La Bruja En La Garita 2023

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La Bruja En La Garita 2023

La Bruja En La Garita… Cuando tuve que prestar servicio militar, recuerdo que me enviaron a un batallón que quedaba en un municipio muy cerca a la ciudad en la que yo vivía.

Era un lugar en general tranquilo, la población era poca y hacía mucho calor, aún en las noches. Casi siempre nos ponían labores de vigilancia o patrullaje, pero en especial recuerdo las noches en las que debíamos estar en una Garita, que es como le decimos a las torres de vigilancia que están en lugares como cuarteles o batallones.

El caso es que durante mucho tiempo nos turnaban para estar vigilando en la Garita, era un lugar no muy grande construido con ladrillo, tenía un baño, un termo pequeño donde guardábamos café para el turno de la noche y en la parte de afuera a su alrededor tenía un espacio que la rodeaba, como una especie de balcón a donde solía salir en las noches cuando empezaba a sentir mucho sueño, o en el día para evitar el calor que hacía en la parte de adentro.

Una noche en la que debía quedarme vigilando me quedé dormido, nadie se hubiera enterado de no ser porque en la madrugada a veces los superiores decidían ir a revisar si quien tenía el turno en la Garita estaba atento a su trabajo, nunca pasaban a la misma hora y justo esa noche pasaron solo unos minutos después de que yo me quedara dormido, así que recibí una amonestación, un fin de semana menos de permiso y toda una semana de turnos de día me fue cambiada por turnos de noche, además de un entrenamiento físico adicional, cosas normales de prestar servicio militar.

Así que durante las siguientes noches que tuve que estar vigilando en la torre, intenté a toda costa no dormirme, me quedaba un rato en la parte de adentro y luego salía para que el frío de la noche me mantuviera despierto y también algo que algunas veces hacíamos con mis compañeros, sin que los superiores lo notaran, era poner un poquito de aguardiente en el café y debo admitir que después de una semana del incidente hubo una noche en la que puede que me pasara un poco, así que me encontré una vez más dentro de la Garita apunto de quedarme dormido a causa del efecto del alcohol.

Pero por algún milagro cuando cabeceé casi que me caigo de la silla y esto me puso en alerta, me levanté y salí para intentar seguir con los ojos abiertos,  recuerdo que esa noche la luna estaba llena, se veía enorme y amarilla, todo estaba en silencio cuando noté que un árbol muy alto, tan alto como la Garita, pero que estaba alejado por varios metros de allí, se empezó a mover, como si hubiese un animal, entonces vi claramente como una especie de ave se asomaba por entre las ramas hasta posarse en la punta del árbol, no podía reconocer que especie de ave era, al principio pensé que era un chulo, pero mucho más grande, tenía el cuello anormalmente largo, pero por la oscuridad de la noche y la distancia no pude distinguirla con claridad.

Estaba observándola cuando de un momento a otro saltó desde la copa del árbol y abrió sus alas que también eran enormes,  la vi alzarse con la luna de fondo hasta que aterrizó detrás de unos arbustos no muy altos, esperé por unos segundos intentando divisar en dónde estaba el animal, escuché un sonido, como una especie de zumbido y de pronto vi que de los arbustos salió una mujer a medio vestir, no pude ver su rostro y no creo que ella hubiese notado mi presencia, el caso es que la mujer salió caminando hacía el lado contrario del batallón y yo me quede allí sin poder explicar lo que acababa de ver, en ese momento uno de mis superiores me llamó, estaba detrás de mi, había subido a ver que yo estuviera haciendo mi trabajo, me preguntó si esa noche estaba alerta y si había visto algún movimiento extraño, yo preferí decirle que todo estaba bien pues, después de la sanción que me habían hecho no quería que pensaran que estaba enloqueciendo.

Al día siguiente mientras comíamos, le conté lo que había visto a dos de mis compañeros, ellos como era de esperarse se rieron, hicieron bromas sobre que el encierro me estaba afectando, que quién sabe que más le estaba poniendo al café, al final también acabé riéndome con ellos y seguí mi vida como si nada.

Estuve varias noches observando el árbol en donde yo creía haber visto el ave, pero no volví a verla, intenté olvidar el suceso hasta que una tarde uno de los compañeros a los que le había contado mi relato, me dijo que alguien más había presenciado lo mismo que yo, incluso había contado que el ave hacía un ruido como de zumbido justo antes de caer y transformarse en mujer, a partir de ahí empezamos a creer que había una bruja que se transformaba frente a la Garita, pero aún no estábamos seguros de por qué lo hacía en ese lugar, tampoco sabíamos cada cuanto lo hacía o si tenía una fecha en especial para transformarse, pero desde ese momento empezamos a prestar más atención a lo que pasaba en las noches, no por temor sino por curiosidad.

La Bruja En La Garita

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Una mañana cuando otro compañero llegaba de hacer su turno en la Garita , nos dijo que también la había visto, él que era de ese pueblo en el que estábamos, estaba convencido de que era una bruja, pues cuando era niño su abuela le contaba que en esa población vivían unas brujas que podían transformarse en aves, decían que volvían por épocas porque hacía muchos años los habitantes habían agarrado a una de ellas, por poco la queman viva, porque la culpaban por haber dañado algunos cultivos y matar varios animales, pero al final  la mujer había escapado y desde ese momento no se les veía muy seguido, solo aparecían para hacer bromas de mal gusto o llevarse el ganado, al menos eso era lo que decían, entonces mi compañero mencionó que lo más impresionante había sido ver al ave en contraste con la luna llena y en ese momento se me ocurrió que la bruja solo se trasformaba cuando la luna adquiría esa forma, lo que a todos les pareció que era cierto.

Ese fin de semana me dieron permiso de salir, así que viaje a mi ciudad que estaba solo a un par de horas de allí, pude pasar tiempo con mi mamá y con mi novia, a quién no sé por qué decidí contarle sobre la bruja de la Garita y para mi sorpresa le pareció bastante extraño, me dijo que no pensaba que yo fuera un hombre supersticioso, no parecía muy convencida, ella no creía en nada de eso, pensaba que la gente solo lo inventaba para asustar a los niños y a los crédulos, entonces tuve la idea de prometerle que la próxima vez que nos viéramos yo tendría pruebas de que la bruja era real.

Después de regresar de ese permiso, todas las noches me fijaba en cómo estaba la luna, tenía planeado grabar la trasformación con mi teléfono, cuando al fin llegó la luna llena, estaba decidido, miraba en casi todo momento hacia el árbol en el que la había visto la última vez, salí un par de veces, pero incluso cuando estaba dentro de la Garita no apartaba la vista del lugar, aunque por supuesto también vigilaba la seguridad del batallón pues debía cumplir con mi labor.

Entonces mientras estaba adentro tomando un poco de café, la vi, el ave de cuello largo estaba posada sobre la copa del árbol, agarré mi teléfono y salí para tener una mejor vista, pero cuando empecé a grabar estando afuera, me di cuenta que ya no estaba allí, de repente escuché el zumbido y una especie de grito agudo pero esta vez le oí muy cerca, voltee para observar de dónde provenía y la vi, estaba a solo unos pasos de mi, parada en el barandal de la torre, sus piernas eran como las de una mujer, pero terminaban en garras como las de un águila, tenía plumas de color gris y negro, su cuello era anormalmente largo, más largo que el de un ser humano y su rostro era aterrador, tenía los ojos completamente negros como dos agujeros, las pestañas largas, no tenía nariz, sus labios eran delgados, no era un rostro semejante a ningún ser que yo hubiera visto hasta entonces, recuerdo que se quedo allí por varios segundos mientras sonreía, después abrió sus alas e hizo un ruido que me paralizó, sentí una punzada de dolor desde la parte de arriba de mi cabeza y caí al suelo, el animal voló hacía mi, me lastimó las manos con sus garras y destrozó mi teléfono.

Me tuvieron que hacer cinco puntos en la parte superior de la muñeca, mi uniforme quedado todo rasgado, tuve que explicarle  a mi superior que un ave me había atacado, pero para mi sorpresa él sabía de qué ser estaba hablando, no era la primera vez que los soldados decían ver a esa mujer que se convertía en un animal extraño, pero pocas veces había atacado a alguien, al parecer la bruja se había molestado por mi intención de grabarla, de igual forma recibí una amonestación pues mi superior decía que había estado alejado de mis labores y me había expuesto a un riesgo innecesario.

Pensé que todo terminaría ahí, pero los meses siguientes aunque no volvía  meterme con la bruja, empecé a notar que algunas noches amanecía con moretones en el cuerpo, después no fui solo yo, mis compañeros también tenían esas marcas y en otras ocasiones llegué a sentir que había alguien presionándome el pecho mientras dormía, cuando esto pasaba yo intentaba moverme pero estaba completamente paralizado y escuchaba el horrible chillido que el ave había hecho aquella noche.

Me gustaría decirles que pudimos hacer algo para que las marcas y estas parálisis desaparecieran, pero la verdad es que aunque intentamos no volver a mencionar a la bruja y el sacerdote que daba las misas los domingos bendijo el lugar donde dormíamos, nada la detuvo, solo nos quedó esperar a que el año de servicio militar acabara y afortunadamente esta situación no se repitió una vez que regresé a mi casa, al menos no para mi.

Autor: Luna

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