El Tecolote Historia De Terror 2023

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El Tecolote Historia De Terror 2023

El tecolote historia de terror… Soy un conserje. Llevo prácticamente toda mi vida trabajando en esto de la limpieza, hace mucho trabajaba para una agencia, afortunadamente el tiempo me ayudó a conocer personas que me contrataron directamente.

Vivo en un pequeño poblado al norte de Durango. Los pequeños pueblos como el mio, aunque son de mucha importancia para el estado, llaman poco la atención, pues carecen de interés turístico, pero les puedo asegurar, que en lugares tranquilos como pueblo, suelen ocurrir cosas extrañas.

No dudo que en las grandes ciudades también ocurran, sin embargo, las personas viven unas vidas tan aceleradas y con la vista siempre metida en el celular, que no se dan cuenta de lo que ocurre a su alrededor.

Principalmente tengo dos empleos, aunque los fines de semana también hago limpieza en la cabecera municipal, entre semana trabajo limpiando una secundaria y una escuela estilo CECATI, que es para aprender oficios.

Esta ultima escuela se ubica un poco retirada del centro del pueblo y es de difícil acceso, aun al ser un lugar tan pequeño y al no haber otras opciones, son muchos los alumnos que acuden a esta escuela.

Durante unas vacaciones me pidieron quedarme para realizar labores de mantenimiento, como resanar muros, pintura y otros detalles.

En esa escuela es donde mejor me pagan y hasta me dan seguro social, así que no me pude negar a cubrir ese trabajo, ademas no lo haría solo, estarían conmigo otros dos albañiles.
Debido a la distancia y a las horas que estaríamos trabajando, la escuela nos ofreció quedarnos a dormir el fin de semana en el plantel.

Trabajamos duro en el primer día, aventajamos mucho.

Al caer la noche se soltó el sereno, teníamos mucho frío, así que uno de los muchacho tuvo la idea de encender una lumbrada dentro de uno de los tambos de basura, aprovechando que en la tarde sacamos muchas bancas que ya no servían.

Ya con la lumbre prendida, comenzamos a platicar historias de espantos, de cosas que nos contaban nuestros padres.

Uno de los muchachos nos platicó acerca de varias criaturas que solo pueden materializarse en la noche. Hablo acerca de los nahuales, algo que hasta donde yo sabía, era la transformación de un hombre en animal, en cambio el muchacho nos dijo que los nahuales, eran como una proyección del brujo, algo así como una especie de avatar y que lo malo era, que a veces no podían controlar este avatar, lo cual ocasionaba que estas criaturas vagaran libremente atacando a cuanta persona se le pusiera en frente.

Nos contó incluso algo que le pasó, decía que conoció a un brujo, con quien salio mal y días después, una sombra con forma de animal lo seguía.

Sera cosa de no creerse, pero apenas terminó de platicar su relato y el fuego dentro del bote comenzó a tronar, como si le hubiéramos aventado sal, después comenzamos a ver una sombra reflejada sobre el muro que alumbraba el fuego.

Al principio no quise prestarle mucha atención, pensaba que me estaba sugestionando con la historia, pero después de ver que la sombra se movía de manera extraña, le dije a los muchachos que algo extraño estaba ocurriendo.

Los muchachos se burlaron de mi, me dijeron que mejor ya no me contarían nada, en eso apareció un tecolote sobre el tejado, traía algo en el pico, se acerco volando hasta nosotros y dejo caer lo que traía, después volvió volando hasta el tejado.

El Tecolote Historia De Terror

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Lo que dejo caer, era una pequeña ave negra abierta perfectamente del pecho, formaba un corazón en el piso, mientras se desparramaban sus viseras.

Los muchachos comenzaron a decir que eso era símbolo de mal agüero y que esa ave sobre el tejado era un mensajero de la oscuridad.

Apagamos el fuego y entramos al salón en el que nos quedaríamos a dormir.
Me acosté al lado de una ventana, pues soy muy caluroso, abrí las ventilas y no tardé en quedarme dormido.
Después de un par de horas me desperté abruptamente.

Escuché como alguien me llamaba por mi segundo nombre, cosa extraña pues no suelo decirle a las personas que mi segundo nombre es Serapio.

Lo primero que hice fue mirar a los muchachos, estos estaban roncando con fuerza.

Me volví a acostar pensando que quizás lo que escuché, solo fue parte de un sueño, así que cerré los ojos, pero nuevamente escuché mi nombre de forma clara.

No me pare, solo abrí mis ojos y seguí la voz hasta el lugar de donde provenía, entonces lo vi, allí estaba frente a la ventana el tecolote, se veía muy extraño el animal, sus ojos no eran totalmente negros, como deberían ser, sino que tenían un extraño brillo casi humano.

El ave se me quedo viendo y enseguida volvió a pronunciar mi nombre. Sentí un miedo indescriptible, no entendía como un animal era capaz de hablar, sabía que eso solo podía ser obra del demonio.

Desperté a los muchachos para que miraran lo que estaba presenciando. Todos miraron lo mismo que yo, aquel ave aparte de que decía mi nombre, se retorcía violentamente, como si algo dentro de ella quisiera salir.

Entonces los muchachos encendieron la luz y comenzaron a rezar, mientras formaban el signo de la cruz con sus manos, pero esto solo logró que el ave se pusiera mas frenética, comenzó a estrellarse contra las ventilas, mientras producía un sonido muy extraño, parecía como si una persona se estuviera ahogando.

Uno de los muchachos comenzó a retar al ave, diciéndole que el enemigo satanás no nos derrotaría y que nuestro señor Jesucristo estaba con nosotros, entonces el ave emprendió el vuelo de regreso a la penumbra.

El muchacho que nos contó la historia, se llama Rogelio, el nos dijo que debíamos cazar al ave, pues estaba seguro que la verdadera identidad de ese ser, era la del nahual que aun lo estaba persiguiendo.

Yo me opuse a que saliéramos, pues no sabíamos si ese ser podía tomar otra forma en la que no pudiera causar daño, aun así los chicos salieron armados con un tubo, un machete y un par de lámparas. Yo preferí quedarme en el salón.

Pasaron varios horas y no regresaban, comencé a sentirme desesperado, en eso escuché a los muchachos gritando. Agarrando todo mi valor, decidí salir a ver que era lo que ocurría.

No tuve que caminar muy lejos, pues tan pronto di la vuelta al primer bloque de salones, encontré a los muchachos. Rogelio sangraba de la cara.

Corrimos a la dirección, pues a un lado se encontraba la enfermería, a mi me habían dejado encargado de todas las llaves de la escuela, por lo que no hubo problema en entrar.

Algo le había cortado la frente, según dijo el, quiso atacarlo con el machete, en eso el tecolote tomó otra forma y con una garra lo atacó. Dicen que lo que mas miedo les dio, es que parecía hablar con voz humana, aparte, la criatura se convertía en una sombra y cambiaba de forma.

Después de curar a Rogelio, nos regresamos al salón donde estábamos y aunque el tecolote no volvió a aparecer, no pudimos dormir, nos imaginábamos que el viento traería los sonidos que ocasionaba aquel endemoniado animal.

Otra persona en nuestro lugar hubiera salido corriendo de la escuela, pero nosotros decidimos quedarnos a terminar el trabajo, en cambio intentamos regresar al salón.

Cual sería nuestra sorpresa que al regresar vimos la silueta de un hombre en la entrada del salón. No quisimos llegarle de sorpresa, en lugar de eso, nos quedamos mirando que era lo que hacía.

El tipo no se movía, solo estaba allí parado, estaba cabizbajo y debido a la poca iluminación, no alcanzábamos a verle los rasgos de la cara, desde el lugar donde yo lo miraba, me daba la impresión de que su rostro estaba formado por una sombra mas oscura que la noche.

Rogelio comenzó a tartamudear, intentando decirnos que nos fuéramos de la escuela, yo les dije que encaráramos directamente al hombre, por si se trataba de un ratero.

Avanzamos mientras Rogelio se quedo atrás, y cuando estuvimos frente a ese extraño sujeto nos derrumbamos.
Aquel hombre no podía ser humano, su rostro no era consistente, parecía cambiar y sus ojos parecían los de un animal.

Nos espantamos muchísimo por lo que nos alejamos de ese sujeto.

Nos fuimos caminando al pueblo y nos dirigimos directamente al templo.
Después de la primera misa, le pedimos al padre ayuda, quien amablemente nos acompañó a bendecir la escuela.
Después de la bendición del padre, ya no vimos nada extraño en la escuela, pero Rogelio ya no quiso volver al trabajo, se veía demasiado asustado.

A veces pienso, que esa persona era el nahual del que nos hablaba y que Rogelio le debió haber hecho algo muy malo para ocasionar que lo persiguiera de esa manera.

Autor: Mauricio Farfan

Derechos Reservados.

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