Extraños Inquilinos, Historia De Terror 2023.
Extraños Inquilinos Historia De Terror… Soy originario de Tequila, Jalisco.
En mi época de estudiante, Ingrese a la UNAM, por consejo de mi padre. No teníamos parientes en la Ciudad de México, pero él pensaba que, si iba a estudiar Ciencias Sociales, era mejor que lo hiciera en la mayor casa de estudios del país.
Mi padre es terrateniente, no es rico, pero si gana lo suficiente como para apoyarme en mis estudios.
Conocí un edificio de departamentos que ofrecía apoyos a estudiantes foráneos como yo. El precio de renta era un precio muy bajo, por eso no tuve que buscar algún roomie.
El edificio era bastante viejo, creo que ya ni existe.
La primera vez que entre, me sorprendió ver que más que estudiantes, estaba habitado por personas mayores.
Soy muy sociable, así que no tardé en enterarme que la mayoría de los inquilinos, habían trabajado alguna vez como escritores en algunos diarios y uno de ellos, decía haber escrito un libro de terror.
Me fascinan los relatos de terror, debido a esto ya que el señor tenía una personalidad muy agradable, forme una amistad inmediata con él.
Se llamaba Edgar, conocía sobre todo leyendas urbanas de prácticamente todo el país.
Conocí también a cuatro estudiantes que compartían el penúltimo departamento. Estos chicos tenían problemas con el administrador del edificio, pues cada fin de semana tenían fiesta, con la música muy alta, lo que molestaba a los demás inquilinos.
Yo les hablaba, pero no les hacía mucha confianza, soy considerado un poco aburrido por los chicos de mi edad.
El último piso estaba deshabitado.
Según me contaron, ese departamento era usado como bodega de herramienta y solo el administrador y el empleado de mantenimiento tenían acceso a él.
Durante una mañana, escuché a varios de los chicos platicando en el estacionamiento, se veían preocupados. Salí a mi balcón para intentar escuchar de que hablaban.
Lo poco que alcance a escuchar, fue que uno de ellos se mudaría de lugar y les recomendaba a los demás hacer lo mismo de inmediato.
Cuando se dieron cuenta que los estaba escuchando, quise disimular que estaba haciendo otra cosa, pero ellos me pidieron que bajara a hablar con ellos.
Una vez que estuve con ellos, me preguntaron si no notaba algo raro en el edificio.
Se me hizo rarísimo su comentario, en verdad hasta ese momento no había notado nada extraño y lo único que me molestaba, eran las fiestas de esos chicos.
Les respondí que hasta el momento no me tocaba presenciar nada extraño.
Ellos se me quedaron viendo y me dijeron que eso era imposible, pues todo el edificio estaba embrujado, sobre todo el último piso.
Yo les repetí que no había visto nada, en eso el chico que se mudaba, me preguntó que si ni siquiera se me habría aparecido la luz amarilla.
Yo negué con la cabeza y caminé hacia atrás, me sentí incómodo con sus comentarios. Cuando estuve lo suficientemente lejos, me despedí de ellos y corrí a encerrarme en mi departamento.
Después de una semana, todos los chicos se habían mudado, dejando solo el departamento.
El administrador tocó a mi puerta, me ofreció mudarme al departamento que quedo vació, me dijo que la renta sería más barata que en la del departamento que habitaba en ese momento.
Siendo sinceros no me interesaba cambiarme de departamento, pero tengo un enorme conflicto para decir no, además aquel hombre era muy persuasivo y término por convencerme.
Fue entonces cuando las cosas se pusieron muy mal.
La primera cosa que percibí, fueron el sonido de unos pies corriendo en el piso de arriba, el cual como les he indicado antes, se encuentra deshabitado y es utilizado como bodega.
Pueden decir que ese sonido pudo ser producido por el empleado de mantenimiento o el administrador, pero no sonaba normal, sonaba como varias personas corriendo a la vez.
Para quitarme la duda, subí al piso para ver qué era lo que ocurría. La puerta estaba cerrada con candado y una cadena, no existía una manera en que alguien estuviera adentro.
De pronto, vi una luz extraña justo a un lado de mí, era esférica y de color amarilla. Jamás en mi vida vi algo parecido a eso. Al principio me quede maravillado, nunca vi algo parecido.
La luz simplemente se quedó quieta a unos metros de mí, entonces me di cuenta, que dentro de la luz se formaba un rostro de agonía y horror.
El miedo me invadió y corrí hasta mi departamento.
Al día siguiente, me encontré a Edgar. Le platiqué lo que me ocurrió la noche anterior en el último piso.
El después de escuchar mi relato, me dijo que tuviera cuidado de subir al último piso solo, pues allí ocurrieron varias muertes trágicas, de las cuales, dos fueron asesinatos.
Según el, siempre que el departamento se ocupaba ocurría alguna desgracia, el dueño terminó por evitar rentarlo y desde entonces era usado como bodega, aunque esto no detuvo las desgracias, según Edgar, algunos empleados de mantenimiento tuvieron accidentes allí dentro y otros decían ver fantasmas y demonios.
Yo aun no conocía al actual empleado de mantenimiento, pero según Edgar, él ya tenía como dos años trabajando allí, era el único que se acostumbró a los sustos que causaba ese departamento.
A partir de ese momento, comencé a prestar más atención a lo que ocurría alrededor del edificio.
No volví a subir al último piso
Siento que a veces los seres de oscuridad nos elijen por alguna razón.
Comencé a percibir una enorme mancha negra en el techo de mi habitación. Parecía como una especie de moho negro.
Les puedo jurar que se formaban caras diabólicas, incluso si te quedabas mirando por largo rato, parecían moverse, como si quisieran hablarte.
Fui a decirle al administrador de las manchas en el techo.
Al día siguiente mandó al empleado de mantenimiento, se llamaba Jorge.
El hombre subió al piso de arriba. Minutos después se escucharon caer varias latas al piso.
Bajo enseguida con unas latas de pintura, mientras cubría los manchones del techo, me dijo que cubriría las manchas, pero que no creía que serviría por mucho tiempo, pues más que marcas de humedad, eran marcas de actividad paranormal.
En eso el hombre me indicó que revisara debajo de mi colchón, pues estaba casi seguro de que allí encontraría otra mancha.
Revisamos y efectivamente, allí estaba una enorme mancha, impresa sobre la madera de la base de la cama. Parecía una quemadura.
Jorge me dijo que lo mejor sería cambiarme de lugar, pues era muy probable que todo empeorara y comenzara a presenciar cosas horribles.
Me contó también, que él no tenia de otra que trabajar allí, que por alguna extraña razón a él no lo seguían los espectros que habitaban el edificio, pero que otras personas si son más sensibles y son de quienes se alimentan.
Antes de irse, mencionó que si quería conocer lo que ocasionó que el edificio estuviera maldito, que le preguntara a Edgar, pues el hasta tenía una crónica sobre lo que paso, pero nunca se atrevió a publicarla.
Apenas me quede solo, fui a buscar a Edgar, pero no estaba en su departamento.
Regresé al departamento y me puse a leer un libro en la cama. Sin darme cuenta me quedé dormido.
Desperté cuando ya estaba oscuro, las lámparas de la calle iluminaban un poco la habitación.
Las cortinas de mi ventana comenzaron a moverse violentamente sin que hiciera nada de viento, de repente, detrás de ellas apareció un rostro, que pude ver gracias a las lámparas de la calle.
Era horrible, unas personas con varios clavos en la boca y en los ojos.
Cerré los ojos y me puse a rezar, deseando que aquella horrible visión fuera solo una pesadilla. Cuando me atreví a abrir los ojos de nuevo, el rostro había desaparecido.
Cerré la ventana y me fui a dormir a la sala.
Al día corrí a buscar a Edgar, necesitaba escuchar esa historia.
Cuando lo encontré, me contó todo.
Todo comenzó el día en que se mudaron al edificio los primeros inquilinos. Eligieron el último piso, pues según ellos deseaban privacidad, antes que nada.
Edgar lo sabía muy bien, ya que él fue el segundo inquilino del edificio, las personas que habitaban el ultimo departamento, eran personas extrañas, casi no salían del departamento, incluso en una ocasión, Edgar se preocupó y fue a preguntarle al administrador, a este también se le hizo extraño no verlos en tantos días, aparte ya hacía tres días que deberían haber dado el pago de la renta.
Subieron ambos a tocar la puerta del último departamento. Les abrió un joven de gafas negras, se veía muy pálido y delgado, parecía enfermo.
El hombre hablaba de una manera muy pausada, les dijo que todo estaba bien y pagó dos meses de renta.
Después de una semana, unos estudiantes se mudaron al departamento en el que yo me encontraba viviendo ahora mismo.
Estos estudiantes, desde la primera noche que pasaron allí, fueron a quejarse con el administrador, decían que en el último departamento escuchaban lamentos y golpes, parecía como si estuvieran torturando a alguien.
Subieron de inmediato y volvió el mismo tipo a recibir al administrador, solo que esta vez se veía aún más demacrado.
El hombre les dijo que estaban viendo películas a alto volumen, era por eso los sonidos y los golpes se debían a que movieron los sillones, el administrador les pidió que le dejaran pasar.
No lo dejaron entrar, pero si abrieron la puerta para que echar un vistazo hacia la sala, todo se veía normal.
Dejaron todo así por ese día.
Pasaron tres días más, los estudiantes se salieron del departamento, solo dijeron que encontraron un mejor lugar, pero de los extraños inquilinos no se sabía nada, de nuevo nadie los escuchaba ni veía.
De nuevo tocaron a su puerta, el administrador y Edgar. En esta ocasión nadie abrió la puerta, insistieron después de dos horas, pero nadie atendió el llamado. Se dieron cuenta que el lugar apestaba. Forzaron la puerta y entraron al departamento.
Lo que encontraron fue simplemente repulsivo. Era una alfombra de gusanos sobre un cuerpo.
Todas las paredes estaban adornadas con extraños símbolos, todo el departamento era un asco, lleno de basura y ropa tirada, pero de los extraños inquilinos ni sus luces.
Extraños Inquilinos, Historia De Terror
Llamaron a la policía, clausuraron por algunos días el edificio, pero de esos extraños sujetos jamás se supo nada.
Con el tiempo el edificio se volvió a habitar, pero en el último departamento siempre ocurrían tragedias, aparte los inquilinos decían ver cosas horribles, como el hombre con los clavos en la boca, que yo mismo vi.
Entonces decidieron no rentar más ese departamento, desgraciadamente, a pesar de mantener el lugar cerrado, algunos inquilinos decían presenciar cosas extrañas, sobre todo los que vivían debajo del departamento.
Yo me terminé mudando a otro departamento, esta vez con dos compañeros, había desarrollado cierta fobia a estar solo, de vez en cuando tenía pesadillas con ese edificio.
Quien sabe que habrá sido aquello que liberaron esos extraños inquilinos en ese edificio, por fortuna a la fecha el lugar no existe más, fue derribado para levantar una tienda departamental sobre el terreno.
Autor: Mauricio Farfan.
Derechos Reservados.
.
Deja un comentario