Pesadilla Infernal Historia De Terror 2023

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Pesadilla Infernal Historia De Terror 2023

Pesadilla Infernal, Historia De Terror… Mi nombre es Uriel, vivo en el Estado de México, llevo  bastantes años trabajando como guardia de seguridad, y lo que les voy a relatar es algo que a muy pocas personas les he contado.

He sido guardia en bancos, fábricas, y en oficinas, claro que yo jamás elegí dónde trabajar, es la compañía la que decide a dónde vas.

En una ocasión me mandaron a un hospital,por temas de confidencialidad no puedo revelar cuál, el punto es que sería mi primera vez trabajando en un centro médico y eso me parecía interesante.

Como era el nuevo tenía que cuidar estrictamente la puerta, dar rondines por el área de urgencias, lo cual no me gustaba porque siempre había personas adoloridas, es obvio, pero el sonido de gente sintiendo dolor me hacía sentir incómodo.

Teniendo tantos años en la compañía decidí solicitar mi cambio de área, fui muy insistente y creo que los fastidié un poco, pero al menos aceptaron moverme de área.

Fui asignado a un pabellón, me aclararon que ese pabellón siempre vencía a los guardias, es decir, nadie duraba mucho y aquellos que ya habían escuchado historias de lo que ahí ocurría se negaban rotundamente a estar en el área.

Yo era extremadamente escéptico, además ya no quería pasar ni un turno más dando rondines en el área de urgencias.

Al día siguiente el guardia que había estado asignado en ese pabellón me acompañó para que tomara su lugar.

El pabellón resultó estar en el ala más nueva del hospital, me dijo que lo único que tenía que hacer era estar sentado cuidando la entrada al pabellón. Que dentro estaban los pacientes que padecían de graves e irreversibles padecimientos mentales, que no debía dejar entrar ni salir a nadie que no porte identificación de médico.

Lo mejor era la silla, bastante cómoda, y hasta tenía un pequeño escritorio.

La verdad es que no había movimiento alguno, así que, dado que nadie pasaba por ahí y no había una sola cámara, decidí tomar una pequeña siesta, antes de eso revisé los cajones, en uno de ellos encontré una caja como de dulces, no decía nada, era totalmente blanca, la abrí y solo había una pastilla, parecía una halls, era de color blanco, la tomé y mientras se disolvía en mi boca me recosté para relajarme un poco.

Me terminé la pastilla, apenas estaba cerrando los ojos cuando las puertas se abrieron de golpe y una enfermera salió gritando que necesitaba ayuda, ella al verme noté que se sintió aliviada, me tomó de la mano  y entramos a aquel pabellón.

Éste era enorme, mucho más de lo que imaginé, ella entonces me llevó por una serie de puertas, y pasillos, pronto aquello se convirtió en  un laberinto, hasta que nos paramos afuera de una habitación, dentro, dijo la enfermera, estaba el paciente fuera de control.

Tomé mi tolete y entré a aquella habitación, una vez dentro no encontré más que obscuridad, las luces estaban apagadas, no había ruido en absoluto, incluso mis pasos hacían eco, sin mencionar que olía asqueroso, como algo se estuviera pudriendo.

Pero definitivamente no había nadie dentro de esa habitación.

Escuché que la enfermera gritó asustada y salí de la habitación, ella ya no estaba y todo el pabellón se había quedado sin luz.

Encendí mi linterna, en cuanto lo hice alcancé  a ver que al final del pasillo pasó una persona corriendo a toda velocidad mientras se carcajeaba.

Entré en pánico, solo quiero recordar que me encontraba en un lugar lleno de personas con enfermedades mentales y que más de uno seguro que era violento.

Con la interna en una mano y el tolete en la otra empecé a caminar, buscando la salida, claro que no tenía ni la más mínima de idea de qué dirección tomar.

En ese momento casi permito que el miedo me dominara, estaba a punto de perder la calma pero seguí buscando, iluminando hacia todos lados mientras tomaba pasillos al azar.

Encontré a la enfermera, estaba tirada en el suelo, inconsciente, respiraba, esa era una buena señal, traté de despertarla pero no reaccionaba, no estaba sangrando.

Entonces escuché pasos detrás de mí. Giré y apunté con la linterna, había una persona al fondo del pasillo, empezó a caminar acercándose lentamente, le grité que se identificara o que se detuviera, pero seguía avanzando sin decir una sola palabra.

Esa persona, en contra de toda lógica y amenazando con destrozar mi cordura, empezó a hacerse cada vez más alta mientras más cerca estaba.

Yo seguía gritándole, cuando estuvo lo suficientemente cerca le apunté con la linterna directo a la cara.

Su rostro carecía de rasgos, no tenía nariz o boca lo único que tenía eran muchos ojos, diminutos en el centro de su cara, cómo si alguien los hubiera enterrado a la fuerza, ya que incluso parecían supurar, en ese momento dejé de intentar que la enfermera reaccionara y corrí despavorido.

Podía sentir a la cosa esa que venía atrás de mí, no escuchaba sus pasos, pero podía sentir esos desagradables ojos sobre mi, como algo viscoso en mi espalda. Yo sufro de tripofobia así que una criatura así me aterraba el doble.

Corrí con todas mis fuerzas, hasta, que mi linterna por fin iluminó la puerta de salida del pabellón, estaba a unos cuantos metros de salir de aquel horrible sitio, no dudé ni un segundo en atravesar la puerta a toda velocidad, caí al suelo, me levanté rápidamente, pude ver que la criatura de muchos ojos venía así que de inmediato cerré la puerta y le atravesé la silla, intentando trabarla.

Pesadilla Infernal Historia De Terror

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Empecé a caminar hacia atrás, me alejé algunos metros de la puerta, estaba esperando que en cualquier momento ese monstruo golpeara la puerta, intentando atravesarla pero no ocurrió.

Respiré aliviado, me tiré al suelo, al fin tenía unos segundos de paz, pero en ese momento de nuevo tuve esa terrible sensación, algo me estaba mirando.

Pero esta vez la sensación venía de todas partes, como si varias de esas criaturas me estuvieran rodeando, entonces comencé a escuchar ruido extraño, era ligeramente rítmico.

Miré en todas direcciones, entonces, cerca de las escaleras a una criatura, todavía más grotesca que la anterior.

Aquello era un ser que parecía haber sido humano alguna vez, pero ahora era más era como  una mancha con figura humana que se arrastraba con uñas y dientes mientras me miraba con un par de ojos deformes en la coronilla de su frente, sus garras raspaban el concreto y hacían un ruido terrible.

Ya era suficiente, no podía más, para mi cerebro ya era imposible procesar toda la penumbrosa situación.

Estaba tratando de convencerme a mí mismo que aquello se trataba de una simple pesadilla, que sí me había quedado dormido en la silla, y que simplemente tenía que despertar para ponerle fin a todo.

Empecé a ver borroso, me estaba sintiendo mareado, me sentía tan mal que hasta empecé a ver como el pasillo que llevaba a la escalera se alargaba y se acortaba de forma abrupta, muchas voces empezaron a correr en mi cabeza, una voz me hablaba en el oído izquierdo y otra voz en el derecho, aquello era algo demencial, tenía tanta desesperación que quería arrancarme las orejas.

Tenía toda la intención de correr, pero en cuanto daba un paso el suelo se me movía y sentía que me iba a caer, como si la situación no pudiera empeorar, la puerta que había trabado con la silla empezó a ser golpeada, la criatura de muchos ojos estaban intentando abrirla, yo no lo podía creer, pensé que iba a morir, los monstruos me tenían rodeado.

Obligué a cuerpo a reaccionar, corrí en la única dirección en la que no había monstruos, de pronto las piernas dejaron de responderme y caí violentamente.

Me golpeé fuertemente, el golpe me hizo sentir que el tiempo se estaba deteniendo, comencé a ver luces, e incluso a personal del hospital, se veían furiosos, me estaban sacudiendo, yo no entendía nada.

Me estaban gritando pero la realidad es que no distinguía ni una sola palabra de lo que estaban tratando de decirme.

En cuanto estuve en mis 5 sentidos traté de explicarles la terrible experiencia que había tenido momentos antes,  solo se rieron de mí,  me  afirmaron que yo había tenido una pesadilla a mitad del trabajo, una de las enfermeras notó que yo había dejado esa caja blanca sobre el escritorio, me preguntó si de casualidad me había tomado la pastilla, le dije que sí, que si había algún problema, ella me miró con los ojos muy abiertos y me dijo que no, que solo era curiosidad.

En ese momento se abrió la puerta y salió una enfermera, la misma que yo había visto cuando tuve la infernal experiencia.

En sus manos traía un par de esas cajas blancas, yo la miré extrañada y luego volteé a ver a la otra enfermera, a la que me preguntó si me había tomado la pastilla, ella evitó mi mirada.

Me dijeron que si volvía a quedarme dormido me iban a reportar con la compañía, luego se fueron.

Cómo pude terminé mi turno con aquella locura aún en mi mente, siendo el hazme reír de todos los demás.

No volvió a sucederme, tiempo después me tocó ayudar a una enfermera a ingresar a un paciente con sobrepeso al pabellón, ella no podía mover la silla de ruedas.

Solo por curiosidad pregunté sobre el paciente, la enfermera me dijo que lo habían dado de alta un año antes pero que su familia volvió a solicitar su ingreso porque no podían cuidarlo bien.

Dejé al paciente en su cuarto y antes de salir me agarró la mano con fuerza y me dijo: “por favor, no me dejes aquí, nos vuelven locos con pastillas, ayúdame, tengo mucho miedo”.

Autor: Ramiro Contreras

Derechos Reservados

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