Reflejo Historia De Terror 2023

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Reflejo Historia De Terror 2023

Reflejo Historia De Terror… El despertador de Carlos le daba avisó de un nuevo día, con algo de somnolencia este se da media vuelta para apagarlo «Un día más» pensaba para sí mismo mientras se forzaba a ponerse de pie, frotando sus ojos caminaba descalzo entre la oscuridad de su habitación directamente al interruptor de la luz, el cual al ser pulsado ilumina el desordenado cuarto al mismo tiempo que lo deja ver con horror y angustia cómo la sábana la cual cubría el espejo de su armario se hallaba tirada en el suelo obligándolos a quedar frente a frente con su propio reflejo.

Casi como un rayo Carlos corre directo al armario para volver a colocar la sábana de vuelta en su lugar «Eso estuvo cerca» pensaba agitado antes de dar un leve golpe al espejo y de una forma burlona le deja saber que aquello  fue un gran intento, pero que después de tanto tiempo esperaba mucho más de él, la sonrisa de Carlos se desvanece a la par que se hace la misma pregunta de cada mañana «¿Por qué no te desases del maldito espejo?»

Se cuestionaba lo mismo todos los días, el por qué aquel espejo aún no había terminado en mil pedazos como muchos otros o al menos pintado al igual que cada objeto reflejante en casa, la respuesta para cada una de sus mismas preguntas era un simple “no lo sé”

Porqué conservaba un objeto tan peligroso y peor aún justo en su misma habitación, el único lugar donde el reflejo lo podía tomar completamente desprevenido mientras Carlos se encontrará en un sueño profundo, el mismo no podía explicarse cuál era el verdadero motivo por el que aún lo conservaba, podría ser simple valentía aquel impulso de adrenalina que todo ser humano necesita para vivir y así darle un sentido más profundo a su vida, o podría ser exactamente lo opuesto, aquello podría tratarse de simple cobardía y es que al intentar romperlo cómo cada espejo de la casa una voz en su cabeza le había advertido que aquello era una mala idea

Por mucho tiempo se cuestionó a sí mismo si aquel pensamiento era propio o se había tratado de su mismo reflejo advirtiendo las consecuencias al quitarle su última “ventana” a su vida, pensaba en que podría ser un poco de las dos cosas, una perfecta balanza entre la valentía y miedo la cual le daba un cierto confort sobre todo aquel asunto,  lo que al mismo tiempo le hacía cuestionar si todo aquello no eran más que excusas absurdas que se daba a sí mismo para evadir lo que podría ser la verdadera razón.

Carlos odiaba su vida, odiaba el hecho de tener que cuidarse en cada esquina de no estar cerca de un reflejo, detestaba la idea de nunca poder llevar a una pareja a casa, ya que no podría explicar de una forma coherente el porqué cada objeto reflejante estaba meticulosamente pintado o el porqué cada espejo de la casa parecía haber sido arrancado con furia de las paredes, le molestaba el hecho de no  poder ni siquiera hacer algo tan simple y cotidiano como conducir a su trabajo, esté ni siquiera podía tomar el autobús al mismo, repudiaba la sola idea de jamás poder hacer todo lo que se supone que el resto del mundo si podría.

Carlos respira profundo he intenta recordar un poco de su pasado una parte de su vida que había sepultado por más de 30 años, este apenas puede recordar cómo era su vida antes de que aquello tomara el control de su vida, a decir verdad por más que esté lo intentará no tenía los recuerdos necesarios para extrañar demasiado, pero recordaba a la perfección aquel día en el que toda su vida se había ido al demonio.

Era más que un jovencito de 15 años, ingenuo y testarudo el cual estaba dispuesto a hacer de todo por encajar, inclusive el asistir a una reunión de Halloween la cual consistía principalmente en  un montón de adolescentes creyéndose geniales por atreverse a ir a medía noche a cualquier construcción que se encontrara abandonada, aquel ambiente era perfecto para hacerse el chico genial y valiente, los que se sentían más osados jugaban un poco a la Ouija, bebían cerveza caliente la cual claramente había sido robada a sus padres para después presumir haberla comprado con alguna identificación falsa la cual no engañaría a un ciego, aun con todo aquello el simple hecho de tomarla los hacía sentirse más valientes por ello que por el hecho de jugar aquel juego maldito.

Sin embargo aquella noche Carlos decidió que aquella vieja tabla Ouija no era lo suficientemente espeluznante para esa noche de Halloween, si todos estaban compitiendo por ser el adolescente más idiota entonces él sería el idiota mayor, Carlos estaba  dispuesto a mostrar ante todos los presentes su gran gallardía, por lo que recordando lo un muy extraño ritual que había visto durante sus largas horas navegando en internet durante sus muchos ratos de ocio.

Aquel ritual cuyo nombre era  “el ritual del espejo” el cual si mal no recordaba no necesitaba de muchas cosas para llevarse a cabo, lo cual era perfecto debido a que debía improvisar algo, para su suerte la mayoría de las cosas ya se encontraban ahí: Una veladora negra, sal, incienso el cual a alguno de los presentes creyó que funcionaría para ambientar mejor, todo estaba ahí salvó por lo más importante un espejo o en su defecto cualquier objeto reflejante, este pensó y buscó por un momento algo que le pudiese servir, y se ríe al recordar que si no hubiera sido tan insistente aquella noche justo ahora las cosas serían muy diferentes.

Carlos era tan obstinado que tuvo que insistir no quería dejar pasar la oportunidad de tener su momento de gloria, su momento de demostrar que era más valiente que cualquiera, su insistencia desembocó que una de las chicas presentes buscara en su bolso hasta encontrar un pequeño espejo el cual según sus palabras estaba así de sucio, ya que había estado en su bolso por ya mucho tiempo, aun así aquel espejo fue suficiente para él, con solo la valentía que un adolescente el cual se siente indestructible puede tener.

Recogió un poco de sal para trazar un pequeño círculo con una cruz invertida en el centro, aquello de las cruces invertidas siempre le había parecido una de las cosas más clichés en el mundo del terror, simplemente no lo comprendía, como era que uno de los símbolos más sagrados para la mayoría del mundo se podía convertir en la cosa más satánica que podías hacer, colocó el incienso y lo puso justo afuera del círculo, no podía recordar con exactitud cuál era la posición que este tenía que tener, pero luego de pensarlo un poco supuso que no importaba.

Levantó una de las velas negras del suelo, saco un encendedor de su bolsillo, las risas y murmullos que se escuchaban en aquella construcción en obra negra cesaron cuando la vela estuvo encendida, Carlos pudo sentir el ligero calor de la llama por debajo de su rostro.

Aquella fachada de niño valiente que se había esmerado tanto en mantener comenzó a desvanecerse a la par de que el bullicio y las risas nerviosas de todos los presentes cesaban gradualmente, todo el lugar sucumbió de pronto en un silencio sepulcral, aquel ambiente lo hizo dudar un momento, tragó saliva, miraba su reflejo y por un breve momento este sintió él deseó de girar ante todos, tratar de convencerlos de que todo se había tratado de una simple broma, pero sabía que aquello solo lo hundiría socialmente hasta terminar la secundaria.

Había trabajado tanto en encajar que no pensaba perderlo todo en una noche, por lo que respiro profundamente y tratando de recordar cada palabra de lo que esté había leído, tuvo que pensar un momento en recordar las palabras exactas, pero al final este pudo recordarlas, mirando su reflejo directamente a los ojos comenzó a pronunciar “Reflejo mío estoy aquí, reflejo mío muestra tu forma, reflejo mío no sucumbiré, reflejo mío muestra tu ser”

Decía esto mientras se preguntaba el porqué debía mirar fijamente a los ojos, también pensaba en que era exactamente lo que hacía, el ritual no explicaba exactamente lo que debía ocurrir, solo mencionaba algo sobre el poder tu verdadero reflejo o también llamado el verdadero rostro de tu alma, la sola idea de tener que explicar el trasfondo de sus palabras la sola idea de tener que explicar lo que intentaba hacer haría que fuera mil veces peor a salir corriendo.

Reflejo Historia De Terror

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Sé cuestionó si todo aquello no eran más que excusas absurdas para ocultar su auténtico pavor, ya que realmente al mirar su reflejo pudo notar cómo algo había cambiado en el mismo, con aquello en la mente Carlos comenzó a notar como su reflejo comenzaba a tomar otra forma, aún era él sin duda, pero sus facciones comenzaban a deformarse al mismo tiempo que sin querer este comenzaba a sonreír, pudo sentir cómo un escalofrío recorría todo su ser al mismo tiempo que un viento helido recorrió a todos los presentes ocasionando qué todas la velas y la misma fogata que ambientaban el lugar  se apagarán al instante provocando gritos de todos los presentes, y solo hasta que la vela dejó de iluminar fue cuando Carlos pudo salir de aquel trance en el que se encontraba, aquella pequeña y breve histeria colectiva poco a poco se desvaneció.

En cuanto las primeras risas se hicieron presentes, la luz de los teléfonos devolvieron la confianza en el lugar, Carlos hecho un último vistazo al espejo y con algo de alivio, pero no demasiado, observo cómo este volvía a ser exactamente igual a él y sobre todo lo más importante, este no sonreía, el resto de aquella noche Carlos cumplió su cometido quedó cómo todo un verdadero temerario ante los ojos de todos y si aquello hubiera concluido ahí Carlos iba a poder recordar aquella noche como una de las mejores de su vida, esa noche en el tuvo el mundo a sus pies, sin embargo aquello no fue el fin de un reto adolescente, aquello no fue nada más que el principio de una horrible pesadilla la cual lo perseguía hasta hoy en día.

Carlos aún recuerda a la perfección cuando  volvió a ver aquel reflejo de pesadilla, exactamente tres días después, los eventos acontecidos de aquel ritual casi estaban olvidados, se levantó como cada mañana para ir a la escuela, aún somnoliento frotaba sus ojos antes de verse al espejo solo para notar con horror como su rostro se deformaba en una tétrica he inhumana sonrisa, la cual a cada segundo se hacía cada vez más grande, completamente aterrado el joven retrocedió del espejo dando un fuerte grito el cual puso en alerta a todos en casa, con los nervios a flor de piel Carlos tardó un momento en poder explicar lo sucedido a sus padres, lo que este había visto en el espejo no era nada común y aunque esté lo hizo con la voz temblorosa y entré cortada haciendo muy difícil que sus padres lo comprendieran con exactitud.

Ambos optaron simplemente por pensar que aquello no era nada más que una simple broma de su parte, inclusive al contárselo a su hermano pequeño este se mostró totalmente escéptico al respecto y le aseguro que aquello no era nada más que parte de su somnolencia y que por favor dejara todo aquel tema de lado, una parte de él quería creerle a su pequeño hermano, después de todo él era el más grande y debía pensar con más lógica, quería convencerse de que no había sido nada más que un sueño despierto, inclusive recordó algo sobre unos sueños lúcidos que podrían ser la respuesta a lo que le había ocurrido.

Esté deseaba con cada fibra de su ser que todo aquello fuera así, ya que al aceptar que todo aquello había sido real, que realmente había visto su rostro contraerse de aquella manera, entonces también debía aceptar que lo que había visto y sentido aquella noche del ritual había sido real y aquello era algo que este se negaba rotundamente a creer, aun así desde aquel día Carlos tomo la decisión de no volver a verse en el espejo durante todo aquel día o las siguientes dos semanas, temía incluso usar su teléfono, ya que cuando lo intento y se miró a través del reflejo de la pantalla pudo notar como su rostro volvía a deformarse en aquella mueca horrenda y aunque intento achacarlo a su imaginación y paranoia tampoco se había atrevido a volver a usarlo.

Con el pasar de las semanas estaba arto, no iba a permitir que aquel miedo irracional controlará su vida por lo que totalmente decidido y envalentonado aún por su coraje se encaminó directo a su baño, retiró el papel periódico que el mismo había colocado meticulosamente para cerciorarse que ni un solo hueco fuera a reflejar algo.

Al retirar lo último del periódico Carlos levanto la mirada poco a poco hasta tenerla fija en el reflejo, por un momento sonrió para sí mismo al notar como su reflejo se comportaba cómo cualquier otro reflejo debería hacerlo, esté obedecía a sus movimientos y gesticulaciones y sobre todo no le sonreía inhumanamente con una mirada espeluznante, dio un suspiro aliviado, inclusive se ha reprendido a sí mismo por ser tan crédulo y miedoso.

Carlos dio por concluido el tema y durante los próximos días casi lo había olvidado, aunque por más que esté lo intentará una parte de él aún evitaba mirar su reflejo por más de unos pocos segundos, aún evitaba utilizar su teléfono por tiempo prolongado, aunque al pasar de los días este se encontraba un poco más confiado, hasta aquella tarde, esa tarde que marcó el punto sin retorno en la vida de Carlos, el día en el que lo perdió todo, un día el cual aún puede recordar con lujo de detalle, había estado mirando televisión casi todo el día, su madre cocinaba lo que olía como su delicioso estofado de cerdo, el cual de hecho le encantaba por lo que sin perder tiempo decidió terminar con sus pendientes antes de la comida.

Rápidamente subió a su habitación, el plan era ir por  su teléfono para así saber que era lo que le faltaba, fue ahí cuando se percató que la manta la cual aún no se había atrevido a quitar del espejo frente a su cama estaba en el suelo, algo extrañado la tomo entre sus manos e intento buscar una explicación lógica, pero rápidamente decidio restarle mayor importancia pensando que después de todo seguro la había puesto mal o tal vez antes de salir de su cuarto el mismo la habría movido sin darse cuenta y por eso se había caído.

Sin embargo al levantar la mirada pudo apreciar con horror como su reflejo volvía a sonreírle y no solo eso sus ojos no mostraban otra cosa más que una maldad pura y profunda la cual lo miraba directamente y de antes de que esté siquiera pudiera reaccionar aquel horrible reflejo el cual parecía haber aprendido que debía actuar rápido movió una de sus manos como si lo estuviera señalando o al menos eso es lo que Carlos creyó que hacía en un principio, muy tarde se percató que el reflejo no lo señalaba  sino que este estiraba una de sus manos para sacarla a través del espejo para sujetarlo por su playera y con una fuerza sobre humana llevarlo al otro lado del espejo.

Carlos lo sintió como un sueño, algo completamente irreal y fuera de su comprensión, era como si su alma se desprendiera de su cuerpo en solo un instante, al girar de vuelta pudo verse de vuelta a sí mismo solo que ahora, todo parecía estar al revés, no tardó mucho en darse cuenta de que lo que este veía se trataba del lado real, lo que para el era la realidad.

Quiso correr, pero con horror pudo sentir cómo era detenido por una pared de cristal, ahora era prisionero del otro lado del espejo, golpeaba el cristal con desesperación para intentar salir, pero todo era inútil, con impotencia miró el cristal opacarse ante sus ojos cuando su reflejo abandonó la habitación no sin antes lanzarle una sonrisa prepotente y algo cínica, quedándose en oscuridad aunque no por mucho tiempo, ya que esté volvió a aclararse cuando volvió a observar su reflejo.

En un principio no lograba distinguir exactamente de que lugar de la casa se trataba, su visión era un tanto borrosa, pero algo que le pareció inconfundible, fue las feas cortinas de la cocina las cuales a él siempre le habían parecido muy en desacorde con todo el lugar y nunca creyó que le daría gusto verlas, ya que gracias a estas podía tener una noción de en dónde se encontraba, y el porqué todo se veía tan borroso, se hallaba reflejado en el viejo tostador de la cocina, aunque aquella pequeña tranquilidad fue efímera cuando alcanzó también a distinguir el sonido inconfundible de cubiertos chocando entre sí y aunque todo era borroso pudo apreciar como su reflejo tomaba un enorme cuchillo del cual le dio una mejor aunque reducida vista al reflejo el cual le sonrió nuevamente de forma cínica y de complicidad mientras ponía su dedo índice sobre sus labios como si este le expresará guardar silencio dejando ver tras de él a su madre la cual revolvía una cacerola.

No pudo ver lo que sucedió después y no era precisamente por qué no pudiera hacerlo, más bien fue que no quería hacerlo, cerró con fuerza los ojos justo en el momento preciso en el que su reflejo dio la primera puñalada, pero por más que esté lo intento si pudo escucharlo todo, cada gritó y súplica de su madre, casi podía sentir el sonido del afilado cuchillo perforando la carne en cada puñalada y también pudo escuchar la voz de su hermano pequeño abriendo la puerta de la casa y sin importar cuánto se cubriera los oídos pudo oírlo todo.

Escuchó claramente el último aliento de toda su familia, no fue hasta que los gritos y lamentos cesaron por completo cuando se atrevió a abrir los ojos, fue cuando volvió a mirarse de nuevo en su habitación, se encontraba parado tranquilamente frente al espejo, con el rostro cubierto de sangre, la ira acumulada hicieron a Carlos lo hizo volver a acercarse está vez se sentía diferente y sin saber el cómo y para la sorpresa del mismo reflejo, este logro sacar una de sus manos para sujetarlo cómo el mismo antes lo había hecho, forcejearon un poco realmente creía que podría vencerlo cuando de pronto volvió a sentirse de nuevo dentro de su cuerpo y al reaccionar por completo observó cómo en sus manos aún tenía aquel cuchillo empapado de sangre.

Carlos camino temblando a la planta baja escuchó a lo lejos la patrullas acercarse y lo siguiente que recuerda es encontrarse en la estación de policía aún con sangre en sus ropas este alegaba su inocencia y contaba su versión de lo que realmente había ocurrido, era de esperarse que nadie creyó jamás su historia y al no encontrar expedientes psicológicos Carlos fue condenado a 30 años de prisión por el asesinato de toda su familia y ahora se hallaba intentando empezar una nueva vida tras su liberación, una vida normal tanto como fuera posible pues este aún podía ver su reflejo.

Esperando pacientemente para volver a salir, para volver a tomar posesión de su cuerpo, miraba con rencor el espejo cubierto, nunca creyó que sería tan difícil se levantó lentamente y retiro la sábana, cuando está estuvo en el piso, Carlos sonrió al ver a una versión pálida, cansada y enferma de lo que él era, después de todo las personas reales no son tan perseverantes cómo las almas reflejadas, este sabía que le quedaba poco tiempo y en cuanto esté sucumbiera tendría el control total del reflejo, las personas que llevaba al departamento no volverían a preguntar extrañados el porqué la poca luz o la nula presencia de objetos reflejantes, no volvería a preocuparse por qué este descubriera cómo llamar la atención de cualquiera de sus víctimas y eso lo hacía sonreír de verdad.

Autor: Canek Hernández

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