Las Apariciones Historia De Terror 2023

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Las Apariciones Historia De Terror 2023

Las Apariciones, Historia De Terror… Era una niña cuando un miércoles por la mañana mi papá llegó muy asustado a la casa, él había ido a la central de autobuses vieja a hacer un trámite de su auto, en cuanto mi padre llegó, encendió la televisión para que viéramos las noticias y lo que estaba ocurriendo alrededor de la central, en la casa sólo nos encontrábamos mi madre y yo, él nos dijo que se encontraba formado cuando escuchó un ruido muy fuerte que lo asustó.

Enseguida comenzaron a escucharse las sirenas de las ambulancias y de los bomberos. En la oficina de la recaudadora sólo avisaron que iban a cerrar por un siniestro que había ocurrido muy cerca de ahí, todos comenzaron a correr, mi padre también corrió y se vino lo más pronto que pudo a la casa, nos comentó que no les quisieron decir lo que estaba ocurriendo, pero que era mejor que se salieran del perímetro de riesgo, que todos se fueran a sus casas.

Cuando mi papá llegó tan asustado, mi madre y yo no teníamos la menor idea de lo que había sucedido, a través del noticiero especial fue como nos enteramos, que habían ocurrido unas explosiones principalmente en el barrio de Analco, pero también se habían visto afectadas otras colonias como San Carlos, Atlas y las Conchas.

Las explosiones ocurrieron un 22 de abril de 1992, a consecuencia de una explosión de hidrocarburos que abrió las calles de estas colonias, en esas explosiones murieron muchas personas y otras tantas quedaron heridas.

La calle más afectada fue la de Gante, creo que en ella fue en la que se registró el mayor número de muertos, algunos cuerpos fueron encontrados, pero otros no, sus familiares intentaban encontrar a sus seres queridos para darle sepultura, sin conseguirlo, hubo imágenes tan tristes, en las que mamás buscaban a sus hijos entre los escombros.

En aquel tiempo que sucedió esta tragedia, yo no comprendí el efecto de este hecho, sólo tenía doce años, cuando crecí vi las cosas desde otra perspectiva.

En aquella época mi casa estaba alejada de esta zona, así que no había peligro de que sucedieran nuevas explosiones, porque entre la población se creó una paranoia, en la que se pensaba que en cualquier momento podrían explotar las alcantarillas, por lo que todos los vecinos comenzaron a abrirlas, para que entrara oxígeno y se ventilaran, de esta manera evitar una posible explosión.

Cuando tuve más edad, después que terminé mis estudios, comencé a trabajar en una empresa que se encontraba por aquella zona, cuando caminaba por esas calles, ya no quedaban huellas de los daños que ocurrieron hace años, pero la gente que aún vivía en ese lugar, mantenía latente aquella tragedia.

Para esa fecha, a mí ya me habían pedido el departamento que rentaba al lado de mi compañera Paty, las dos habíamos entrado a trabajar a la misma empresa, nos sentimos decepcionadas porque vivíamos muy a gusto en ese lugar, pero no teníamos opción, era necesario cambiar de residencia.

Mientras caminábamos por las calles de Analco, aprovechábamos para buscar un departamento o una casa en renta, porque no teníamos tanto tiempo para hacerlo, ya que nuestra jornada de trabajo nos absorbía la mayor parte del tiempo, además, salíamos muy cansadas como para seguir buscando casa.

En una ocasión, tuvimos la suerte de encontrar una vivienda pequeña en renta, se encontraba en la calle de Gante, muy cerca de nuestro lugar de trabajo, de inmediato contactamos al dueño, él nos dio una cita para que viéramos la morada, y si estábamos de acuerdo con los requisitos, pudiéramos firmar el contrato.

La casa no era muy grande, pero tenía todo lo necesario, había dos cuartos, uno para Paty y otro para mí, la renta nos pareció accesible, sin dudarlo le dijimos que sí aceptábamos, así que pronto nos fuimos a vivir a una nueva colonia: la de Analco.

Desde el principio, algo en el ambiente me hizo sentir incómoda, como si hubiera una energía extraña flotando en el aire, pero como éramos dos chicas jóvenes y la renta del departamento tenía un muy buen precio, decidimos ignorar esa sensación e instalarnos.

No olvidábamos que hacía varios años atrás habían sucedido una serie de explosiones en la zona, lo que ocasionó decenas de muertos y heridos, ambas creímos que quizás, a través del tiempo, aquellas emociones de cuando ocurrió el siniestro había quedado en el aire, pero se nos hacía muy raro, porque anteriormente pasamos por esa calle y nunca percibimos nada.

Una noche sucedió algo aterrador, mientras estábamos viendo una película en la sala, de repente, todas las luces se apagaron y escuchamos un estruendo ensordecedor, Paty y yo nos miramos con miedo, sin saber qué hacer, fue entonces cuando vimos que las paredes del departamento comenzaban a temblar y el suelo se movía debajo de nuestros pies.

En ese momento, recordé las explosiones del pasado y pensé que algo similar estaba sucediendo, con el corazón en la mano, agarré a Paty y salimos corriendo del departamento, afuera, la calle estaba en completo caos: los vecinos gritaban y corrían en todas direcciones, algunos llorando y otros tratando de llamar a sus seres queridos.

Finalmente, todo volvió a la normalidad, nos dimos cuenta que se trataba de un temblor, sin embargo, no podíamos sacudirnos la percepción de que algo más estaba sucediendo en esa calle, después de lo acontecido, nos tranquilizamos un poco, tratamos de quitarnos los nervios y volvimos a nuestro departamento, aunque esa noche nos costó conciliar el sueño.

A medida que avanzaba la madrugada, comenzamos a escuchar un sonido que nos llenó de terror: llantos y lamentos provenientes de la calle.

Al principio, pensamos que eran vecinos asustados por el temblor, al asomarnos por la ventana, vimos que no había nadie afuera, sin embargo, los llantos y lamentos se volvían cada vez más fuertes y desesperados, como si alguien estuviera sufriendo un dolor inmenso; Paty y yo nos miramos con preocupación, nos dimos cuenta de que algo no estaba bien en esa calle, pero no podíamos entender qué estaba sucediendo.

Decidimos salir a investigar, pero al abrir la puerta del departamento, nos encontramos con una escena que nos dejó paralizadas, afuera, la calle estaba completamente vacía, pero la luz de las farolas parpadeaban como si estuvieran a punto de apagarse, los árboles se movían sin viento, lo más aterrador fue que, de repente, una figura apareció en medio de la calle.

Una mujer vestida de blanco que se mecía de un lado a otro, llorando desconsoladamente, nos aferramos la una a la otra, sin saber qué hacer, la mujer se acercó lentamente a nosotras, con su rostro cubierto por el cabello, y comenzó a murmurar algo que no podíamos entender, su voz era tan desgarradora que sentimos un escalofrío recorrer nuestro cuerpo.

Las Apariciones Historia De Terror

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En ese momento, comprendimos que algo sobrenatural estaba sucediendo, corrimos de regreso al departamento y cerramos la puerta con llave, sintiéndonos aterrorizadas por lo que acabábamos de presenciar. La noche fue larga y difícil, con los llantos y lamentos sonando sin cesar en la calle, a partir de esa noche, la presencia de la mujer vestida de blanco se hizo cada vez más frecuente en la calle.

A menudo, la veíamos caminar de un lado a otro, con la mirada perdida y los brazos extendidos, su llanto era más fuerte y desgarrador que nunca, y los vecinos comenzaron a comentar sobre su presencia en la zona.

Al principio, muchos se negaban a creer en la existencia de fantasmas, pero con el tiempo, más y más personas comenzaron a ver a la mujer de blanco en la madrugada, incluso, hubo casos de personas que afirmaban haberla visto en sus propios departamentos, llorando en la oscuridad.

Yo no podía dormir por las noches, me despertaba sobresaltada por los lamentos y los gritos que se escuchaban en la calle, y con frecuencia me asomaba por la ventana para ver si la mujer de blanco estaba ahí.

Aunque temía encontrarla de frente, no podía evitar sentir una extraña fascinación por ella, un día, decidí que tenía que saber quién era esa mujer y por qué estaba atormentando a los habitantes de la calle de Gante, así que empecé a hablar con los vecinos, les pregunté desde cuándo veían a esa mujer.

Logré descubrir algo que ya suponía, debido a la tragedia terrible ocurrida por las explosiones del 92, según las personas mayores, a partir de aquella vez, la mujer comenzó a aparecerse por la calle, al principio, no todos la podían ver, con el paso del tiempo fue visible para todas las personas.

Se decía que la mujer vestida de blanco era el fantasma de una de las víctimas del accidente, que seguía vagando por la calle, buscando venganza por lo que le había sucedido, algunos vecinos decían que la mujer era capaz de poseer a las personas y hacerlas cometer actos terribles.

Yo no sabía si creer en esas historias, pero lo que estaba claro era que algo extraño estaba sucediendo, decidí investigar más a fondo, pero lo que descubrí fue aún más aterrador, había varios casos de personas que habían desaparecido misteriosamente en la zona, y se rumoreaba que la mujer de blanco tenía algo que ver con esas desapariciones.

El lugar se volvió peligroso, y no sólo por el robo de autopartes, sino porque se convirtió en un espacio lleno de misterios, sabía que no era prudente que nos quedáramos ahí, pero no teníamos otro lugar a dónde irnos a vivir. La mujer de blanco siguió apareciéndose en la madrugada, al menos, traté de mantenerme alejada de ella, si quería que no me ocurriese nada malo.

Una noche de verano, el clima cambió drásticamente y comenzó a llover muy fuerte, la lluvia golpeaba las ventanas y las paredes con tanta fuerza que parecía que el edificio se sacudía, a medida que la tormenta se intensificó, la electricidad empezó a fallar y finalmente se fue la luz en todo el edificio, la oscuridad se apoderó de todo, y el sonido de la lluvia parecía ensordecedor en la quietud de la noche.

En la oscuridad se empezaron a escuchar cosas extrañas: susurros ininteligibles, pasos que se acercaban y se alejaban, y la risa aguda de una mujer, pronto, todos se dieron cuenta de que la mujer estaba en la calle de nuevo, pero esta vez, su presencia era aún más tenebrosa que nunca, en la oscuridad, la figura blanca parecía casi irreal, como si fuera un espectro que se desvanecía y volvía a aparecer sin cesar.

Algunos vecinos comenzaron a temblar de miedo, y otros intentaron ignorar la presencia de la mujer, pero fue imposible, las risas y lamentos que salían de la figura fantasmal eran cada vez más fuertes, y la lluvia no dejaba de caer.

La noche se hizo larga e interminable, además, la electricidad no volvió hasta la madrugada, fue una noche para olvidar, pero la imagen de la mujer  se quedó grabada en la mente de todos, nadie podía explicar lo que había sucedido esa noche, y algunos vecinos decidieron mudarse de la zona, asustados por lo que habían experimentado.

A partir de esa noche, la presencia de la mujer se hizo aún más frecuente, y los sucesos extraños se multiplicaron, muchos se preguntaban si la lluvia y la oscuridad habían desencadenado algo más siniestro, que había permanecido oculto durante años.

Esa mujer se convirtió en una leyenda urbana en la zona,  algunos afirmaban haberla visto y oído en las noches más oscuras y tormentosas.

A pesar del miedo que seguía generando, la gente no podía evitar sentir una fascinación morbosa por la figura fantasmal,algunos decidieron investigar más sobre los eventos que habían ocurrido en la calle de Gante en el pasado.

Lo que encontraron fue aún más inquietante que lo que habían imaginado, descubrieron que la historia de la mujer estaba más entrelazada con los sucesos del pasado de lo que habían creído, y que su presencia podía ser un indicio de algo mucho más oscuro y peligroso, así que continué preguntando más, sobre todo a aquellas personas mayores que habían vivido en la zona durante décadas.

Descubrí algo que no sabía si creerlo, quizás todo era producto del imaginación de esas personas, me dijeron que cuando ocurrió aquel terrible suceso, de las explosiones, murieron muchas personas, incluyendo  una joven mujer que llevaba un vestido blanco en el momento del siniestro, la mujer se llamaba Cecilia, había sido encontrada muerta entre los escombros, con una expresión de miedo en su rostro.

Según los relatos de la época, Cecilia había sido una mujer muy  popular en la zona, su muerte había sido una tragedia para todos los que la conocían, pero lo que nadie sabía es que Cecilia había estado involucrada en actividades oscuras y peligrosas, y que había muerto porque había descubierto secretos que nunca debió haber sabido.

Me dio escalofrío al conocer esa verdad, pero también dudé de su veracidad, no podía concebir cómo Cecilia venía del más allá para vengarse de aquellos que la habían traicionado, aunque cuando escuchaba los lamentos, los susurros y las risas que venían de la calle empezaron a tener más sentido, mientras más investigaba, más me adentraba en los oscuros secretos de esa calle.

Me di cuenta de que me había metido en algo peligroso, porque conforme obtenía más información, sucesos misteriosos y extraños comenzaron a ocurrir en mi departamento, empecé a escuchar ruidos extraños en la noche, a ver sombras moviéndose por la casa, y a sentir la presencia de algo que no podía explicar.

La presencia de Cecilia, se había trasladado de la calle a nuestra vivienda, al principio, la sensación de su presencia era apenas perceptible, como una sombra que se movía en la habitación, pero con el paso del tiempo, su figura se hizo cada vez más fuerte y opresiva.

Mi compañera y yo comenzamos a notar que nos sentíamos sumamente cansadas y agotadas todo el tiempo, nuestro estado de ánimo se tornó sombrío y pesado, nuestros cuerpos los sentíamos más pesados, en ocasiones, percibíamos como si algo nos estuviera absorbiendo, cada vez advertimos que la presencia de Cecilia se había vuelto tan intensa, que parecía querer absorber nuestra energía.

Era necesario hacer algo para liberarnos de la influencia de esa mujer, porque sentía que cada día comenzaba a perder mi capacidad de conciencia y de voluntad, así que empecé a buscar en internet sobre cómo lidiar con espíritus o presencias sobrenaturales, encontré algunos remedios que puse en práctica, pero que no me dieron ningún resultado, sólo hicieron que se alterara más el espíritu de Cecilia.

Cuando platicamos con una vecina que trabajaba en un local del mercado, ella nos dijo de un ritual más poderoso que prometía expulsar cualquier entidad maligna de nuestro hogar, reunimos todos los elementos necesarios, en una noche de luna llena comenzamos el ritual, que fue largo y agotador, tuvimos que recitar largas oraciones e hicimos ofrendas a los espíritus protectores.

A medida que el ritual avanzaba sentimos la presencia aún más intensa de la mujer de blanco, hizo que la habitación se llenara de una densa y fría bruma, parecía como si alguien estuviera susurrando algo en nuestros oídos. Después de un rato todo quedó tranquilo, dejamos de percibir los sonidos y la sombra siniestra, por un rato pensamos que todo había terminado, incluso, nos quedamos sentadas en el sofá, como esperando que algo repentino llegara, pero no sucedió así.

Tanto Paty como yo creímos que todo había terminado, sin embargo, no fue así de simple, en la noche, cuando todo estaba en silencio, sólo se escuchaba el sonido persistente de la lluvia al caer sobre el piso, y el estruendo de los rayos al tocar tierra, de nuevo comencé a oír ruidos al exterior de mi habitación.

Salí con cautela para decirle a Paty que algo extraño sucedía, no fue necesario que lo hiciera, ella también había escuchado y estaba afuera de su cuarto, las dos nos miramos con desesperación.

De repente, todo se convirtió en un caos, los trastes comenzaron a caerse, los pocos objetos que teníamos empezaron a moverse, las cortinas se movían como si hubiera una fuerte ráfaga de viento, lo único que se me ocurrió fue acercarme con Paty, ella me agarró fuertemente de la mano,

Le dije que era necesario salir de ahí, lo pudimos hacer, pero con mucha dificultad, porque parecía que algunos de los objetos nos los arrojaban directamente, de hecho, uno de los cuadros que teníamos alcanzó a golpear a Paty, por fortuna pudimos salir.

Cuando cerramos la puerta, alcanzamos a escuchar cómo la golpeaban algunos de los objetos que estaban girando, las dos nos quedamos durante unos minutos sin saber qué hacer, era muy tarde para pedir ayuda, estaba lloviendo muy fuerte, además, nadie nos iba a creer lo que estaba ocurriendo, desesperadas y cansadas, nos fuimos a sentar en las escaleras del edificio, al menos ahí no nos mojamos, y nos manteníamos a salvo de las agresiones que ocurrían al interior del departamento.

Yo no sé si fue mucha nuestra suerte, o de verdad hay ángeles que nos ayudan y nos protegen, porque una vecina del piso de arriba, que nunca la había visto, salió y nos preguntó si todo estaba bien, le dijimos casi llorando que no, teníamos mucho miedo por lo que sucedía en nuestro departamento, ella se sentó con nosotras, nos preguntó qué habíamos hecho, le contamos sin detalles lo del ritual.

Ella nos explicó que lo más probable es que no habíamos logrado desvanecer la aparición de la mujer vestida de blanco, sino que al contrario, habíamos abierto más portales, en los que otras almas que se encontraban atrapadas habían logrado salir, también nos comentó que ese tipo de rituales no se hacen sin tener un conocimiento previo, por eso sólo abrimos los portales, pero no supimos cómo cerrarlos.

Ella nos dijo que intentaría ayudarnos, pero no sabía si lo conseguiría, agradecidas la abrazamos, la mujer tenía como cuarenta años, en su rostro había una cicatriz que cruzaba su pómulo derecho, fue a su casa por ciertos artículos que ayudarían a orientar a los espíritus que estaban en nuestro departamento, afuera, seguía la lluvia muy fuerte, con los relámpagos que de pronto iluminaban la oscuridad.

La vecina bajó de su departamento y nos dijo que entraría al nuestro, íbamos detrás de ella, nos hizo una señal con su mano para que nos detuviéramos, ella prefirió entrar sola, al interior de nuestro departamento se seguía escuchando cómo se movían los objetos, no sé decirles cuánto tiempo ocurrió, pero si pasó mucho rato.

De pronto, dejamos de escuchar los ruidos, luego, salió nuestra vecina, se le notaba muy cansada, nos dijo que lo había conseguido, los espíritus se habían marchado, eran la de las almas que había muerto el día de las explosiones, los que había vivido en ese edificio y que no lograron vivir, sin decir más subió la escaleras y se fue.

Cuando reaccioné fui detrás de ella, pero ya no vi en qué departamento se había metido, Paty me habló para decirme que podíamos entrar a nuestro departamento, todo estaba en silencio, sólo había un desorden por las cosas que estaban tiradas, pero ya no volvió  a ocurrir otra situación extraña.

Estábamos tan cansadas que nos quedamos dormidas hasta el día siguiente, nos despertó la luz del sol que se filtró a través de la ventana, ya no vimos la figura de la mujer de blanco.

Por la noche, subimos al otro piso para buscar a la mujer que nos había ayudado, vimos una vecina que salió de su departamento, le preguntamos por ella, como no sabíamos su nombre se la describimos, ella nos dijo que estábamos equivocadas, en ese piso sólo vivía ella con sus hijos, en el otro departamento estaba ocupado por una pareja de ancianos.

La vecina al ver nuestra cara de sorpresa, nos preguntó si ella tenía una cicatriz en la mejilla derecha, le respondimos que sí, nos dijo que ella ya no estaba viva, hacía mucho tiempo que se quitó la vida, ella había vivido en el mismo departamento que nosotras estábamos ocupando.

No comprendí lo que la vecina nos dijo, ni cómo fue la manera en que recibimos esa ayuda, pensamos que en cuanto nos fuera posible nos iríamos de ese departamento, pero los sucesos se habían detenido, al menos en nuestra vivienda, porque en la calle, por la noche, todavía se seguían escuchando voces y lamentos de las personas que murieron hace muchos años.

Autor: Adriana Cuevas

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