Invoco A Mis Antepasados Historia De Terror 2024

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Invoco A Mis Antepasados Historia De Terror 2024

Invoco A Mis Antepasados, Historia De Terror… Estaba en la oscuridad, rodeada por la quietud de la noche. La luna llena iluminaba débilmente el círculo que había trazado en la tierra con una mezcla de sal y pétalos de rosa. Sostenía una vela negra en una mano y en la otra un cuchillo afilado. Sabía lo que tenía que hacer y no iba a detenerme por nada ni por nadie.

Mis antepasados masculinos habían sido guerreros ferozmente leales a nuestra familia, y ahora estaba decidida a invocarlos para que regresaran al mundo terrenal y me protegieran de cualquier amenaza que pudiera surgir. Había escuchado historias sobre lo peligroso que era invocar a los muertos, pero estaba dispuesta a correr ese riesgo. No había nada que no hiciera por mi familia.

El contexto inicial había sido que mi expareja me  engaño y asimismo al pedirle el divorcio, me quitó la patria potestad de mis dos hijos, mismos que terminaron odiando por todo lo que su padre les dijo de mi.

Concentré toda mi energía en mi objetivo y comencé a recitar los antiguos conjuros que había aprendido de mi abuela. Cada palabra que salía de mi boca resonaba en el aire, y sentía que mi cuerpo se llenaba de una fuerza oscura y poderosa.

De repente, un viento frío comenzó a soplar a mi alrededor, haciendo que la llama de la vela bailara y se tambaleara. Cerré los ojos y seguí recitando, ignorando todo lo demás a mi alrededor.

Pero entonces, algo cambió en el aire. La vela se apagó de repente y la oscuridad total me envolvió. Escuché un susurro en la distancia y un escalofrío me recorrió la espalda. Había invocado a mis antepasados, pero ¿a qué precio?

Con los ojos cerrados y temblando de miedo, me quedé en silencio, esperando a que algo sucediera. De repente, sentí un frío intenso en mi espalda y un susurro en mi oído. Abrí los ojos y vi una figura oscura parada frente a mí. Estaba aterrada, pero sabía que tenía que seguir adelante.

“¿Eres tú uno de mis antepasados?” pregunté temblorosamente. La figura no respondió, solo me miró con ojos vacíos y sin expresión. Me di cuenta de que tal vez había cometido un error al invocarlos, pero ya era demasiado tarde para echarme atrás.

Respiré profundamente y cerré los ojos nuevamente. “Necesito que me ayudes a recuperar a mis hijos”, supliqué. “Ellos me odian con una magnitud que no puedo explicar, y no sé qué hacer para arreglar las cosas.”

La figura se acercó a mí, y pude sentir su respiración fría en mi cuello. “¿Por qué te odian tus hijos?” susurró con una voz ronca.

Traté de ser detallada y específica en todo lo sucedido, sabía que era un contexto difícil de entender, pero también era algo cotidiano que a muchas parejas fallidas les pasa, finalizando con un; “Maldije al padre de mis hijos”, respondí sin pensar. “Lo odiaba tanto que le deseé todo lo malo del mundo, y ahora creo que mi maldición ha recaído sobre mí y mis hijos. Quiero arreglar las cosas, pero no sé cómo hacerlo.”

La figura se quedó en silencio por un momento, y luego dijo: “No puedo ayudarte con eso, pero puedo ofrecerte protección. Te protegeré a ti y a tus hijos, pero tendrás que pagar un precio.”

No estaba segura de lo que la figura quería decir con eso, pero estaba desesperada por recuperar a mis hijos. “Haré cualquier cosa”, dije con determinación.

El miedo se apoderó de mi cuerpo mientras la figura oscura se alejaba lentamente de mí. Sabía que había hecho un trato con algo peligroso, pero estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para recuperar a mis hijos. Cualquier precio que tuviera que pagar era insignificante en comparación con lo que estaba en juego.

Después de unos momentos de silencio, la figura volvió a hablar: “Para que puedas tener mi protección, tendrás que invocar a los espíritus del bosque. Ellos son los guardianes de esta tierra y los únicos que pueden ayudarte a romper la maldición que has invocado.”

Asentí, lista para hacer lo que fuera necesario. Pero entonces, la figura me advirtió: “Pero ten cuidado, los espíritus del bosque son seres poderosos y peligrosos. No te permitirán entrar en su territorio sin una ofrenda adecuada.”

La figura se desvaneció en la oscuridad, dejándome sola en el círculo de sal y pétalos de rosa. Sabía que tenía que actuar rápidamente, así que empecé a preparar la ofrenda que necesitaba para invocar a los espíritus del bosque.

Tomé algunas hojas y ramas de los árboles cercanos y las arrojé al fuego que había encendido en el centro del círculo. Las llamas ardieron con un brillo dorado mientras recitaba las palabras de la invocación.

De repente, un fuerte viento sopló y las llamas se intensificaron. La oscuridad se hizo más densa y el miedo me invadió. Pero entonces, algo impactante sucedió. Los espíritus del bosque aparecieron frente a mí, con sus ojos brillantes y su cuerpo transparente.

Los espíritus del bosque habían manipulado mis recuerdos y me mostraban imágenes de momentos felices que había compartido con mis hijos en el pasado. Verlos de nuevo me recordó lo mucho que los amaba y lo mucho que los extrañaba.

Pero también me mostraron algo más: la verdad detrás de la maldición que había invocado. Me mostraron cómo mi odio hacia el padre de mis hijos había afectado a mi familia, cómo mi ira había hecho que mis hijos me temieran y me odiaran, cómo mis palabras hirientes habían creado una brecha entre nosotros que parecía insalvable.

Las lágrimas corrían por mis mejillas mientras los espíritus me mostraban todo esto. Me sentía abrumada por el dolor y la culpa. Me sentía como una mala madre, una mala persona.

Cuando terminó la película, los espíritus me miraron con seriedad.

Aquellos espíritus me dijeron que el precio de esa solicitud era que consiguiera dos  almas, una buena y una mala y así ellos accederán a concederme lo solicitado.

Los espíritus me ofrecieron un plazo para cumplir con mi parte del trato. Me dejaron sola en la oscuridad, con la imagen de mis hijos en mi mente y el peso de la responsabilidad en mis hombros.

Pasaron los días y me di cuenta de que encontrar dos almas no sería fácil. Pero no podía rendirme, no después de todo lo que había pasado. Me lancé a la búsqueda de una buena alma y una mala alma, pero no tenía ni idea de por dónde empezar.

Fue entonces cuando recordé la leyenda de un hombre que había vendido su alma al diablo. Sabía que era peligroso, pero también sabía que sería la única manera de conseguir la mala alma que necesitaba para completar el trato con los espíritus del bosque.

Después de mucho buscar, finalmente encontré al hombre que buscaba. Su vida había sido arruinada por su pacto con el diablo, y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para librarse de su maldición. Me ofreció su alma a cambio de su libertad, y yo acepté.

Aquel hombre que había hecho un pacto con el diablo se había visto atrapado en una espiral de mala suerte y desesperación. Había perdido todo lo que tenía: su trabajo, su casa y su familia. Se sentía atrapado en una situación sin salida, sin esperanza de escapar de su mala suerte.

Fue entonces cuando el diablo se le apareció. Le ofreció un trato: su alma a cambio de una vida mejor. El hombre, desesperado por cambiar su suerte, aceptó sin dudarlo. No pensó en las consecuencias de su pacto, ni en el precio que tendría que pagar.

Con el tiempo, se dio cuenta de que había cometido un terrible error. Su vida se había vuelto aún más miserable que antes, y estaba atrapado en un círculo vicioso de mala suerte y maldición. Quería romper el pacto, pero no sabía cómo.

Debo reconocer que al saber de su historia, pensé que era similar a la mía, claramente yo no quería pasar por un momento como ese, sin embargo, sabía que mis ancestros de una u otra forma me protegían.

Ahora tocaba encontrar el alma buena, así que después de tanto pensar, supe que un niño podría ser la opción más viable, pues se dice que su inocencia aun no llega al punto de la maldad y realizar actos desgarradores como los adultos.

Decidí recorrer las distintas partes y callejones vulnerables de la ciudad, fue ahí donde encontré un pequeño en situación de calle quien vendía chicles y algunos dulces, al verlo había algo en mi que me decía que no, no obstante, en ese momento fui una persona egoísta la cual solo pensaba en mi bien y en la de mi familia.

Así que a través de engaños decidí raptar al pequeño, pues era la única alternativa que tenía en ese momento, realmente estaba enloqueciendo, pues días atrás mis familiares me habían visto y se dieron cuenta que no era la misma de antes, había bajado de peso, tenía unas ojeras realmente pronunciadas y mi vida cada vez se estaba desgastando.

En el momento en el cual tenía al pequeño, decidí volver a invocar a mis antepasados pues en ese momento ya tenía lo que me habían solicitado, fue  unos momentos antes de hacer el ritual cual aquel hombre que se había ofrecido a darme su alma maldita, me dijo que se había arrepentido, pues sabía que así como yo, podía encontrar alguna otra alternativa para salvar la suya.

Mi enfurecimiento en ese momento era tan grande que no supe como reaccionar, las cosas me estaban saliendo tan bien que mi desesperación había llegado de nuevo.

Todo había pasado tan repentinamente, las cosas me estaban saliendo mal y no sabia como reaccionar al respecto o que alternativa tomar, así que traté de tranquilizarme y tener la cabeza fría, en medio de mi locura debía pensar en algo que me ayudara a solucionar aquella situación, así que de repente se me ocurrió la idea de ir a una de las prisiones más cercanas a preguntar de algún caso de cadena perpetua o alguien que estuviera dispuesto a dar aquella alma.

Fue ahí cuando conocí a Robert, hombre que fue condenado a cadena perpetua por asesinar a una mujer, sin embargo, este sujeto tenía hijos y familia que mantener, así que después de mover algunos contactos, pude tener una conversación con él donde le hice la propuesta de velar económicamente por ellos  a cambio de su alma, fue así como después de varios minutos el hombre accedió y acepto mi valiosa propuesta.

En aquel momento lo monetario era lo que menos me importaba, solamente quería a mis hijos y aquella vida que tenía antes de lo sucedido con mi expareja, así que estaba dispuesta a todo por salvar a mi familia.

Empecé a planear todo el ritual, sin embargo, debía ingresar a la cárcel para realizarlo, era la única alternativa que tenía, pues era imposible salir para aquel hombre.

Así que al llevar al pequeño a ese lugar y todos los materiales necesarios para mi ritual, necesitaba algunas velas, hierbas especiales y otro tipo de materiales, al ingresar me comenzaron a cuestionar, pues no entendían el porqué de tantas cosas extrañas.

Les dije que era una ceremonia que hicimos como familia, pues tuve que hacerme pasar como la esposa de aquel hombre.

El hombre y el pequeño solo me veían con detenimiento y miedo pues los tres sabíamos que algo terrible sucedería, sin embargo, ese era el precio que debía pagar para salvar lo que más amaba; mis hijos.

Por un segundo supe que las cosas resultan mal, no obstante, traté de relajarme y concentrarme para poder llevar a cabo aquel ritual satánico.

Volví a llamar e invocar a mis espíritus, levante la cabeza, cerré los ojos y comenzó aquella práctica, fue en ese momento cuando regreso  a ver aquel ser tan oscuro y terrorífico que me había estado acechando, solo que esta vez se encontraba con una sonrisa espeluznante.

El suceso fue tan rápido, aquel hombre simplemente tomó de la mano al pequeño mientras este lloraba desconsoladamente, fue en ese momento cuando recordé el llanto de mi hijo y lo mal que lo estaba pasando, realmente no pensé en la realidad de las cosas, pues estaba segura de que aquel niño también tenia una familia que probablemente en esos momento lo estaban buscando y por otro lado el hombre a pesar de tener una vida tan cruel y terrible había pensado en el bienestar de su familia; tantas cosas pasaron por mi mente que mi decisión final sin duda alguna era  el arrepentimiento.

Invoco A Mis Antepasados Historia De Terror

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Asi que automaticamente pedí a mis ancestros que cancelaran el ritual y me devolvieran mi vida anterior, pues el punto principal de ellos era cuidar de mi, acto que definitivamente no estaban haciendo, así que en medio de la desesperación deseaba salir corriendo, realmente estaba enloqueciendo, a lo que el hombre misterioso, me dijo que era imposible deshacer ese ritual, pues ya estaba en pie.

La habitación se llenó de una extraña energía y sintió como si algo me estuviera observando, las velas comenzaron a parpadear y escuché un ruido ensordecedor, realmente no entendía lo que estaba pasando, solo quería volver a casa y olvidar todo lo sucedido.

Poco a poco comencé a perder la conciencia y la siguiente cosa que supe fue que estaba en el suelo, sin fuerzas y temblando. La habitación estaba completamente en ruinas y no había rastro del ritual ni del hombre y el pequeño. Me di cuenta de que había cometido un gran error al hacer algo tan peligroso y sin pensar en las consecuencias.

Me di cuenta de que había cometido un error al realizar el ritual, y que había jugado con fuerzas que no podía controlar. Intenté deshacerlo y revertirlo, pero era demasiado tarde. Los dioses habían escuchado mi petición, y ya no habían vuelto atrás.

A partir de entonces, mi vida se convirtió en una pesadilla. Los efectos secundarios del ritual se hicieron cada vez más intensos, y pronto me di cuenta de que no podría soportarlos por mucho tiempo más. Lamenté mi decisión y me arrepentí profundamente, pero ya era demasiado tarde.

Mi familia se había enterado de lo que había hecho y estaban muy preocupados por mi salud mental. Me llevó a un psiquiatra, quien me diagnosticó con trastorno y me recetó medicación para tratar los síntomas, sin embargo todo era en vano, realmente me había convertido en una persona distinta.

no podía dejar de pensar en mis hijos. Sentía un vacío en mi corazón que no podía llenar con nada más. Empecé a tener sueños vívidos en los que estaba con ellos, y me despertaba llorando todas las noches.

Finalmente, decidí que tenía que hacer algo para volver a estar con mis hijos. Busqué ayuda en la comunidad y encontré a un chamán que se especializaba en sanación espiritual. Me reuní con él en su cabaña en el bosque y le conté mi historia.

El chamán me escuchó atentamente y me dijo que entendía mi dolor, pero que tenía que aprender a dejar ir el pasado y aceptar mi situación actual. Me dijo que la magia no podía arreglar todo, y que tenía que encontrar una manera de reconciliarme con mi familia y encontrar la paz interior, pero eso era imposible, pues al realizar aquel hechizo mi familia se había alejado cada vez más de mi.

Intenté invocar a mis antepasados de todas las formas posibles, no obstante, todo era en vano, pues a partir del ritual yo no tenía ninguna respuesta de ellos, más que sufrimientos y sueños los cuales me estaban torturando por completo.

A pesar de todos mis esfuerzos por recuperar mi estabilidad emocional y encontrar la paz interior, sigo sin estar con mis hijos. El ritual que había hecho parecía haberme alejado aún más de ellos, y ahora me sentí completamente atrapado en una pesadilla interminable.

Lo que yo no sabía en ese momento, es que el ritual había desatado una fuerza oscura y peligrosa en mi vida. Por si fuera poco, comencé a notar cosas extrañas en mi casa: objetos moviéndose solos, ruidos inexplicables y sombras que parecían seguirme a donde fuera.

Empecé a sentir una presencia oscura y amenazante en mi casa, y cada noche era una lucha para poder dormir en paz, en esos momentos no sabía si era mi propia mente o realmente alguien me estaba persiguiendo.

Algunos decían que recurri a  espíritus malignos que habían sido convocados por el ritual, mientras que otros decían que era simplemente mi mente jugándome trucos.

Busqué ayuda en un sacerdote local, quien me aconsejó que buscara ayuda en un exorcista. Finalmente, encontré a un hombre que se decía capaz de expulsar a los demonios y las fuerzas oscuras.

Me reuní con él en mi casa, y después de una serie de rituales y oraciones, empezó a notarse una mejoría. Los ruidos y las sombras desaparecieron, y por primera vez en meses, pude dormir en paz.

Pero lo que nunca olvidaré es la noche en que el exorcista me dijo que había logrado expulsar la fuerza oscura de mi vida. Mientras salía de mi casa, vi una sombra oscura moverse en la esquina de mi ojo. Cuando me di vuelta para mirar, la sombra desapareció, dejándome con una sensación de terror que nunca he podido explicar.

Decidí preguntarle al cura que me había ayudado a encontrar al exorcista sobre el destino del preso y el niño. Me reuní con él en su iglesia y le pregunté sobre ellos, pues me sentía culpable de cuál había sido su destino, aunque lo más evidente era que aquel espíritu se los había llevado para nunca más volver.

Desde entonces, ha sido mucho más cuidadosa con la magia y los rituales. Aprendió que jugar con fuerzas que no podemos controlar puede tener consecuencias terribles, y que nunca sabemos a quién o qué estamos invocando. Y aunque todavía me preocupa lo que pueda haber pasado con el preso y el niño, he aprendido a aceptar que algunas cosas simplemente están fuera de mi control.

Nunca volví a saber más de mis hijos y familiares, pues todos se alejaron de mi despues de lo sucedido, sin embargo, aun por las noches sigo soñando y escuchando el llanto de aquel niño, al igual que viendo la sombra del hombre que me hizo darle esas almas a cambio de esta soledad que ahora siento…

Autor: Andrea Lezama

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