El hombre de negro Historia de Terror

El hombre de negro Historia de Terror

Una tarde, mi mamá, mis hermanas y yo fuimos a visitar a un amigo de la familia junto a su hijo Fredy El hombre de negro Historia de Terror. Mientras iba oscureciendo, se nos ocurrió contar historias de terror, y Freddy nos había contado una muy interesante que sucedió en el mismo pueblito donde vivía, esto sucedió hace años. Había un hombre en aquellos años que tenía mucho dinero, el hombre siempre vestía de negro y usaba un sombrero, dentro de su hacienda tenía un árbol de mango, pero no le gustaba que nadie le tomara ni un solo mango, incluso dormía por debajo del árbol con una escopeta para que nadie le robara, después de un tiempo murió, pero su espíritu seguía apareciendo cuando alguien intentaba agarrar algún mango, siempre que alguien se le ocurría tomar alguno, salían aterrados. Se decía que aquel hombre había hecho algún tipo de pacto con el diablo. En fin, solo era una historia, terminó de contarla, y la verdad es que yo era escéptica, recuerdo que comencé a burlarme de la historia y también me pareció desagradable el comportamiento del dueño de la hacienda, se me hizo fácil faltarle al respeto diciendo que era un desgraciado por obsesionarse con los mangos incluso después de muerto. Había sido el peor error de mi vida… Ya era muy tarde, mi mamá nos habló que ya era hora de despedirnos, tomamos nuestras cosas y después nos fuimos. Al regresar al departamento donde vivíamos, me puse mi pijama y me preparé para dormir. En ese entonces yo compartía el cuarto con una de mis hermanas, cuando estábamos dormidas yo comencé a tener una horrible pesadilla, pues era el mismo hombre de la historia apuntándome con una escopeta mientras yo sostenía un mango en una de mis manos, de repente hubo una especie de resplandor que me hizo despertar. Cuando abrí mis ojos, mi cama estaba ubicada Justo en frente de la puerta del cuarto, sorprendentemente al instante en que los abrí, la puerta comenzó abriéndose sola, comencé a tener escalofríos. Al abrirse completamente vi a un hombre muy alto con un sombrero, vistiendo de negro, me observaba fijamente a los ojos, mi cuerpo se paralizó de miedo, por un instante entre en shock, no podía creer lo que estaba viendo. El hombre o ser maligno, desapareció en un instante al abrir y cerrar mis ojos, reaccioné y procedí a despertar a mi hermana, con mi voz cortada le dije: “Hermana, ¡hay un hombre afuera en la puerta!” Ella se despertó asustada, volteo a ver hacia la puerta, y me contestó: “Que hombre, yo no veo nada”. “Hermana te lo juro, había un hombre parado”, mi hermana comenzó a asustarse al ver mi cara aterrada, y justo en ese momento escuchamos unos pasos afuera del cuarto y comenzamos a gritar de miedo, mi hermana le gritaba a mi mamá, mientras yo lloraba espantada. No pasaron ni dos segundos cuando mi mamá llegó corriendo, junto a mi hermana menor que la habíamos despertado con nuestros gritos. Le conté lo sucedido y mi mamá comenzó a buscar por toda la casa, pero no había nadie, trató de tranquilizarnos, era medianoche. Pero comenzó lo peor… En un momento de silencio, empezamos a escuchar por el patio trasero unos pasos, se escuchaba también como si quebraran unas botellas. Todas, incluyendo a mi madre, comenzamos a asustarnos, mi mamá se asomaba, pero no veía a nadie, de pronto los pasos se escuchaban en el techo, mientras que se escuchaban golpes en las ventanas, una puerta de los cuartos se azotó terrible. Estábamos aterradas, mi mamá le habló a un amigo, estaba llorando pidiéndole ayuda. Mientras lo esperamos nos encerramos en el cuarto y esperamos a que llegara. Cuando el amigo de mi mamá llegó, le marcó y salimos corriendo subiéndonos al carro. Mi mamá le contó todo en el camino a su casa, cuando llegamos nos prestó un cuarto y ahí nos acostamos todas en la misma cama, me sentía a salvo, pero no podía dejar de pensar en lo sucedido. Al pasar las horas, logré estar más tranquila, mis hermanas y mi mamá estaban dormidas, de pronto comencé a sentir mi cuerpo pesado de la nada, hasta no poder moverme ni hablar, comencé a entrar en pánico pues no sabía que estaba sucediendo. Al fondo de la habitación oscura, vi al mismo hombre alto, pero ahora estaba acompañado de una mujer con aspecto muy tétrico, se estaban acercando a y yo no podía moverme, solo sentía las lágrimas caer en mis mejillas, cerré mis ojos y comencé a orar en la mente, al abrirlos nuevamente aquel siniestro ser estaba justo a mi lado viéndome, yo sentía que me faltaba el aire, cada vez era más difícil respirar. De pronto, se escuchó un sonido como si hubiesen golpeado dos machetes, estaba muy enojado aquel ser maligno y desapareció, ahí fue cuando pude comenzar a moverme, llamé a mi mamá desesperada y le conté lo sucedido, le pedí que me acompañara al baño pues necesitaba tomar agua, pero no quería ir sola por el miedo que tenía, al llegar y prender la luz del baño nos percatamos que tenía rojo el cuello como si alguien me hubiese estrangulado, mi mamá y yo nos asustamos tanto que rompimos en llanto. Nos quedamos despiertas hasta que amaneció, y ya no tenía el cuello rojo, le platicamos al amigo de mi mamá y nos percatamos que en la habitación en donde estábamos durmiendo todas, en la parte de arriba de la cama, había una cruz clavada, está cruz se encontraba hacía al revés, fuimos a buscar a un sacerdote para que me ayudara y bendijera la casa. Gracias a Dios estamos bien, pero aprendí que no hay que burlarse de lo desconocido porque en esta vida todo puede suceder.
 
Autor: Anónimo
Derechos Reservados

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