La Ouija Historia De Terror 2023

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La Ouija Historia De Terror 2023

La Ouija Historia De Terror… Desde que tengo memoria, siempre he tenido fascinación por lo paranormal y las cosas que no podemos explicar. Con el tiempo, me había hecho de una buena cantidad de amigos con intereses afines, los cuales un día, sin más, me invitaron a jugar con una ouija en una casa abandonada. Invitación a la cual no pude resistirme.

La emoción me embargó mientras me dirigía hacia la misteriosa casa en compañía de mis amigos. Su estado de abandono y decadencia solo aumentaba el aura de misterio y peligro que rodeaba el lugar. Pero no había nada que pudiera disuadirme de experimentar la ouija por mí mismo.

La casa estaba en las afueras de la ciudad, en una zona boscosa y apartada. Era una casa grande y antigua, con un aspecto siniestro y abandonado. Habíamos oído rumores de que la casa estaba embrujada, por lo que la idea de jugar a la ouija en aquel lugar nos emocionaba aún más por la idea de descubrir lo que había allí.

Llegamos a la casa al atardecer, cuando el sol comenzaba a ponerse detrás de las montañas. La casa estaba en ruinas y las ventanas rotas y las puertas desgastadas hablaban de una estructura que había sido abandonada durante años.

El aire estaba frío y húmedo, y el viento soplaba a través de las grietas de la casa, haciendo que las puertas se balancearan y que las hojas secas crujieran bajo nuestros pies. Sobra decir que aquel ambiente lejos de desanimarnos solo incrementó más nuestro entusiasmo.

A medida que nos adentrábamos en la casa, el ambiente se volvía más espeluznante. El suelo crujía bajo nuestros pies, y el eco de nuestros pasos resonaba por los pasillos vacíos. Las ventanas rotas permitían que la luz de la luna se filtrara, creando sombras ominosas que danzaban en las paredes decrépitas.

Finalmente, encontramos una habitación en el corazón de la casa. El polvo flotaba en el aire cuando entramos, creando un velo irreal sobre los muebles cubiertos por sábanas descoloridas y gruesas capas de polvo. En el centro de la habitación, colocamos el tablero de ouija con cautela.

Mis amigos y yo nos sentamos alrededor de la mesa y comenzamos a jugar. Al principio, todo parecía normal. Preguntábamos cosas simples y la pieza del tablero se movía de manera suave y lenta. Pero luego, las cosas comenzaron a ponerse espeluznantes.

La pieza del tablero comenzó a moverse más rápido, y las respuestas que recibimos eran aterradoras. La ouija nos dijo que había un espíritu en la casa, un espíritu que había muerto en circunstancias horribles y misteriosas. Comenzamos a sentir una presencia extraña en la habitación, como si algo o alguien nos estuviera observando.

La atmósfera se volvió opresiva y sentí un escalofrío recorrerme la columna vertebral. Miré a mis amigos y pude ver el miedo reflejado en sus rostros. Algunos de ellos sugerían detener la sesión y salir de allí, pero mi curiosidad y fascinación por lo paranormal me impulsaban a seguir adelante.

Continuamos haciendo preguntas, esperando respuestas más claras del espíritu que supuestamente nos rodeaba. Pero en lugar de obtener más información, las respuestas se volvieron confusas y contradictorias. La energía en la habitación se tornó aún más intensa, y sentía como si algo invisible nos envolviera, apretando nuestros corazones.

La Ouija Historia De Terror

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De repente, todos escuchamos un sonido ominoso proveniente de las profundidades de la casa. Era un crujido metálico, seguido de pasos que se acercaban rápidamente hacia nosotros. De repente, las luces se apagaron por completo, y nos quedamos en la oscuridad total. No podíamos ver nada, y nuestros gritos resonaban en la habitación vacía. Sentimos que algo nos tocaba, algo frío y húmedo. Gritamos aún más fuerte, pero nadie vino a ayudarnos.

Finalmente, las luces se encendieron de nuevo, y la puerta se abrió de repente. Salimos corriendo de la habitación, aterrorizados, y nos alejamos de la casa tan rápido como pudimos.

El pánico se apoderó de nosotros mientras nos levantábamos de un salto de la mesa, listos para huir. Corrimos por los pasillos oscuros y polvorientos, tropezando y chocando contra muebles viejos y desgastados. El ruido de los pasos resonaba cada vez más cerca, persiguiéndonos sin piedad. Finalmente, encontramos la puerta principal y salimos a la noche helada, jadeantes y temblando de miedo.

Las semanas siguientes a nuestro encuentro con lo desconocido fueron angustiantes. Las pesadillas se convirtieron en algo recurrente, plagándome de imágenes perturbadoras y sensaciones de opresión. Mis amigos también experimentaron fenómenos extraños, solo que uno de ellos el cual siempre era el más asustadizo del grupo aseguraba que cada noche este se despertaba a las 3:33 a.m. y veía una sombra a los pies de su cama, la cual la última noche que lo había visto se encontraba tan cerca que en un intento desesperado por alejarlo quiso patearlo pero en el intento este sintió como su pie era arañado al mismo tiempo que escuchaba una tétrica risa, nuestras vidas se vieron afectadas por la presencia siniestra que habíamos despertado.

Desde entonces, comencé a tener pesadillas y visiones extrañas. Sentía como si algo me estuviera observando, y a veces escuchaba voces las cuales no podía explicar. Sabía que fue un error jugar con la ouija en esa casa abandonada, y que seguramente despertamos algo que debería haber permanecido dormido.

Traté de buscar respuestas en libros y en internet, pero cuanto más investigaba, más confundido me sentía Al respecto. Ya que la mayoría de los foros hablaban de seres demoníacos o espectros específicos. Los cuales no parecían ser lo que nos atormentaba. Parecía que habíamos liberado algo poderoso y oscuro en aquella casa abandonada, algo que estaba decidido a atormentarnos sin piedad.

Pasaron varias semanas antes de que pudiéramos hablar del incidente en la casa abandonada. Mis amigos y yo estábamos traumatizados, y ninguno de nosotros quería hablar de lo que había sucedido. Pero finalmente, nos reunimos para hablar de los detalles de aquella noche terrorífica.

Uno de mis amigos confesó que había visto una figura oscura en la habitación mientras jugábamos con la ouija. Otro amigo aseguró que había sentido como si algo lo hubiera agarrado del brazo. Yo recordaba haber sentido una presencia extraña, como si algo nos hubiera estado observando todo el tiempo.

Decidimos que era necesario tomar medidas drásticas para enfrentar la situación y liberarnos de la presencia maligna que nos acosaba. Buscamos la ayuda de un experto en limpieza y protección energética, un especialista en rituales y prácticas espirituales destinadas a alejar entidades malignas y restaurar la paz en lugares afectados por fenómenos paranormales. Sin embargo, cualquier investigador resultó no ser más que un charlatán, por lo que pronto desistimos de aquella idea.

Decidimos buscar más información sobre la casa abandonada y su historia por cuenta propia. Descubrimos que la casa había sido propiedad de una familia que había sufrido una serie de tragedias. Un miembro de la familia había muerto en un accidente automovilístico, otro había muerto de una enfermedad rara y otro había desaparecido sin dejar rastro. Parecía que la casa estaba maldita.

Decidimos profundizar en la investigación y contactar a personas que tuvieran conocimiento de la historia de la casa y de la familia que la habitó en el pasado. Después de varios intentos, Logramos dar con un anciano que recordaba algunos detalles sobre la familia y la casa abandonada.

El anciano nos contó que la familia que vivió allí había experimentado una serie de tragedias inexplicables y sucesos extraños. Había rumores de que estaban involucrados en prácticas ocultas y que habían invocado fuerzas oscuras en la casa. La tragedia y el misterio habían rodeado a la familia hasta que finalmente los pocos sobrevivientes abandonaron la casa y desaparecieron sin dejar rastro.

Después de investigar todo lo que pudimos sobre esa casa, decidimos que lo mejor sería quemar la ouija, como uno de mis amigos había visto en una película. Optamos por seguir el consejo de mi amigo y nos dirigimos a un lugar apartado, lejos de la casa abandonada, para realizar el ritual de quema de la ouija. Reunimos madera y ramas secas, construyendo una fogata lo suficientemente grande como para destruir el tablero y la pieza de la ouija.

Nos sentamos alrededor de la fogata, sintiendo el calor y el crepitar de las llamas. Colocamos la ouija en medio del fuego y observamos cómo el fuego consumía lentamente el objeto que había sido nuestra puerta hacia lo desconocido. A medida que la madera se consumía, sentimos como si una pesada carga se levantara de nuestros hombros, como si estuviéramos dejando atrás la presencia maligna que nos había perseguido.

Después de que la ouija quedara reducida a cenizas, nos tomamos un momento para respirar profundamente y compartir nuestras experiencias y emociones. Sentíamos un alivio inmenso, como si hubiéramos dado un paso importante hacia la liberación de aquel oscuro vínculo que habíamos creado.

Sin embargo, sabíamos que todavía quedaba trabajo por hacer. Aunque habíamos quemado la ouija, la presencia siniestra que habíamos despertado aún rondaba en nuestras vidas. Algo extraño comenzó a suceder. Empecé a experimentar cosas extrañas en mi casa. Escuchaba ruidos inexplicables en la noche y sentía como si algo me observara constantemente. Incluso llegué a ver sombras y figuras extrañas en la oscuridad. Las experiencias paranormales se intensificaron.

Intenté ignorar estas experiencias al principio, pero se hicieron cada vez más frecuentes y aterradoras. Mi calidad de vida se vio afectada, ya que no podía dormir bien por las noches y vivía constantemente en un estado de miedo y ansiedad.

Decidí compartir mis experiencias con mis amigos, quienes también habían continuado experimentando fenómenos paranormales desde que quemamos la ouija. Nos dimos cuenta de que liberar al espíritu de la casa abandonada no había sido suficiente para poner fin a nuestra pesadilla.

Finalmente, decidí buscar ayuda. Fui a ver a un sacerdote que era conocido por su experiencia en casos de posesión y actividad paranormal. Le relaté lo que había sucedido en la casa abandonada y las experiencias que había tenido desde entonces.

El sacerdote escuchó atentamente mi historia y pareció comprender la gravedad de la situación. Me explicó que jugar con la ouija había abierto una puerta a un mundo espiritual peligroso y que la liberación del espíritu en la casa abandonada no había sido suficiente para cerrar esa puerta por completo.

El sacerdote propuso realizar un ritual de limpieza y protección en mi casa para expulsar cualquier entidad maligna que pudiera estar presente. Reunió a un grupo de personas de confianza, expertos en rituales y oraciones de purificación, y programamos una fecha para llevar a cabo el proceso.

El día del ritual, el sacerdote y su equipo llegaron a mi casa con una serie de objetos sagrados y herramientas ceremoniales. Comenzaron a recitar oraciones poderosas y a rociar agua bendita por toda la casa, siguiendo un patrón específico para asegurar que ningún rincón quedara sin protección.

Después de la visita del sacerdote, las experiencias paranormales disminuyeron significativamente. Ya no sentía una presencia extraña en mi casa y podía dormir tranquilo por las noches. Sin embargo, todavía me sentía afectado por lo que había sucedido y me tomó un tiempo superar el trauma de mi experiencia con la ouija y la actividad paranormal, pensé que había dejado todo eso atrás. Sin embargo, años más tarde, los sucesos inexplicables comenzaron de nuevo con mayor intensidad.

A pesar de haber realizado el ritual de protección, el cual creí que había funcionado, las experiencias paranormales habían vuelto con mayor intensidad. Los sucesos inexplicables comenzaron a perturbarme nuevamente, y sentí como si la presencia maligna estuviera decidida a perseguirme sin descanso.

Comencé a experimentar cosas extrañas en mi casa de nuevo. Escuchaba ruidos inexplicables por la noche, sentía presencias extrañas y las luces parpadeaban con frecuencia. Pude comunicarme con algunos de mis amigos con los que aún tenía contacto y me aseguraron que también volvían a experimentar sucesos extraños, no cabía duda, aquella cosa había vuelto. Me di cuenta de que algo había despertado de nuevo, y que necesitaba ayuda para protegerme.

Fue entonces cuando decidí buscar la ayuda de un chamán, quien era conocido por sus habilidades para proteger contra la actividad paranormal. Me reuní con él y le conté mi historia y las experiencias que había tenido. El chamán escuchó atentamente mi relato y asintió con seriedad. Comprendía la gravedad de la situación y la importancia de abordarla de manera adecuada. Me explicó que, a veces, ciertas entidades o energías pueden ser persistentes y requieren un enfoque más profundo para ser liberadas o protegidas contra ellas.

El chamán propuso realizar un ritual de purificación y protección tanto para mi cómo en mi casa. Preparó una serie de elementos sagrados, como hierbas, cristales y instrumentos rituales, para crear un ambiente de sanación y armonía. Juntos, comenzamos el proceso de purificación, recorriendo cada habitación, ahuyentando las energías negativas y atrayendo las positivas.

Durante el ritual, pude sentir cómo las energías oscuras eran desplazadas y reemplazadas por una sensación de paz y calma. El chamán me aseguró que había fortalecido la protección de mi hogar y que el vínculo con el mundo paranormal se había disminuido considerablemente.

Continuamos el ritual con el chamán en mi casa. Siguiendo sus instrucciones, nos reunimos en una habitación específica donde las experiencias paranormales eran más intensas. El chamán colocó los objetos sagrados alrededor de la habitación y comenzó a entonar cantos en un idioma que no reconocía.

A medida que el chamán cantaba, sentí una energía intensa llenar la habitación. El ambiente se volvió más cargado, y pude sentir una presencia oscura y opresiva. Pero el chamán no se detuvo y continuó con determinación en su ritual.

De repente, vi cómo las sombras se movían a mi alrededor, formando figuras inquietantes. Sentí que algo intentaba comunicarse conmigo, pero el chamán me advirtió que no interactuara con ninguna entidad y que mantuviera mi enfoque en el ritual de protección.

El chamán continuó cantando y realizando gestos con sus manos mientras esparcía agua bendita por toda la habitación. La energía comenzó a cambiar gradualmente, y las sombras se desvanecieron lentamente. Sentí como si una carga pesada se levantara de mi espalda y la habitación se volvió más tranquila.

Cuando el ritual llegó a su fin, el chamán me explicó que había logrado purificar la casa y liberarla de cualquier presencia maligna. Sin embargo, advirtió que la protección debía ser mantenida y que era importante estar alerta ante cualquier señal de actividad paranormal.

Desde entonces, he seguido las recomendaciones del chamán para mantener la protección en mi hogar. He colocado amuletos y objetos sagrados en diferentes áreas de la casa, y he practicado rituales de limpieza y protección regularmente.

Agradecido por la ayuda del chamán, decidí seguir su consejo de evitar cualquier tipo de actividad relacionada con lo paranormal. Aprendí a respetar y honrar los límites entre nuestro mundo y el mundo espiritual, comprendiendo que hay fuerzas y seres que están más allá de nuestra comprensión.

Siguiendo sus consejos, me comprometí a mantener una rutina de cuidado energético en mi hogar y en mi propia persona. Poco a poco, las experiencias paranormales disminuyeron y recuperé la tranquilidad que había perdido.

Aprendí la importancia de respetar las energías y fuerzas que existen más allá de nuestra comprensión racional. Aunque mi fascinación por lo paranormal sigue presente, he aprendido a abordarla de manera más consciente y equilibrada. Ahora estoy más consciente de los límites y las precauciones que se deben tomar al interactuar con lo desconocido.

La experiencia con la ouija y la presencia maligna en la casa abandonada me enseñó una valiosa lección sobre la responsabilidad y el respeto que se debe tener al adentrarse en los reinos de lo paranormal. Aunque haya pasado por momentos aterradores y traumáticos, también me ha brindado la oportunidad de crecer y comprender mejor el mundo que nos rodea.

Hoy en día, comparto mi historia y mis aprendizajes con aquellos que también tienen interés en lo paranormal, advirtiéndoles sobre los peligros y los cuidados necesarios. Aunque el mundo de lo desconocido pueda ser fascinante, debemos recordar que no todo es como parece y que nuestras acciones pueden tener consecuencias inesperadas.

Con el tiempo, pude dejar atrás el miedo y el trauma que me había perseguido durante tanto tiempo. Aprendí a vivir en el presente y a apreciar las cosas simples de la vida, sin dejarme consumir por el miedo a lo desconocido.

Decidí que era hora de convertir mi experiencia en algo más que una historia personal. Quería usar mis conocimientos y sabiduría adquiridos para ayudar a otros adolescentes incautos que podrían estar lidiando con situaciones similares a las que yo había enfrentado. Fue entonces cuando decidí convertirme en un aprendiz de chamán.

Busqué a un chamán experimentado y sabio que estuviera dispuesto a enseñarme los caminos de la sanación y la conexión con el mundo espiritual. Comencé mi entrenamiento, aprendiendo A utilizar hierbas sagradas, rituales de limpieza y meditaciones profundas para sanar mi propio espíritu y encontrar la paz interior.

Con el tiempo, adquirí las habilidades necesarias para ayudar a otros adolescentes incautos. Comencé a ofrecer sesiones de orientación y sanación, brindando un espacio seguro donde pudieran compartir sus experiencias y encontrar apoyo. Utilicé mis conocimientos para ayudarles a sanar heridas emocionales, liberarse de miedos y encontrar un sentido de propósito en sus vidas.

Mi camino como aprendiz de chamán no ha sido fácil, pero ha sido profundamente gratificante. A través de mi trabajo, he aprendido que todos tenemos la capacidad de sanar y encontrar la paz interior, incluso en los momentos más oscuros. Mi objetivo es continuar guiando a aquellos que buscan sanación y ayudarles a descubrir su propio poder interno, al igual que alguien me guio en su momento.

Convertirme en un aprendiz de chamán no solo me ha permitido superar mi propio miedo y trauma, sino que también me ha brindado la oportunidad de marcar una diferencia en la vida de otros adolescentes incautos. Estoy agradecido por cada experiencia y por la posibilidad de ser un faro de esperanza en un mundo que a menudo parece oscuro.

Autor: Canek Hernández.

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