Un Pacto Con La Muerte Historia de Terror

Un Pacto Con La Muerte Historia de Terror

Historia compartida en memoria de uno de los involucrados. El nombre real del protagonista se anuló, con el Fin de mantener anonimato. Al Final de la historia, se menciona el nombre de a quien se escribió y en su memoria Un Pacto Con La Muerte Historia de Terror.
Esto que les contaré me sucedió hace un par de semanas, justo a finales de 2021, y es algo que quisiera compartirles y que sigue dando vueltas por mi cabeza.
Soy originario de la Ciudad de México, en el municipio de Naucalpan, hace varios años mi Madre se nos adelantó dejándonos solos a mi Padre y a mí, y durante todo ese tiempo, es mi viejo quien se ha hecho cargo de mi educación y de mantenerme. Él trabaja en una Casa Funeraria brindando servicio preparando a los cadáveres para su último adiós, sin embargo, en su rostro a través de los años le he notado que ya la vida le pesa y lo cansa, y poco a poco se ha ido desgastando. Y para contarles lo que pasó hace unos días, creo que es necesario que nos remontemos muchos años atrás, cuando yo tenía cinco años, un mes después de mi Madre se nos adelantara.
Cuando yo era pequeño, siempre observaba a mi Padre hablar en silencio en la cocina, nunca pensé algo malo sobre ello, siempre lo consideré de lo más normal, sobre todo porque mi Madre tenía poco de haber fallecido y al poco tiempo mi Padre comenzó con sus diálogos nocturnos, pensaba que de algún modo se despedía de ella o le hablaba de nuestro día, pero una noche, cuando me encontraba acostado en mi cama, pude escuchar una voz muy distinta a la de mi Padre provenían desde la cocina, era una voz muy distinta a la de mi Padre, tenía curiosidad de saber quién acompañaba a mi padre y por ello me levanté de la cama para ir a ver, y precisamente, al acercarme a la cocina allí estaba mi Padre igual que siempre sentado a un lado de la mesa. Me asomé con cautela para ver con quien hablaba, pero no lograba ver a nadie, él se encontraba tomando una taza de café cuando le preguntaba a la otra persona por Mamá, pero yo no escuchaba que le respondieran y él contestaba igual que si lo hubieran hecho. Al principio cuando mi Padre hablaba solo me daba miedo, pero ya con el tiempo esto se repetía cada día. Yo prefería no preguntarle pues él me tenía dicho que no fuera un metiche en lo que no me importaba. Pero aquella voz fue más inquietante que nada, así que me decidí de una vez por todas preguntarle a mi Padre que se traía entre manos y cuando estaba en el corredor a unos cuantos pasos de con mi Padre, pude escuchar que le preguntaba a su acompañante algo
            – ¿Y has visto a mi esposa? – Yo ya estaba acostumbrado a que nadie le contestara, pero jamás me hubiera esperado que alguien más le respondiera en ese momento.
            – Ya no la podrás ver más – Aquella voz era gruesa, y hablaba lentamente, pero mayor sería mi sorpresa cuando logré ver el brazo de quien le contestaba a mi Padre. Cubierto por un manto negro, sobresalían sus huesudas manos, lo primero que se me vino a la mente es que se trataba de la Muerte. Inmediatamente, mi Padre se percató de mi presencia, no me quitaba la mirada de encima, podía ver que en su rostro se reflejaba miedo al verme allí, jamás lo vi levantarse para cerrar la puerta, pero no fue necesario pues esta se cerró de forma repentina y por si sola. Obviamente, Salí corriendo de allí hacia mi cuarto y me oculté bajo las sábanas, estaba tan asustado que hasta temblaba de miedo, no podía cerrar los ojos pues cualquier ruido que escuchaba en mi habitación hacía que me exaltara. No logré dormir esa noche y sin darme cuenta, ya había amanecido. Esa mañana al salir de mi habitación no sabía que decirle a mi Padre, o de qué manera preguntarle sobre lo que había visto en el comedor. Así que cuando lo vi en la cocina desayunando, le comenté que había tenido pesadillas. Él me miró y me dijo: Si, seguro eran pesadillas.
Ante todo, les cuento todo esto para ponerlos en contexto de lo que aconteció ya hace muchos años y que tiene bastante relación con lo que me sucedió hace unos cuantos días, poco después de que yo cumpliera los dieciocho años, este 28 de diciembre, aquel susto que pasé de niño ya había pasado al olvido. Mi Padre aún trabaja en la casa funeraria del Pueblo, y por ser un pueblo no muy grande era común que llegaran cadáveres de conocidos, vecinos y amigos, y él tenía que prepararlos para presentarlos ante su familia. En ocasiones no llegaba a dormir a casa de tanto trabajo que tenía, y cuando lo hacía llegaba bastante tarde. Pero hace poco, él llegó más alterado que de lo acostumbrado, se repetía varias veces que algo no había funcionado, empezó a hablar por sí solo otra vez por las noches.
Esa noche no quiso cenar, siempre lo esperaba para platicar y cenar juntos, pero esa ocasión no quiso nada de comer. Lo noté bastante serio, absorto en sus pensamientos, por lo que se me ocurrió preguntarle si algo había salido mal en el trabajo. Me decía que no me preocupara, pues no habían salido las cosas que él esperaba, pero que sobre todo él estaba bien.
Al cabo de un par de horas después, me encontraba estudiando en mi habitación, sabía que mi Padre dormía así que procuré no hacer ruido alguno, normalmente las noches en nuestra casa reinaba el silencio absoluto, solo nosotros dos vivíamos en la casa y no había nadie más que hiciera ruidos era extraño escuchar sonidos y justo cuando precisaba el momento de irme a dormir, por fuera de mi habitación escuché que mi Padre caminaba hacia el baño. No le di nada de importancia, yo ya me encontraba cansado por lo que me fui a dormir, apague las luces y cerré los ojos, fue cuando volví a escuchar que mi Padre pasaba por fuera de mi habitación, pero parecía ser que se había quedado justo frente a mi puerta cerrada, esto me extraño bastante por lo que me levanté para preguntar si necesitaba algo. Pero al abrir la puerta no había nadie allí, yo estaba muy seguro de que había escuchado bien cuando se había parado frente a mi puerta, además el Viejo ya no era tan rápido que antes. Decidí dejar la puerta abierta por si el viejo regresaba y necesitaba algo, me acosté en mi cama, prendí un rato el celular y estuve esperando un momento a que pasará nuevamente y al cabo de 15 o 20 minutos ya no volvió, así que decidí dormir. Pero mientras me acomodaba para acostarme, logré ver algo de reojo, era la silueta de alguien que caminaba por el pasillo por fuera de mi habitación, era la sombra de alguien mucho más alta que mi propio padre, no la alcancé a distinguir con mayor Claridad. Espera en silencio a que pasara nuevamente, más no sucedía nada así que tomé mi celular y encendí la linterna, en un momento llegue a pensar que podría haber sido mi Padre, pero al asomarme al pasillo allí la vi a aquella figura que se encontraba frente a la puerta del comedor. Solo se tambaleaba, no hacía nada de ruido, pareciera que levitaba, fue cuando me vio y se quedó parada frente a mí, rápidamente busqué el apagador y al encender la luz, aquella figura se ha desvanecido frente a mis ojos, no comprendía lo que había ocurrido.
Quizás se trataba de mi imaginación o una pesadilla igual que las que había tenido de niño o no estaba del todo despierto y había caminado dormido, no supe que estaba pasando en ese momento, sin embargo, comencé a sentir una sensación de ansiedad bastante grande, comencé a sentir mucho miedo me apresuré a correr a mi habitación, pude sentir un inquietante sentimiento que no había sentido hace mucho tiempo, fue inevitable y recordé aquella sensación que tuve cuando mi papá se encontraba hablando con alguien en la cocina, me envolví por completo con las cobijas. Nuevamente, no podía conciliar el sueño y mientras me mantenía en silencio pude escuchar nuevamente los mismos ruidos de hace años, no sabía si tenía que asomarme o no, podía escuchar que alguien se movía dentro mi cuarto y de repente aquellos ruidos cesaron. Me quité la cobija de encima, pude notar que ya estaba amaneciendo, corrí a cerrar la puerta. No pasó mucho cuando comencé a escuchar ruidos ya más familiares, ya era la hora de que mi papá se levantara para prepararse su desayuno. Así que rápidamente me dirigí hacia la cocina para encontrarme con él.
Al ver a mi Padre prepararse su desayuno, me dio la impresión de verlo más cansado de lo normal, su rostro ya se notaba más viejo qué otras ocasiones. Me acerqué a él y le pregunté si él se había paseado en la noche frente a mi habitación, se quedó en silencio un momento sin mirarme, me daba la espalda y en eso se dio la media vuelta y me pregunto:
– ¿Acaso tú la viste también? – Inmediatamente me acerqué a él y en silencio le dije que había alguien más en la casa, él se quedó sin decir palabra alguna hasta que me respondió:
– Si, y llevo años queriéndola sacar de aquí, pero ya no puedo más, estoy viejo y cansado – Me extrañó su respuesta, por lo que le pedí que me explicara más al respecto. Me contó que poco tiempo después de que mi Madre falleciera contactó con una persona que fue a reconocer el cuerpo de una persona a la funeraria, allí fue donde le explico aquel chaman que él podía contactar con los muertos mediante un ritual que se tenía que hacer con elementos de los difuntos, mi Padre en su momento había solicitado que le dejaran preparar el cuerpo de mi Madre, tenía un mechón de cabello de ella y algunas de sus pertenencias antes de morir, por ello a mi Padre le pareció sencillo hacerlo por sí mismo, pero algo había salido mal pues a quien atrajo del más allá fue alguien muy diferente. Al principio creyó que se trataba de cualquier espíritu, pero todo apuntaba a que se trataba de la Santa Muerte. Se le aparecía a mi padre de repente en la casa, en las habitaciones, o en el comedor, al principio la ignoraba y no le hacía caso, pero su presencia se hacía más constante, hasta que cada noche la tenía que acompañar para preguntarle por su esposa, pero lo que la Santa Muerte quería era llevárselo a él. Siendo muy honesto me pareció una historia muy ficticia la que contó mi Padre, de hecho, en ocasiones lo escuchaba ya delirar, pero por primera vez en muchos años su semblante ya mostraba cierta preocupación y temor por su vida.
 
Me acerqué a mi Padre y lo abracé, me imaginé que ya estaba perdiendo la cabeza de tanto trabajo con muertos y que ya no podía siquiera con su vida, he de suponer que esto ya le estaba afectando de alguna manera e hiciera que imaginara cosas. Después le pedí que me diera un poco de tiempo para organizar mis cosas pues yo le ayudaría en la Funeraria, el acepto, termino de desayunar y se fue a trabajar.
 
Regrese de la escuela un poco antes de lo habitual, para ayudar a mi padre, se lo había prometido, entre rápidamente a arreglar mis cosas, pero cuando estuve a nada de salir de la casa, escuché ruidos provenientes de la cocina. Lo primero que se me vino a la mente fue que mi Padre se había regresado antes, pero tuve una sensación de ahogo en el pecho que hizo que me detuviera antes de ver hacia donde estaban los ruidos. Se podía escuchar que alguien recorría las sillas y abrían los cajones, en cierto modo me tranquilicé un poco pues eso indicaba que quizás si se trataba de mi Padre.
Pero al asomarme no encontré a nadie, esto ya me parecía demasiado, ya no podía más con todo ello, por lo que me quedé parado en silencio mientras observaba todo para ver si encontraba el origen de aquel ruido, pero cuál sería mi sorpresa que la silla del comedor se recorrió por si sola y los cajones de los cubiertos se abrieron por completo, aún recuerdo que me había quedado pasmado al observar que aquello se moviera por solo, no tuve el valor de quedarme más allí así que tomé mis cosas y salí de la casa corriendo.
Lo único que se me ocurrió fue ir por mi Viejo para llevármelo lejos, quizás salir unos días del Pueblo mientras que las cosas se tranquilizaban, pero al llegar a la casa funeraria el dueño me estaba esperando. Me pidió que me llevara a mi Padre a descansar, pues lo veía bastante cansado Allí estaba mi Padre, preparando un cuerpo con toda tranquilidad, me vio, dejo las cosas a un lado y me pidió que lo llevara a casa. Le comenté lo que me había pasado y que no era seguro regresar, sin embargo, fue más insistente en que lo llevara pues decía que ya lo estaban esperando.
 
No tuve más que llevarlo, sin embargo, fue con mis condiciones, llegamos a la casa y después de verificar que todo estuviera tranquilo, nos encerramos en mi habitación. En lo personal fue de los mejores momentos que pasé con mi padre, vimos la televisión comimos juntos y nos pusimos al día, hasta llegada la media noche, él se recostó sobre mi hombro y se quedó dormido.
Cuando menos me lo esperaba desperté, mi Padre seguía recostado a un lado mío, lo acomodé en la cama y nuevamente escuché una serie de ruidos provenientes del pasillo, me acerqué a la puerta y la abrí un poco, lo suficiente para poder observar, fue entonces cuando vi una silueta oscura pasar frente a mí, esta se dirigió hacia las escaleras, descendía lentamente, con mucha cautela busqué un Bat que tenía cerca de mí, abrí la puerta rápidamente, pero aquella figura ya no estaba más allí. Un aire helado invadió el pasillo, provocándome un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo. No supe a donde se había ido aquello, así que decidí regresar con mi Padre, él dormía plácidamente… o eso es lo que yo creía, pues al acostarme a un lado de él no escuché su respiración, incluso me quede inmóvil un momento para ver su pecho subir y bajar, más no fue así. Mi Viejo acababa de fallecer a un lado mío.
Han pasado pocos días de esto que me ocurrió, en vísperas de año nuevo, aún reciento la partida de mi Padre, me han dicho que quizás la Santa Muerte ya lo estaba procurando. Sé que esto sonara poco un poco creíble, pero cuando uno trabaja con la Muerte llegan a pasar una variedad de cosas, y ante todo dentro de mis recuerdos mis Padres seguirán con vida.
 
Autor: Lengua De Brujo
Derechos Reservados

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