Los Duendes Del Orfanato Historia De Terror 2024

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Los Duendes Del Orfanato Historia De Terror 2024

Los Duendes Del Orfanato Historia De Terror… Después de meses de buscar trabajo sin éxito, me enteré de que un orfanato cerca de mi casa estaba buscando a alguien para trabajar como intendente. A pesar de que el trabajo no era exactamente lo que esperaba, decidí darle una oportunidad.

Cuando llegué al orfanato, la directora me dio la bienvenida y me mostró las instalaciones. Me explicó mis tareas diarias, que consistían en limpiar y mantener las áreas comunes y las habitaciones de los niños. A pesar de que el trabajo era agotador, estaba contenta de tener algo que hacer para ganar dinero y ayudar a los demás.

Sin embargo, algo extraño comenzó a suceder después de unas semanas de trabajar en el orfanato. Comencé a notar cosas extrañas en las áreas comunes y las habitaciones. Cosas que parecían moverse solas o que aparecían en lugares donde no las había dejado. Al principio, pensé que solo era mi imaginación o que estaba exagerando las cosas, pero después de un tiempo, me di cuenta de que había algo más sucediendo.

Los niños que corrían por los pasillos e instalaciones aseguraban que veían a unos seres de baja estatura (con altura no superior a un metro) y aspecto humanoide, con largas orejas puntiagudas y piel verdosa, sin embargo era imposible de creer para mi, pues yo nunca había sido creyente de aquellos seres, aparte de que los niños siempre tienen una imaginación muy grande.

Comencé a investigar por mi cuenta, tratando de encontrar una explicación lógica para lo que estaba sucediendo. Busqué en internet y le pregunté a la directora si había algún tipo de problema con el edificio. Pero todo parecía estar en orden. Fue entonces cuando comencé a escuchar los rumores.

Según los niños, los duendes vivían en el orfanato desde hacía muchos años y solían jugar con ellos por las noches. Al principio, los niños se asustaban, pero después se acostumbraron a su presencia. Los duendes parecían ser amigables y solo querían jugar con los infantes.

Al principio, no sabía qué hacer con esta información. No quería asustar a los niños o hacerles daño, pero tampoco quería ignorar algo que parecía ser real. Decidí hablar con la directora sobre los rumores de los duendes, fue en ese momento donde me confesó la verdad y me explicó que los duendes habían estado en el orfanato desde antes de que ella llegara allí y que, aunque no los había visto personalmente, creía en su existencia. Me aseguró que los duendes nunca habían lastimado a nadie y que parecían ser inofensivos.

Una noche, mientras trabajaba en la cocina preparando la cena de los niños, escuché un ruido extraño detrás de mí. Al principio pensé que era solo mi imaginación, pero luego me di cuenta de que algo había movido una silla. Me giré rápidamente para ver si había alguien allí, pero solo vi una pequeña figura corriendo detrás de una puerta, supuse que era parte del cansancio y lo dejé pasar.

No obstante, el ruido continuaba siendo evidente así que después de varias señales  fui detrás de la puerta para encontrar una pequeña sala de almacenamiento. Me quedé paralizada al ver a los duendes correteando alegremente por la habitación. Eran pequeñas criaturas, con grandes ojos brillantes y orejas puntiagudas. Me miraron con curiosidad, pero no parecían tener miedo de mí.

Me quedé allí parada, sorprendida, mientras los duendes jugaban con algunos objetos que habían encontrado. Parecían estar disfrutando de su tiempo libre, y me di cuenta de que no eran una amenaza para nadie. Permanecí mirándolos durante unos minutos, hasta que finalmente se dieron cuenta de mi presencia y desaparecieron por una pequeña abertura en la pared.

Después de ese encuentro, comencé a prestar más atención a los duendes. Los niños solían hablar de ellos con entusiasmo y parecían disfrutar de su compañía. A veces incluso escuchaba sus risas por la noche mientras trabajaba en mi habitación.

Eventualmente, comencé a sentirme más cómoda con su presencia. Aprendí a aceptar que los duendes formaban parte del orfanato y que no hacían daño a nadie. Incluso comencé a dejarles pequeños regalos y golosinas en la sala de almacenamiento para que pudieran disfrutarlos.

Todo marchaba bien, sentía que la presencia de aquellos seres ya era parte del orfanato, al final del día, había niños que se encontraban muy solos y sin compañía; especialmente Omar, un niño el cual era muy tímido y distinto al resto, siempre se la pasaba en los dormitorios, aquel niño había sido ingresado a los 4 años, pues su padrastro había asesinado a su madre frente a él y las autoridades decidieron que la mejor opción era el orfanato, sin embargo, parecía que aquel niño odiaba estar en ese lugar y no tenía el alma de los demás niños, mucho menos la inocencia.

Algunos infantes se quejaban del comportamiento de Omar, aseguraban que era muy grosero y raro, pero en el fondo de mi trataba de entender a la criatura, fue eso hasta que un día comenzando la jornada del día escuche a un par de niños que gritaba con desesperación, así que deje a un lado mi escoba y trapeador y corrí hacia el cuarto donde provenían esos terribles gritos.

Vaya mi sorpresa al darme cuenta que el cuarto se encontraba lleno de sangre, pues Omar había apuñalado de una forma indescriptible a uno de sus compañeros, al mirarlo y comenzar a preguntarle con desesperación porque  cometió ese acto. Omar simplemente me miró y señaló uno de los rincones.

Aquel sujeto verde me dijo que lo hiciera y a cambio de eso me sacaría de aquí, refirió el pequeño sin entender lo que había sucedido.

En medio de mi desesperación tomé en mis manos al pequeño herido, se trataba de Jairo, un niño muy carismático y amable, el cual al parecer estaba sufriendo una hemorragia muy grande, había perdido la conciencia y era necesario llevarlo a urgencias.

Al llegar al hospital los médicos que lo atendieron se dieron cuenta de que su estado era bastante delicado y que necesitaba atención médica urgente. Por esa razón, Jairo fue  sometido a una intervención quirúrgica para detener la hemorragia y tratar sus heridas.

Afortunadamente, Jairo se recuperó después de un tiempo en el hospital y pudo regresar al orfanato. Sin embargo, este incidente dejó una marca en su vida y en la de Omar, pues los niños dejaron de acercarse a él diciendo que estaba loco.

El miedo que tenían hacia Omar, era terrible, realmente era muy difícil encontrar alguna solución, a pesar de que ingresaron a Omar a Terapia Psicológica, sabían que había algo más allá que lo hacía actuar de esa manera, así que la terapeuta nos advirtió tener cuidado, pues sus comportamientos se encontraban fuera de lo habitual.

En terapia, Omar hablaba de unos seres pequeños que le indicaron hacer cosas que él no quería, pero debía obedecer.

Al enterarme de lo sucedido, la directora y yo hablamos al respecto, pues sabíamos qué parte de lo que decía aquel niño era verdad, pues nosotras habíamos sido testigos de aquella serie de acontecimientos de esos pequeños seres verdes y peculiares, sin embargo, dudábamos de que estos fueran malos, pues todos los niños que lo habían visto, afirmaban que estos eran totalmente inofensivos.

Después de todo era comprensible que después del incidente con Jairo y la revelación de sus síntomas psicóticos, Omar ya no quisiera estar en el orfanato. Tal vez sintió que no tenía un ambiente seguro y acogedor para recuperarse y que necesitaba una atención especializada en un entorno diferente.

Mientras pasaron los días una noche mientras todos cenaban Omar decidió quedarse en la habitación, así que mientras el resto de los niños recogía su plato, decidió llevarle algo de comer al pequeño, suponía que tenía hambre y no había probado bocado en todo el día.

Vaya, mi sorpresa cuando al momento de entrar comencé a escuchar a Omar conversando con alguien, lo cual me pareció muy extraño, pues el resto de niños se encontraba en la parte baja, así que cautelosamente, comencé a abrir la puerta y fue ahí cuando me di cuenta que Omar no se encontraba solo, estaba acompañado de dos criaturas las cuales le ordenaban que asesinara  a la directora y así todos los niños podrían escapar  y así tener una nueva vida.

Los Duendes Del Orfanato Historia De Terror

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El tono de aquellos seres era tan frío y cruel, pues aquel niño a pesar de tener un pasado oscuro, no tenía una mentalidad de ese grado, así que él comenzó a llorar y a suplicar que lo dejaran en paz.

En ese momento entendí que Omar se encontraba en un estado crítico, aquellos duendes habían encontrado la forma de manipular al niño más débil del orfanato y aunque no sabía cuál era la misión exacta de aquellos seres sobrenaturales debía hacer algo al respecto.

Por un momento opte por abandonarlo todo y renunciar a mi trabajo, no obstante, en aquel entonces tenía muchas deudas y de igual forma no podía dejar sola a la directora del lugar después de saber lo sucedido, así que debía pensar rápidamente la forma adecuada en la cual le diría las cosas, pues en un arranque de emociones, podía malinterpretar las cosas y pensar que yo también estaba enloqueciendo como Omar.

Por un lado, era una buena persona y tenía un gran corazón. Ella siempre estaba ahí para escuchar nuestras preocupaciones, darnos un abrazo cuando lo necesitábamos y ofrecernos su apoyo en momentos difíciles.

Pero al mismo tiempo, tenía un carácter muy fuerte y decidido. Era una líder nata, y siempre estaba clara en cuanto a lo que esperaban los niños en el orfanato. A veces podía parecer un poco intimidante, pero creo que era solo porque quería lo mejor para ellos.

En general, la directora era una persona respetada y admirada por todos los que vivíamos en el orfanato. Sabíamos que podíamos contar con ella en todo momento, y eso nos daba un gran sentido de seguridad y protección.

Sin embargo, yo sabía que había un trasfondo en todo eso, pues muchas veces se hacía la sorda y no comentaba sobre las cuestiones extrañas, en ese caso los duendes, pues ella sabía desde un principio de su existencia, quizá estos se encontraban en ese lugar desde antes que existiera el orfanato.

Es común que los orfanatos y otros lugares que han estado en funcionamiento por muchos años tengan historias y leyendas asociadas a ellos. En el caso del orfanato, era posible que hubiera habido algunas leyendas o rumores que circulaban entre las personas de los pueblos aledaños.

Es difícil saber con certeza qué tipo de leyendas o rumores circulaban sobre el orfanato, pero podría haber habido algunas creencias populares que lo asociaban con cosas terroríficas o sobrenaturales.

La mayoría de las personas decían que el orfanato estaba construido en un lugar maldito, o que los niños que vivían allí estaban poseídos por espíritus malignos, pero después de tantas leyendas la única que había confirmado era la existencia de aquellos duendes malditos.

Desde que ingresé a trabajar me di cuenta  que muchas veces estos rumores y leyendas no tienen ninguna base en la realidad. Es posible que las personas estuvieran difundiendo estas historias simplemente porque les gustaba el drama o porque se sentían fascinadas por lo desconocido.

Sin embargo, es comprensible que estas historias puedan haber creado una atmósfera un poco inquietante o misteriosa alrededor del orfanato. Al mismo tiempo, es importante recordar que el orfanato también era un lugar lleno de amor y cuidado, y que muchas personas dedicaron su tiempo y energía a ayudar a los niños que vivían allí.

Después de hacer aquel análisis, supe que debía informarle a la directora lo sucedido, así que me dirigí a su oficina y en cuestión de minutos y contarle todo, comenzó a temblar de una forma muy extraña; fue en ese momento donde decidió confesarme que desde ya hace un par de años aquellos seres habían querido atentar contra su vida, sin embargo, ella era de un espíritu tan fuerte y poderoso que estos no lograron algo.

El odio generacional de estos duendes surgió a causa de que sus padres años atrás se apoderaron del habitat de estos seres, pues antes de construir el orfanato, era un lugar con mucha flora y fauna donde vivían estos seres, no obstante al construir aquella gran edificación, los duendes se enfurecieron y juraron tomar venganza.

 Claramente  sabía que trataban de usar a los pequeños como arma de defensa y venganza, es por ello que siempre se encontraba al pendiente de ellos y a pesar de llevar varias noches sin dormir tratando de pensar en como solucionar el caso de Omar, el miedo de que estos seres aparecieron, había crecido aún más.

La directora con desesperación me suplicó que no me fuera, pues todo el personal siempre huía del lugar al saber que este se encontraba maldito, generalmente todos enloquecen y nunca volvían, eso explicaba la razón por la cual ella sola se encargaba de los pequeños.

Tantas cosas pasaban por mi cabeza en ese momento, principalmente lo que sucedería por Omar y aquellos seres, así que trate de calmar a la directora y decirle que encontraríamos una solución al respecto, al seguir conversando volvimos a escuchar los gritos de los niños, era como si algo malo estuviera ocurriendo, así que inmediatamente salimos de la oficina y subimos a los dormitorios, fue ahí cuando vimos a Omar colgado de un cable, mismo que estaba atado a la pared.

Sin forzar las cosas era evidente que aquel niño se había quitado la vida, realmente no sabíamos qué hacer en ese momento, todos nos encontrábamos en shock, fue en ese momento cuando una de las pequeñas rompió el silencio y dijo en llanto que los duendes habían sido los causantes de la muerte de Omar, pues ella aseguraba haberlos visto atándolo a esa correa, fue en ese momento cuando los duendes se percataron de que Montserrat, la niña que había visto todo, estaba en una esquina, así que la corrieron del lugar amenazando que si no se quedaba callada ella sería la próxima víctima.

Monse con lágrimas en los ojos, nos miraba pidiendo ayuda, pues era una  pequeña la cual no entendía lo que estaba sucediendo, ella aseguraba que esos pequeños y diminutos seres eran sus amigos, no obstante, las cosas habían cambiado desde ese día, pues todo lo que parecía indefenso de ellos, estaba maldito.

Sin saber que hacer, tratamos de calmar a los niños y al mismo tiempo pensar cómo justificarías la muerte de aquel pequeño,  claramente se levantaría un reporte por lo sucedido y aunque  Omar ya contaba con un historial clínico preocupante, sabíamos que probablemente podríamos estar en problemas.

Aquella noche fue muy difícil para todos en el orfanato, las cosas habían resultado tan mal que nadie podía conciliar el sueño, así que después de varias horas y darle tantas vueltas a la cama,comenzaba a llegar el sueño en mi ser, fue en ese momento donde claramente una voz aguda me hablo al oído diciéndome.

“Tú eres la siguiente”.

Automáticamente me levanté de la cama y sentí como mi cuerpo temblaba, con el paso de los minutos, así que me dirigí a la cocina por un vaso de agua, sin embargo, en medio de la desesperación este se me cayo y así mismo se quebró lastimando mi pie derecho.

Este comenzó a sangrar de forma preocupante, pues no paraba por más que lo cubriera, sabia que había algo mal, fue entonces cuando comencé a ver como aquellos seres se acercaban al charco de sangre y comenzaban a beber de ella, era como si fuera un manjar para ellos, aquel suceso me aterro muchísimo, fue ahí cuando comencé a sentir distintos arañazos en la pierna, pues claramente estos duendes no estarían conformes con la sangre que había derramado anteriormente.

Querían más y no sabia como actuar.

Trate de contenerme las ganas de gritar, pues no quería despertar a los niños, en ese momento deseaba salir de ese terrible lugar y terminar de una vez por todas con esa pesadilla, sin embargo había hecho una promesa con la directora, así que deje pasar esa noche y trate de descansar, pues al otro día debíamos enterrar el cuerpo del pequeño Omar y estar preparadas para lo que sucedería.

Quién iba a imaginar que un simple puesto de intendencia me llevaría a vivir una de las peores anécdotas de mi vida, quizá no tenía más que perder, pues no tenía una familia la cual se preocupara por mi, quizá por esa razón sentía el compromiso de quedarme.

Realmente no sabía como reaccionar ante tal situación, claramente estamos enloqueciendo todos en ese lugar, pues los niños ya no eran los mismos de antes, siempre estaban jugando y felices, pero a raíz de lo sucedido dejaron de hacer sus típicas actividades y comenzaron a usar el aislamiento de forma permanente.

Casualmente, siempre que realizaba la limpieza encontraba rastros de sangre, mismos que sabía provenían de los niños que de una u otra forma llegaban a lastimarse, al igual que darme cuenta que esos duendes provocaban, todas y cada una de esas heridas.

Claramente no había forma de salir de ahí, así que después de pensar en distintas soluciones, decidimos contratar a una persona que trabajaba con magia blanca, la cual iba con el propósito de purificar toda alma que se encontrara en ese lugar, pues las energías y vibras de ese lugar, estaban saliéndose de control.

Aquella mujer tenía un aspecto muy extraño, inclusive varios niños querían alejarse de ella al verla, pues su aspecto era muy descuidado y tenebroso, después de todo, aquellos infantes ya no podían confiar en nada ni nadie.

Rápidamente le asignamos a esa mujer una habitación en la parte antigua del edificio, donde los sucesos paranormales eran más frecuentes. Al entrar, nos describió como un escalofrío recorría su espalda. El ambiente era denso y cargado, como si algo estuviera presente.

Aquella mujer sacó de su maleta: velas, incienso, sal y agua bendita. Rezo en voz alta, pidiendo protección y luz para los niños del orfanato. Mientras lo hacía, sentí una presencia en la habitación, como si alguien nos observara. Pero no se detuvo.

Continuó con la limpia, caminando por el orfanato y repitiendo el ritual en cada habitación. En una de ellas, encontró un muñeco de aspecto extraño y decidió retirarlo. Fue en ese momento cuando sentí como si hubiera quitado una fuente de energía negativa.

Al finalizar la limpia, sentí que la energía había cambiado. El ambiente se había vuelto más liviano y tranquilo.

La mujer nos aseguro que aquellos duendes nunca se irían de esa edificación, pues ellos habían llegado primero antes que todos nosotros, sin embargo se había encargado de que estos se purificaran en el aspecto maldito, así que solo estarían en el orfanato como al inicio, teniendo presencia, mas no lastimando y aprovechándose de los niños.

Han pasado casi 2 años desde lo sucedido y aunque por las noches sigo escuchando los llantos de Omar y los pasos de aquellos seres diminutos, trato de sobrellevar y normalizar todo lo sucedido…

Autor: Andrea Lezama.

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