La Misteriosa Voz Historia de Terror
Corría el año de 1980, mi padre tenía entre los 10 u 11 años de edad. Sucedió en San José del Carmen, un pequeño pueblo ubicado en el estado de Jalisco La Misteriosa Voz Historia de Terror, mi padre a pesar de los años que han pasado aún recuerda esa extraña y escalofriante historia. Su mamá (mi abuela) había salido a lavar la ropa, para esto era necesario que ella se encaminara hasta llegar a las afueras del pueblo y aún más adelante caminar por una brecha muy solitaria, desprovista de gente donde solo se podía observar los matorrales secos alrededor, todo eso hasta llegar a un pequeño barranco donde era necesario bajar para poder llegar al río. Eran una familia con muchas limitaciones económicas, por lo que esta rutina era necesaria hacerla. Este camino era el único modo para ir y regresar, no se podía tomar alguna otra ruta alterna, ya que lo único cercano era el pueblo. Mi abuela como de costumbre salió con un canasto llenó de ropa y se dirigió hacía aquel barranco para lavarla, siempre llegaba antes de que oscureciera por los peligros que se pudieran presentar. Ese día mi padre y sus hermanos (mis tíos) se encontraban jugando afuera de la casa sin darle importancia a nada. La tarde cesaba y mi abuela no regresaba a casa, la noche estaba por caer así que mi abuelo preocupado le ordenó a mi padre que fuera por el camino a ver en qué punto se encontraba a mi abuela, pues podría resultar lógico que la canasta de ropa mojada estuviera muy pesada y le costara trabajo cargarla sola y fuera tal vez la causa de su demora. Mi padre era el mayor de los hermanos así que por esa razón mi abuelo lo mandó a él, además que ya estaba a punto de oscurecer. El camino como antes mencioné solo era uno, así que si mi abuela venía de regreso lo más probable es que se toparan en el paso, pero no sucedió, al momento que mi padre llegó a la brecha que conducía al barranco, la noche ya estaba presente, no se podía ver más allá del camino más que siluetas oscuras creadas por los árboles y un camino oscuro donde en ocasiones no se veía más de la punta de la nariz. Mi padre comenzó a preocuparse por lo oscuro del camino, pero se tranquilizaba pensar que se encontraría a mi abuela en el barranco y regresarían los dos juntos. Finalmente, al llegar a lo alto del barranco (no era muy grande pero aun así se debía bajar la pendiente para poder llegar al río) mi padre no lograba distinguir nada hacia abajo, solo podía observar oscuridad. A este punto se le hizo completamente extraño no haber encontrado a mi abuela en el camino y más aún que siguiera en el río lavando la ropa, pues jamás se había tardado tanto en lavarla. Mi padre no distinguía, no se veía nada ni se escuchaba ruido u otra cosa que no fuera el agua del río pasando tranquilamente. Fue aquí donde los nervios comenzaron a hacerse presentes, antes de bajar prefirió llamar a mi abuela desde lo alto, ¡¡¡“Amaaaaa!!!” gritó mi padre, “Aquí estoy en el río, ven baja para ayudarme”, respondió la voz de mi abuela, sí, era su voz, pero algo no estaba muy bien, algo era diferente, mi padre dudoso comenzó a bajar lentamente, pero un escalofrío le recorrió la espalda que hasta los vellos de su cuerpo se erizaron. Comenzó a tener un mal presentimiento de que algo estaba mal, aún no podía distinguir si había alguien pero se escuchaba un total silencio, “Algo está abajo y quiere que vaya, pero no creo que sea mi mamá” pensó él, así que con su cuerpo un tanto paralizado de miedo comenzó a caminar de espaldas subiendo nuevamente el barranco, rezando mientras lo hacía, llegó hasta la parte alta y en segundos se giró y como pudo comenzó a correr, lo más fuerte que pudo, nuevamente tuvo que cruzar la brecha inundada en oscuridad, no volteó jamás hacia atrás, lo que más quería mi padre era salir de ese lugar y poder llegar al primer punto del pueblo donde había un poco más de luz. Logró llegar al pueblo y se dirigió a su casa muy rápido, pero por más rápido que lo hiciera él sentía que no avanzaba nada, al llegar, se llevó una enorme sorpresa darse cuenta de que mi abuela ya se encontraba en la casa, mi abuelo le dijo que ella había llegado justo cuando él se fue a buscarla. Mi padre nervioso, pasamano y aterrado contó lo sucedido a mis abuelos, pero ellos solo pensaron que había sido solo su imaginación, que por el sonido del río imaginó la voz, pero mi padre hoy el día sabe exactamente qué no fue así, jamás encontró una explicación lógica. Mi abuela ya estaba en casa, entonces, ¿Quién lo llamó en desde aquel río con una voz exactamente igual? Sin duda una historia realmente tenebrosa y extraña.
Autor: Anónimo
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