Sepulcro Sacerdotal 2023

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Sepulcro Sacerdotal 2023

Sepulcro sacerdotal…Toda mi infancia la viví en el estado de Puebla, que está lleno de historia cultura y entidades barrocas,  recuerdo que de niña me encantaba saber de la historia, principalmente de la catedral pues está guardaba múltiples secretos y curiosidades las cuales en su momento desconocía.

Sin duda alguna,  con el paso de los años comencé  a investigar un poco más del tema pues uno de mis sueños más grandes era convertirme en una de las mejores historiadoras de la ciudad.

Fue entonces cuando ingrese a la preparatoria con muchas dudas, nos dejaron en el colegio un proyecto el cual se trataba de una investigación profunda acerca de un tema de nuestra elección, así que no lo dude ni un segundo y decidí hablar de aquella catedral que todo el mundo conocía, admiraba y visitaba.

Entusiasmada me dirigí con él con el cronista más antiguo del lugar el cual sabía que me daría información valiosa, al llegar al archivo pude observar a un viejo con detenimiento que el hombre se veía ya cansado inclusive podría jurar, que ya no disfrutaba estar en ese lugar.

Fue entonces cuando decidí acercarme ahí, tenía un aspecto un poco dudoso pero mi investigación era más importante que es así que mientras más me acercaba el hombre más levantaba la mirada.

Al estar a unos cuantos centímetros de él, comencé a preguntarle acerca de la historia de esa gran catedral pedí que me comentara aquellos datos que muchas personas no sabían inclusive historias o anécdotas que fueran relevantes para mi investigación.

Después de datos históricos, fechas importantes inclusive personajes famosos que hicieron parte de esa iglesia una maravilla el rumbo de toda la historia comenzó a cambiar,  pues empezó a contarme una anécdota que muy pocas personas a bien y que la mayoría de las que lo habían escuchado no la creían.

Se trataba de la historia de aquellos obispos que quedaron enterrados abajo de esa catedral, estos padres habían sido mutilados asesinados y castigados de forma indescriptible, pues cada uno de ellos pagaba un castigo o pecado,

El hombre me contó una historia sobre su vida, de cuando tan sólo era  un niño,  le encantaba caminar por las calles de la ciudad, recorrer ciertos museos y lugares lleno de historias, lo cual me recordó a mi infancia pues teníamos algo en común, fue entonces cuando aquel niño un día por azares del destino entró a la catedral a lo más profundo del lugar y pudo observar como mutilaban a aquellos padres, como los castigaban ya que estos habían incumplido las reglas que se tenían en ese momento por parte de la iglesia.

Me comentó que se escondió bajo una mesa, pues el terror era tan grande que temía por su vida que quizás en algún momento de su infancia se arrepentía de haber presenciado ese momento, pues el hombre me describía exactamente cómo corría la sangre de aquel padre al igual que los lamentos y los gritos de ayuda que fueron en vano pues, este perdió la vida de forma instantánea.

Aquella alma de niño no podía entender como era posible que en un lugar que muchas personas adoraban a dios, se encargaba de castigar a aquellos que cobraban mal pues se suponía que este lugar debía ayudar y no lastimar.

Fue en ese momento cuando aquel Infante comenzó a recorrer aquellos túneles más profundos de la iglesia, aquellos pasadizos secretos los cuales recuerda con un olor desagradable una consistencia vieja pero principalmente una vibra pesada llena de angustia gritos y un sinfín de secretos que no habían sido revelados.

Así que con el paso de los años comenzó conocer un poco más cada rincón de la iglesia y aunque cada vez era un poco más difícil ingresar a ese lugar ese hombre sabía perfectamente que nadie lo podía amenazar pues él había visto escuchado y observado aquellos momentos tan tenebrosos que cometía la iglesia en ese momento.

Por un momento dude de las palabras de aquél hombre, pues quizá era fácil decirme e inventarme ese tipo de anécdotas he historias, sin embargo conforme iba hablando todo tenía sentido pues en algún momento yo también escuchaba de las personas que enterraban debajo de esta iglesia, aquellos obispos más importantes que habían tenido no obstante esta tradición era cuando ellos fallecieron por cuestiones naturales o alguna enfermedad pero aquel hombre me está confesando la verdad de todo el suceso.

Así que después de una larga conversación no me pude quedar con la incertidumbre de saber si eso era verdad o no pues un día por la noche me escondía en uno de los rincones más pequeños de la iglesia y esperé que cerraran pues estaba dispuesta a investigar toda esta historia y encontrar la verdad de todo ello.

Fue esa noche cuando decidí ir sola. Lo único que recuerdo llevar era mi cámara fotográfica, papel y lápiz pues quería documentar todo lo que podía pasar en ese momento, muerta de miedo llegué al lugar me escondí en lo más profundo y comencé a buscar aquellos pasadizos del cual el hombre ya me había dado una guía para no perderme y así poder salir viva y sana de aquella iglesia.

Comencé mi búsqueda desde ese momento en que apagaron todas las luces comenzaban a sonar las campanas de tal forma como si se estuviera llamando a una misa, aquellas habituales quedaban los párrocos por el día así que mientras caminaba un poco más comenzaba sentir aquella vibra tan pesada que el hombre me había escrito al inicio, mi piel se pone chinita y mi miedo crecía cada vez más pero mi duda era un más grande así que decidí bajar por un pasadizo secreto que me había mostrado aquel anciano.

Fue un momento determinado dónde pude escuchar unos lamentos los cuales eran tan grandes y tan reales que por un momento pensé que estaban lastimando a alguien, en ese momento traté de correr, soy una persona de alma débil y sabía que si me quedaba por más tiempo algo malo podría suceder.

Pero ya estaba ahí debería volver una segunda vez así que sin importar que yo soy así, seguir caminando y fue así como sentí la presencia de una persona, era como si alguien caminara mi lado pero no venía nada, de un momento a otro escuchaba susurros pero no percibía a nadie.

Fue ahí cuando volví a escuchar el sonido de aquellas campanas que si hubiera sido un día normal las hubiera admirado por completo pero en este momento sola de madrugada y al lado de todas aquellas siniestras presencias lo único que me causaba ese sonido era temor, quería ir a mi casa huir de mi realidad quizá lo mío es las historia, pues ésta se compone de anécdotas las cuales siempre integran almas perdidas o personas que son asesinadas injustamente.

Así que en medio de esa desesperación sentí como a alguien se acercaba  a mi, de un momento a otro puede analizar esta situación,  fue así cuando escuché una voz la cual susurraba mi nombre, de verdad no podía creer esta situación pues nadie en ese lugar me conocía peor aún ningún ente físico y vivo se encontraba en ese lugar ni en ese momento.

Al momento de voltear pude observar la sombra de un hombre el cual portaba una bata gigante color negro claramente tenía la pinta de un sacerdote, sin embargo no sabía si este realmente era real o uno de los espectros que habían quedado enterrados y en el olvido de aquellos que estaban vivos.

Sepulcro Sacerdotal

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Mientras ese hombre se acercaba más a mí mi ritmo cardíaco comenzaba a crecer, al igual que mi miedo de no poder salir viva de ese lugar, quizá eso se trataba de una lección, pues no debí haberme metido tan a profundidad en ese tema y en aquellas historias.

Por un momento rogué que aquel hombre se pasara derecho y no se acercara a mi, pero todo fue en vano, pues cada vez aquella figura estaba a escasos metros de mi.

Un aspecto muy peculiar de aquel ser que en ese momento no sabía si era real, era que arrastraba con dificultad uno de sus pies, eso parecía que estaba lastimado o quizá era cojo.

Mientras más se acercaba a mí, podía verlo a detalle, pues sin duda alguna, se trataba de una alma en pena, la cual pedía con desesperación ayuda, es así que trate de guardar la calma, pues si veía mi pánico podría hacer algo contra mí y lo único que deseaba en ese momento era ser feliz.

A pesar de que me encontraba en lo más profundo del sótano, sentía un frío impresionante, quizá se trataba de las malas vibras que había ahí, pues eran tan fuertes que mi ser interior estaba preparado para ver diversos fenómenos de los cuales muchas veces no creía.

Levanté la cara y trate de huir, salí por el mismo lugar en el cual entre pero vaya mi sorpresa realmente me había perdido o algo extraño estaba pasando en aquel lugar hacia otro túnel el cual se encontraba aún más profundo del que yo estaba.

Trate de guardar la calma pues lo menos que quería era desesperarme así que tomé todas mis cosas y seguir caminando y caminando cada vez más ya que no quería aceptar que estaba perdida mientras recorría aquellos pasillos podía escuchar diversos ruidos, unos más espeluznantes que otros, principalmente voces adultas las cuales se quejaban y pedían ayuda, no obstante, también logré escuchar voces de recién nacido pues hace tiempo me habían contado que también en ese lugar muchas monjas y mujeres dedicadas al servicio de la iglesia habían abortado espontáneamente.

Aquella búsqueda histórica pasó de ser una investigación a una pesadilla, en ese momento era encontrar alguien que me ayudara y me guiara por el camino de salida y poder llegar a mi casa.

Mientras más pasaban las horas más miedo tenía, dejé a un lado por completo el hambre, el sueño y el cansancio y me enfoqué en poder salir de ahí.

han pasado ya varios días, quizás semanas incluso años y aún no puede encontrar esta salida pues de un momento a otro perdí la noción del tiempo pero principalmente de mi mente, pues en estos momentos realmente no sé quién soy o que debería estar haciendo.

Autor: Andrea Lezama.

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