El Hijo De La Magia Negra 2021
El hijo de la magia negra… Mientras cuento esto, por fuera de mi cuarto aún se escuchan aquellas voces pidiéndome salir, no gritan de dolor, no lloran, solo me piden salir, quieren que les entregue a mi hijo, están tocando la puerta, y giran el picaporte, pero ya puse el seguro, creo que el llanto de mi Bebé los atrae de algún modo… Solo espero que todo esto termine pronto como cada madrugada, por el momento para distraerme les contaré todo lo que me pasó y como he llegado aquí.
Todo comenzó con un fuerte deseo, un sueño que junto a mi pareja, deseamos alcanzar, pues desde que éramos novios siempre quisimos tener un bebé, ahora que estábamos casados, era nuestra oportunidad.
Al principio no sentíamos la presión, intentábamos tener un bebé y nos divertíamos en cada intento, sin embargo, con el pasar de los años, la situación ya no nos favorecía, nuestra edad, nuestra familia, nuestras amistades, todo se nos fue complicando, de algún modo sentíamos la presión de todos.
Decidimos visitar a un doctor para que nos pudiese apoyar, a lo que nos comentó que yo no podía concebir bebés, Eso me devasto. Sentí que de algún modo ya no estaba completa, aquella ilusión que tanto había sembrado, jamás daría frutos.
Para distraerme de aquel sentimiento me metí a trabajar, a mi esposo lo llegué a sentir más retirado de mí, era como si hubiera perdido el interés en nuestra relación, y no podía culparlo, no podía darle aquello que tanto anhelamos.
Todo esto me llevo a acercarme más a mi Madre, le platiqué todo aquello que nos estaba pasando y como me sentía al respecto. A lo que mi Madre me hizo un comentario que en ese momento no lo dude.
Conozco a alguien que puede ayudarte, es amiga mía, y puede solucionar el problema que tienes – Dijo mi Madre, me mostró la fotografía de una señora ya un poco anciana, vestía toda de negro y con lentes oscuros, le pregunté quien era ella a lo que mi Madre me contesto… – Es una Bruja.
Le conté a mi esposo sobre esta opción, al principio se burló de mí y de mi Madre, pero yo ya me sentía tan desesperada que quería probar tantas opciones como pudiera, no importaba si eran ridículas o no, fue difícil, pero logré convencerlo.
Jamás pensé que yo tendría que recurrir a este tipo de recursos de Brujería, para mí todo lo relacionado con Brujos, magia y duendes, era pura charlatanería, sin embargo, mi desesperación por ser Madre era tanta que no me importaba lo que dijeran de mí o lo que pensaran, tenía que hacer a un lado mis creencias.
Mi Madre me platico sobre aquella Bruja, la conoció cuando era más joven, sin embargo, me decía que cada vez que pasaban los años, en vez de envejecer, la bruja recuperaba juventud. Me pasó la dirección de la casa de la bruja, no era en Ciudad, era necesario tomar carretera hasta llegar a un Ejido. Lo que en un principio llegue a pensar, fue como daríamos con ella, sin embargo, nos percatamos que no éramos los únicos que habíamos ido a buscarla.
La casa de la Bruja era de Ladrillo Rojo, estaba construida justo en medio de un solar, en el cual los carros se estacionaban, y desde afuera la fila para ingresar era bastante larga, Sentí un poco de tranquilidad al observar a mucha gente, pero me inquietaba que esta Bruja fuera tan popular.
Justo al momento de pisar la entrada al solar, una mujer bastante alta salió a recibirnos. Me preguntó mi nombre y el de mi esposo, y nuestro asunto. No sabía cómo decirlo pues me apenaba mucho, pero se lo dije así:
“Queremos tener un hijo, y no lo hemos logrado”
Aquella mujer me señaló un lugar en el solar, a la sombra de un algodón muy frondoso se encontraban otras dos parejas, quienes intuí asistían por lo mismo que nosotros. Mi esposo inmediatamente entabló conversación con uno de ellos, confirmando mi intuición.
“Doctores, medicamentos, dietas, recetas especiales, de todo hemos intentado y esta es nuestra última opción” – Fue lo que me dijeron quienes estaban junto con nosotros, era como si esto hoy en día ya fuera algo normal.
Al cabo de una hora, nos pidieron ingresar, tomé a mi esposo de la mano, y pude notar como esta se encontraba mojada por el sudor, lo conozco bien y esto le pasa cuando está nervioso.
Al ingresar a la casa, divisé botellas con velas puestas justo en la boquilla, que de tanto uso, se encontraban negras, había frascos por doquier, algunos llenos de cosas que me daba asco ver, aun por dentro en el pasillo había gente esperando a los que estaban dentro, vi a señoras con paños en la cabeza, un viejo con canas abundantes que parecía que se caía en pedazos, apenas se sostenía de su bastón, se encontraba acompañado de un joven que le decía “Papá, todo estará bien, no te vayas a morir”.
Vi a unos cuantos niños, no podía dar crédito del por qué tendrían que traer a unos niños a este tipo de lugares, los pasamos de largo, la mujer alta, nos condujo hacia una habitación aún más grande, nos mostró nuestros lugares, los cuales estaban formando un círculo y en medio de nosotros, una mujer a la cual me sorprendió mucho. No podía ser la Bruja, era más joven que la fotografía que me había enseñado mi Madre.
Apenas nos habíamos sentado, cuando pidió a una de nosotros pasar, la primera pareja se acercó lentamente, acto seguido la mujer alta que nos había recibido acerco un catre, la Bruja le pidió que se acostara y se descubriera el vientre, luego colocó su mano sobre el rostro de ella y dijo….
“Veo tres calaveras, son de color negro, y una de ellas tiene el cráneo quebrado”
Saco de su bolsillo un frasco que al abrirlo un olor repugnante se impregnó en el aire, esto me sacudió de algún modo, me sentí intranquila al percibirlo. La bruja chorreó en su palma una generosa cantidad, frotó vigorosamente en el vientre de la señora, quien comenzó a quejarse de que se encontraba muy caliente. No quise mirar, seguía aún indecisa si había sido un error estar allí, pero que podía hacer, ya me encontraba allí, tenía que hacerlo.
El Hijo De La Magia Negra
En ese instante vi que alguien grababa la sesión con una cámara de video ya vieja, se me ocurrió mirar la pantalla de la cámara y cuál sería mi sorpresa que en la pantalla se veía más que un masaje al vientre, las manos de la bruja se encontraban dentro del vientre de la mujer, era como si hubiera hecho un corte perfecto e ingresara ambas manos al vientre, sin derramar sangre; no daba crédito a lo que veía, mire nuevamente a la señora en la cama, y pude apreciar las manos de la Bruja, que se encontraban por fuera y no por dentro.
Al cabo de unos segundos terminó, la mujer se quedó recostada un minuto y se incorporó.
“Al primer hijo que tengas, me lo traerás para darle su bendición, yo tengo que sobarlo” – Dijo la Bruja, después preguntó por si alguien venía por la misma situación, recordé a la otra pareja que había llegado antes, y sin darme cuenta, ya se habían ido. Creo que me tocaba a mí.
“Estamos muy a tiempo de irnos” – Dijo mi esposo susurrándome al oído, le comenté que NO, ya estábamos tan cerca que no podía detenerme el Miedo. Me levante y me acerque a la Bruja.
Me dirigí hacia el catre, pero la bruja me detuvo del brazo, me pidió que me acercara a una mesa que tenía a un costado, me senté frente a ella, acerco una cacerola y me dijo que pasara lo que pasara, no cerrara la boca, yo estaba confundida, no sabía por qué me lo decía, cuando en mi garganta comencé a sentir un raro cosquilleo, trague saliva, pero fue peor.
Ese cosquilleo subía por mi garganta, como si dentro una araña de patas largas subiera desde mi estómago hasta llegar a mi boca, tuve que poner la cara frente a la cacerola, tenía que vomitar y sacarlo, fue cuando los dedos largos de aquella bruja se metieron por mi boca llegando hasta el fondo de mi garganta y saco algo que al verlo me genero más asco y provoco que vomitara.
Se trataba de cabello, cabellos largos de color negro, podía sentía como los cabellos se atoraban en mis dientes, y no me dejaban tragar saliva, la bruja volvió a meter los dedos dentro de mi garganta y saco más cabello, sus dedos asquerosos me provocaban más asco del que podía soportar, comencé a toser y a vomitar, yo ya no podía respirar, el estómago se me retorcía, nuevamente la bruja metió sus dedos y saco una gran bola de cabello dentro de mí, lo cual me dejo respirar con mayor tranquilidad y tragar saliva.
Me quede viendo hacia el techo, sentía que me desmayaría en cualquier momento, la bruja se a mi oído me pidió que la esperara un poco, ya que necesitaba decirme algo.
Mientras esperábamos en lo que parecía ser una sala de estar, me encontraba durmiendo en el regazo de mi esposo, quien me veía asustado.
Al cabo de una hora la bruja llego acompañada de la señora que nos había recibido. La bruja me pidió hablar conmigo a solas, aún sentía las piernas muy débiles, como si hubiese corrido tanto.
La bruja me llevo a un rincón donde tenía varios frascos similares a los que a uno le dan en la Homeopatía, tomo un par de frascos y los combino con algo que olía similar al Mezcal, me pidió que abriera la boca y me pidió que me los tomara, y mientras lo hacía me dijo lo siguiente…
-Me costó un poco de trabajo, pero traías encima una brujería barata, llena de envidia, de alguien que conociste hace mucho, pero para poder alcanzar lo que deseas, es necesario que realices un sacrificio, ya que el alma que le corresponde a tu bebé, aún sigue con vida. Un Alma por Alma, Si estás dispuesta a hacerlo, necesito que hagas lo siguiente…
He de ser honesta, esto me hubiera parecido ridículo, pero después de lo que viví, no me atrevía a dudar. Me pidió que, con un Pañuelo Rojo, envolviera la fotografía de ese sacrificio, insertara una aguja justo en el centro y anunciar mi sacrificio. Era importante que fuera Sangre directa, no tenía que ser un conocido o alguien que apenas acabara de conocer. Sin embargo, había una condición más que tenía que seguir…
Una vez embarazada, me pidió que asistiera con ella a los tres meses, luego a los seis y por último, cuando me llegase a aliviar, tenía que hacerlo con ella. Simplemente, dije que sí, la bruja no me retiraba la vista de encima, yo tuve que voltearme pues no le podía aguantar la mirada.
No sabía si seguir con ese juego, el camino a casa fue silencioso, no le comenté nada a mi esposo de lo que hable con la Bruja, me lo mantendría en secreto, pues no quería ni pensar que yo llegaría a Sacrificar a alguien.
Pasaron un par de semanas, he de confesar que yo me sentía mucho mejor que antes, de algún modo ya lo había olvidado todo, sin embargo, la espina de tener un bebé aún no se iba, aquella hambre de tener un bebé ya era más fuerte, fue cuando cometí los peores pensamientos que he tenido en mi vida…
Decidir a quién tenía que Sacrificar.
No sé si decirlo sea bueno, pero pensé en primos, en Tías, hermanas de mi Madre, también pensé en mi Hermano, trate de imaginarme quien pudo haberme puesto encima aquella Magia Negra, pero no pude imaginarme quien fue. Fue cuando a mi mente surgió quizás la peor decisión que pude tomar. Aún me arrepiento, pues quien se me ocurrió como sacrificio… Fue mi Madre.
Ya había vivido varios años, ya había tenido una vida plena, además sé que ella de algún modo daría su vida por mi bienestar, y sobre todo, ¿quién se daría cuenta?, Pero yo, no podía tomar esa decisión tan a la ligera, y después de pensarlo tanto, lo hice. Tome una fotografía de mi Madre, una de las que guardaban en mi bolso, y procedí con la Magia Negra que me pidieron que hiciera, de algún modo, no me esperaba que pasara algo en ese instante, pues sentía que eran puras mentiras.
Pasaron varios días, mi Madre nos visitaba varias veces a la semana, al principio me sentía incómoda al verla y pensar en lo que me atreví a hacer, pero conforme pasaron los días y la veía muy sana, deje atrás aquellos pensamientos de magia negra, algún modo guarde aquel recuerdo como una mala opción para alcanzar nuestro sueño muy dentro de mí.
Mi Madre falleció, no nos había visitado como era su costumbre últimamente, así que decidimos ahora nosotros ir a verla, la encontramos tirada en su alcoba, me acerque rápidamente para socorrerla, pero ya era muy tarde, mi esposo rápidamente fue a la sala a llamar a una ambulancia, mientras yo acariciaba la cabeza de mi Madre, fue cuando vi que algo salía de su boca, era un cabello, pensé en lo peor, abrí la boca de mi Madre y de ella saque varios cabellos, tantos como los que yo había vomitado, algo dentro de mí me revolvió el estómago, que tuve que ir a vomitar.
Enterramos a mi Madre ese mismo día, yo me sentía desecha, dentro de mí la culpa crecía, no podía quitarme de la mente aquella Magia Negra que experimente hacia mi Madre, me provocaba ascos pensar en ello.
Así pasó una semana, yo me sentía peor, me sentía cansada, y con constantes vómitos, fue cuando a mi esposo se le ocurrió que quizás, por fin estábamos esperando a nuestro primer hijo. Me consiguió una prueba de embarazo, la cual resulto ser positiva.
Al principio nos sentíamos soñados, aquello que tanto deseábamos se había cumplido, por fin. Pero algo dentro de mí me recordaba aquel acuerdo con la Bruja, tenía que ir a verla a los tres meses cumplidos.
Decidí ignorar aquellos pensamientos, no hacerles caso, prefería evitarlos, pues por las noches terribles pesadillas me acechaban, donde mi Madre en la mecedora sostenía un bebé que no dejaba de llorar, otras donde el llanto de un bebé se escuchaba por la casa y no podía encontrarlo, poco a poco me fui acostumbrando a despertar a mitad de la noche llorando.
Cumplidos los tres meses, en mi mente más estaba aquel pensamiento de ir con la Bruja, cerraba los ojos y la veía a ella. Mi esposo me dijo que justo saldría de negocios, y no regresaría en dos días, me quedaría sola, antes cuando salía mi Esposo me iba con mi Madre, pero ahora yo le temía a la casa de mi Mamá.
Esa noche, al tercer mes de embarazo, un olor igual al que había percibido en la casa de bruja, se impregnó en toda la casa, lo noté justo cuando estaba por acostarme, abrí ventanas de todos los cuartos, puerta del patio e incluso puse aromatizantes, pero ese hedor no se iba.
Me senté a ver la televisión y sin darme cuenta me quedé dormida. En medio de la noche el constante brillo de la estática de la perdida de la señal me despertó, aquel molesto ruido en mis oídos resonaba, y con los ojos cerrados busque el control remoto, lo apunte al televisor para apagarlo cuando algo me golpeo la mano haciendo que tirara el control y callera debajo de la cama.
Esto hizo que abriera los ojos por aquel golpe que había sentido, volteaba a los lados, y no veía a nadie, la estática hacía que el cuarto parpadeara, pensé que quizás había sido mi imaginación, pero la mano aún me dolía por aquel golpe.
Mire hacia un lado de la cama y vi el Control tirado en el piso, me agache como pude para no lastimar al bebé, lo levante del suelo que cuando me incorpore nuevamente para apagar el televisor, divisé algo a mi lado izquierdo, la Figura de una persona acostada sobre mi cama se encontraba cubierta por mi sabana, desde la cabeza a los pies.
Alguien estaba totalmente tapado, comencé a respirar rápidamente, pues aquello debajo de las sábanas también respiraba, lentamente acerque la mano para retirar las sábanas, mientras que con la otra aún sostenía el control, no sabía que haría si al descubrirlo me encontraría con aquello que me golpeo la mano, así que lo hice rápidamente para encontrarme con que no había nada acostado allí, la cama estaba vacía.
Respire aliviada muy profundamente.
Justo pasados los días que mi esposo estaría fuera, regreso a tiempo para darse cuenta de que me había ido a dormir con mi hermano, no quería quedarme en casa esos días yo sola.
Los meses transcurrieron, nada había pasado fuera de lo normal, él bebé seguía creciendo, estábamos emocionados de que pronto lo conoceríamos, fue al sexto mes que decidimos conocer su sexo, a pesar de que ya podíamos saber semanas atrás, fue al sexto mes que decidimos romper con esa intriga.
Justo en esa Semana que se cumplió el Sexto mes, mi esposo salía tarde del trabajo, yo lo esperaba sentada en la mecedora hasta que llegara, no quería irme a acostar sin él. Fue cuando nuevamente aquel hedor repugnante se sintió en la casa, aquel hedor de esa bruja había regresado, nuevamente fui a abrir ventanas y puertas, cuando regrese a la sala para seguir viendo la televisión, me percate de algo que me heló la sangre.
La mecedora se movía como si alguien estuviese arriba de ella, yo la había dejado ya hace varios minutos, notenía por qué seguir meciéndose, me acerque para detenerla cuando a mi alrededor varias cosas crujieron, la puerta se estremeció, como si por dentro de la casa se hubiese expandido algo, fue como cuando uno cierra una puerta fuertemente.
Mire a mi alrededor, un cajón de la cocina se había abierto completamente, me acerque para cerrarlo, fue cuando en la puerta de la entrada tocaron fuertemente, pedían a gritos que le abriera, no reconocí la voz.
“¿Quién es?”- Pregunté, sin embargo, no me contestaron, me pareció extraño que alguien tocara la puerta, pues para llegar a ella es necesario ingresar primero por la cochera.
La mecedora cesó su movimiento, y nuevamente tocaron la puerta, pero ahora era la voz de un hombre pidiendo que le abriera, nuevamente pregunté de quién se trataba, pero nadie contesto. Fue cuando la voz de una mujer a la que reconocí rápidamente se escuchó del otro lado.
“Hija mía, ábreme la puerta por favor” – Se trataba de mi Madre, no lo podía creer, me acerqué para abrir, pero algo dentro de mí me detuvo. No supe que fue, pero era como si una sensación me hubiera frenado.
Me asomé por la mirilla de la puerta y no vi a nadie y mientras observaba tocaron fuertemente, pero ahora no decían nada, me estaba volviendo loca, me senté a llorar en el sillón tapándome los oídos mientras escuchaba nuevamente como tocaban, pero ahora era la voz de un hombre, pidiendo entrar, no lo podía creer, no sabía lo que pasaba, fue cuando la puerta se abrió y yo grite, un par de manos me tomaron, y por más que forcejee no pude quitarme, y al abrir los ojos, vi que se trataba de mi esposo. Lo abrace, llore en sus hombros.
Decidí contarle todo, desde el pacto con la bruja, lo que pasó con mi Madre, cuando él salió de viaje, y lo que estaba pasando hace unos momentos.
Cumplí los nueve meses, nos cambiamos muy cerca de con mi hermano, no regresamos a esa casa, esa casa se había quedado ya impregnada con ese hedor de la bruja, todos los días, ese asqueroso olor me revolvía el estómago.
Por fortuna en la nueva casa no nos había pasado nada, todo había estado muy tranquilo. Así llego el día en que me aliviaría, El parto fue rápido, tuvimos un Bebé muy sano y fuerte. Un par de semanas después nuestro ritmo de vida había cambiado ya con un miembro más en la familia. Mi esposo ya había salido anteriormente de viaje, y las cosas estaban tranquilas, por ello un par de días antes de que les cuente todo esto, se volvió a ir.
El gruñido de un gato proveniente del techo me despertó, mi bebé lo había acostado justo a mi lado, lo contemplaban plácidamente dormido, cuando un hedor horrible se impregnó en mi cuarto.
Aquel pensamiento terrible se apoderó de mí. Escuche como por fuera de mi habitación alguien tiraba cosas, como si buscaran algo, escuche al gato llorar de dolor, rápidamente me levante para poner seguro a la puerta, cuando en ese momento mi bebé comenzó a llorar, y como si el llanto los atrajera, tocaron a mi puerta constantemente, no una, ni dos veces, era un constante golpeteo a la puerta.
Me asomé por debajo, y no vi a nadie, pero el ruido era constante. Hasta que ceso. Tome a mi bebé y lo tranquilice dándole pecho, fue cuando por fuera del cuarto la voz de una persona me pedía de favor entrar. Yo no le respondí. Nuevamente, aquella voz cambio, a la de mi Madre, me pedía al bebé. Quería verlo, pero yo no quise ni pararme, mi Bebé comenzó a llorar y fueron más fuertes los golpes a la puerta. Estos fueron cesando poco a poco, hasta la madrugada.
Salí de mi cuarto, la casa estaba intacta, algunos cajones se encontraban abiertos, y ese hedor terrible se había ido.
Mi esposo aún no regresa, esta es la tercera noche que siguen pidiéndome que abra, cada vez son más intensos, han intentado abrir la puerta por su cuenta, no me queda más que esperar a que sea de madrugada para que aquello se vaya, así que decidí contarles cómo es que llegué hasta aquí, con mi Bebé en brazos, nadie me arrebatará este sueño por el que tanto luché.
Autor: Lengua De Brujo
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