaba mi cuerpo, únicamente podía ver la luz a través de la ventana, esa que provocaba los relámpagos y las luces de la calle. Al verme en situación, decidí cerrar mis ojos y esperar que pasara lo que tuviera que pasar, repentinamente escuché una risa que provenía del cuarto de mis papás; no podía creer lo que estaba pasando, sentí un miedo terrible, pero me contuve y pensé que quizá sería otra cosa. no lo sé, buscaba una explicación coherente, de repente algo en mi cuello emanó un soplido, sentí una brisa helada que me sugestionó terriblemente, pues no sabía que pasaba, empecé a escuchar mi nombre, pero como si fuera un susurro, una voz muy débil de mujer que me hablaba como si tratara de decirme algo. Empecé a respirar muy agitada y me solté a llorar, realmente era un llanto incontenible, empecé a pedirle perdón a lo que sea que haya sido eso, tratando de explicarle que yo ni siquiera quería ir al lugar que descansaba y burlarme, únicamente quería que me dejara en paz y que siguiera con mi vida como había sido hasta ese momento. Realmente fue un tormento, porque entre la oscuridad podía ver una especie de sombra moviéndose de un cuarto al otro; cómo si tratara de ocultarse de mí, seguí escuchando la risa y tenía un frío increíble, estuve al borde del infarto al escuchar la puerta abriéndose; eran mis padres, en ese momento sentí un alivio bastante grande, al verme llorar, me abrazaron y me preguntaron qué había sucedido, pensaron que me encontraba así por la soledad, porque no había luz y por la lluvia, en ese momento fue cuando decidí explicarles todo. Decidí explicarles lo que sucedió aquel día y como Sonia se había burlado. Ellos me preguntaron si a ella le había pasado lo mismo, pero yo no sabía, no había tenido mucho contacto con ella desde aquel día. Realmente no me había puesto a pensar en eso, así es que decidimos llamarle y preguntarle si es que ella también había sido atormentada por todo esto.

Aquella noche, cuando las cosas se tranquilizaron, le llamamos y le preguntamos, sí ella también había pasado por todo eso, nos dijo que días anteriores había notado cosas extrañas en su casa, incluso que empezaba a tener esas pesadillas y las parálisis como a mí me había pasado, dijo que no le había contado a nadie porque la tomarían de loca, y que había decidido guardárselo como yo.

Mis padres hablaron con los Suyos y decidieron hacer algo al respecto. Habían platicado durante horas y quedaron en un acuerdo en que nos llevarían con una persona que se especializara en ello para que pudiera liberarnos de aquel mal que teníamos, al contarles toda la historia a sus papás, accedieron, entendieron que era lo mejor para nosotras. Y finalmente nos llevaron con un brujo. Recuerdo que desde que entramos a lo que parecía ser su consultorio, él nos había dicho que traíamos unos acompañantes, lo cual nos asustó demasiado, pues parecía que ya sabía la situación sin siquiera haberle dicho algo. Nos explicó que si, que lo que habíamos hecho estaba muy mal, que eso nunca se debe hacer, comentó que los panteones son lugares de descanso para las almas, que son sitios en los que culmina la historia de una persona y nosotros no podemos entrar, así como así y perturbar toda esa tranquilidad, además que en esos lugares hay gente de todo tipo y energías con las que a veces es peligroso jugar.

Procedió a hacernos una especie de ritual, algo que él dijo que nos liberaría de todas esas cosas que nos habían estado pasando, pero también nos aconsejó que era importante ir a pedir perdón. La verdad es que nos extrañó bastante, pues nos pareció un poco exagerado el hecho de ir a pedir disculpas a los muertos.

Pero así fue, él terminó su ritual y ese mismo día decidimos ir al panteón y pedir disculpas. Juramos que nunca más volveríamos a hacer algo así, creo que, de cierto modo, eso también ayudó a que Sonia cambiara su forma de ser, fue una persona diferente desde entonces y la verdad cambió para bien, claro, que también a mí me ayudó, porque entendí que no hay que hacer todo lo que las personas te dicen, si nosotros creemos que alguna acción no está bien, hay que tratar de evitarla.

Esa misma noche, recuerdo que en mis sueños vi una figura oscura como de 2 metros, yo me encontraba en una especie de bosque y esa imagen iba hacia mí, me tomaba de la mano y luego se iba, por alguna extraña razón, no sentía miedo, al contrario, sentí una tranquilidad como no había sentido antes. Volví a dormir con normalidad y a partir de ese día ya no me despertaba en las noches y no tenía pesadillas.

No podía creer que eso había sido la solución a todos los problemas. Realmente desde que hicimos ese ritual y pedimos disculpas, ya no volvimos a experimentar ninguna de esas manifestaciones. Mis padres continuaron siendo estrictos y con mayor razón trataban de evitar que la historia se repitiera, creo que de cierta forma recuperaron la confianza en mí, ya que les había dicho todo lo que había pasado. Yo siempre he tenido una muy buena relación con mis padres, entendí que todas sus enseñanzas han sido muy valiosas y siempre debemos tratar de hacer lo correcto, respetar a los que están y a los que ya no están con nosotros. Creemos que por el hecho de que ya no viven, no habrá consecuencias si nosotros nos burlamos o nos metemos con ellos, pero no es así.

Autor: Hugo de Gante

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