El Trailero Historia De Terror 2023

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El Trailero Historia De Terror 2023

El Trailero, Historia De Terror… Crecer siendo hijo de un trailero, sin duda alguna fue una de las cosas más emocionantes de mi vida, pues aquel oficio siempre me pareció muy interesante y con gran adrenalina.

Mi padre Emilio, mejor conocido como el trailero perico, me inculcó aquel oficio con los años y aunque mi sueño siempre fue estudiar una carrera universitaria, decidí que la ingeniería automotriz, iría de la mano con aquel oficio, así que emprendí mi búsqueda y preparación profesional.

Regresando un poco en el tiempo y en mi infancia, recuerdo perfectamente que mi padre siempre contaba historias de terror que solía vivir en la carretera, pues era algo normal para él y aunque muchas de las veces sentía que esas anécdotas no eran ciertas, había una curiosidad dentro de mí de vivir aquellos sucesos tan acelerados, pues eran historias que marcaban la vida de los hombres que dedicaban la gran parte de subida en subir a trailers de carga y así comenzar grandes aventuras.

Mi padre por fortuna o desgracia era uno de ellos, pues independientemente del trabajo disfrutaba pasar su vida en aquel trailer color negro con toques rojos que lo hacían ver tenebroso por las noches.

El Trailero Historia De Terror

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Al principio me daba miedo viajar con él, aún más cuando la noche llegaba, no obstante, siempre trate de demostrar valentía con mi padre, pues él era un hombre muy varonil el cual no temía de absolutamente nada.

Hasta que un día después de un largo viaje al estado de Chihuahua, mi padre; Emilio llegó a la casa con un semblante de miedo, se encontraba pálido y helado, como si algo lo hubiera impactado de una forma impresionante, fue en ese momento cuando mi madre preocupada se acercó a él y le preguntó lo sucedido, yo era muy pequeño en ese momento, así que mis padres se encerraron en la habitación para hablar de lo sucedido mientras yo pensaba que la vida adulta era muy complicada.

Así que aquel día no supe con exactitud lo que había sucedido con mi padre, sin embargo meses más tarde, él se sentó a mi lado y me comenzó a relatar aquella tenebrosa y escalofriante historia.

Aquel hombre, catalogado como uno de los más valientes del pueblo, había vivido en carne propia la presencia de un ser paranormal, pues mi padre juraba que se había encontrado en las curvas de un viaje a un trailero el cual se había quedado sin combustible, así que en medio de la nada, el fue el único que decidió brindarle ayuda y después de unos minutos estando con él, pudo presenciar como ese chofer cambia de semblante por completo hasta convertirse en calavera.

Por un momento el buen Emilio pensó que se trataba de un sueño o quizá debía tomar un descanso, pues estaba alucinando por el largo viaje que había realizado, sin embargo se dio cuenta que en efecto aquel suceso era real, así que mientras trataba de correr hacia su trailer,  no le fue posible encontrar sus llaves por ningún lado.

-“Realmente me habían advertido de aquellas vivencias  paranormales, pero nunca pensé que me tocaría vivir en carne propia uno”, exclamó mi padre.

Al ir narrando lo sucedido, me percaté que efectivamente no mentía, me había dado cuenta desde el inicio al ver su rostro, aquel que en mi vida había visto, pues mi padre no era una persona capaz de demostrar sus sentimientos, emociones y mucho menos expresiones.

Claramente él se encontraba en un abismo y confusión la cual hacía creer que por algo aquella alma de un trailero lo había elegido a él en el camino, quizá era una señal de la cual debía huir o al menos ignorar, pero conociendo al señor Emilio, sabía a la perfección que él no estaría dispuesto a dejar el tema en el olvido, si no todo lo contrario, buscaría una respuesta ante todas las dudas que se habían generado ese día, sin importar la respuesta y miedo que conllevan.

Así que un día, mi padre tomó sus cosas, se despidió de nosotros y esta vez no partió a un viaje de trabajo, si no a uno personal en el cual le habíamos advertido que debía dejar de jugar con la muerte o aquello que lo había aquejado, así que en medio de todo, mi padre tomó sus provisiones y se marchó al mismo lugar donde había presenciado aquel  espíritu.

Mientras pasaban las horas, mi madre y yo nos encontrábamos realmente preocupados, sabíamos que aquel hombre era valiente y fuerte, no obstante, era nuestra familia y temíamos por su vida.

Conforme pasaba el tiempo no sabíamos absolutamente nada de él, ni una llamada o algún aviso que advirtiera que estuviera bien y aunque en el peor de los casos era salir en búsca de él, pensábamos que realmente lo estaría.

Así que sin más, tomé mis cosas junto con mi madre y comenzamos un viaje el cual se convertiría en nuestra peor pesadilla, pues al dirigirnos a la estación de autobús, uno de los conocidos de mi padre que también se dedicaba al oficio, nos llegó con la noticia de que mi padre había muerto, había volcado su trailer por unas curvas, mismas que eran idénticas a las que nos había contado del suceso paranormal.

En aquel momento no sabía qué pensar o hacer, pues era un niño el cual no sabía cómo resolver esos asuntos de adultos, simplemente dejé fluir mis emociones y así fue cuando años más tarde decidí seguir el legado de mi padre, compuse su trailer y empecé a ejercer aquello que tanto amaba el señor Emilio.

En el fondo sabía que aquel trabajo no me llenaba como quería, sin embargo, había algo dentro de mi que me decía que siguiera con lo planeado y así emprender cada vez viajes que me enseñaban cosas distintas.

Así que un día después de dejar a un lado el miedo y hacerle caso a la experiencia y valentía que me heredó mi padre, decidí emprender un viaje hacia donde había pasado aquella tragedia; realmente tenía miedo, pero también dudas de lo que había sucedido, pues en el fondo de mi ser, sabía que necesitaba tener una respuesta de todas mis tragedias.

Dudé viajar de noche, pues mi madre tenía miedo de que me sucediera algo, así como a mi padre, no obstante, sabía que habría mayor probabilidad de encontrar una verdadera pista si me encontraba cuando la carretera se encontraba oscura y sólida, pues era muy difícil que alguien se arriesgara de bajar aquellas curvas de noche.

Mientras más me acercaba al lugar, el miedo y frío se hacía evidente, las cosas comenzaban a tornarse complicadas a tal punto de arrepentirme y volver a casa, sin embargo, no era posible hacer eso, así que en medio de aquel miedo, frío y desesperación, seguí mi camino y agarre fuertemente con las manos un crucifijo que mi madre me obsequió antes de partir a ese viaje.

Llegue al punto de las curvas, uno de los miedos que había tenido desde que mi padre me las describían , fue ahí cuando decidí estacionarme junto a un barranco oscuro y profundo, me baje del trailer y comencé a pensar en cómo había sido exactamente la muerte de mi padre, sin embargo, en ese momento sentí cómo llegaba otro trailer a mi lado y fue también en ese momento donde sentí un terror indescriptible, pues no esperaba que sucediera algo de tal magnitud.

Poco a poco observaba entre la neblina como un hombre se acercaba a mí, gritándome a lo lejos si todo estaba en orden, a lo que automáticamente asentí con la cabeza. Aquel hombre tenía un gran sombrero, unas botas de piel y un cinturón muy peculiar, sin duda alguna parecía una persona que  no temía como yo en esos momentos.

Al estar a tan sólo unos cuantos metros de mí, me preguntó  con una voz preocupante que era lo que yo hacía ahí, a lo que respondí que debía cerrar un caso de hace años, fue en ese momento cuando dijo el nombre de mi padre “Emilio”, así que al voltearme nuevamente y verlo a la cara pude observar perfectamente cómo aquel hombre comenzaba a convertirse en esqueleto.

Aún recuerdo su sonrisa macabra la cual se veía tan expresiva y al mismo modo cómo empezaba a contarme la historia de mi padre, haciendo hincapié en lo valiente que había sido en vida, pero no lo suficiente para saber lo que realmente estaba sucediendo.

Aquel espectro me afirmó que no había sido el causante de su muerte, ni mucho menos de las tragedias sucedidas, simplemente mi padre era un hombre que no podía quedarse quieto y callado, lo cual lo llevó al descanso eterno.

En ese momento yo pregunté de inmediato cómo estaba seguro de que mi padre se encontraba descansando en paz, a lo que ese hombre de identidad desconocida, me respondió que no había podido consumir su alma, pues mi padre habría sido un hombre tan seguro de sí mismo que su alma se negó a trasladarse al cuerpo de ese ser tan siniestro.

Conforme iba hablando, yo comprendía con exactitud las cosas que pasaban, ya que ese hombre había sido el primer trailer en  sufrir un accidente de tal magnitud, que su alma quedó atrapada entre esas curvas y jamás pudo salir de ahí, a menos que encontrara a una persona lo suficientemente débil de espíritu para poder consumir su energía.

Todo explicaba los rastros de cruces que se encontraban en ese lugar, pues al parecer aquel hombre no había podido apoderarse de ninguna alma, si no todo lo contrario, ese espíritu era tan débil que no era capaz de apoderarse de la energía de los hombres traileros, pues se dice que estos siempre son muy valientes y sin miedo a las adversidades, así como lo era mi padre.

Fue en ese momento cuando las cosas se complicaron para mi persona, pues realmente yo era un trailero sin experiencia, fue ahí cuando supuse que sería mi final, pues aquel ser maligno consumiría mi alma hasta dejarme ser una alma en pena como él, fue en ese momento que recordé que portaba en el trailer el crucifijo que me había dado mi madre y aunque yo no era tan devoto ni creyente de la religión, era una de las pocas alternativas que tenía en ese momento.

Así que sin más me dirigí hacia el carro, tome el cristo con todas mis fuerzas y fue así cuando arranque rápidamente y a paso veloz para huir de ese lugar, fue ahí cuando me di cuenta que mi padre realmente no mentía y que hasta en sus últimos días se fue siento un valiente y guerrero de la vida, pues tenía la certeza de que él ya se encontraba descansando mientras que un ser de otro mundo me había ayudado a poder sobrevivir.

Aquella anécdota marcó mi vida a tal magnitud de dejar el oficio de trailero, pues no me sentía capaz de seguir y de ejercer un oficio tan peligroso como las personas que salen cada día y manejan por las noches sin temor alguno.

Desde ahí ya no volví a saber nada de ese esqueleto, sin embargo cada vez en las noticias solía ver ese tipo de accidentes viales exactamente en el punto de esa carretera…

Autor: Andrea Lezama

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