Visita Del Mas Allá Historia De Terror 2023

Visita Del Mas Allá, Historia De Terror 2023… Antes de los acontecimientos vividos hace ya algún tiempo, me definía a mi mismo como un total escéptico. Mi nombre es Alejandro y hace algunos años recibí una extraña visita de un ente del más allá.

Todo comenzó una noche en la que Estaba solo en casa una noche oscura y tormentosa, casi era como si la naturaleza misma supiera lo que estaba por venir. Aquel había sido un día largo, por lo que me sentía cansado y listo para irme a dormir, cuando de repente sonó el timbre.

Miré el reloj y me sorprendió ver que era tarde, además de que no esperaba a nadie. Aún no puedo explicar porque pero un escalofrío me recorrió la columna vertebral y mi corazón latía a toda velocidad, pero finalmente decidí contestar.

Cuando abrí la puerta, me encontré con una mujer desconocida. Había algo extraño en ella pero no podía decir a ciencia cierta que era, Tenía un rostro pálido y una sonrisa extraña en su rostro, aquello me puso aún más nervioso. Me dijo que era mi tía lejana y que estaba en la ciudad por negocios. No le creí mucho, pero por alguna razón no pude negarle la entrada a mi casa, era como si mis pensamientos hicieran todo lo contrario a mis acciones, por lo que finalmente  la dejé entrar de todos modos.

Nos sentamos en la sala de estar y hablamos por un rato, pero algo en ella me incomodó. Hablaba de cosas extrañas y parecía saber demasiado sobre mi vida personal, como si hubiera estado espiándome o estudiándome para saber así cada aspecto de mi vida. Mi incomodidad llegó al punto que mejor Decidí terminar la visita y le pedí que se fuera, sin embargo, ella se negó.

Por lo que decidí ponerme firme y decirle que si no se iba llamaría a la policía, Cuando se levantó para salir, noté que no llevaba zapatos. Me pareció extraño, pero no dije nada. Solo me interesaba que saliera de mi casa, Cuando abrí la puerta para que se fuera, noté con horror que sus pies no tocaban el suelo. Flotaba hacia mí con una sonrisa malvada en su rostro. Traté de cerrar la puerta, pero ella me sujetó con fuerza. Me quedé paralizado de miedo mientras se acercaba, cuando de repente la luz de la sala parpadeó y todo quedó oscuro.

Cuando las luces volvieron, la mujer había desaparecido. No sabía qué hacer o adónde correr. Fue entonces cuando oí su risa espeluznante detrás de mí. Me volteé y vi que ella flotaba delante de la ventana, aún con esa aterradora sonrisa en su rostro. “No te preocupes, sobrino”, dijo ella. “Solo quería hacer una visita. Volveré pronto”. Desperté de un sobresaltó en mi cama, estaba sudoroso y con mucho miedo pero mientras más era consciente de la realidad me calmaba pues me di cuenta de todo no se había tratado más que de una pesadilla.

O al menos aquello era lo que quería creer ya que a partir de ese día, cosas extrañas comenzaron a suceder en mi casa. Escuchaba ruidos extraños en la noche y sentía que alguien me observaba constantemente. A veces veía sombras moverse por la casa, pero cuando las investigaba, no había nadie allí. Misteriosamente aquellos sucesos extraños solo ocurrían cuando yo me encontraba solo.

Una noche, mientras estaba acostado en mi cama tratando de dormir, sentí un frío intenso en la habitación. Me levanté y vi que la mujer se encontraba justo a los pies de mi cama, mirándome con una sonrisa malvada. Me quedé sin aliento y no pude moverme, mientras ella flotaba hacia mí.

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Me agarró por el cuello y comenzó a apretar con fuerza. Sentí que mi respiración se cortaba y mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Pero de repente, la mujer desapareció en el aire. Me quedé allí, tratando de recuperar el aliento y preguntándome qué había sucedido.

A partir de entonces, me di cuenta de que lo vivido aquella noche de tormenta no había sido una simple pesadilla y que los sucesos experimentado desde entonces tampoco eran solo fruto de mi imaginación. Desde aquel día la mujer volvía todas las noches para atormentarme. Sus apariciones eran cada vez más frecuentes y violentas. A veces me susurraba al oído mientras dormía, diciéndome cosas horribles y amenazándome con hacerme daño a mi y a mi familia.

Fue entonces cuando Decidí buscar ayuda y consulté a un experto en lo paranormal. Para ser francos no tenía muchas referencias de ninguno por lo que fui con el primero que encontré por internet, este dijo que la mujer era un espíritu maligno que se había aferrado a mí por alguna razón desconocida. Me advirtió que si no encontraba la forma de liberarme de su influencia, su presencia podría llevarme a la locura o incluso a la muerte.

Seguí sus consejos y realicé varios rituales para intentar alejarla, al igual que comencé a utilizar amuletos de protección, pero nada parecía funcionar. La mujer seguía apareciendo y su presencia se volvía cada vez más opresiva. Me sentía atrapado en mi propia casa, temiendo por mi vida cada minuto del día.

Fue entonces cuando mi madre me recomendó a una vieja amiga suya la cual al parecer tenía algunos conocimientos sobre todo el tema paranormal por lo que sin nada que perder decidí comunicarme con esta mujer la cual a pesar de encontrar muy lejos de mi está prometió hacer un ritual para expulsar a este ser, cosa la cual luego de unos días pareció haber sido cierto o al menos eso fue lo que creí por un tiempo.

A pesar de que creí haber expulsado al espíritu maligno de mi casa, debido a que no había tenido nuevas experiencias con aquella mujer, las secuelas de sus visitas seguían persiguiéndome. No pasaba una noche sin que tuviera pesadillas horribles, reviviendo una y otra vez los escalofriantes momentos que compartí con esa mujer enigmática.

Y como si eso no fuera suficiente poco a poco supe que la pesadilla no había terminado. El espíritu volvía, aunque de manera más esporádica. En ocasiones, escuchaba su risa inquietante en los rincones oscuros de mi hogar. Los objetos se movían solos, y las luces parpadeaban de manera inexplicable. Aunque mi voluntad estaba debilitada, sabía que tenía que encontrar una solución definitiva para acabar con este tormento.

Un día, mientras compartía mi experiencia con un buen amigo, mencionó que su madre tenía una amiga, la cual su madre poseía  conocimientos en lo paranormal. Me explicó que ella había ayudado a personas con problemas similares en el pasado y que tal vez podría ayudarme a liberarme de esta pesadilla.

Inmediatamente, le pedí que me pusiera en contacto con ella. Ya que aunque nada de lo que intentaba había funcionado Estaba dispuesto a seguir intentando para encontrar la paz y la tranquilidad que tanto anhelaba.

Pasaron unos días antes de que pudiera reunirme con la anciana ya que está se encontraba en otros asuntos. La señora, de nombre Amelia, era una mujer mayor, de apariencia serena y con una energía tranquilizadora.

Al escuchar mi relato, Amelia asintió comprensivamente. Me dijo que había encontrado casos similares en el pasado y que había formas de enfrentar a estos espíritus malignos. Me explicó que mi tormentadora era una entidad persistente, pero que con la ayuda de ciertos rituales y una fuerte determinación, podríamos liberarme de su influencia.

Durante las semanas siguientes, trabajé en estrecha colaboración con Amelia para preparar un ritual de protección y purificación. Realizamos ceremonias para limpiar mi hogar de cualquier residuo de energía negativa que pudiera haber dejado el espíritu. Juntos, construimos una barrera espiritual para mantener a raya a cualquier entidad malévola.

El ritual fue intenso y lleno de emociones. Cada palabra que recitábamos y cada objeto sagrado que utilizábamos tenían un propósito específico. Me sentí rodeado de una fuerza poderosa y protectora mientras luchábamos contra las fuerzas oscuras. Cómo no lo había sentido con ninguno de las personas con las que había ido anteriormente.

Desde ese día, pude sentir con absoluta certeza que aquel espíritu maligno dejó de atormentarme. Mi hogar se volvió un lugar lleno de tranquilidad y calma. Aunque de vez en cuando todavía recordaba con temor los encuentros pasados, y a pesar de que ya no había señales de su presencia había noches enteras en las que no podía dormir recordando todo lo sucedido.

Aquellos miedos nocturnos cada día se convertían en un recuerdo lejano junto con aquellos recuerdos de esa mujer, me encontraba profundamente agradecido por el apoyo de Amelia y la valiosa ayuda de mi amigo quien me ayudó a contactarme con ella, finalmente pude comenzar a reconstruir mi vida. A medida que los días pasaban, la oscuridad de aquella aterradora experiencia se desvanecía lentamente, reemplazada por la luz de la esperanza y la fortaleza.

Sin embargo siempre llevaré conmigo los recuerdos de aquel encuentro sobrenatural, decidí no dejar que el miedo gobierne mi vida. Me enfoqué en el presente y en las cosas positivas que el futuro me deparaba. Busqué el apoyo de seres queridos y me sumergí en actividades que me traían alegría y paz.

Con el tiempo, el recuerdo del espectro malévolo se desvaneció casi por completo. Mi casa se convirtió en un santuario, lleno de amor, risas y buenos momentos compartidos con amigos y familiares.

Hoy en día, cuando reflexiono sobre esa experiencia, no puedo evitar sentir gratitud por haber salido ileso. Me hizo más fuerte, me enseñó el valor de la determinación y la importancia de buscar ayuda cuando la necesitamos.

Ahora, cuando escucho sobre relatos de terror o encuentro a alguien que enfrenta una situación similar, puedo ofrecerles mi empatía y compartir mi historia de superación. Les recuerdo que nunca están solos y que siempre hay luz al final del túnel.

En mi vida, el espectro malévolo se convirtió en un recordatorio constante de la resiliencia humana y la capacidad de enfrentar los miedos más profundos. Aunque pueda volver algún día, estoy preparado para enfrentarlo con valentía y determinación, sabiendo que no tengo que luchar solo.

Mi historia de terror se convirtió en una historia de fortaleza y superación. Y así, continúo mi camino, enfrentando cualquier desafío que la vida me presente, confiando en que estoy rodeado de amor y protección, listo para enfrentar cualquier visita inesperada del destino.

Autor: Aurora Escalante

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