Me Pide Cabello Historia de Terror

Me Pide Cabello Historia de Terror

Les voy a contar una historia que me sucedió hace tres años Me Pide Cabello Historia de Terror. Todo comenzó cuando mi mejor amigo, se fue a vivir del pueblo hacia una lejana vereda que quedaba entre las montañas, (quedaba hacia las afueras del pueblo). Un día le comenté a mi mamá que quería ir a visitar a mi amigo, normalmente nos veíamos una vez al mes, y ahora me tocaba a mí ir a visitarlo. Mi mamá sin ningún problema me dio el permiso, pero solo por dos días, así que me regresaría hasta el domingo. Un viernes por la tarde, como a las 4:30 pm, me fui con la bicicleta hacia la vereda, su casa quedaba a 2 horas en bici. Todo comenzó al llegar a un arroyo que estaba por el camino, cuando iba pasando por ahí comencé a sentir una brisa de aire muy helada, todo mi cuerpo se erizó y comencé a tener un poco de miedo, lo que hice fue pedalear un poco más rápido. Cuando llegué hasta la montaña, seguía sintiendo la brisa de aire, pero ahora era muy helada, supongo que, por la altura, me estaba congelando y sentía que mis piernas no podían seguir más, así que decidí bajarme de la bici y descansar un rato sentándome, por un lado, del camino. Mientras descansaba tomé mi pequeño bote de agua para darle unos tragos e hidratarme un poco, pero al tomar no salía nada de agua, el bote estaba completamente vacío, se me hizo muy extraño, ya que antes de emprender el camino estaba seguro de haberlo llenado por completo, pensé qué tal vez en el camino se me había tirado así que no le tomé mucha importancia. El sol comenzaba a meterse así que decidí seguir el camino, cuando me levanté del piso y tomé mi bici, creí haber escuchado que alguien habló, se escuchó como una voz muy tenue, me dio mucho miedo, pero aun así trataba de darme a la idea que había sido el viento fuerte. Decidí continuar mi camino, pero al subirme me percaté de algo muy escalofriante, la bicicleta no tenía la cadena, estaba tan impresionado y no entendía ¡porque unos minutos antes ahí estaba!, no sabía qué hacer, busqué por todos lados y no estaba, tenía mucho miedo, no lo podía creer. Después de buscar por todos lados por el camino y no encontrarlo, me resigné, tenía mucho miedo, estaba solo en un camino despoblado, comencé a llorar de miedo e impotencia, no podía evitarlo. Dejé mi bicicleta entre unos árboles escondida para después recogerla, ya que me estorbaría por el camino. Tenía que llegar ya a la casa de mi amigo. Comencé a caminar apurado cuando de pronto, escuché nuevamente esa espeluznante voz, pero ahora estaba seguro de que era una voz, la había escuchado más fuerte a un lado mío, una escalofriante voz como de un hombre ronco, me asusté tanto al voltear y no ver a nadie así que comencé a correr lo más rápido que pude, aterrado. Al correr tan rápido, sentí que fui empujado por alguna fuerza invisible, cayendo muy fuerte en el piso, en ese momento no sabía qué pensar mi mente no reaccionaba, todo había sido en cuestión de segundos. Estaba boca abajo cuando intenté pararme, me sentía muy pesado, no podía levantarme y mi cuerpo no reaccionaba, sentía algo muy pesado sobre mi espalda, ni siquiera podía voltear a ver qué sucedía, no reaccionaba para nada mi cuerpo, mis ojos comenzaron a llorar de miedo, sin poder secarme las lágrimas. Lo único que se me ocurrió al momento fue rezar en mi mente, cuando de pronto escuché un susurro bien marcado en mi oído que dijo: “Dame tu pelo”. Sentí una adrenalina de miedo y comencé a intentarme mover muy alterado hasta que mi cuerpo reaccionó y pude pararme, sin mirar hacia atrás corrí, sin parar y sin descansar. Logré llegar a la casa de mi amigo como a las 7 pm. Estaba desesperado y sin aliento. Mi amigo y su mamá trataron de tranquilizarme y cuando estaba más calmado les platiqué todo lo que me había sucedido en el transcurso del camino. Esa noche no pude dormir, solo tenía un fuerte dolor de cabeza, quería regresar a mi casa, pero no quería volver a pasar por ahí. Al día siguiente la mamá de mi amigo me llevó con un pastor, le tuve que contar todo y me dijo que la única solución era cortarme todo el cabello y quemarlo. Aunque suene asombroso e increíble se trataba de algún alma en pena que, por alguna extraña razón, algo quería de mi cabello. Al regresar a casa, los papás de mi amigo me acompañaron y después de lo que hice con mi cabello no he vuelto a pasar por algo así. Realmente pensé que no viviría para contarlo, pero si Dios está conmigo ¿quién contra ?
 
Autor: Anónimo
Derechos Reservados

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Historias de Terror