Influencia Satánica, Historia De Terror 2023. 

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Influencia Satánica, Historia De Terror 2023. 

Influencia Satánica, Historia De Terror… Dudé mucho en decidirme a contar esta historia porque es algo que aún estamos tratando de manejar y es un capítulo muy difícil para mí y mi familia, además las personas suelen no creer en relatos de posesiones o tomarlo como algo simplemente entretenido, cuando la verdad es que vivirlo en carne propia como dicen, es completamente distinto.

Pero he decidido compartirlo después de este tiempo por si hay alguien que lo escuche y esté pasando por una situación similar. Soy casada desde hace quince años y tengo dos hijas, para proteger su identidad en este relato diremos que la mayor se llama Carla y la menor se llama María José. Hace once años que vivimos en Ecatepec de Morelos, Estado de México.

En el tiempo en que empezó a ocurrir lo que voy a contarles yo me había quedado sin empleo y mi esposo trabajaba en la Ciudad de México.

En esa época Carla, la mayor de mis hijas, estaba pasando por una etapa difícil, no lográbamos comunicarnos bien con ella y en la escuela le hacían constantes llamados de atención, sin embargo, mi esposo y yo entendíamos que eran cosas normales de la edad.

La casa en la que vivíamos era de un piso, a veces se escuchaban ruidos en la cocina como de cosas que se caían o en el techo, pero no le dimos mucha importancia ya que al ser un primer piso pensábamos que los ruidos venían de la calle.

Un día mientras estaba en la habitación escuche que algo se había caído en la cocina, cuando llegué había una olla y algunos cuchillos en el suelo, mi hija pequeña estaba allí así que la regañé por el desorden que había hecho, a lo que ella me juró que no había sido su culpa, me repitió varias veces que no había sido ella, pero en ese momento pensé que era una excusa.

En esos días Carla me confesó que cada día se sentía peor de ánimo, no podía dormir en las noches y sentía que algo no estaba bien con ella, yo intenté animarla y le dije todos tenemos momentos en los que nos sentimos tristes o deprimidos.

Al día siguiente salí con mi hija pequeña a hacer unas compras en la tarde, cuando regresamos llamamos a Carla, pero no nos contestó, no estaba en habitación, ni en la sala, entonces vi que la puerta del baño estaba cerrada, golpeé y la llamé por su nombre, pero no obtuve ninguna respuesta, seguí intentando y golpeaba la puerta con todas mis fuerzas hasta que logré abrirla.

Vi a mi hija tirada en el suelo y tenía un frasco de pastillas a su lado, estaba consiente, pero no se movía, afortunadamente en ese momento llegó mi esposo y al ver todo lo que estaba pasando tomó a Carla y salió corriendo de la casa hacia el Hospital.

Tardaron varias horas en regresar. Cuando volvieron mi esposo me contó que en el hospital le habían hecho un lavado de estómago. No puedo explicar lo que sentí en ese momento, no podía entender qué había hecho mal o que le estaba pasando a mi hija, la única certeza que tenía era que debíamos ayudarla.

El tiempo avanzó y el estado de ánimo de Carla seguía empeorando, algunos días no quería ir a clases, empezó a decirme que sufría de pesadillas y fue en esa época cuando cerraron las escuelas a causa de la pandemia.

Entonces los cuatro empezamos a pasar más tiempo en la casa, mi esposo tuvo que trabajar desde allí y fue cuando empezamos a notar que algo raro estaba pasando.

Una mañana al despertar fui a la cocina y encontré todas las ollas y el comal en el piso, todos estaban dormidos así que no había explicación lógica para lo que estaba pasando, fui enseguida a despertar a mi esposo para que viera lo que había pasado, tampoco habíamos escuchado ningún ruido durante la noche y cuando le preguntamos a las niñas si alguna había hecho eso, ellas lo negaron y entonces la más pequeña me dijo, que ella sabía que a veces eso pasaba.

Que en la casa había una persona a la que le gustaba dejar las cosas de la cocina en el piso, mi esposo le preguntó quién era esa persona, pensando que tal vez algún extraño estaba entrando a la casa de noche, pero la niña nos dijo que no le había visto bien la cara y que ella sabía que no era un ladrón.

Sin embargo, mi esposo les preguntó a los vecinos si habían visto algo, a lo que ellos respondieron que no y entonces ese mismo día decidimos mejorar un poco más la seguridad, contratamos a alguien que pusiera una mejor reja en la ventana de la cocina que era la única que daba hacia la calle e instalamos una cerradura de seguridad.

Casi una semana después de todo esto estábamos ya durmiendo cuando escuchamos un sonido estrepitoso en la cocina, nos asustamos, mi esposo me dijo que fuera al cuarto de las niñas, nos dijo que sin importar lo que escucháramos no saliéramos y fue él solo a ver si había alguien más en la casa, pero cuando regresó nos dijo que no había nadie y que había encontrado el comal en el suelo, incluso en ese momento le pareció un poco divertido y no le prestó mucha importancia.

Influencia Satánica, Historia De Terror

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En ese momento en el que estábamos hablando escuchamos gritar a las niñas y mi hija pequeña vino corriendo y gritando entonces fuimos a la habitación y vimos a Carla en medio de las dos camas, pero estaba como flotando en el aire, no fueron más de dos segundos y calló de golpe al suelo, nos acercamos a ella para ayudarla a levantarse, no se había lastimado, pero estaba aterrada, tan aterrada como nosotros lo estábamos.

Al día siguiente llamé a una amiga que pertenecía a un grupo de oración y que además yo sabía que siempre había estado muy cerca de la iglesia, ella me dio el contacto de un padre que seguramente podía ayudarnos y también se ofreció a hacer oración por nosotros, aunque por causa de la pandemia su grupo no estaba reuniéndose de manera presencial, sin embargo, lo harían desde el lugar en el que estuvieran.

Llamé al padre y le conté lo que había pasado, él escucho muy atentamente todo mi relato, me dijo que él se ofrecía a ir a ayudarnos pero que sin embargo intentaría contactar a alguien más, ya que él no era un experto en estos temas, porque solo algunos curas tienen conocimiento sobre exorcismos o sobre cómo combatir entidades malignas.

Para nosotros, todo esto parecía haber salido de una película, si no hubiera sido porque lo vi con mis propios ojos no podría dar fe de los hechos.

El día en que el padre fue a vernos, estábamos muy esperanzados en que realmente pudiera ayudarnos.

Primero habló con todos nosotros y nos pidió que le contáramos más detalles de todo lo que había pasado, incluso de cosas que podíamos haber pasado por alto, como los ruidos que oíamos en el techo desde antes de la pandemia, él pensaba que ahora notábamos los sucesos extraños.

Como las ollas en el piso y los ruidos que escuchábamos como si hubiera alguien más en la casa, porque ahora pasábamos todo el tiempo allí, nos dijo que seguramente esta situación venía desde hacía más tiempo, pero no lo habíamos notado hasta ese momento.

También nos preguntó detalles sobre nuestra relación familiar y le contamos los cambios de ánimo que había tenido Carla y la noche en la que la habíamos visto flotar y caer en la habitación, entonces nos pidió hablar con ella por unos minutos a parte.

No sé exactamente todo lo que ella le dijo, pero hablaron casi por media hora y después volvió a llamarnos a todos para contarnos lo siguiente.

Al parecer unos meses atrás mi hija mayor, junto con sus amigas, habían sentido mucha curiosidad por la santería, las cosas ocultas y lo qué hay en el más allá, una de sus amigas llevó lo que parecía una tabla ouija, habían intentado jugar un par de veces, pero Carla nos aseguró que nada extraño había pasado.

Que había sido un juego inocente y que en realidad no habían sentido a ninguna entidad e incluso ella creía que sus amigas eran las que movían la pieza del juego para las preguntas y que ella había llegado a moverla también, por supuesto que ahora se sentía mal por haberlo hecho y nos pidió disculpas.

El padre nos dijo que no necesariamente esa era la causa pero que era una posibilidad, en ese momento solo pude pensar en si mi hija tenía algún espíritu dentro de ella, pero el padre nos explicó que ese no parecía el caso.

Aunque él no era experto en el tema estaba asesorándose con un colega que, si tenía mucha experiencia en ese tipo de casos, le dijo que en todos sus años de experiencia realmente nunca había visto una posesión demoniaca.

Nos explicó que ellos pueden descubrirla haciéndole pruebas y preguntas a las personas que creen estar poseídas, pero nos aseguró que Carla no lo estaba, sin embargo, si podía estar bajo un tipo de influencia demoniaca.

Entonces nos explicó que debíamos hacer una serie de oraciones a partir de ahora, era la única manera de alejar esa influencia que estaba molestándonos, le pidió también a mi hija que hiciera un esfuerzo por alejar los malos pensamientos, incluso que buscara algún tipo de ayuda sicológica de ser necesario.

Nos ofreció estar disponible para ir a realizar las oraciones una vez por semana y por último nos pidió que intentáramos con todas nuestras fuerzas ignorar los sucesos extraños, puesto que estas entidades se alimentan de nuestro miedo y pensamientos más oscuros.

Autor: Luna.

Derechos Reservados.

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